Sugawara Koushi - Haikyuu!
Tardes de regreso
El sonido de los balones rebotando contra el suelo en una sucesión desordenada, pero paradójicamente cadenciosa, revoloteaba en el ambiente. Las exclamaciones masculinas, siempre tan llenas de algarabía, resonaban y pintaban el aire en sus diferentes colores. Esa era la señal de que se acercaba a la cancha donde entrenaba el equipo de voleibol de Karasuno y, a pesar de no ser asidua al deporte, no podía evitar el sentimiento de emoción cimbrando bajo su piel, porque la pasión de esos chicos era tremendamente contagiosa.
Era de noche y, a pesar de que le había pedido que no lo esperara, ella se había tomado un par de horas más en el club de literatura para tener una excusa para regresar a casa juntos. Supo que era su momento para irrumpir sin perturbar la concentración de todos cuando escuchó un fuerte "Gracias por hoy" en un coro que le removió las entrañas. Si pudiera repetir su adolescencia, quizás optaría por inscribirse a algún tipo de club deportivo.
Se encogió un poco cuando todas las cabezas giraron en su dirección, todas con diferentes emociones. Sin embargo, la que más le interesaba, permanecía concentrado en su conversación con Daichi, quien sonrió divertido al verla.
—¡Suga, tu novia vino a buscarte! —informó Nishinoya, emocionado, saltando impresionantemente mientras se sujetaba de los hombros de su víctima más cercana, Yamaguchi.
—¡Qué envidia! —exclamó Tanaka.
Sugawara alzó la mirada hasta verla parada en la puerta, observándolos a todos, probablemente intimidada por el efusivo recibimiento. Se disculpó brevemente con el equipo para ir con ella en un trote ligero. Los escuchó burlarse por cómo su piel pálida revelaba el sonrojo que le teñía las orejas y la nuca.
—¿Estás bien? —preguntó ella, notando su exagerado rubor.
—Sí. Solo son esos idiotas. —Alzó un puño en su dirección, viendo cómo todos se echaban a reír hasta que Kageyama les dijo algo, seguramente sin percatarse de lo que había ocurrido—. Pensé que ya habías regresado a casa.
—Quería esperarte, además, pude adelantar bastante del proyecto del club. —Sonrió—. No te molesto, ¿verdad?
—¡Para nada! —le obsequió, a su vez, una sonrisa amable, pero retrocedió cuando ella se le acercó y no pudo evitar curvar una ceja—. Estoy sudado, así que probablemente no huela bien. Espera que me duche y podemos regresar juntos.
—No es que me importe mucho, pero agradezco la consideración.
Sugawara enrojeció un poco más, notando cómo el pecho se le calentaba suavemente. Dándole un rápido beso en la mejilla, bajo los vítores de Tanaka y Nishinoya, se dirigió donde sus compañeros de equipo para hablar los últimos detalles y concluir el entrenamiento. La chica sonrió cuando vio cómo atajaba a Nishinoya bajo el brazo y le atinaba un buen coscorrón.
Se percató de Shimizu y la nueva mánager cuyo nombre siempre se le escapaba de la mente. Sin más se dirigió a ellas.
—¿Les puedo ayudar en algo?
—¡Senpai! —exclamó Yachi con la cara enrojecida por la emoción de ver a la única pareja del equipo interactuando.
—(T/N)-chan —llamó Shimizu con una sonrisa—, no es necesario.
—Estoy taaan cansado y tengo que recoger tooodas estas pelotas —soltó Hinata, imitando a un anciano con dolor de espalda.
Las tres chicas rieron, pero Shimizu negó con la cabeza.
—Es tu trabajo de hoy recoger las pelotas —repuso Daichi con voz autoritaria.
—Vamos, Sawamura, no seas tan duro con él. Pasado mañana tienen un partido, ¿no? —intervino (T/N).
—Luego se mal acostumbran —agregó Asahi, agitando brevemente la mano a modo de saludo.
—Solo será esta ocasión —le restó importancia—. Pronto Suga y yo estaremos muy ocupados y no creo que pueda venir.
Sawamura se vio tentado a preguntarle por qué, pero se abstuvo de hacerlo porque no eran realmente cercanos. De hecho, había sido una sorpresa cuando Sugawara les había mencionado sobre su noviazgo, y es que habían reforzado sus lazos de amistad lejos de los ojos del mundo. A pesar de que él no era muy dado al romanticismo, le pareció que su relación estaba cubierta tras un manto enigmático que protegía esos preciosos sentimientos. Así que simplemente los apoyaría porque (T/N) parecía ser una buena chica.
