Destino entrelazado en travesuras
Ni Yu-Gi-Oh! Ni ninguno de sus personajes me pertenecen, estos pertenecen al gran maestro Kazuki Takahashi.
Volvamos a las actualizaciones, es que uff a veces me centro en otras cosas, lo lamento >-< pero aquí está el siguiente capítulo n.n
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"Lo que ha de suceder, sucederá".
Después de que todo el día escolar me la pasé distraído salimos de clases, estaba dispuesto a regresar solo a mi casa, pero no sería así.
—Ani-chan... mis papás no estarán hoy en casa y la verdad es que no quiero estar solo –Dijo juntando sus dedos índices apenado – ¿Podría pasar la tarde en tu casa?
—¿Sólo? -pensé un momento en lo que cabe el sentido de esa palabra ya que al igual que la mía su casa también está repleta de personal –No te preocupes Mariku-chan, si quieres también puedes quedarte a dormir conmigo –Dije sonriéndole.
—¡Gracias ani-chan! –Dijo abalanzándose sobre mi dándome un fuerte abrazo, yo solo sonreí ante su gesto.
—Ay, ustedes tendrán una pijamada y no nos invitarán –Mencionó Ry-chan con un semblante afligido.
—No te sientas mal Ry-chan, si gustas tú también puedes quedarte a dormir hoy en mi casa –Dije sonriéndole –Tú también Jonouchi-kun.
—¡Si! Gracias Yu-chan -Dijo también lanzándose a abrazarme.
—Yo quisiera acompañarlos chicos, pero Shizuka llegará hoy de Tokio y debo estar con mi hermanita –Dijo sonriéndonos mientras sus ojos brillaban, siempre que llegaba su hermana Jonouchi-kun mantenía un brillo especial en sus ojos.
—Eso lo entendemos Jonouchi-kun, entonces mándale saludos a Shizuka-chan de nuestra parte –Dije sonriéndole.
—Le diré Yug, bueno chicos, me voy que tengo que arreglar todo para cuando ella llegue, nos vemos –Dijo comenzando a caminar en dirección contraria a la nuestra.
—Hasta luego Jonouchi-kun –Dijimos al unísono.
—Bueno chicos entonces yo los veo en tu casa Yu-chan, debo ir por mis cosas a mi casa, ¿cómo a qué hora llego? –Pregunto emocionado, desde que había llegado de Inglaterra no habíamos tenido ninguna pijamada así que sería la primera.
—Si quieres solo ve a recoger tus cosas y regresas Ry-chan –Dije sonriéndole.
—Si, nosotros te estaremos esperando –Dijo mi primo feliz.
—De acuerdo chicos, entonces en un rato más los veo –Dijo despidiéndose para ir por sus cosas.
—Hasta al rato Ry-chan –Dijimos mi primo y yo alegremente.
Al llegar a mi casa fuimos recibidos por Reiji-san y le dijimos que más tarde llegaría Ry-chan, que por favor lo hiciera pasar y que le dijera que estábamos en mi habitación, subimos y dejamos las cosas arriba de mi escritorio, luego nos tumbamos en la cama uno al lado del otro para descansar un rato, yo cerré mis ojos mientras mi primo jugaba con mis mechones rubios haciéndome cosquillas, estábamos en silencio a excepción de unas cuantas risitas de mi parte debido a las cosquillas hasta que Mariku-chan decidió iniciar una plática.
—Oye ani-chan... has estado muy distraído desde que conociste a Atemu-san, ¿acaso ocurre algo malo? –Cuestionó mi primo mientras seguía jugando con mi cabello, yo abrí mis ojos de la sorpresa que me había causado su pregunta.
—No pasa nada malo –Mencioné sonriéndole –Solo que... bueno te lo diré Mariku-chan –Al escucharme mi primo me miró atento –No sé por qué, pero, por alguna extraña razón me gustaría volver a ver a Yami –Revelé suspirando pesadamente.
