Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Raymond Millanaire - The Tyrant Wants to be Good

De corazones de hielo y espíritus de luz

Raymond estaba exultante. Por fin había conseguido una cita con (T/N) —aunque ella insistía en que no era así—, así que había organizado todo un itinerario para hacer diversas actividades. Si bien no se sentía como un triunfo real porque ella había puesto la excusa de que saldrían porque estaba en deuda con él, se conformaba con ese pedacito de felicidad.

Entrada la noche, después de llevar a cabo todas las actividades planeadas, la guio por un estrecho camino que los condujo a una laguna congelada. Apenas estaba iluminada por la luz de las estrellas, la luna y unos poquísimos faroles.

—¿Vamos a patinar? —preguntó ella, frotándose los mitones—. ¿Es seguro? Quiero decir, está oscuro y si te llegara a pasar algo...

—¡Es seguro!

Ella apretó los labios, pero asintió. Estaba cansada por el ajetreo de todo el día, pero se había divertido como nunca lo había hecho desde que ingresó a Episteme.

—Me recuerda un poco a mi pueblo natal —comentó ella—. Aunque con el cambio de clima no volvimos a tener una laguna en la que patinar...

—Entonces, ¿sabes patinar? —A Ray se le iluminó la mirada—. ¿Podrías enseñarme?

—¿Tú no...?

—No, eso no está entre las obligaciones de un príncipe. —Le sonrió de forma radiante.

—Pues sí... Supongo que no es buena idea que te lastimes.

Ray asintió, aunque sus hombros cayeron un poco. Se preguntaba en qué momento ella dejaría de verlo como el príncipe heredero para tratarlo como Raymond, nada más, sin títulos de por medio. Sin embargo, no se dejó deprimir. El día había ido bien, la había escuchado reír y también le había hablado de su vida en las fronteras del reino. Sentía que ahora eran un poco más cercanos.

Le tendió unos patines y sonrió, emocionado, cuando ella lo ayudó a ajustárselos bien después de quitarse los guantes para que no tuviera un accidente. Si bien (T/N) solía evadirlo, siempre estaba pendiente de él y de que no se fuera a lastimar. Su amabilidad inherente era lo que lo había atraído hacia ella porque, mientras muchos otros se habían acercado a él porque era buena idea tenerlo de amigo, ella no lo había hecho. Trataba a todos por igual.

—¿Eh? Me da miedo resbalarme. ¿Me tomas de la mano?

Ray se preguntó si había exagerado demasiado por la mirada entornada que ella le dirigió, pero sonrió cuando extendió su mano. Su piel era suave y cálida, aunque lo sorprendió la fuerza con la que lo haló hacia la pista y lo estabilizó por los brazos. Estaban cerca. Tanto que podía oler el ligero aroma de su perfume.

—Yo tampoco es que sepa mucho... —susurró ella—. Quiero decir, hace años que no practico, así que debo estar oxidada. Pero te prometo que no te caerás.

—Me siento en buenas manos.

Ray sonrió y la chica desvió la mirada cuestionándose por qué, cada vez que sonreía, parecía que todo se iluminara. Quizás era por el espíritu de luz. Debía ser eso.

—Primero deslizas un pie así y luego el otro, también debes tener en cuenta tu centro de gravedad. Y ten cuidado porque la fricción es casi nula...

Él la escuchó darle sus explicaciones mientras no soltaba su mano. Sentía que el corazón le estallaría de puro júbilo mientras se adentraban un poco más en la laguna, aunque ella siempre mantenía un límite prudente para no alejarse de la orilla. Dieron unas cuantas vueltas mientras ella lo felicitaba por su técnica, haciéndolo sonrojar.

—¿Te parece si vas tú solo?

—No creo que aún pueda...

—Yo creo que sí. Lo estás haciendo muy bien. —Ella le sonrió y a Ray se le encogió de nuevo el corazón.

La quiso complacer y se soltó con cuidado, fingiendo que perdía el equilibrio y lo recobraba con una sonrisa triunfal. Ella lo adelantó un par de metros, deslizándose mientras mantenía el equilibrio con los brazos, poco a poco lográndolo con más gracia. Ray se conformó con ir despacio, esquivando las pequeñas protuberancias de la superficie mientras la observaba. Después de Dorothy, creía que ella era una de las chicas más bonitas e inteligentes que había visto. Por eso quería esforzarse para disminuir la distancia.

—¡Auch!

Ray frenó, dio media vuelta y patinó hasta la chica, que se había caído de trasero. Se acuclilló a su lado para ayudarla a levantarse.

Su técnica había sido perfecta. El giro sin movimientos innecesarios, el cambio de postura sin perder el equilibrio, la forma de frenar...

—Tú ya sabías patinar —dijo ella, rechazando su mano y parándose sola—. ¿Acaso te pareció divertido mentirme?

—¿Eh? Pero es que yo... —Ray intentó darle alcance, pero ella se apresuró a salir de la pista y quitarse los zapatos.

—Eres un inmaduro, Raymond. Siempre estás por allí, con esa sonrisa en tu rostro porque sabes que nadie puede quitarte nada. Todo el maldito país está a tus pies porque serás el futuro rey. No es justo que te burles así de mí. ¿Conseguiste que te debiera un favor para qué?

La chica se puso sus botas impermeables con forro de lana y empujó los patines contra el pecho del príncipe, incapaz de enfrentarse a sus límpidos ojos azules.

—Soy la hija ilegítima de un duque, sin educación para la nobleza, que tuvo la suerte de entrar a Episteme con una beca. Todos los días los paso soportando la mierda de los nobles y no tengo tiempo para que tú también te les unas. Debí hacerle caso a mi abuelo cuando me dijo que no sería buena idea.

—Espera...

Raymond maldijo por lo bien atados que estaban sus patines. No podía dejarla marchar con ese malentendido entre ambos. Si se separaban, sabía que ella no volvería a abrirle su corazón. Siempre medía sus palabras y hablaba con mesura, así que no debía desaprovechar ese instante. Era la primera vez que ella era honesta con él.

Extendió la mano e invocó pequeñas motas de luz para que se interpusieran en el camino, pero ella las apartó con la mano como si solo fueran molestas luciérnagas. Sin embargo, le ganó un par de segundos, suficientes para darle alcance.

—¡Espera, por favor! —Ray quiso tomarla por la muñeca, pero no se atrevió—. Lo siento.

—¿Lo sientes? Me has tenido todo el día yendo de un lado para otro por tus caprichos. Tengo cosas más importantes que hacer que...

—Lo hice porque quería estar cerca de ti. Lo siento. —El chico bajó la mirada—. Siempre me evitas y no hablas conmigo más de lo necesario. Me exaspera que seas tan deferente conmigo cuando podríamos ser amigos.

—¿Es que no te das cuenta? —dijo ella y tensó la mandíbula—. Eres un príncipe y no cualquiera, eres el príncipe heredero al trono de Uvera. Todo el mundo quiere ganarse tu favor, pero yo solo quiero que me dejes tranquila. Si me acerco a ti, sé que todos lo van a malinterpretar. Si fuéramos amigos, dirían que me acerqué a ti solo por escalar posiciones o algo aún más denigrante. No es tan fácil como tú lo ves porque estás en una posición cómoda: serías el niño ingenuo que no saben que lo están usando, y yo la arpía manipuladora.

—Eso no... ¡Eso no es cierto! Theon y Julia siempre están conmigo y...

—Theon es un Freede, una contraparte de los Millanaire, y Julia es hija de un duque. Son compañías perfectas para ti y...

La chica apretó los labios cuando se percató, al bajar la mirada, de que Ray tenía los pies descalzos sobre la nieve y, aun así, él no apartaba la mirada de la de ella. A veces creía que era tan descuidado adrede y, en otras ocasiones, sabía que era solo por despiste.

—¿En qué demonios piensas? —Lo haló de las manos para que se parara sobre el camino de piedra—. Ponte los zapatos, podrían congelarse tus dedos.

—¿No te vas a ir?

—No. Así que apresúrate.

Ray se sentó en el suelo sin ningún decoro. Empezó a ponerse las botas de cuero y dijo:

—¿Me odias?

—¿A qué viene...?

—Es una pregunta sencilla —Le sonrió pacientemente.

—No, no lo hago. Solo eres un poco exasperante.

Ray rio entre dientes.

—Si me encargara de que nadie te moleste por tu origen, ¿aceptarías ser mi amiga?

—¿Qué? Hay un límite para cuánto puedes hacer. Además, siempre existirán los rumores. No entiendo ni siquiera por qué quieres ser mi amigo, en primer lugar.

—Porque no me tratas como si fuera especial. —Se terminó de poner sus zapatos—. Tu preocupación por mí siempre es genuina. Y no te conozco bien, ¡pero sé que podremos llevarnos bien! Eres super inteligente y amable y correcta y linda. No sé cómo todo eso podría perjudicarnos.

—¿Linda? —susurró ella, sonrojándose—. Aun así, no creo que sea buena idea.

—¡Vamos! —Ray la tomó de las manos, embelesándose por el sonrojo que se hacía cada vez más evidente en sus mejillas—. ¡Podríamos intentarlo!

—Ugh... —Ella apartó la mirada—. ¿Por qué eres tan obstinado?

—¡Es una de mis virtudes!

—No puedo creer lo optimista que eres... Podríamos hacerlo —cedió ella, pero antes de que Ray celebrara, agregó—: pero nada de volver a mentirme.

—¡Es una promesa!

Ray estaba exultante y balanceó sus manos con entusiasmo, viéndola suspirar hasta que le sonrió. Sabía que lograrían forjar una gran amistad, se esforzaría por ello. Cuando acabara la noche, le escribiría una carta con todos los detalles a Dorothy. Quizás, una vez pusiera en papel todos sus sentimientos, podría controlarlos así fuera un poco.

Cuando ella no soltó su mano, tuvo la certeza de que estarían bien.

¡Muchas gracias por leer!

N/A: Es que yo descubrí Webtoon en 2019 y no pude parar. Y ahora con esta ola de manhwas de medio isekais tenía que, al final, traer algo por acá.

Y solo eso. Amo a Ray porque brilla con la intensidad de mil soles y es todo lo bueno que está en el mundo, sería perfecto si tan solo le bajara dos rayitas a su intensidad xD

Siento que he estado escribiendo muchos OS para rubios jaja Y creo que los siguientes en mi lista son Armin y Kurapika xD Aunque sigo dudando si escribir sobre Armin...

¡Tengan una gran inicio de semana! >.<

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro