Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Karma Akabane - Assassination Classroom

Álbum escolar

Si tuviera que usar un solo adjetivo para describir qué era lo que más le gustaba de ella, diría que era su tenacidad. Por supuesto, había ido descubriendo muchos más matices de ella que lo fascinaban, pero fue percatarse de la tenacidad detrás de su fachada tranquila lo que lo animó a acercarse.

Después de mucho insistirle, ella aceptó que salieran juntos. En parte, su reticencia se debía a la mala reputación que Karma se había granjeado en la universidad, así que se tomó la tarea de demostrarle que no era tan terrible como decían. Por supuesto, su potencial para hacer cosas terribles era gigantescos, pero cierto pulpo gigante le había enseñado lo que era justo y bueno.

Así que estaban aprendiendo a quererse y, si bien le gustaba ser dominante en la relación, aceptaba las condiciones razonables que ella le ponía. Como por ejemplo ese día. Había aceptado ir al estudio que había alquilado apenas se graduó, pero con la condición de que no hubiera resultados sexuales. Karma se lo prometió, pese a que sus palabras lo tuvieron carcajeándose por al menos cinco minutos. Empezaba a amar la inocencia que a veces atisbaba en sus comentarios.

Llegó puntual, como siempre, y Karma repasó la estancia una vez más, asegurándose de que todo estaba en su lugar. No se consideraba desordenado, solo cuando era época de exámenes, pero quería que el lugar luciera impoluto porque lo entusiasmaba la idea de poder ensuciarlo un poco con ella.

Abrió la puerta y observó su sonrisa y cómo se ponía de puntillas para saludarlo con un beso, breve, pero cálido. Karma, desde que empezó a sentir las condenadas mariposas en el vientre, supo que estaba perdido. Así que la invitó a pasar, disfrutando de cómo ella parecía aprobar su pequeño espacio, sin embargo, se giró a él con una de sus sonrisas endemoniadamente encantadoras.

—Limpiaste más de lo usual, ¿verdad? —dijo sin tapujos, como ambos habían acordado hablarse para evitar inconvenientes—. Sabes que no me molesta eso. Solo quiero que seas tú.

—Puedo darme el lujo de ponerme nervioso porque vienes. Eres la primera chica a la que traigo aquí.

—¿Le dijiste eso a la chica antes de mí? —bromeó.

—Hablo en serio, (T/N) —repuso Karma, ayudándola a quitarse el abrigo mientras ella asentía, reflexionando sobre las implicaciones en sus palabras—. ¿Quieres tomar café?

—Estaría bien. ¿Puedo mirar un poco?

—Lo que gustes. —Karma curvó los labios, divertido cuando notó el rubor asomándose en las mejillas de su novia.

Ella trazó una línea recta para curiosear sus libros. La sorprendió descubrir que Karma leía novelas complejas y revisó los títulos con entusiasmo, ignorando los textos de la universidad. Sus gustos literarios iban desde Úrsula K. Le Guin hasta Salinger y Hemingway. Sin embargo, sus ojos se fijaron en algunos atlas cuya cantidad de hojas no tenía lógica que se sostuvieran del lomo por lo voluminosos que eran. Estaban guardados en una esquina y, pese a que muchos de los otros libros tenían un finísima pátina de polvo, esos estaban inmaculados.

Advirtió en la presencia de Karma a sus espaldas y ladeó el rostro. Él le tendió el café y se arrimó del escritorio, observándola por encima del borde de su taza de Sonic Ninja.

—¿Puedo?

—Sí, no creo que pases de las primera páginas.

Le sonrió cuando ella le lanzó una mirada retadora. Sin más, ella sacó un atlas y curvó la ceja al leer el título "Guía para sobrevivir a un viaje escolar en Kioto". Abrió la primera hoja y leyó el índice, para luego cerrarlo, estupefacta.

—¿Qué rayos...? —susurró, buscando explicación en las pupilas divertidas de Karma.

Sin embargo, cuando Karma creyó que dejaría todo en su lugar, tomó otro enorme libro y leyó:

—Álbum de graduación de la clase 3-E de la secundaria Kunugigaoka.

Pasó los dedos por las letras en relieve y volvió a regresar la mirada a los serenos de Karma.

—¿No es esta la secundaria donde dio clases ese pulpo amarillo que supuestamente iba a hacer explotar la tierra?

—Míralo tu misma. —Karma se encogió de hombros, despreocupado porque ya no había ningún contrato que le impidiera hablar al respecto.

Ella lo tomó casi como un reto y acunó el libro con esfuerzo, pidiéndole que llevara la taza a la mesa baja frente al sofá. Se dejó caer con un sonido extraño por lo pesado que resultaba el tomo. Karma rio cuando ella bebió un sorbo de café como quien busca darse valor con el alcohol.

Luego, pasó la primera página, una tras otra. Karma se acomodó a su lado y dejó caer el brazo por detrás del respaldo donde ella estaba recostada. Descubrió, así de cerca, bajo la luz pálida de la lámpara, que le gustó el brillo que adquirieron sus pupilas a medida que pasaba las páginas. Sus labios evocaban una sonrisa por las personas en las fotos, por lo divertidos que lucían, y no dudaba en señalar con el índice las sombras fantasmagóricas de Koro-sensei.

—Me hubiera imaginado cualquier otra reacción, pero tú repentino interés es inesperado —susurró Karma, buscando un tema de conversación para no hundirse en las reminiscencias de su mejor año.

—¿Y qué esperabas? —Ella le sonrió, y se percató de la nostalgia embargando sus pupilas, así que recostó la cabeza de su hombro —. Fuiste el alumno del alienígena que iba a destruir la tierra.

—No era una alienígena. —Rio Karma y apoyó la mejilla de su coronilla.

—Bueno, una forma de vida sin precedentes. Pero, Karma, nunca me creí eso de que los tenía secuestrados. Y esto solo lo confirma: todos lucen verdaderamente felices en estas fotos. Aunque eso me lleva a cuestionarme si es correcto que me las muestres.

—Nadie dijo que no puedo hacerlo. —Se encogió de hombros con una de sus sonrisas de diablillo—. Era un buen maestro.

—Si tú lo apruebas, imagino que sí. —Ella alzó las cejas—. Me hubiera gustado conocerlo y que fuera mi maestro. Me pregunto si hubiera visto algún tipo de potencial en mí.

—¿A pesar de que era un pervertido? —Karma movió los dedos semejando tentáculos y ella se carcajeó.

—Nadie puede ser perfecto. —Cerró el álbum con cuidado para luego colocarlo dramáticamente en la mesa baja—. Me encantaría seguir viéndolo, porque eras muy lindo de adolescente, pero creo que me voy a lesionar algo. Además, quiero pasar tiempo contigo.

—Eso suena bien —susurró Karma separándose un poco mientras la mano que estaba en el respaldo se posaba en la pierna de su novia, obligándolo a quitarla de inmediato por la mirada que le lanzó.

—Me pregunto si eras un niño tierno. —Ella se frotó la barbilla e intento imaginar a un Karma más pequeño, pero no podía borrarse su expresión de diablillo y solo se echó a reír.

—¿Qué estás imaginándote? —Karma rio entre dientes—. Pero, si quieres descubrirlo, tendrás que ir a conocer a mis padres. Mamá es la que guarda esos álbumes.

—Oh... Qué sutil.

Karma le sonrió, altivo, y dejó caer los párpados cuando ella depositó un casto beso en sus labios. Le gustaba que se tomara su tiempo, la suave sonrisa contra su boca, el desenfado de su gesto. Le gustaban sus besos pese a ser la antítesis de los suyos, siempre más juguetones, dispuestos a encender una llama apasionada entre ambos. Sumergió los dedos en su cabello, buscando una mejor posición. Perdió la cuenta del tiempo, pero le era irrelevante cuando estaba a su lado.

Se separaron al cabo de un rato, con el rostro encendido y un brillo primitivo en el fondo de los ojos, pero Karma se sentía satisfecho con ello y más cuando ella lo empujó contra el apoyabrazos del sofá para acurrucarse contra su pecho. El silencio que compartían, con él ensortijándole un mechón de cabello, era íntimo de un modo que Karma no podía comprender, porque era la primera vez que disfrutaba de algo similar con una chica.

—Hace unos minutos —dijo Karma en voz baja, como si estuviera divagando— te cuestionaste si Koro-sensei hubiera visto potencial en ti... Y lo estuve pensando y llegué a la conclusión de que hubieras sido de sus mejores estudiantes. Eres sorprendente en más aspectos de los que te das mérito. ¿Por qué otra razón crees que me tienes como me tienes?

—¿Y qué significa eso exactamente? —Rio ella, apenada, mientras acomodaba la barbilla de su pecho para verlo mejor.

—Que estoy enamorado de ti.

Su rubor se intensificó y se observaron unos segundos, él tratando de lucir honesto y ella convenciéndose de sus sentimientos. Karma comprendió que el mensaje le había llegado cuando le sonrió con timidez para luego separar los labios e intentar decir algo, pero él se apresuró a espetar:

—No lo diré de nuevo.

El estudio se llenó de la música de sus carcajadas y Karma quiso que ese instante durara un poco más, que nunca abandonara la calidez de esas cuatro paredes, que no se esfumara de la fragilidad de su corazón.

¡Muchas gracias por leer!

N/A: Me puse a leer OS de Karma para ver cómo lo retrataban en las relaciones y no me gustó jajaja Sí, el chico tiene pintas de ser sádico, pero es que en algunos fics se pasan con lo denigrante que es. Así que intenté hacerlo un poco más dulce, no me convence, pero al mismo tiempo sí. Quizás deba explorar un poco más con su personaje.

Por cierto, me volví a ver el anime en latino y el doblaje estuvo muy bueno. Al principio no me convencía, pero iba mejorando con cada capítulo. Así que lo recomiendo.

Lamento las muletillas que hay por ahí, lo edité en modo flash. Esto de publicar todos los días no me está funcionando, pese a que sí tengo las historias ya escritas xD

¡Tengan una excelente inicio de semana!

¡Nurufufu! >.<

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro