Destino: La ciudad de la libertad
Ni Yu-Gi-Oh! ni ninguno de sus personajes me pertenecen, estos pertenecen al gran maestro Kazuki Takahashi♥, yo solo los uso para mis locuras y mis historias extrañas. :3
¡Ámsterdam allá vamos! *-*, este capítulo me encantaaa♥ espero que también les guste a ustedes :3
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"Amsterdam no es una ciudad de pecado: es una ciudad de libertad"
Los días habían pasado rápido ya era miércoles por la mañana y todos nos encontrábamos a las nueve y treinta de la mañana en el aeropuerto de Narita listos y previamente desayunados para abordar nuestro vuelo de las diez de la mañana y comenzar nuestro viaje, Jonouchi-kun le había pedido a Kamijou-sensei acomodar nuestros lugares en el avión así que solo era cuestión de esperar su "maravillosa" organización que para mí ya era de esperarme como sería, la idea de Yami a mi lado era completamente indiscutible.
Una vez dentro del avión el orden era igual al que había pensado en mi cabeza, en la columna de la derecha estábamos todos, en la décima fila estaba Yami a lado de la ventana, yo en el asiento de en medio y mi primo a lado del pasillo, atrás iban Ry-chan y Jonouchi-kun acompañados de Tomoya-kun, que es uno de nuestros compañeros que casi nunca habla.
El vuelo iba a durar casi doce horas y como habíamos salido de día nadie tenía sueño, Jonouchi-kun y mi primo no sabían que hacer para no aburrirse en el avión, Ry-chan había pensado y había llevado el libro "Viaje al centro de la tierra" de Julio Verne para no aburrirse, yo había llevado el libro de "El psicoanalista" de John Katzenbach y uno de recopilación de poemas también, Yami estaba perdido mirando las nubes, a mí me causaba ternura verlo así, así que en ningún momento lo interrumpí.
Comencé a leer "El psicoanalista" desde la página que tenía marcada al ver que no había nada más que hacer, como íbamos en uno de esos aviones que tienen tv en el respaldo de los asientos, Yami eligió una serie para distraerse un rato en lo que yo leía, pero en ratos me distraía de mi libro y me entretenía mirando el programa que éste veía, era la serie hecha por History sobre el más joven de los faraones del antiguo Egipto, Tutankamón, esta se llama "El Rey Tut" como si no fuera muy obvio ya, esto pasaba porque desde que tengo memoria siempre he sentido cierta curiosidad por la cultura egipcia, dejando de lado que mi primo naciera en Egipto, era más que nada gracias a que mi abuelo Sugoroku siempre me contaba todo acerca de sus expediciones a ese lugar, Yami veía divertido cada vez que esto me pasaba.
—Deberías dejar ese libro y ver la serie conmigo, Yugi –Mencionó con una sonrisa ladina en sus labios.
—Es que el libro también está interesante –Dije regresando mi vista al párrafo en el que me encontraba.
—Ya casi vas a terminarlo, puedes alternar un poco y terminarlo en otro momento –En ese momento volteé a verlo y él me miró directamente a los ojos, yo sentí como mis mejillas se comenzaban a colorear de un tenue color carmín así que devolví mi vista a mi libro.
Al momento sentí un peso en mi hombro así que volteé a ver hacia mi izquierda, mi primo se había quedado completamente dormido y se había acomodado en mi hombro.
—Mariku-chan –Dije muy bajito al verlo dormir plácidamente, yo solo di una pequeña sonrisa.
—No me pasará nada ani-chan –Mencionó el dormido frunciendo el ceño entre sus sueños, yo solo sonreí ante esto.
—Sabe que lo quieres tanto que incluso en sus sueños lo cuidas –Mencionó Yami acomodándose a mi lado para mirar a mi primo, yo sentí que me sonrojé un poco más cuando noté que prácticamente él estaba recargado en mi costado, al sentir la calidez de su cuerpo junto al mío bajé mi rostro apenado.
—Etto... Si eso parece –Dije entre risitas nerviosas –¿No seguirás viendo tu serie? –Pregunté sin mirarlo, mi corazón se estaba comenzando a descolocar al sentir su respiración muy cerca de mi oído, ese pequeño contacto me estaba provocando estremecerme y ponerme un poco nervioso, gracias a Ra Ry-chan estaba enfrascado en su libro, Jonouchi-kun mantenía los ojos cerrados con los audífonos puestos y Tomoya-kun se había cambiado de lugar para estar con el chico del salón con el que más simpatizaba
—Si, tal vez después –Respondió sin moverse un solo centímetro de mi lado.
—Etto... debo ir al baño –Mencioné excusándome para separarme de Yami y para acomodar bien a mi primo para que durmiera tranquilo –Ya vuelvo –Dije levantándome rápidamente y caminando hacia el baño lo más rápido que podía.
Cuando llegué al baño entré y cerré pesadamente la puerta y me recargué de espaldas a ésta, sentía que mi corazón estaba a punto de abandonar mi pecho para irse a correr un maratón, cerré mis ojos y volví a recordar la calidez del cuerpo de Yami y su respiración, era una tontería ponerme así por algo como eso, pero era así, no lo podía evitar, "¿es qué acaso él no se da cuenta que mi corazón late muy rápido cuando está tan cerca?" cuestioné para mis adentros, di un tirón a mi cuerpo y avancé unos pasos hasta posicionar mis manos en el lavamanos, abrí mis ojos y miré mi rostro totalmente enrojecido, llevé una de mis manos a mis mejillas y sentí la calidez que emanaba de estás, volví a cerrar mis ojos y sacudí mi cabeza hacia los lados para dejar de pensar en cosas como esas, el vuelo apenas estaba empezando y tendría a Yami todo ese tiempo a mi lado, no podía seguir con pensamientos raros.
—Tranquilízate Yugi, tienes todo bajo control –Me dije a mí mismo mirando mi reflejo –Pero ¿por qué me pasa esto ahora si había podido convivir con él lo más normal posible? Sería terrible si Yami se diera cuenta de esto que causa en mí, tal vez mis amigos y mi primo confunden su amabilidad con un gusto, tal vez... él no quiere nada más que seguir siendo un buen amigo –Suspiré hondo, esas palabras me hicieron volver a la realidad, mi semblante cambió, de un momento a otro estaba más sereno y pensando correctamente.
Salí del baño y caminé despacio hacia mi asiento, al llegar los chicos seguían haciendo lo mismo que cuando me fui, Yami me miró y me regaló una hermosa sonrisa, ese tipo de cosas me hacían pensar en la posibilidad de algo, pero debía ser realista, realmente no sabía si él tenía algún tipo de sentimiento hacia mí por más dulce que se comportara conmigo.
Me senté y tomé el libro de poemas que llevaba conmigo, lo comencé a leer ignorando a todo el mundo para sumergirme mejor en la poesía, sin embargo, al pasar un rato fui sacado de mi mundo por Yami.
—Yugi... ¿Te gustan mucho los poemas? –Preguntó dulcemente, yo asentí con la cabeza.
—Si, desde hace mucho tiempo me gustan, es como si las palabras hablaran por los autores y como si yo sintiera a flor de piel lo que ellos sintieron al escribirlo, cualquiera puede escribir algo, pero transmitirle al lector sentimientos no cualquiera lo hace y ese es el verdadero reto –Dije dando una pequeña sonrisa apenada, nunca le había dicho a alguien que ese era el motivo por el que amaba la poesía.
—Cada día descubro que eres mucho más especial –Dijo mirándome con una sonrisa, yo empalidecí al escucharlo y apenas si puede articular una pregunta.
—¿Es-pe-cial? –Pregunté un poco sorprendido, aferrando el libro a mis manos.
—Si, cada día descubro nuevas cosas sobre ti y me gustaría poder conocer hasta el más mínimo detalle sobre ti –Dijo volteando su mirada hacia la ventana.
—¿Po-por qué quisieras algo así? –Pregunté algo desconcertado.
—Porque eres como un lienzo de Picasso(1) –Cuando dijo eso no entendí a qué se refería así que seguí atento a sus palabras –A simple vista fascina por su singularidad y cualquiera puede notar que es especial, pero no cualquiera entiende lo que hay oculto tras ese arte abstracto y bizarro, en el mejor sentido de la palabra -Mencionó sonriendo -Así eres tú, y lo mejor de todo será conocer todos los detalles que te hacen tan especial y perfecto –Mis ojos empezaron a temblar al escuchar sus palabras y mi corazón volvió a latir muy rápido, Yami piensa que soy especial... entonces lo que los chicos pensaban era verdad, Yami podía estar sintiendo algo por mí, sentí una gran alegría en mí ser, bajé mi rostro hacía mi libro y oculté con el una gran sonrisa –¿Me dejarías conocerte mejor? –Preguntó de la nada regresando su mirada para posarla sobre mí con una sonrisa ladina.
—¿Y eso cómo sería? –Cuestionó bajando un poco el libro y abrazándolo a mi pecho sin mirar a Yami.
—Ahora mismo no lo sé, pero sé que algo se me ocurrirá –Yo volteé a verlo extrañado, él puso una de sus manos tras su nuca sonriendo nerviosamente, yo ahogué una risita por eso.
—Etto... está bien, a mí también me gustaría conocerte mejor –Dije sonriéndole cálidamente, llámenme loco, pero en ese momento me pareció ver un tenue sonrojo en sus mejillas, yo regresé a mi libro y sonreí, pude notar por el rabillo de mi ojo que él también sonrió y se dispuso a seguir mirando por la ventana.
La mañana pasó rápido, en algún momento Yami se quedó dormido mientras miraba por la ventana, yo me encontraba embelesado mirándolo, era como estar contemplando a un muy apuesto ángel, hasta con solo mirarlo así, sentía como iba enamorándome un poco más de él, solo dejé de contemplarlo en el momento que sentí que mi primo se removía en su lugar, voltee para mirarlo y en efecto ya estaba más despierto que dormido, pasó un pequeño rato y ahora era mi primo el que estaba despierto haciéndome plática.
Al llegar la tarde trajeron la comida, traté de despertar a Yami llamándolo por su nombre al oído, pero éste no quería despertar, así que Ry-chan se inclinó desde su lugar para molerle la mejilla con su dedo índice mientras le decía que despertara, yo veía divertido la escena, a los pocos minutos despertó con una molestia en su mejilla debido a la estimulación del albino, comimos todos juntos, así paso la tarde, comenzamos a platicar todos un rato hasta que empezó a oscurecer, fuera del avión se alzaba orgullosa una hermosa luna en cuarto creciente, yo no podía dejar de mirarla, desde siempre amaba la luna y lo que más amaba en este mundo era contemplarla y eso haría sin importar que tuviera que estar en una posición un tanto incomoda si significaba no perderme tan majestuosa belleza.
—Yugi, estás mal acomodado, ¿quieres que te cambie el lugar para que puedas ver mejor la luna? –Me preguntó gentilmente.
—Si, por favor Yami –Dije casi como una suplica sonriéndole feliz.
—Muy bien, entonces cambiemos –Dijo levantándose de su lugar, yo me moví a donde él estaba y él se sentó en mi lugar, ahora si podía ver la luna sin ningún tipo de inconveniente.
POV de Yami
—Con eso que hiciste acabas de hacer que perdamos a mi ani-chan, Yami –Dijo el moreno mirándome con una gotita en la sien.
—¿Por qué lo dices? –Cuestioné intrigado.
—¿Qué pasa con Yu-chan cuando mira la luna, Marik-chan? –Me secundó el albino.
—Porque cada vez que mi ani-chan contempla la luna se pierde, puedes estar hablándole y ÉL NO TE HARÁ CASO –Dijo elevando el tono en esas palabras y señalándolo para que lo miráramos, mi ángel estaba recargado en la ventana con la mirada fija en la luna y con una ligera sonrisa en sus labios –La realidad es que nunca se cansa de verla, cuando éramos pequeños en vacaciones nuestros padres nos llevaban a un pequeño bosque a unas cuantas horas de Domino, ahí acampábamos y convivíamos lejos de la ajetreada vida de la ciudad, lo único malo era que si nos tocaba acampar en días de luna mi ani-chan prácticamente se quedaba toda la madrugada en vela contemplándola, solo se dormía hasta que la luna terminaba su trayecto por la cúpula estelar –Dijo dando un hondo suspiro –Ya sé imaginarán al otro día, no despertaba hasta muy tarde, pero a él no le importaba perder horas del día mientras en la noche disfrutara de su pasatiempo favorito –Al decir eso una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios –Es todo un caso perdido –Después de decir eso volteó a verlo con una sonrisa ladina.
—Creo que no es malo si lo hace feliz –Mencioné volteando a ver a mi ángel con ternura.
—Eso es verdad, además ver la luna nunca le ha hecho daño a nadie –Dijo el oji-miel cruzándose de brazos.
—Jonouchi-kun tiene razón –Mencionó el albino sonriendo –Hablando de acampar... Yo nunca eh ido a acampar –Menciono cabizbajo.
—Y yo tiene algunos años que no voy -Secundó el rubio.
—Nosotros tampoco hemos vuelto a ir desde que mi tía Yui se volvió una súper cantante y mi tío Takahiro y mis padres tuvieron más trabajo en la empresa –Mencionó el oji-lavanda.
—Podríamos ir a ese lugar a acampar –Dije pensando en el mundo de posibilidades que podría tener con mi ángel ahí.
—Esa es buena idea, ¿qué dicen chicos?, Ry-chan, Jonouchi-kun, ¿les gustaría ir? –Cuestionó mi pre-cuñado emocionado.
—¡Por supuesto! –Respondieron al unísono emocionados, pensé que mi ángel reaccionaría, pero ni siquiera se inmutó ante la reacción de los chicos, realmente se perdía contemplando la luna, a esa altura no sabía si sentirme feliz de que eso lo hiciera feliz o encelarme de no obtener una atención así de él.
—Entonces eso lo planearemos de regreso a casa, ahora concentrémonos en esto –Dijo el moreno decidido, los demás asentimos.
Las horas iban pasando, cuando la hora de la cena llegó le hablé a mi ángel para que no se quedara sin cenar.
—Yugi –Posee mi mano suavemente en su hombro –Es hora de la cena –Le dije acercándome a él –Debes cenar algo –Mencioné susurrando en su oído, sentí como su cuerpo se tensó un poco y volteó a verme con una risita nerviosa.
—Si... etto... gracias por avisarme Yami –Mencionó sonriéndome cálidamente.
—Gracias Yami, no iba a ser nada bueno que se quedara sin cenar si piensa quedarse en vela contemplando la luna –Mencionó el moreno mirando acusadoramente a mi pequeño, éste solo sonrió nerviosamente.
—¿Qué hora es? –Cuestionó mi dulce ángel extrañado, se había perdido por un par de horas contemplando la luna.
—Las diez y treinta Yu-chan –Mencionó Ryo sonriéndole
—¡QUÉÉÉÉ! –Exclamó sorprendido –¡No puedo creer que me haya quedado prendado admirando a la luna tanto tiempo!
—De que te sorprendes si has pasado noches sin dormir –Mencionó Marik rodando los ojos.
—Bueno chicos cenemos porque me estoy muriendo de hambre –Dijo el rubio tocando su estómago.
—Pero si comiste bien en la tarde Jonouchi-kun –Le dijo el albino –No cabe duda que debemos conseguirte una novia que siempre te cocine –Dijo riéndose, causando la risa de nosotros también, Jonouchi solo frunció el ceño, lo único que yo podía pensar era en que, si Seto hubiera estado ahí y hubiera escuchado ese comentario Ryo, este no seguiría entre nosotros.
Cenamos y platicamos muy amenamente, hasta que avisaron que las luces se apagarían, eso solo significaba que debíamos descansar pero cierto pequeño que mi corazón cautivaba había vuelto a su posición de observar la luna, los demás habían empezado a acomodarse para dormir, yo me había acomodado para ver a mi ángel, cada vez que lo veía lo miraba más lindo, era como una perfecta sonata, pude notar como uno a uno cada uno de nuestros amigos se habían quedado dormidos, después de un rato de estar contemplando a MI Yugi recordé un verso que había escuchado hacía mucho tiempo, sin pensarlo lo recite suavemente.
"Oh, si detener este momento yo pudiera
Y si la brisa también se detuviera
Pasaría las noches, los siglos, los milenios
Entre la dulce miel de nuestra luna llena".
No me di cuenta de lo que hice realmente hasta que mi ángel volteó a verme, yo sentí que un pequeño sonrojo se coló en mis mejillas, pero gracias a la oscuridad mi pequeño no podía verme.
—Yami, eso fue bello –Mencionó sonriéndome.
—Yo... no me di cuenta en que momento lo dije –Confesé algo apenado.
—Me da gusto que lo hayas hecho, realmente fue un verso muy lindo –En este momento reaccioné, no se suponía que mi pequeño no le hacía caso a nadie cuando contemplaba la luna, eso solo podía significar que estaba comenzando a ser algo especial para él o al menos eso es lo que quería creer desde que Marik me dijo que mi ángel simpatiza conmigo.
—Si, lo es, lo escuche hace mucho tiempo –Mencioné sonriéndole -También hace mucho leí una leyenda sobre la luna y tú me recuerdas a su protagonista ya que al igual que tú él amaba contemplar la luna –Dije sonriendo recordando una leyenda griega que había leído cuando niño sobre Selene y Endimión.
—¿Una leyenda? –Me preguntó extrañado –Yo no he escuchado ninguna leyenda sobre la luna –Dijo cambiando su semblante a uno afligido.
—Si quieres puedo contártela –Dije mirándolo a los ojos.
—¡Me encantaría! –Exclamó emocionado, yo sentí mi corazón latir fuerte al verlo así.
—Bueno, entonces acomódate bien y escucha con atención –Le dije sonriendo acomodándome en el asiento un poco de lado recostando mi cabeza en mi mano y él hizo lo mismo para quedar de frente, yo sentí que podía quedarme así toda la vida solo para poder contemplarlo con el mismo amor que él contempla a la luna –"La leyenda cuenta que Endimión era un pastor de Caria de origen divino y nieto de Zeus. Él había ocupado el trono de Elida, pero luego de ser destronado, busco refugió en el monte Latmos y se dedicó al campo y a los astros, enamorándose de la luna, su única compañía además de la soledad.
Todas las noches, después de realizar sus tareas diarias, dormía profundamente dentro de la cueva que le servía de morada. Pero si el tiempo era bueno, se tumbaba junto a la puerta de la cueva a dormir al aire libre. Endimión contemplaba a Selene y su corazón se nutría de un amor silencioso, hasta caer dormido.
Selene no sabía nada del gran amor que había inspirado en el pastor, pero una noche bajó a la tierra, le vio dormido y le amó, y se negó a volver a ocupar su lugar en los cielos lejos de su amante. Desde entonces le visitó todas las noches, siempre lo encontraba dormido, y se recostaba junto a él sin despertarle. Así, dormido él y ella despierta, se amaron por mucho tiempo.
La diosa ignoraba la fascinación del pastor hacia ella, y él tampoco sabía que durante sus sueños se volvía objeto de amor de la diosa, hasta que una noche Endimión fue despertado por el roce de los labios de Selene sobre los suyos, toda la caverna estaba iluminada por la luz plateada de la Luna, ante él vio a la diosa brillante, entre los dos nació una gran pasión en pleno amor, así se enteró de que era el amante de la diosa. Ambos se confesaron su amor secreto y la felicidad los envolvió. Pero entonces entró un temor en él, ya que había pasado el tiempo y su cuerpo comenzaba a marchitarse. Le pidió a Selene que le concediera juventud eterna con su poder divino. Ella recurrió a Zeus y éste decidió que Endimión no sufriría el paso del tiempo mientras estuviese dormido; sólo envejecería mientras estuviera despierto.
Endimión le hizo prometer a Selene que lo acompañaría siempre cuando él durmiera, de ese modo, él no envejecería al sumirse en ese sueño perpetuo, despertando solamente para recibir a su amada.
Cuentan que por eso la Luna se ausenta cada mes unos días del firmamento, en los que baja a la Tierra para disfrutar de la compañía de su amado, mientras que el resto del tiempo tiene que conformarse acariciando su cuerpo dormido, con sus rayos, desde el cielo. Aún en la actualidad Selene y Endimión continúan amándose en silencio en algún rincón remoto de la tierra." –Cuando terminé de relatarle la leyenda noté que las bellas amatistas de mi ángel estaban un poco dilatadas y una lágrima amenazaban con salir de su ojo derecho, yo no sabía por qué quería llorar, pero instintivamente subí mi mano libre a su mejilla y la acaricié suavemente pasando mi nudillo debajo de su ojo para quitar la lágrima, mi pequeño no dijo nada, solo se dejó hacer –¿Pasa algo Yugi? –Cuestioné un poco extrañado y preocupado.
—Nada, malo –Contestó sonriéndome –Solo me conmovió la leyenda, es... hermosa.
—Si tienes razón, lo es –Dije sonriéndole –Yugi, ya son la una y veintiocho de la madrugada deberías dormir, bueno, deberíamos dormir, sé que te gusta admirar la luna, pero en unas horas tendremos cosas que hacer –Le dije sin quitar mi mano de su mejilla.
—Etto... pero yo quería seguir contemplándola –Dijo haciendo un lindo puchero que me hizo sentir ternura.
—Hagamos algo... -Mencioné pensando –Ahora debemos descansar, pero prometo quedarme otro día contigo en vela mientras contemplas la luna, ¿te parece?
—¿Harías eso por mí? -Cuestionó cambiando el puchero por una expresión de sorpresa.
—Eso y más, Yugi –Dije mirándolo a los ojos –Bueno entonces si es un trato descansemos de una vez –Dije quitando mi mano de su mejilla y acomodándome bien para descansar, mi ángel me imitó sin mirarme –Descansa Yugi –Dije acercándome a él dándole un pequeño beso de buenas noches en su frente, en ese momento mi ángel ya estaba más dormido que despierto, sin embargo, sonrió ante mi gesto y me respondió.
—Buenas noches, Yami –Después de decir eso se quedó profundamente dormido, yo me quedé contemplándolo unos minutos, al verlo así, tan frágil y encantador me sentía tan enamorado como Endimión contemplando a su Luna.
—Buenas noches, mi luna –Dije acercándome a él, no pude contenerme más e hice una locura, fui acercándome lentamente a sus labios y deposité un pequeño beso en éstos, al momento pude sentir la suavidad y la calidez que emanaban el par de pétalos de sakura que mi ángel tiene por labios, parecían tallados por los mismos dioses, su sabor era delicioso, desde ese momento entendí que podía morir feliz prendado de esos labios ya que éstos se amoldaban perfectamente con los míos como si ya estuviera destinado que fuera así, me retiré a los segundos antes de hacer que mi pequeño despertara, el corazón casi se salía de mi pecho, no podía creer que le había robado un beso, pero tampoco me arrepentía.
Fin del POV de Yami.
Después de algunas horas desperté pesadamente al sentir que mi mejilla estaba siendo atacada por el dedo de Ry-chan.
—Despierta bello durmiente –Mencionó con una sonrisa sin dejar de amolar mi mejilla, él estaba inclinado una vez más como cuando despertó a Yami la tarde anterior.
—Ya, ya estoy despierto Ry-chan –Dije dando un pequeño bostezo notando que mi primo estaba amolando el hombro de Yami para despertarlo.
—Yami... Despierta, ya casi es hora de aterrizar –Dijo sin dejar de amolar su hombro –Es increíble, no despierta, de mi ani-chan pude esperarlo porque seguramente se quedó en vela, pero Yami... Sí que duerme mucho –Dijo llevando su mano derecha a su frente cerrando los ojos frunciendo el entrecejo.
—Etto... Lo que pasa es que se quedó despierto hasta que yo me dormí –Revelé algo apenado.
—¡Eso es belloooo! –Exclamó el albino haciendo que Yami se despertara sobresaltado.
—¿Qué pasó? –Cuestionó llevando una mano a su cabeza y cerrando de nuevo sus ojos.
—Nada, nada, que ya casi aterrizamos y Ry-chan es feliz por eso –Dijo mi primo aminorando la reacción del albino.
—Por fin, ya estoy cansado de estar sentado, estar sin hacer nada sí que es desgastante –Dijo el rubio estirándose un poco.
—Si es verdad, pero fue un vuelo divertido -Dije pensando en todo lo que había pasado, en ese momento por mi mente pasó una parte de uno de mis sueños, en el Yami se acercaba a mí y me daba un dulce beso, yo sonreí tontamente al pensarlo y voltee a verlo, había sido un lindo sueño, uno que me gustaría que se hiciera realidad, Yami volteo a verme sonriéndome, yo sentí que volvía a sonrojarme así que desvié mi vista para mirar el territorio perteneciente a los Países Bajos –Ya llegamos –Dije con emoción, me moría por encaminarnos a Ámsterdam.
—Todo se ve muy natural desde aquí y más con tantos canales –Mencionó Yami inclinándose para ver por la ventana.
El avión aterrizó a las once y veinte de la mañana, todos comenzamos a descender del avión habíamos llegado a Detroit, lo siguiente que haríamos era tomar nuestras maletas y subir a una pequeña vagoneta que nos llevaría hacia la puerta de Embarque a Ámsterdam.
—¡Chicos, por favor todos reúnanse aquí! –Dijo el sensei haciendo un ademán con sus manos para atraernos hacia donde él estaba –La vagoneta que llegará aquí en unos 5 minutos nos llevará hasta nuestro destino así que no se separen por ningún motivo –Dijo mirándonos inquisidoramente.
—Si sensei –Dijimos todos al unísono.
En unos minutos llegó la vagoneta que nos había dicho Kamijou-sensei, todos comenzamos a abordarla acomodando las cosas en un lado, nos acomodamos una vez más en la fila de la derecha, Ry-chan se sentó con mi primo, enfrente de ellos se sentó Yami conmigo y Jonouchi-kun se sentó en el asiento de enfrente a nosotros.
Nuestro recorrido empezó, íbamos por la carretera, pasando sobre uno de los canales, todo se veía normal, pero a medida que el recorrido iba avanzando todo empezaba a volverse más antiguo y pintoresco.
Cuando estuvimos más cerca del corazón de Ámsterdam todos nos quedamos impresionados por la belleza de la ciudad.
—Es increíble, es igual a como lo había soñado –Mencionó el albino pegándose a la ventana medio aplastando a Mariku-chan ya que éste era el que había tomado el lado de la ventana.
—Ry-chan con cuidado, estas aplastándome –Dijo quejándose mientras se removía un poco.
—Lo siento –Mencionó el albino con una risa nerviosa –Me dejé llevar por la emoción.
—Esta bien Ry-chan, no te preocupes –Le respondió mi primo con una sonrisita.
—Así que hemos llegado ya, realmente es un bonito lugar –Dijo el rubio contemplando todo desde su ventana.
—Así es, hemos llegado a la Ciudad de la Libertad –Mencioné sonriéndole.
—A la ciudad del pecado –Mencionó Yami sonriendo maliciosamente.
—¿Del pecado? –Cuestionaron los chicos desconcertados volteando a verlo.
—Si, verán, yo leí eso hace algún tiempo en un libro. «Algunos turistas piensan que Ámsterdam es la ciudad del pecado, pero la verdad es que es la Ciudad de la Libertad. Y en la libertad, la mayoría de las personas encuentran el pecado.» -Mencionó Yami citando la frase del libro.
—Interesante –Mencionóel albino con una sonrisa.
—Es cierto, además el Rosse Buurt(2) da mucho que pensar –Mencionó mi primo refiriéndose al área en la que se encontraban los burdeles y clubes exóticos de la ciudad.
—¿El Rosse Buurt? –Cuestionó el rubio extrañado de nuevo.
—Si, es el lugar de perdición de Ámsterdam –Dijo el albino mirando perdido por la ventana –Me gustaría ir –Al mencionar eso nosotros lo volteamos a ver extrañados, entonces él se percató de las miradas y soltó una risa –No es a lo que ustedes piensan chicos, es que en ese lugar se encuentra una basílica hermosa con una gran escalera en forma de caracol a la que se le llama La escalera al cielo(3) -Mencionó sonriéndonos.
—Ah... ahora bien –Mencionó Yami aliviado.
—Ahora entiendo el concepto de pecado –Dijo el oji-miel riéndose.
Seguimos avanzando hasta llegar al lugar donde nos hospedaríamos, nos detuvimos frente a un gran hotel con una arquitectura rozando entre el pasado y el presente, era el Hotel de Filossof(4), entonces bajamos de la vagoneta.
—¡Bienvenidos a Ámsterdam! –Exclamó el sensei emocionado, todos sonrieron de ver esa nueva faceta del sensei.
Al entrar notamos que el hotel estaba decorado de una manera muy clásica, se sentía muy acogedor, al dirigirnos al Lobby(5) nos dimos cuenta que era un escenario muy elegante, las paredes tenían un papel tapiz con diseños clásicos que parecían marcas de agua en un el fondo de color rojo, algunas paredes estaban pintadas blancas, era similar a la habitación de mi primo, los muebles estaban forrados de un tapiz rojo que hacia juego con el ambiente clásico del lugar, el señor de la recepción nos atendió muy amablemente y nos indicó las habitaciones que anteriormente ya habían sido reservadas por Kamijou-sensei.
Todos nos hospedamos en la segunda planta de nombre Heidegger, cada habitación estaba nombrada por filósofos y en las paredes estaban inscritas frases en honor a éstos, sonreí leyendo varías de esta.
La aventura apenas estaba comenzando y la verdad era que pintaba de maravilla.
----Continuará----
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(1)Picasso, Pablo: fue un pintor y escultor español, creador, junto con Georges Braque, del cubismo.
(2)Rosse Buurt: Barrio rojo en español, conocido también como Red Light, es un barrio central de la ciudad de Ámsterdam en los Países Bajos. Famoso por su historia, su arquitectura, su vida cultural y por ser uno de los barrios más liberalizados del mundo en cuanto a la actitud hacia la prostitución, las drogas y la diversidad sexual.
(3)La escalera al cielo: En el Barrio Rojo, rincón de perdición, hay una escalera hacia el cielo. Está en la Oude Kerk, una basílica gótica dedicada al patrón de la ciudad, San Nicolás.
(4)Hotel de Filossof: Hotel que se encuentra en Anna van Den Vondelstraat 6, 1054 GZ Amsterdam, Países Bajos.
(5)Lobby: Vestíbulo de gran tamaño situado en ciertos establecimientos, como cines, teatros u hoteles.
Fin del capítulo, espero que en verdad les gustara *~* no pude dejar de mostrarles la belleza de los lugares para que los conozcan, son tan increíbles *-* y... El momento Puzzle + Luna♥ = Liz enamorada ♥.♥, realmente me encantó que Yami le contara la historia de Selene y Endimión a Yu-chan *~* -nada que ver con que Selene sea mi primer nombre, qué vca a ser :$ x'D- y el casto beso, ay *-* me enamora♥, bueno ya, me voy, nos leemos en el próximo capítulo, cya :3
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