—¿Él te gusta? –Cuestionó mi primo dejando mi cabello cerrando sus ojos y tapándolos con su brazo derecho.
—Bueno... yo... no lo sé –Mencioné un poco confundido –Creo que si –Me apené un poco al decirle eso, mi primo no dijo nada solo se removió y se acostó boca abajo con su cabeza volteada al lado contrario donde me encontraba -¿Qué tienes Mariku-chan? –Cuestioné un poco preocupado, que mi primo hiciera eso no era muy normal.
—No pasa nada –Mencionó sin voltear a verme, su voz se escuchaba extraña, parecía que se estaba entrecortando, en ese momento me bajé de la cama y me caminé hacia el lado donde estaba mi primo, vi que tenía sus ojos cerrados y de uno de ellos escurría una pequeña lágrima.
—Mariku-chan... ¿qué tienes?, ¿por qué estás llorando? –Cuestioné poniendo una de mis manos en su mejilla para limpiar la lágrima, el abrió lentamente sus ojos y me miro triste, yo sentí que mi corazón se hacía pequeño al verlo llorar.
—¿Vas a cambiarme? –Cuestionó con su voz más entrecortada y mientras brotaban otras lágrimas de sus ojos, yo lo miré extrañado, no entendía a qué se refería.
—¿A qué te refieres? –Cuestioné extrañado, él se comenzó a levantar para quedar sentado con sus piernas flexionadas hacia su pecho y abrazando una almohada.
—Siempre hemos hecho todo juntos desde pequeños, nos criaron como hermanos, por eso eres mi hermano mayor, pero ahora que Atemu-san entró a tu vida temo que te vayas a olvidar de mí por pensar tanto en él –Reveló mientras aferraba aún más la almohada a su cuerpo.
—¡Oye! ¿Pero qué dices? –Cuestioné sentándome a su lado –Yo jamás te cambiaría, tú eres mi hermanito menor y nada ni nadie te quitaría el lugar que ocupas en mi corazón –Mencioné sonriéndole cálidamente, ahora entendía porque en el receso se había molestado cuando me vio distraído.
—¿Lo dices de verdad ani-chan? –Cuestionó levantando su rostro para mirarme.
—Por supuesto que sí, ven... –Le dije abriendo mis brazos a lo que el reaccionó quitando la almohada de enfrente de su cuerpo y abrazándome –Tú siempre serás alguien muy importante para mi Mariku-chan y no quiero que olvides eso, por más personas que pudieran entrar en mi vida nadie va a sacarte de mi corazón –Mencioné dulcemente mientras acariciaba su cabello.
—No lo olvidaré ani-chan –Dijo separándose un poco de mí y regalándome una cálida sonrisa, luego volvió a abrazarme y nos tumbamos en la cama para estar mejor acomodados, así estuvimos hasta que ambos nos quedamos profundamente dormidos, a la media hora se escuchó que tocaban la puerta, era Reiji-san el que tocaba, yo entre abrí mis ojos y vi que mi primo estaba aferrado a mi brazo aún dormido.
—¿Qué pasa Reiji-san? –Cuestioné en tono bajo para no despertar a Mariku-chan.
—Amo Yugi, aquí a mi lado se encuentra el joven Ryo.
—Por favor que pase, la puerta está abierta –Dije otra vez en voz baja.
—Gracias por traerme hasta aquí Reiji-san –Oí decir a mi amigo albino mientras abría la puerta viéndome acostado en la cama con Mariku-chan aferrado a mí.
—De nada joven Ryo, si se les ofrece algo por favor llámenme –Mencionó sonriendo y se retiró.
—Parece que alguien se quedó dormido -Dijo con una sonrisa acercándose a la cama dejando sus cosas a un lado.
—Yo también me había quedado dormido, acabo de despertar –Le dije sonriendo apenado –Lo peor es que está muy aferrado a mi brazo y no creo poder moverme de aquí –Dije volteando a ver a mi primo con una gotita de sudor bajando de mi frente.
—En ese caso yo dormiré también con ustedes –Dijo acostándose a mi lado y cerrando sus ojos mientras ponía sus manos sobre su pecho –Al rato podremos hacer algo, ahora sería bueno descansar.
—No es mala idea –Reí ante su comentario cerrando mis ojos para descansar un rato más.
Dormimos durante unas largas horas, yo fui el primero en despertar, abrí pesadamente mis ojos y vi a mi lado izquierdo a mi primo abrazándome por la cintura y a Ryo-chan a la derecha semi acostado en mi pecho, ambos seguían durmiendo plácidamente, se veían tan tiernos dormidos que no quise despertarlos, pero ya era tarde y debíamos cenar algo para que no nos dolieran nuestros estómagos.
—Ry-chan... -Mencioné susurrándole bajito al oído –Mariku-chan... -Dije haciendo lo mismo que con Ryo-chan –Bellos durmientes es hora de despertar –Les dije moviéndolos un poco, a los segundos mi primo empezó a revolverse un poco y comenzó a abrir sus ojos.
—¿Qué... hora es ani-chan? –Cuestionó dando un pequeño bostezo y tallando uno de sus ojos color lavanda.
—No lo sé Mariku-chan, pero ya es algo tarde –Dije sonriéndole.
—Pero si... ¡Es Ry-chan! -Exclamó sorprendido al verlo dormido al otro lado de mi -¿A qué hora llegó? –Cestionó impresionado.
—No sé, tendrá unas cuantas horas tal vez –Dije volteando a ver al albino –Ry-chan, debes despertar ya, debemos ir a cenar algo –Dije acariciando su nariz para causarle cosquillas y que despertara, así me mantuve unos segundos y por fin logré que se moviera un poco y comenzara a despertar.
—Cinco minutos más... -Dijo abrazándose a mi cuerpo.
—¡RY-CHAN! –Mi primo dio un grito que despertó al albino algo asustado.
—¡Marik-chan! No vuelvas a hacer eso, casi me da un infarto –Dijo sentándose pesadamente en la cama.
—Es que no querías despertar Ry-chan -Dije riéndome de su cara de susto –Ya es tarde y deberíamos bajar a cenar algo –Dije a ambos y éstos asintieron tocando sus estómagos.
Bajamos a cenar y después volvimos a mi cuarto, vimos la película de "El extraño mundo de Jack" haciendo alusión a las fechas próximas, luego hablamos de un sinfín de cosas hasta que dieron la una y treinta de la mañana y debíamos dormir porque al otro día teníamos escuela, los tres nos acomodamos en la cama como estábamos unas horas antes y nos quedamos profundamente dormidos.
POV de Ryo
Alrededor de las tres y treinta de la mañana desperté porque me dio un poco de sed, voltee y vi a Marik-chan abrazado a Yu-chan mientras este pasaba uno de sus brazos detrás del cuello del oji-lavanda, estaban durmiendo tan pacíficamente que no quise despertar a mi pequeño amigo para pedirle agua así que lo que hice fue levantarme de la cama con mucho cuidado, caminé hasta la puerta y la abrí lo más silenciosamente que pude, salí al pasillo y cerré despacio la puerta, busqué con la mirada si Reiji-san se encontraba por ahí, pero no pude ver a nadie, bajé con cuidado las escaleras y caminé a la izquierda, recordé que la cocina quedaba en esa dirección, me dirigí hacia allá, tomaría un poco de agua y volvería a donde Yu-chan y Marik-chan estaban.
Antes de entrar a la cocina divisé la luz del refrigerador, alguien estaba ahí así que solo me asomé un poco para ver quién era, pensé que era Reiji-san, pero me di cuenta que no era así, él que estaba ahí parado frente al refrigerador con una mano deteniendo la puerta y en con la otra sosteniendo un vaso de agua era Bakura, estaba vistiendo un pants de deporte color gris con rayas blancas a los costados, descalzo y sin camisa, me quedé embelesado mirando su fornido pecho y su marcado abdomen, sentí mi corazón acelerarse ante tan pecadora imagen, tenía que admitirlo, desde la primera vez que lo vi algo en él me había gustado y ahora verlo así era una completa delicia, vi atento como una gota de agua se deslizo desde sus labios hacia su cuello llegando hacia su pecho, sentí que algo dentro de mí me hizo estremecer y sonrojar, ¿pero qué estaba haciendo?, estaba espiando al manager de la mamá de Yu-chan, eso estaba completamente mal, cuando estaba a punto de irme sentí que alguien se iba acercando voltee y me topé con la mirada penetrante de Bakura.
—Pero qué tenemos aquí –Mencionó Bakura-san mirándome de arriba abajo como la vez que nos presentó la señora Mutou.
—Yo... lo siento Bakura-san –Dije un poco apenado –Solo bajé por un poco de agua, no pensé encontrarme con alguien tan tarde en la cocina –Mencioné un poco nervioso.
—Con qué agua –Dijo alejándose de mí tomando un vaso del fregadero y abriendo el refri para servir un poco de agua, después volvió a acercarse a mí –Aquí tienes Ryo-kun –Dijo tomando una de mis manos y poniendo el vaso de agua.
—Gra...gracias Bakura-san –Mencioné un poco sonrojado, él solo me miraba con una sonrisa ladeada.
—Solo dime Bakura –Mencionó gruiñandome, sentí como mi rostro se sonrojo aún más y escondí mis ojos en mi flequillo, empezando a beber el agua que me había dado.
—Entonces, solo dime Ryo –Mencioné separando mis labios del vaso y mirando hacia el suelo muerto de la pena.
—De acuerdo Ry-o –Dijo enfatizando mi nombre, su voz sonaba muy sexy cuando lo pronunciaba, sentía que me iba a derretir con solo escuchar su voz.
—Gracias por el agua –Dije al terminar de beber el líquido entregándole el vaso –Debo volver con mis amigos –Al escucharme él me miró fijamente.
—Espero verte más seguido por aquí –Al decirme eso sentí como mi corazón se comenzó a descolocar aún más de lo que ya estaba, yo solo asentí y salí de la cocina en dirección a la habitación de Yu-chan.
Subí muy rápido las escaleras, cuando estuve en la puerta recordé la imagen de Bakura y mordí un poco mi labio inferior, suspiré un poco, no hay que tener tanto cerebro para darse cuenta de que me he enamorado de ese tipo, abrí con cuidado la puerta entrando y cerrándola silenciosamente tras de mí, me acerqué con cuidado a la cama y me acomodé para dormir pensando en las palabras de Bakura "Espero verte más seguido por aquí", eso me hacía sentir feliz, pero eso era algo que no les contaría a mis amigos o al menos no por el momento.
Fin del POV de Ryo.
A la mañana siguiente despertamos temprano y nos alistamos para la escuela, primero se alisto Mariku-chan, después siguió Ryo-chan y al último yo, después de un ratito bajamos a desayunar, en el comedor nos encontramos con mi mamá y Bakura desayunando.
—Buenos días ma, Bakura –Dije sentándome en una silla.
Marik: Buenos días tía Yui, hola Bakura –Dijo mi primo sentándose a mi lado.
—Buenos días señora Mutou, buen día Bakura –Dijo el albino sentándose al otro lado de mí, Bakura no le quitaba la vista de encima, bueno, al menos eso era algo benéfico para mí ya que no tenía a Bakura arruinándome la mañana y parecía que a mi amigo a aparte de ponerlo un poco apenado no parecía incomodarlo tanto.
—Buenos días mi pequeño príncipe, Mariku, Ryo-kun, no sabía que se habían quedado a dormir aquí, que alegría que hagan pijamadas con mi pequeño –Dijo mirándonos alegremente.
—Buen día Yugi, Marik, Ryo –Dijo acercando a sus labios el vaso de jugo de naranja.
—Si, es verdad, lo olvidé decirte ma, pero bueno, será normal que esto se vuelva a repetir –Dije encogiéndome de hombros.
—Por mí no hay problema mi príncipe, Mariku se crió toda la vida aquí y Ryo-kun siempre será bien venido.
—Gracias tía Yui /Gracias señora Mutou –Dijeron mi primo y el albino menor, Bakura solo mantenía una sonrisa en sus labios vaya Ra a saber por qué.
Después de desayunar la limosina nos llevó a la escuela, entramos y nos dirigimos calmadamente al salón, las clases pasaron tan lentas que sentía que podía morir ahí, estando en una de las clases más aburridas casi me quedo dormido así que decidí pedir permiso para ir al baño, iría a lavarme la cara para soportar el resto de la clase.
Salí del salón y caminé observando el cielo azul de la mañana, estaba despejado y el color era muy bonito, habían pasado tres días contando el día de hoy desde mi encuentro accidental con Yami, estaba pensando mucho en él y no sabía porque si solo lo había visto una vez, me encontraba perdido entre mis pensamientos, entré al edificio continuo al mío, iba distraído, sin darme cuenta mi ida al baño se había convertido en una excursión por la escuela, de pronto me topé con una puerta doble, reconocí que era la sala de música, no había nadie adentro así que entré sigilosamente, dentro de esta todos los instrumentos estaban organizados por percusión, cuerdas, instrumentos de viento, entre otros, en medio de la sala había un gran piano de cola negra muy fino y elegante, se parecía mucho al que había en la sala de música de mi casa, la diferencia era que el de mi casa era color blanco, al verlo sentí una ligera nostalgia, tenía años sin tocar una sola tecla del piano, más o menos el tiempo que tenía la carrera de mamá, me acerqué lentamente hacia el y toqué la tecla DO, de pronto algo dentro de mí se encendió, me senté en la butaca frente al piano y comencé a tocar y cantar una canción.
Llámame, con tu voz me levantaré
llenarás esas ruinas del pasado en mí
luces bien, tu mirar resplandece
tu belleza es perfecta y más que el sol tu luz
decidida y loca mi necesidad de estar
siempre en tu guarida si yo salgo mi vida se va,
y sin embargo yo tengo fe
que tu estarás junto a mí
por siempre al amanecer
así el amor se realiza con mar y truenos
más nos valdrá aprender que llorar
tocar la gran llamarada y al sur
luchare por volverte alcanzar
No supe en que momento comencé a cantar la canción con tanto pesar en mi corazón, de repente una escena de mi infancia pasó por mi mente.
----------Flashback----------
Una tarde de primavera a mis apenas siete años de edad me encontraba frente al gran piano blanco de la sala de música de mi casa, después de muchas tardes practicando con mi madre la canción "Si mañana tú estás" por fin había podido tocarla solo, estaba muy feliz.
—Yugi, por favor toca esa maravillosa canción para nosotros –Dijeron mis padres al unísono y así lo hice.
Comencé a deslizar suavemente mis dedos a través de las blancas y negras teclas, la melodía empezó a fluir y yo comencé a cantar con una gran alegría en mi corazón, mis padres me miraban emocionados, lo estaba haciendo realmente bien.
Me perdí, me rompió ese cruel amor
y llegaste juntando mis escombros
seguro estoy que si hubieras tardado
un segundo más en llegar no estaría ya
no he entendido mi necesidad de estar
siempre en tu guarida, si me salgo la vida se va
y sin embargo yo tengo fe
que tú estrás junto a mí
por siempre al amanecer
Cuando terminé de cantar la canción mis padres se acercaron a mí y me abrazaron dándome un beso cada uno en mis mejillas.
—Lo hiciste excelente mi pequeño príncipe, tienes mucho talento –Dijo mi madre muy emocionada mientras me aplaudía.
—Es verdad, tenemos un hijo sumamente talentoso –Dijo mi padre con una sonrisa aplaudiéndome.
Me sentía muy feliz, en ese entonces éramos una familia muy unida, todo era mejor para mí, hubiera dado todo para que siempre hubiéramos permanecido así.
----------Fin del flashback----------
POV de Yami
Iba caminando distraído sin dirección alguna, había salido del salón ya que no me había podido concentrar en las clases, me sentía algo desanimado y la única forma de volverme a animar era volviendo a ver a mi ángel, no lo había vuelto a ver desde aquel día del pequeño accidente, de pronto fui sacado de mis pensamientos y arrojado a la realidad cuando escuché que alguien estaba tocando y cantando una hermosa canción en la sala de música, me asomé por la ventanilla y no logré ver quien estaba dentro así que decidí entrar con mucho sigilo y fue entonces cuando lo vi, ahí estaba él, el chico que tantas veces pasó en estos días por mí cabeza cantando y tocando el piano como lo que era, un verdadero ángel.
Así el amor se realiza con mar y truenos
más nos valdrá aprender que llorar
tocar la gran llamarada y al sur
lucharé por volverte a alcanzar
Así el amor se realiza con mar y truenos
más nos valdrá aprender que llorar
tocar la gran llamarada y al sur
lucharé por volverte alcanzar
lucharé por volverte alcanzar.
Dejó de cantar y vi como una lágrima amarga bajó por su mejilla, cuando lo vi llorar algo en mí se encendió, quise protegerlo de todo lo que lo hiciera llorar, no quise que sus bellos ojos amatistas volvieran a derramar una solo lágrima en toda su vida, no supe cómo o por qué, pero algo dentro de mí me hizo correr a su lado, lo abracé con mucha delicadeza y dulzura por la espalda, noté que él se sorprendió ante mi acción, pero no dijo nada solo se dejó hacer.
Fin del POV de Yami.
Cuando terminé de tocar volví a la realidad y una lágrima traicionera bajó por mi mejilla, me sentía tan triste, de un momento a otro sentí unos brazos fuertes rodearme por la espalda, sentí una suave colonia que no pude identificar de que era invadir mi olfato, me sorprendí de este acto y mayor fue mi sorpresa cuando descubrí que Yami era él que me estaba abrazando, no dije nada solo me quedé perdido en la calidez de su abrazo, en su esencia, en el momento con él.
Después de unos minutos intenté quitar los brazos de Yami un poco apenado, pero él no me lo permitió.
—¿Qué es lo que tienes Yugi?, ¿por qué tus hermosos ojos lloran? -Su voz sonaba preocupada y yo no sabía si responder o no, además sentí que me había sonrojado un poco al escuchar que les dijo hermosos a mis ojos.
—No pasa nada –Dije negando con la cabeza agachada ocultando mi sonrojo.
—Eso no es verdad, mírame a los ojos y dime que no te pasa nada –Dijo serio deshaciendo su abrazo y volteándome para que quedara frente a él, levantó mi rostro suavemente con su mano y me estaba mirando a los ojos fijamente buscando la verdad de mi alma.
—No me mires tanto de esa manera que me voy a sonrojar más -Pensé, pero ya era muy tarde, los colores de mi rostro cambiaron y un ligero tono carmesí se dibujó en mis mejillas.
—Yugi, ¿te sientes bien?, tu cara se puso colorada, ¿te está dando fiebre? –Cuestionó poniendo su mano en mi frente acercando demasiado su rostro al mío, yo sentí que mi corazón empezó a descolocarse mucho y mi cara se encendió aún más, en ese momento sabía que podría ganar compitiendo contra lo colorado de un jitomate.
—No es nada, no te preocupes -Dije titubeante y con mucha pena –No debes preocuparte por mí –Le di una ligera sonrisa para que viera que todo estaba bien.
—Yugi, debes entender que mientras me digas que no debo preocuparme más me voy a preocupar –Me miró fijamente y me sonrió.
—Gracias Yami –Dije bajando mi mirada y una gran sonrisa se dibujó en mis labios.
—Realmente me gustaría continuar nuestra charla aquí, pero si alguien entra podrían regañarnos porque estamos aquí mientras nuestras clases están allá siguiendo su curso –Dijo sonriéndome –Acompáñame –Tomó mi mano y salimos de la sala de música y nos dirigimos hacía las escalares de la azotea.
—¿Por qué vamos a la azotea? –Cuestioné extrañado, mientras terminábamos de subir los últimos escalones y Yami abría la puerta para dejarme pasar primero.
—Porque acá arriba casi nadie viene y podemos platicar mejor –Dijo con una gran sonrisa, tal vez si alguien más me hiciera venir acá arriba solos sentiría miedo, pero con Yami no sentía miedo de ningún tipo.
—Bueno, entonces está bien –Dije sonriéndole.
—Yugi –Mencionó sonriéndome, yo lo miré intrigado, en ese momento él tomó mis hombros, yo le regalé con una dulce mirada.
—¿Qué pasa Yami? –Cuestioné mientras miraba sus ojos, bien podía perderme en esos ojos tan encantadores que él poseía.
—Sé que no nos conocemos y que tal vez solo fue una coincidencia lo del accidente, pero... Realmente me gustaría conocerte mejor –Dijo sonriéndome cálidamente y yo me sorprendí un poco, yo también quería conocerlo mejor.
—Si... Bueno, a mí también me gustaría conocerte mejor y que pudiéramos ser buenos amigos –Dije sonriéndole, me sentía tan feliz que tanta felicidad no cabía en mí corazón, él soltó mis hombros y se sentó en una pequeña banca mirando hacía el firmamento.
—Y tal vez algo más... –Dijo cerrando sus ojos con una media sonrisa en sus labios, yo sentí que me arrancaban el corazón del pecho, eso me emocionó mucho, pero no iba a dejar que él se diera cuenta de eso, "Y tal vez algo más..." esas palabras resonaban en mi cabeza, de nuevo me sonrojé un poco y voltee mi mirada hacia otro lado sonriendo –Yugi ¿me dejarías acompañarte en la salida a tu casa? –Cuestionó mirándome, yo regresé mi mirada para verlo, él estaba mirándome tiernamente, era obvio que no podía decirle que no al mirar su rostro.
—Etto... Está bien, puedes acompañarme –Dije después de unos segundos.
—¡Muy bien! –Dijo levantándose de su lugar.
—Etto... debemos regresar a nuestras clases –Dije caminando hacia la puerta, Yami se adelantó y abrió la puerta dejándome pasar primero nuevamente, salí y el salió cerrando la puerta tras él, comenzamos a bajar, ninguno de los dos decía nada, pero no se sentía extraño, es más, era perfecto tener cerca su compañía y no necesitábamos palabras -Entonces te veré a la salida, salgo a las una y treinta –Mencioné mirando hacia el pasillo de salida del edificio.
—Entonces te estaré esperando fuera de tu salón, nos vemos –Dijo feliz mientras comenzaba a correr en el sentido contrario al mío.
—Pero... ¡YAMI! –Grite, pero él no se detuvo -Pero... Él no sabe en qué facultad estoy... -Pensé sorprendido –Seguramente se dará cuenta de eso y optará por esperarme en la salida –Dije para mí mismo muy bajito y comencé a caminar por el pasillo para salir del edificio e irme a mi salón.
----Continuará----
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Amo el reencuentro *-* no sé, me fascinó escribirlo jaja :3 en fin, nos leemos después, cya n.n
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