A los pocos minutos, Sugawara regresó de los vestuarios al trote, con su mochila colgando de un hombro y el cabello húmedo. (T/N) le lanzó una mirada indiscreta, agradeciendo que solo Shimizu parecía haberla pillado. Se apresuró a recoger las pelotas de su lado para reunirse con Koushi. Sugawara se dirigió al resto de los miembros del equipo con una mirada de disculpas.
—Lo siento por...
—No te preocupes —interrumpió Asahi, sonriendo—. Todos estamos de acuerdo en suplirte hoy.
—Senpai debería aprender a ordenar sus prioridades tres días antes de las Nacionales... —dijo Tsukishima fingiendo disimulo al hablar en voz alta.
—Tsu-ki-shi-ma... —Sugawara se rio de forma incómoda, sin poder contener las ganas repentinas que le dieron de alborotarle el cabello de forma amistosa.
—¡Tsukki! ¡No deberías decir eso! —atajó de inmediato Yamaguchi, sonrojado.
—Ah... En serio lamento si pude haberlos incomodado —habló (T/N), sin entender muy bien el ambiente.
—Es un mal intento de broma —explicó Kageyama, haciendo girar un balón entre sus manos.
—Descuida, así es nuestro impertinente kohai —agregó Ennoshita, divertido—. Ah, gracias por cuidar de senpai —agregó con una sonrisa relajante.
Ella negó rápidamente, abrumada. Había interactuado con los miembros del club de vóley anteriormente, pero por separado, así que no sabía muy bien cómo llevar la situación cuando esa bola de energía la rodeaba.
Sugawara la tomó de la mano para que por fin pudieran dejar la cancha. Tanaka, Nishinoya y Hinata no obviaron un "qué envidia", mientras que los demás se despedían como personas normales. Cuando estuvieron afuera, se escuchó a Daichi ordenándoles que se apresuraran a limpiar todo.
(T/N) soltó el aire despacito y Sugawara esgrimió una sonrisa.
—Son buenos chicos, ¿verdad?
—Sí —asintió—, pero un poco explosivos.
—Es bueno que los jóvenes de ahora opinen sobre lo que ven.
—Koushi, sonaste como un anciano —se burló.
Sugawara ensanchó su sonrisa, sin decirle que, con tal de hacerla reír, él podría hacer todas las ridiculeces que se le pasaran por la cabeza. Después de todo, tenía un montón de ejemplos a seguir entre sus amigos del club.
Caminaban por la acera y Sugawara rio enternecido cuando ella empezó a saltar las líneas de diferente diseño en un juego infantil. Las luces de los faroles iluminaban su camino, creando un juego de sombras en los que los dos se fascinaban al comparar sus dos proyecciones, una más alta que la otra.
Cuando estaban a solas, de regreso a casa y hablando de lo que se les pasara por la mente, se sentían afortunados de haber conocido al otro y de poder disfrutar ese instante juntos. Sus manos asidas tan solo era un pequeño recordatorio del amor que, con cada día que compartían, crecía más y más.
—Oh, cierto —dijo de repente Sugawara cuando se quedaron en silencio—. ¿Qué tal te está yendo en el club de literatura?
—Nada tan emocionante como lo tuyo —ofreció, sin ocultar el tono de intriga.
—Si tiene que ver contigo, me interesa.
—Koushi, qué galán —bromeó, haciéndolo reír—. Pues estamos intentando participar en un intercolegial de escritura creativa; y pronto podremos ir a las finales del concurso de ortografía. ¡Ah! También estamos escribiendo un ensayo literario sobre literatura moderna para la universidad de Tokio.
—¿La universidad? ¿Pero no se supone que ese tipo de concursos es para mayores de dieciocho?
Ella solo se rio de forma maliciosa, a la par que Sugawara ataba cabos y soltaba una interjección dramática de indignación.
—Creo que soy una mala influencia para ti —dijo muy serio, hasta que después de unos segundos prorrumpieron en carcajadas.
—De hecho, no. Himura cumple años dos días antes de la premiación, y en ningún lado de las bases especifica en qué momento debimos haber cumplido los dieciocho.
—¡¿Me estás diciendo que te estás metiendo por un hueco legal? ¡Diablos, señorita!
—No te debí haber mostrado esos memes —dijo—. Bueno, es una apuesta a medias... Y eso si es algo lo suficientemente bueno como para que sea premiado.
—Seguro que lo logran. Te tienen a ti.
—Me halagas, pero no soy tan buena... Ya sabes que eso de los kanjis son mi muerte, así que de editora no soy de mucha ayuda...
—Pero haces muchas cosas más —atajó Sugawara, intentando animarla—. Tienes buenas ideas y sabes expresarlas bien. Todavía me emociona que hayas podido ganar ese concurso de escritura juvenil. Siento que salgo con una celebridad.
Koushi apretó su mano cariñosamente cuando notó su sonrojo antes de que ladeara el rostro en dirección contraria. Una vez más, se afirmó que la quería y ese amor tan solo seguiría aumentando.
—Y... ¿Y tú? —cuestionó ella cuando por fin consiguió calmar su corazón desbocado—. Dentro de tres días son las Nacionales. ¿Estás nervioso? Digo, obviamente lo estás, pero...
—Pero lo controlaré. Si me pongo nervioso, seguro que los demás no se calmarán —explicó—. ¡Espero poder ser de ayuda en estos partidos también!
—Me encantaría verte haciendo esa combinación de armadores tan genial que hiciste con ese chico de primero, el que tiene cara inmutable.
—Kageyama siempre se roba la atención, yo solo estoy de apoyo.
—Pues, cuando estás en la cancha, ¡eres al único que veo!
—¿Y cuando no estoy?
—A Nishinoya, definitivamente. Es demasiado genial.
Sugawara se echó a reír, apreciando la honestidad.
—Oh, y a Hinata. No entiendo qué clase de pacto físico hizo con la gravedad para saltar tan alto. En serio es como si volara... ¿Pero, sabes? Cuando estás con ellos, me da la impresión de que están más tranquilos; no sé mucho de vóley, pero es como si detuvieras su momento y les dijeras que deben pensar las cosas... Normalizas el juego y, no sé si eso importe en la cancha, pero desde el lado de los espectadores se ve muy genial. Todos confían en ti.
—Es importante. —Asintió, siendo turno de él para sonrojarse—. No sabía que mi presencia en el juego luciera tan importante desde afuera.
Siguieron caminando de la mano, doblando en varias esquinas hasta arribar al edificio de departamentos donde vivía ella. Sugawara, por un instante, maldijo que no viviera más lejos para poder prolongar su caminata y el tiempo juntos; pero cuando vio su sonrisa, se dijo que no debía ser egoísta y disfrutar de ese instante con ella.
—¡Gracias por traerme a casa! —Giró hasta quedar frente a él, sosteniendo sus dos manos y columpiándolas—. Eres el mejor novio de la historia.
Sugawara sonrió y negó, queriendo restarle importancia a algo que era totalmente normal. Ambos se acercaron hasta compartir un dulce beso de despedida que los hizo sonreír contra los labios ajenos y, antes de separarse, Sugawara se inclinó una vez más para robarle otro beso. Sin embargo, cuando él se disponía a soltar sus manos, ella lo abrazó cariñosamente, y él no dudó en devolverle el abrazo. Luego de varios segundos, la apretó con fuerza y la alzó para dar una vuelta sobre su propio eje. Ella se rio divertida y él la dejó en el suelo de nuevo.
—Ese fue un abrazo de oso bastante potente —se aireó la cara enrojecida—. Te invitaría a pasar, pero...
—Pero tu papá está y ya sabemos que sigo en periodo de prueba. —Koushi miró hacía la ventana del apartamento de su novia, encontrándose con el rostro del hombre. Sin vergüenza, porque era muy divertido hacer de chico malo, le sonrió, agitando la mano sin siquiera inmutarse.
—¡Oye! —Tocó su hombro con el puño—. No te restes puntos.
—¿Qué? Solo intento ser amable. —Rio de forma malvada y ella agitó la cabeza, uniéndose a sus carcajadas; pero se calmaron cuando Koushi habló con una expresión conflictuada—. (T/N)...
—¿Estás bien?
—Sí, sí... Uhm... —Le mostró sus manos temblando, soltando una leve carcajada—. Creo que estoy más nervioso de lo que debería, considerando que son las Nacionales y eso... No sé si mañana... ¿Podríamos...?
—¡Estudiemos mañana! —lo entendió y sostuvo sus manos de nuevo para calmarlas—. ¡Todo irá bien!
Sugawara asintió, apretando sus dedos. A pesar de que ambos eran distintos, con intereses completamente diferentes, Koushi no dejaba de sorprenderse por lo fácil que se comprendían, porque se habían tomado la molestia de descubrir al otro poco a poco. Que alguien se interesara así por él era una de sus más grandes preseas. Quería atesorar el tiempo juntos, a la par que, cuando estaban separados, anhelar su esperado encuentro. Después de todo, tenía la certeza de que esos lazos fortuitos se afianzarían cada vez más hasta convertirse en uno solo.
¡Muchas gracias por leer!
N/A: Se suponía que esto saldría hace ocho días con el estreno del anime y que hoy escribiría sobre Nishinoya para celebrar nuestros cumpleaños, pero no me dio tiempo, así que ni modo xD
Conociendo a Sugawara, puedo imaginarlo lanzándose esos memes en español jajaja Ah... Necesito un Sugawara en la vida real...
¡Espero que les haya gustado! Para la siguiente ocasión escribiré un poco de SAO.
¡Tengan un espléndido día! >.<
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