El festival Arashiyama Hanatoro
Ni Yu-Gi-Oh! Ni ninguno de sus personajes me pertenecen, estos pertenecen al gran maestro Kazuki Takahashi ♥.
La tan anhelada cita *-* espero que les guste el capítulo de hoy <3.<3 es doblemente hermoso -para mí- porque tiene una linda escena Tender♥ *-*
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"Yo aquí tengo estrellas para usted, por si algún día se decide a ser mi noche".
Los minutos empezaron a pasar mientras íbamos a nuestro destino, yo iba callado, no quería incomodar por ningún motivo a Yami mientras manejaba, iba recargado en la ventana mirando hacia afuera pensando en cosas cómo que esto me hacía sentir como si fuéramos una pareja de recién casados yendo a su primer viaje juntos o algo por el estilo, si, ahí iba yo pensando cosas raras de nuevo, pero eso me hacía reír un poco. Cada momento nos acercábamos más a nuestro destino, en ratos sentía la insistente mirada de Yami sobre mí.
—Deberías de mirar el camino –Dije volteando a verlo al sentir su mirada sobre mí una vez más.
—Esta bien, tengo algo mucho mejor que ver aquí adentro –Mencionó haciendo que me apenara un poco.
—Amm... pero podemos tener un accidente –Mencioné intentando evadir el comentario.
—No te preocupes por eso, soy muy bueno manejando a grandes velocidades –Mencionó orgulloso –Velocidad es mi segundo nombre –Dijo poniendo pose de ganador.
—Creí que no tenías un segundo nombre y solo tú apellido "Atemu" –Mencioné riéndome de él.
—Bueno ahora lo sabes –Mencionó riéndose, yo solo negué con la cabeza sonriendo -¿Quieres que te lo demuestre? –Cuestionó emocionado.
—No creo que sea buena idea... -Mencioné un poco asustado por la idea.
—Tranquilo, todo estará bien –Mencionó sonriéndome cálidamente.
—Esta bien... -Mencioné finalmente suspirando.
—¡Muy bien! –Exclamó feliz y aceleró, yo sentía que mi corazón se iba a salir de mi pecho del susto que me estaba dando.
—Ya... ¡Yami! Baja la velocidad –Mencioné un poco asustado.
—Tú mandas ángel –Mencionó sonriendo y comenzó a bajar la velocidad poco a poco, yo comencé a sentir como el alma me empezó a volver al cuerpo.
—Gracias –Mencioné soltando un gran suspiro aliviado.
—No te iba a pasar nada –Mencionó tomando mi mano dulcemente.
—Lo sé –Mencioné sin mirarlo sintiendo mí corazón volver a acelerarse, pero ahora por la calidez de su mano, solo sonreí un poco por el pequeño contacto de esta con la mía.
Después de un rato más de ir platicando de cualquier cosa y reírnos por mil más, llegamos a Arashiyama, aún eran las tres de la tarde así que podíamos ir a comer algo antes de ver las linternas y las flores adornando toda la ciudad.
Yami aparco su auto en un estacionamiento y después de eso empezamos a pasear en la ciudad, era la primera vez que venía a Arashiyama a pesar de que estaba muy cerca de Domino, creo que era un lugar al que nunca le había puesto atención.
—Ángel, ¿deseas hacer algo en lo que esperamos que den las seis? –Me Cuestionó dulcemente mientras me miraba con ternura, teníamos que ocupar de alguna manera las tres horas que tendríamos libres ya que hasta las seis empezaban los tours para disfrutar de cada lugar de una mejor manera.
—Deberíamos ir a comer algo –Mencioné admirando los bellos árboles que había alrededor que aún no perdían sus hojas por completo.
—Entonces así será, vamos a buscar un lugar –Cuando dijo eso yo volteé a verlo con una sonrisa.
—Vamos –Mencioné asintiendo feliz.
Comenzamos a caminar hacia el estacionamiento por su auto para ir en búsqueda de algún lugar para comer, y así lo hicimos, hasta que Yami se detuvo justamente frente a la entrada de un restaurant muy elegante llamado Kitcho(1).
—Deberíamos comer aquí –Mencionó de repente.
—¿No es muy ostentoso para una primera cita? –Cuestioné algo apenado.
—Precisamente por eso es perfecto –Mencionó sonriéndome –Vamos –Mencionó aparcando en el estacionamiento del restaurant, bajó rápidamente y me abrió la puerta, eso se me hacía realmente un lindo gesto de su parte.
—Per... -No terminé de decir palabra alguna antes de que Yami tomara mi mano caminando dentro del restaurant.
Al entrar pude notar que el lugar era mucho más de lo que parecía, era un restaurant con un estilo japonés tradicional, pero a la vez era muy elegante y tenía un ambiente tranquilo.
Comimos en una mesa que estaba dando hacia el jardín del restaurant, este era una belleza, todo estaba bien cuidado y seguía sin descuidar ni un solo detalle lo tradicional.
La comida era una delicia, algo realmente inolvidable, el servicio era impecables, los ingredientes de los platillos eran lo mejor y por último el té que era una tradición que mantenían ahí, era absolutamente delicioso.
Todo lo había pagado Yami indiscutiblemente ya que como era una cita yo no debía pagar nada según él, eso me hacía sentir un poco incómodo, pero lo deje por ser la primera vez.
Una vez que terminamos de comer nos dirigimos a recorrer la ciudad un poco, Arashiyama era verdaderamente una ciudad especial, sus coloridos paisajes hacían de esta un lugar único.
El tiempo se nos pasó increíblemente rápido, cuando ya iban a dar quince para las seis nos dirigimos a uno de los templos que estaban cerca, cada templo tenía su propio horario de tour por el festival, pero a fin de cuentas todos recorrían el mismo sendero, pensamos en integrarnos en alguno, pero si lo hacíamos deberíamos continuarlo hasta el final y eso no sería tan agradable, lo mejor era verlo por nuestra propia cuenta.
Comenzamos a caminar por los senderos llenos de linternas(2) elaboradas con cerámica, cedro, piedra, bambú, entre otros materiales, íbamos mirando todo lo que ya estaba colocado, había diferentes puestos con muchas muestras diferentes de Ikebana(3), cada arreglo era hermoso, otra cosa era que los templos y santuarios estaban iluminando sus edificios y árboles(4).
La combinación de las luces de las linternas y los arreglos florales daban una grata y bella experiencia.
Entre todos los lugares, divisé un lugar donde vendían chocolates y golosinas, no pude resistirme a ir a comprar algunos pocos... Bueno muchos realmente.
—Yu... espera ¡Yugi! –No pude escuchar cuando Yami me estaba hablando, en unos segundos ya me encontraba revisando cada centímetro del lugar, a los segundos llegó Yami corriendo poniéndose a mi lado –Ángel, ¿por qué me asustas así? –Cuestionó algo preocupado intentando recuperarse por haber corrido.
—Lo siento Yami –Mencioné un poco apenado, solo es que... -Volteé a ver toda la variedad de cajas de chocolate en los estantes de la tienda, Yami hizo lo mismo.
—Ya veo –Mencionó sonriendo -¿Quieres algunos? –Cuestionó revisando el repertorio de los chocolates.
—Si... -Mencioné sonriendo –Estaba por decidir cuales comprar –Revelé revisando bien para saber que elegir mientras sostenía cajas de diferentes tipos de chocolates en mis manos.
—Nada de eso ángel, eres mi cita, mi trabajo es consentirte, yo los compraré para ti –Mencionó sonriéndome.
—No tienes que hacerlo, no te molestes –Mencioné sonriéndole un poco apenado.
—No es ninguna molestia –Mencionó sonriéndome feliz –Señorita podría darme una caja de cada ejemplar de chocolate por favor –Al decir eso la joven y yo nos sorprendimos del pedido.
—¿Una... caja de cada tipo? –Cuestionó la señorita sin asimilar la petición.
—Si, por favor –Mencionó mirándome dulcemente, yo me avergoncé por eso, mi plan era comprar unas dos o tres cajas no una de cada ejemplar.
—No tienes por qué hacerlo –Mencioné susurrándole mientras veía a la chica ir por los chocolates.
—Por eso mismo es un gusto hacerlo –Mencionó tomando mi mano llevándola hasta sus labios para besarla, yo me sonrojé ante su acción y miré hacia otro lado con una pequeña sonrisa en mis labios.
Después de que la muchacha regresará con muchas cajas de chocolate y Yami pagara salimos de la tienda, yo no sabía qué haría con tanto chocolate y menos en este momento durante el recorrido así que optamos por volver a su auto ya que aún no estábamos muy lejos y dejarlos ahí.
