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Chifuyu Matsuno - Tokyo Revengers

Advertencia: Spoilers del final del manga.

Como en un shojo

No podía creerlo.

Por fin estaba viviendo su romance de shojo. Tenía tintes de slice of life y un poco de drama y comedia a veces, pero estaba conforme. Sabía que lo que estaban construyendo entre ambos era algo que valía la pena cuidar y lo alegraba percatarse de que ambos ponían empeño en ello. Se dedicaban pequeños obsequios y el tiempo para escuchar al otro, se interesaban en los pasatiempos ajenos y compartían actividades.

Se conocieron en un curso de primeros auxilios para mascotas. Mientras ella llevaba un par de semestres en veterinaria, él empezaba a planificar la apertura de una tienda de mascotas junto a Baji. Para Chifuyu era fácil hablar con ella, y ella había admitido lo mismo respecto a él. Luego, empezaron a quedar fuera del instituto hasta que, después de evaluar todas sus opciones, Chifuyu le pidió que salieran.

Todavía no se conocían bien, pero a Chifuyu lo entusiasmaba la idea de hacerlo e ir apreciando todos los aspectos, buenos y malos, que la conformaban. Quería que, cuando estuvieran juntos, se sintieran más reales. Sin embargo, hacía un par de semanas que no habían podido coincidir sus horarios para salir juntos. Quería fingir que no lo afectaba, pero realmente lo superaba la inseguridad de la fragilidad de su relación.

Así que se sorprendió cuando Kazutora asomó la cabeza por detrás de una de las paredes a medio construir con una sonrisa ladina.

—Tienes visita —canturreó con los ojos brillantes.

—No esperaba a nad...

Chifuyu se atragantó con las últimas sílabas cuando vio la figura que emergió de detrás de Kazutora. Su novia le sonrió y se apresuró a acercarse para abrazarlo con fuerza asfixiante, pero Matsuno no dudó en devolvérselo con el mismo grado de efusividad.

—Me hiciste mucha falta —susurró ella en su oído mientras se alejaba de él un par de pasos.

Iba ataviada con una simple camiseta de su color favorito y unos pantalones de mezclilla, complementado con deportivas y llevaba la mochila colgada en la espalda. No lucía para nada a como se vestía para cuando iban a tener una cita, y le gustó el cambio, lo cómoda y casual que lucía.

—Pero ¿qué haces aquí? Se supone que estás en tu semana de exámenes y no me gustaría que fallaras por...

—Me exoneraron en mi último examen. —Hizo el símbolo de paz, alegrándose por la preocupación de su novio—. Al parecer, el profesor de Inmunología siempre los hace con las tres mejores notas.

—¡Eso es genial! —celebró Chifuyu, dedicándole una sonrisa llena de orgullo—. Por cierto, Kazutora, ¿te puedes largar?

Kazutora, que no ocultaba ni un poco su interés sobre la pareja, soltó una risa entre dientes y se encogió de hombros. Se despidió de la chica, que lucía divertida por el repentino cambio de humor de Chifuyu. Cuando se quedaron a solas, le echó un vistazo a lo que prometía ser una enorme tienda de mascotas.

—Todo esto parece que está yendo muy bien. Me alegra que hayas decidido colocar jaulas grandes para los roedores y lagomorfos. Siempre me da pena verlos hacinados en las tiendas.

—Y también estaba diseñando un espacio amplio para los cachorros que pueda colocar en adopción. De hecho, Baji estaba diseñando unos planos rudimentarios, aunque yo me encargo de convertir sus bocetos en algo más realista. Por cierto, ¿sabes cómo le está yendo?

—Lo vi estudiando en la biblioteca la última vez que pasé. No me detuve a hablar mucho con él porque ya sabes cómo es la bibliotecaria de temperamental y lo fácil que él se distrae. No creo que vaya a reprobar alguna materia esta vez... No cuando lo he ayudado a estudiar cuando he podido.

—Es que tú no conoces la travesía de Baji y los estudios, es como si una fuerza mayor se interpusiera entre él y el título.

La chica se rio por el dramatismo de su novio, pero no tardó es descolgarse el bolso como si hubiera recordado algo. Chifuyu quiso ayudarla, pero ella le hizo señas para que no se acercara mientras reacomodaba en el interior todos los objetos que llevaba.

—Aun si hubiera presentado el examen, tenía planeado venir así fuera más tarde. Quería verte, principalmente, pero también tengo algo para ti.

Chifuyu palideció un poco, en su mente sacando cuentas de alguna fecha importante que se hubiera saltado. Pensó primero en sus cumpleaños, en las festividades de parejas, luego en el día que se hicieron novios, cuando le pidió su primera cita, cuando se conocieron, la primera vez que se habían tomado de la mano y cuando se habían besado, su primera discusión. Chifuyu tenía archivada cada memoria con su respectiva fecha porque no quería convertirse en un mal cliché de shojo por no recordar alguna ocasión especial. Y pese a ello, temiendo enojarla por su descuido, dijo:

—¿A-algún evento del que me haya perdido?

Ella alzó la cabeza y parpadeó, confundida.

Ya estaba. Chifuyu la había regado y ni siquiera sabía por qué, pero pediría disculpas para atenuar su posible disgusto. Sin embargo, su novia pareció escrutarlo unos segundos para después reír entre dientes.

—¿En qué rayos estás pensando, Chifuyu? No tengo que poner excusas para regalarte algo. Además, si te olvidas de alguna fecha no me voy a molestar.

El chico separó los labios, cuestionándose si su novia era capaz de leer la mente.

—Y no leo tu mente. Es solo que eres como un libro abierto para mí.

—N-no soy tan predecible —reclamó, entusiasmándose al ver el enorme paquete envuelto en papel celeste.

Ella le lanzó una sonrisa de sabelotodo y Chifuyu deseó arrancársela de los labios con un beso, pero no pudo hacerlo cuando ella le tendió el paquete.

—¡Feliz No Cumpleaños! —bromeó ella y el repentino nerviosismo hizo que Chifuyu se enamorara otro poco más de ella—. El otro día rompí por accidente ese suéter beige que tanto te gusta y...

—No fue tu culpa —se apresuró a decir Chifuyu—. Solo quizás no debimos entrar a esa casa del terror. No pensé que fueras tan miedosa.

—Pero no quita que me sienta culpable por haberme aferrado tanto de ti que terminé haciendo ceder el tejido.

—Estaba viejo, de todos modos... —Chifuyu quitó con cuidado los adhesivos y alzó las cejas cuando vio la prenda celeste.

—No sabía cómo hacerle una capucha, pero hice mi mayor esfuerzo y espero que te guste... Aunque no te sientas obligado a...

—¿Lo tejiste tú? —Chifuyu sonrió con emoción mientras extendía el suéter frente a él, viendo los detalles y el diseño. No era tan holgado como el anterior, pero era su estilo.

—Tuve que llamar a casa para que alguien me ayudara por videollamada para tejerlo. Hacía mucho que no lo hacía y se me saltaron algunos puntos y...

—Es perfecto —dijo Chifuyu y no dudó dos veces en sacarse el chaleco que vestía para colocarse su nuevo suéter encima—. ¿Qué tal me queda?

—Te ves bien. ¡Bueno, tú siempre te ves bien con todo!

Chifuyu soltó una risita nerviosa, pero no le ocultó el arrebol en sus mejillas.

—Gracias —dijo él mientras se acercaba y depositaba un beso en su frente—. Lo atesoraré.

—B-bueno... Espero mejorar mi técnica y hacerte uno mejor en el futuro.

Chifuyu la observó un par de segundos y esgrimió una sonrisa porque lo entusiasmaba que ella, del mismo modo que él, proyectara un futuro juntos. Sin poder contenerse más, rodeó su cintura para acercarla a él y la besó con dulzura, disfrutando de la sonrisa que sucedió a la sorpresa inicial. Ella lo quiso acercar más por el cuello del suéter, pero un carraspeo los hizo separarse, sobresaltados.

Chifuyu estaba a punto de saltarle encima al que había osado interrumpirlos, pero tuvo que procesar la información de lo que pasaba al ver los anteojos redondos de Baji que, aún después de haber ingresado a la universidad, no dejaba de usarlos.

Baji pasaba los ojos del uno al otro. Sin siquiera dudarlo, alzó un dedo acusatorio hacia la chica.

—¡Dijiste que te ibas a ir directo a tu casa porque estabas cansada!

—No me juzgues por querer recargar energías con mi novio —repuso ella.

—¡No! ¡Esta noche es noche de chicos! —reclamó Baji, halando del brazo a Chifuyu.

—¡Pero si tú aún no acabas tus exámenes!

—Es viernes, ¡tengo derecho a descansar!

—No tienen que pelearse por mí... —quiso intervenir Chifuyu, en medio del tironeo de los dos—. Podemos salir los tres juntos.

—¡Ni hablar! ¿Quieres que te toque el violín? ¿Sujete las velas? ¿Sea la tercera rueda? —dijo Baji.

—¡No! Baji siempre quiere monopolizarte. Es justo que te tenga para mí un día después de tanto tiempo sin verte.

—Chicos... —susurró Chifuyu, empezando a perder la paciencia entre el estira y afloja de ambos.

Sin embargo, cuando escuchó algo rasgarse fue cuando estalló. Cada uno estaba con una manga del suéter y él quería gritar al cielo, pero tenía que ser el adulto entre esos dos, así que respiró hondo y pasó sus pupilas entre ambos, a la par que ellos se miraban con distintos grados de horror.

—L-lo siento —dijo Baji, tendiéndole la manga como ofrenda de paz.

—... No era mi intención —susurró su novia, sus ojos anegándose al ver la expresión de exasperación de Chifuyu y también lo frágil que había resultado su trabajo de horas.

Matsuno volvió a respirar profundo y se quitó el rediseñado chaleco y tomó ambas mangas. Luego, mientras tomaba las llaves de la tienda en construcción, dijo:

—¿Qué rayos les pasa a ambos? —Alzó la prenda para valorar los daños y agregó—: Ahora van a ir conmigo a rogarle a Mitsuya que lo arregle, seguro podrá hacer algo. No habrá salidas ni nada para ustedes dos.

—De acuerdo —musitaron, empezando a seguir a Chifuyu.

Pese a todo, Chifuyu no podía creer que tenía novia y que pudiera aplicar sus conocimientos sobre el shojo en su relación, pero lo cierto era que su vida, de ser un shonen, pasó a ser una comedia romántica sinsentido.

Y no se quejaba, a pesar de que a veces les cuestionaba a los dioses si es que estaba pagando algún karma de su vida anterior.

¡Muchas gracias por leer!

N/A: Se suponía que me iba a guardar esto para diciembre, pero quería retomar mi tradición de publicar en todas mis historias en mi cumpleaños, así que aquí traje a Chifuyu.

Ahora, a mí Mikey me encanta, pero Chifuyu es todo lo que está bien xD Hasta he considerado hacer un Chifuyu x Reader x Mikey a ver qué pasa jaja

Yo volví a llorar viendo a Naoto morirse en el capítulo de hoy; es que en el manga me impactó mucho. Creo que también debería escribirle algo a Naoto...

Nos leemos mañana si todo va bien.

¡Cuídense mucho! >.<

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