Regresamos a seguir con el recorrido, las montañas como telón de fondo y las aguas que fluían del río Oi(5), cruzado por el elegante Puente Togetsukyo(6) creaban un hermoso paisaje.
Llegamos hasta el bosque Sagano de bambú(7), este también estaba lleno de linternas, era hermoso pasar por ese lugar, el ambiente era tranquilo y la atmósfera era cálida, te sentías como en un cuento de hadas.
Seguimos caminando hasta encontrar un lugar donde había linternas hechas con bambú(8) también eran totalmente hermosas, el camino seguía, aún faltaba ver un concierto con guitarras y flauta, y algunas cosas más, pero yo ya me sentía algo cansado de caminar.
Al terminar el gran recorrido por los senderos de linternas nos sentamos en una banca cerca de un gran arce, la noche estaba completamente llena de estrellas y la luna se veía realmente hermosa, yo me puse a admirar la belleza de esa noche, todo hacía que se volviera una noche única.
—Mi luna... –Escuché decir a Yami de la nada.
—¿Tu luna? –Cuestioné algo desconcertado.
—Tú eres mi luna, ángel –Mencionó volteando a verme con una sonrisa, yo sentí que mi corazón vibró con sus palabras.
—¿Por qué lo dices? –Cuestioné riendo nerviosamente.
—Por qué tú miras a la luna con el mismo amor con el que yo te miro a ti –Mencionó tomando suavemente mi mano, yo no sabía que decir.
—Entonces... Si yo soy la luna, ¿tú eres el sol? –Cuestioné riéndome por lo bajo para no sentirme tan apenado de lo que acababa de decirme.
—Bueno... -Mencionó acomodándose semi acostado en la banca mirando el cielo –Digamos que sí, mi apellido deriva de "Itemu" que era un dios solar en la mitología egipcia –Mencionó pensando –Así que podría decirse que si –Mencionó volviendo su rostro a mi sonriéndome cálidamente –Aunque...
—¿Aunque? –Cuestioné curioso.
—Aunque mi nombre significa oscuridad –Mencionó acariciando dulcemente mi mano con su pulgar.
—Es algo un poco contradictorio por lo visto –Mencioné un poco apenado por sugesto.
—No del todo –Mencionó sonriéndome.
—¿Por qué? –Cuestioné mirándolo fijamente.
—Mi madre fue la que eligió ese nombre para mí y de alguna manera es como si lo hubiera elegido con un propósito, ya que soy oscuridad debo encontrar a mi luz –Respondió volviendo a mirar el cielo suspirando.
—¿Y ya la has encontrado? –Cuestioné un poco temeroso de la respuesta, mi cabeza quería saber la respuesta, pero mi corazón se estremecía del miedo de escuchar algo que podría no gustarme.
—Si –Mencionó sin quitar la mirada del firmamento y luego se quedó en silencio, mi corazón se estremeció al pensar que había encontrado a alguien más, yo bajé mi mirada un poco triste, estaba a punto de levantarme de la banca e irme cuando sentí que la mano de Yami sujeto con más fuerza la mía y me volvió a mirar con dulzura –Creo firmemente que la he encontrado cada día que estoy a tu lado –Mencionó finalmente, yo me sorprendí un poco, mi corazón se sintió aliviado y una lagrima de emoción bajo por mi mejilla.
—Yami... -Pronuncie en una voz muy baja mirándolo fijamente, éste solo me sonreía, se acercó a mí para limpiar con su dedo índice mi mejilla.
—Te quiero ángel –Reveló pegándose más a mi juntando nuestras frentes, mi corazón me latía demasiado rápido, no podía creer que esto estuviera pasado.
—Yo... también... te quiero Yami –Mencioné finalmente, él se sorprendió un poco de mis palabras y me miró con emoción, antes de que pudiera darme cuenta nuestros labios estaban unidos en un dulce beso, me sentía tan feliz que no podía reaccionar correctamente, poco a poco fui intentando corresponder el beso que Yami me estaba dando, sin pensarlo pasé mis brazos tras su cuello para pegarlo más a mí y sentir la calidez de su cuerpo junto al mío, de algún modo me sentía completo, sentía que todo lo podía por el simple hecho de que la persona más importante para mí sintiera lo mismo que yo.
—Ángel... -Me dijo suavemente cuando nos separamos de nuestro beso por la falta de oxígeno –Tal vez es muy pronto o tal vez ya me tardé demasiado, no lo sé, pero debo decirlo de una vez por todas... Estoy enamorado de ti, desde el primer día que te vi me enamoré de ti, de tu sonrisa que no dejaba de dar vueltas en mi cabeza hasta el día en que te volví a encontrar y desde ahí me aseguré no volver a dejarte marchar, realmente estoy loca, perdida e infinitamente enamorado de ti –Mencionó mientras me abrazaba con mucho cuidado, como si fuera una delicada joya o lo más valioso para él, mi corazón se sentía inmensamente feliz.
—Yo también estoy enamorado de ti, desde el día en que por mi culpa nos tropezamos, desde la vez que nos reencontramos, desde que pensé que conocerte no había sido una casualidad... Estoy sincera y profundamente enamorado de ti –Dije sin más, si Yami había sido valiente para decirme todo lo que sentía nada me costaba a mí serlo.
—Yugi... -Mencionó separándose un poco de mí, yo solo lo miré con una gran sonrisa –Entonces... si tú eres mi persona especial y yo soy tu persona especial... mi bello ángel ¿quieres ser mi novio? –Cuestionó tomando mis manos subiéndolas a la altura de sus labios para depositar un suave beso en estas.
—Si... ¡Si quiero ser tu novio! –Exclamé zafando mis manos de las suyas pasando mis brazos tras su cuello abrazándolo muy fuertemente, Yami solo correspondió el abrazo descansando su cabeza cerca de mi cuello, este era el mejor día de toda mi vida.
Después de estar un rato abrazados sintiendo la calidez del otro nos separamos mirándonos un poco apenados, era algo increíble que fuéramos novios, aún me era difícil asimilar ser novio de tan guapo caballero, nos quedamos admirando el cielo un gran rato recargados el uno en el otro hasta que vimos la hora, eran las diez y treinta de la noche y aún no habíamos buscado si quiera un lugar para quedarnos, al pensar en eso me apené un poco de pensar que ahora que éramos novios podíamos dormir juntos.
—Es hora de irnos ángel -Mencionó levantándose y extendiéndome su mano para tomarla.
—Si –Mencioné asintiendo con una sonrisa tomando su mano.
Comenzamos a caminar de regreso por el sendero que habíamos recorrido, Yami me llevaba tomado de la mano sin importarle que alguien nos pudiera ver o lo que alguien pudiera decir, al ir recorriendo el lugar vimos que aún había muchas lámparas de papel encendidas volviendo el ambiente mágico.
Al llegar a su auto volvió a abrirme la puerta para darme paso a dentro, después él entró y buscamos un lugar para quedarnos, cerca de donde estábamos había un hotel-restaurant llamado Benkei(9), decidimos quedarnos en este para no seguir buscando otros lugares.
Al entrar me di cuenta que de nuevo era un lugar con una pinta muy tradicional, entendí que Arashiyama era un lugar que se caracterizaba por esto.
El lobby seguía teniendo esa pinta, era un ambiente muy agradable, parecíamos atrapados en una película antigua, yo me encontraba admirando los detalles en lo que Yami iba a pedir las habitaciones a la recepción, estuve haciendo eso unos minutos hasta que él regresó.
—Ángel, ¿pido una habitación para ti y otra para mí? –Me preguntó sonriéndome dulcemente.
—Bueno... podrías... quedarte con-migo –Mencioné un poco apenado, bajando mi rostro hacia el suelo.
—¿Estás seguro? –Preguntó tomando mi mano gentilmente, yo solo asentí muerto de la vergüenza –De acuerdo, ahora regreso –Dijo inclinándose sobre mí para darme un suave beso en la frente y volver a la recepción.
Esperé unos minutos hasta que él regreso y me dijo que todo estaba listo, antes de subir a descansar decidimos ir al restaurant a cenar algo ya que desde las tres de la tarde no habíamos comido nada, más que unos chocolates que no había dejado en el auto de los que Yami me había comprado.
Después de cenar, subimos a la habitación, yo me sentía un poco apenado, ahora si parecíamos una pareja de recién casados o algo así, eso me hacía avergonzarme un poco más.
Comencé a sacar mis cosas para alistarme para dormir, realmente había pensado bien en el hecho de llevar mis cosas por cualquier cosa, primero entré yo al baño para darme una ducha rápida y ponerme mi pijama, después Yami hizo lo mismo.
En lo que él se estaba alistado fui y me acosté para dormirme antes de que él saliera, pero era imposible dormirme por la vergüenza que sentía, comenzaba a pensar que haberle dicho que se quedara conmigo no había sido una buena idea.
Cuando él salió del baño lo miré fijamente, se veía muy guapo con unas cuantas gotas de agua en su cabello, me sonrió dulcemente y se acercó a la cama para dormir conmigo, en ese momento mi corazón estaba a punto de paralizarse, me sentía nervioso y podía sentir como mis manos estaban temblando levemente.
—Ángel no tienes nada de qué preocuparte, nunca haría algo que no quisieras o que te lastimara –Mencionó acomodándose frente a mí mirándome fijamente con una sonrisa.
—Lo sé –Mencioné apenado.
—¿A si?, ¿entonces por qué tiemblas? –Cuestionó tomando una de mis manos riéndose por lo bajo.
—Porque nunca había estado en una situación así –Revelé rojo de la vergüenza.
—Ni yo, pero se trata de ti, de mi ángel y más que nervioso me siento emocionado –Mencionó acercando su rostro al mío para darme un pequeño beso en la mejilla –Descansa mi luna –Mencionó antes de alejarse de mi rostro depositado un dulce beso en mis labios.
—Descansa mi yami –Mencioné sonriendo con una inmensa felicidad dentro de mí, Yami sonrió al entender el concepto en el que había ocupado la palabra.
—Descansa mi hikari –Mencionó atrayéndome hacía él con una sonrisa para abrazarme gentilmente, yo solo reí por lo bajo y me acomodé en su pecho mientras él pasaba sus brazos por mi cintura, así nos quedamos profundamente dormidos.
POV de Ryo
Ese viernes en el que Yu-chan y Yami se habían ido a su primera cita al festival de Arashiyama ni a los chicos ni a mí se nos ocurrió juntarnos para hacer algo, así que tendría la tarde para mí.
Después de que me llevaran a la casa, subí a mi habitación, me arreglé, después bajé a comer algo y decidí salir al parque un rato, mi padre no estaba, como siempre, así que no tenía que avisarle a nadie a donde iba.
Alrededor de las tres de la tarde me dirigí al parque de Domino, quería salir a distraerme un rato y tener un poco de tiempo conmigo mismo, hacía mucho tiempo que no tenía tiempo a solas porque me la pasaba con los chicos.
Al llegar al parque pude sentir la fresca brisa que había a pesar de estar soleado, aunque ya estábamos en diciembre aún no se sentía un inmenso frío, eso era bueno, aunque yo siempre había amado el ambiente frío.
Fui y me senté en una banca frente al estanque del parque, alrededor había muchos niños jugando topadas y a los encantados, sonreí un poco al verlos tan divertidos, era una tarde agradable, incluso había algunas aves trinando, me recargué mejor en la banca mirando el paisaje, era una inmensa paz la que mi corazón sentía en ese momento.
Fin del POV de Ryo.
POV de Bakura
Yugi se había ido seguramente con todos sus amigos a un festival en Kyoto, así que como no tenía con quien divertirme mientras estuviera en la casa de los Mutou decidí salir a dar una vuelta, antes de llegar a la puerta me encontré con Yui, está me empezó a cuestionar a donde salía.
—Ey Bakura ¿a dónde vas?
—A desaburrirme claro está –Mencioné sin mirarla restándole importancia a mis palabras.
—Pero tenemos que trabajar en el próximo proyecto –Mencionó ella intentando retenerme.
—Yui, estaremos en este lugar seis meses, relájate, otro día podremos planear la próxima gira, ahora disfruta de tus vacaciones –Mencioné un poco fastidiado.
—Bueno, en eso tienes razón –Dijo pensando –Entonces saldré a comer con Takahiro –Mencionó yendo a su habitación seguramente para alistarse.
Salí de la casa y me fui a recorrer un poco los alrededores hasta llegar a un parque, empecé a recorrerlo, no había gran cantidad de personas y eso me parecía muy bien ya que odiaba los lugares con mucha gente.
Al andar recorriendo el parque vi a alguien que no pensé encontrarme ahí, Ryo estaba sentado en una banca cerca del lago, me extrañé un poco ya que se suponía que él tendría que estar con Yugi y los demás, aunque también estaba la posibilidad de que él no hubiera querido ir y los demás se hubieran ido sin él, lo pensé un poco, pero después lo dejé pasar y fui a acércame a él sin hacer ruido.
Al llegar donde él estaba me puse tras él y le tapé los ojos, tal vez era algo infantil, pero no quería llegar así como así.
—Eh... ¿Pero qué?, ¿quién eres? –Cuestionó poniendo sus manos sobre las mías intentando quitarlas para poder ver.
—¿Acaso no puedes adivinarlo? –Cuestioné susurrándole en el oído.
—¿Ba-Bakura? –Preguntó extrañado.
—¿Acaso conoces a alguien más con la misma voz que yo? –Cuestioné burlescamente soltándolo para que se girara un poco para poder verme, este solo negó con su cabeza, pude notar como un gran sonrojo apareció en sus mejillas, eso lo hacía ver muy lindo, esperen... ¡¿Lindo?! ¿En que rayos estaba pensando? –¿Puedo sentarme? –Cuestioné quitando los pensamientos de mi cabeza.
—S-Si –Mencionó sentándose correctamente mirando hacia el suelo, rodeé la banca y me senté a su lado.
—Bueno ¿y qué haces aquí tan solo? –Pregunté mirando el lago mientras acomodaba mis brazos sobre el respaldo de la banca.
—So-solo quería un poco de tiempo para mí –Mencionó sin mirarme.
—¿Te estoy interrumpiendo? –Pregunté mirándolo fijamente –Si es así, creo que será mejor que me vaya –Mencioné parándome de la banca.
—¡No! -Exclamó tomándome por la gabardina negra que llevaba puesta –No me interrumpes... Quédate –Al decir eso una sonrisa ladina se dibujó en mis labios y volví a sentarme a su lado.
—De acuerdo –Mencioné sonriendo.
Después de un pequeño rato en el que Ryo estaba muy callado comencé a hacerle plática de cualquier cosa para que se pasara esa sensación, pensé que se comportaba así debido a lo que casi pasó la última vez, así que tenía que hacer que se volviera a sentir cómodo con mi presencia o algo así.
Al pasar un rato ya estábamos platicando como si lleváramos toda una vida de conocernos, me di cuenta del sin número de cosas que teníamos en común, era tan fácil sonreír con él, aunque no entendía por qué, además ver sonreír a Ryo era algo encantador, me hacía sentir bien, a pesar de que pensaba que solo iba a ser un juego al estar a su lado las cosas cambiaban un poco y me hacían sentirme un idiota arrepentido.
Vimos pasar un niño que vendía rosas, pude mirar que Ryo las vio con ilusión, pero después volvió a voltear a ver el lago, pensé un poco en qué hacer.
—Ahora vuelvo –Mencionó sorprendiéndolo un poco.
—Esta bien –respondió sonriéndome dulcemente.
Fui a buscar al niño que anteriormente habíamos visto y al encontrarlo le compré unos rosas color naranja, eran muy bellas, de alguna forma al verlas me hicieron recordar la sonrisa de Ryo así que decidí llevarle esas.
Al volver junto con él me volví a poner tras él y le pedí que cerrara los ojos, él se extrañó un poco, pero finalmente lo hizo, di la vuelta y me puse frente a él, dejando cuidadosamente las rosas en su regazo.
—Ya puedes abrir los ojos –Mencioné un poco apenado mirando a otro lado.
—¿Son para mí? –Cuestionó emocionado.
—Pues yo no veo que esté con otra persona en este parque –Mencioné cerrando los ojos sin mirarlo.
—¡Gracias Bakura! –Gritó emocionado abrazando las rosas, posteriormente se levantó rápidamente para darme un suave beso en los labios, yo me sonrojé un poco ante esto, Ryo era diferente a todo lo que había conocido, era especial.
Sin darme cuenta el tiempo había pasado volando y ya estaba oscureciendo, la compañía de Ryo me hacía sentir una tranquilidad que nunca en mi vida había experimentado, todo estuvo bien hasta que él debía irse.
—Debo irme, es un poco tarde –Mencionó mirándome un poco afligido.
—No es como que no podamos vernos de nuevo –Mencioné restándole importancia a mis palabras.
—¡Es verdad! –Exclamó feliz –Te veré después Bakura –Dijo acercándose a mí para regalarme un beso en la mejilla, no me di cuenta en que momento había comenzado a ser tan expresivo, pero no me molestaba en absoluto.
Después de eso lo vi alejarse y vi que en la entrada del parque el mismo auto que siempre lo iba a recoger a casa de Yugi llegó por él.
Me fui caminando mirando el cielo, ¿qué me estaba pasando?, no me entendía, algo en mí se ablandaba al sentirlo cerca, al aspirar su suave aroma, al mirar su sonrisa, no quería que esto siguiera así, pero tampoco podía detenerlo.
Fin del POV de Bakura.
Al día siguiente los suaves rayos del sol que entraban por la ventana me despertaron, Yami aún estaba profundamente dormido y aún me tenía abrazado.
—Quiero despertar así toda mi vida -Pensé alzando mi rostro mirándolo con una sonrisa, volví a acomodarme unos segundos más en su pecho para escuchar los latidos de su corazón, eran como una suave sonata interpretada por Beethoven dando una presentación exclusivamente para mí.
A los minutos sentí que Yami se removió despertándose y me aseguró más a él.
—Buenos días amor -Mencionó mirándome con dulzura, yo me avergoncé al escucharlo llamarme así.
—Buenos días Yami –Dije sonriéndole dulcemente acercándome a sus labios para darle un corto beso de buenos días
—Quiero despertar así toda mi vida –Mencionó sonriéndome cuándo me separé de él, yo sentí mi corazón descolocarse, ya que él había dicho lo que yo había pensado minutos atrás, solo asentí sonriéndole apenado.
Estuvimos un rato acostados en la cama rememorando el paseo del día anterior y todo lo que habíamos visto hasta que el reloj marcó las once de la mañana y pensé que era hora de volver.
—Es hora de levantarnos Yami –Mencioné sonriéndole dulcemente.
—¿No podemos quedarnos por siempre aquí? –Cuestionó abrazándome fuertemente dándome la vuelta poniéndose él sobre mí para unir nuestros labios en un demandante beso.
—No... tenemos que regresar –Mencioné al separarnos cuando nuestros pulmones reclamaron oxígeno.
—Si no hay de otra –Mencionó afligido quitándose de encima de mí levantándose de la cama extendiendo su mano para ayudarme a levantarme.
—No pongas esa cara –Mencioné tomando su mano para levantarme sonriéndole dulcemente.
—De acuerdo –Mencionó jalándome hacía él abrazándome con ternura mientras sonreíamos.
Después de alistarnos bajamos a desayunar algo y después emprendimos nuestro regreso a casa, en el camino íbamos jugando y riéndonos, ahora me era más sencillo estar a su lado, podía sentirme más cómodo al saber que ya éramos novios.
----Continuará----
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(1)Restaurant Kitcho: Kitcho quiere decir en japonés buen presagio. Fue fundado por Teiichi Yuki, 1930, en Osaka. Hoy, el grupo tiene sitios en la propia Osaka, Kyoto, Kobe, Fukuoka y Tokio. Los restaurantes más connotados y famosos donde concurren artistas, hombres de negocios, políticos, como clientes frecuentes son: Koraibashi (Osaka), Arashiyama (Kyoto) y Ginza (Tokyo). Son famosos por celebrar la original Ceremonia del Té. Su fundamento gastronómico principal es que, todos los alimentos son hechos de manera artesanal (¿Ya les conté que es el restaurant más caro del mundo?, ¿no?, bueno para que vean que Yami sí que sabe consentir a su ángel, je :3 ).
(2)Senderos de linternas:
(3)Ikebana: Arte de disponer las flores de forma decorativa, generalmente en grupos de tres clases distintas, según una antigua tradición japonesa para transmitir una idea místico-religiosa de perfección.
(4)Templos y santuarios iluminados:
(5)Rio Oi:
(6)Puente Togetsukyo: Sobre el Río Oi se extiende el Puente Togetsubashi o Togestukyo (渡月橋). Cuando lo construyeron, entre los años 834 y 837, lo llamaron Horinjibashi. Sin embargo, cuando el emperador Kameyama lo vio 440 años después de su construcción dijo que parecía "como si la luna lo cruzara" y desde entonces se le conoce como Togetsubashi o Togestukyo (Moon crossing Bridge).
(7)Bosque sagano de bambú: Es uno de los rincones verdes más espectaculares de Japón, siendo designado como sitio histórico nacional y lugar de gran belleza escénica.
(8)Linternas hechas de bambu:
(9)Hotel-Restaurant Benkei:
Son lugares divinos *~* en fin :3 espero que les gustara el capítulo n.n Amo tanto a los Puzzle♥ siempre se prestan para escenas tan lindas *-* espero que nos leamos pronto en la próximo capítulo, cya :3
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