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Capítulo 3

Hitsugaya veía una y otra vez esos pocos segundos de recuerdos donde Ulquiorra se veía como un poderoso y feroz hollow que atacaba sin piedad el cadaver de otro que yacía en el suelo.

No entendía porqué había llegado al sitio donde peleaba contra el arrancar, no entendía porque se interpuso para evitar que el ataque le diera a él, no entendía porque seguía ofreciéndose a resguardar esa zona donde siempre había experimentos fallidos del capitán Mayuri a pesar de que tenía sus propios deberes de capitán.

No entendía porque, a pesar de no cruzar muchas palabras con él, siempre le dejaba algo de comida y velaba porque no fuera descubierto y asesinado.

No tenía razones más allá del "Creeré en lo que Ichigo dijo sobre los Arrancar buenos", y aún así allí estaba cuidando a un ex Espada que de la nada dejó de ser hollow pero tampoco era un humano.

Cuando le dio el beneficio de la duda sobre dejarlo vivir y hacer de cuenta que no lo vio, no se quedó tranquilo, desconfiaba de él por lo sucedido con Aizen. Así que, empeñado en buscar una razón para eliminarlo porque en verdad le veía como un riesgo, lo estuvo vigilando.

Ocultó su presencia en más de una ocasión para poder revisar las acciones de Cifer y lo único que descubrió fue lo solitario que el Espada era. Lo vio pasando en vela noches enteras cuestionándose en voz alta lo que era un corazón, lo vio desconfiar de lo que le ofrecía en aquellas pequeñas bolsas y después degustando con total confianza, lo vio ordenando medianamente aquel refugio que encontró e hizo su hogar por el momento.

En algún punto dejó de hacerlo, dejó de buscar una razón para eliminarlo, en cambio decidió buscar una razón para acercarse y hablar.

La noche anterior a la pelea decidió visitar a Ichigo para preguntarle sobre lo que sabía de Ulquiorra y la opinión personal que este tenía sobre él, se dio cuenta que ambos pensaban similar sobre él.

Toshiro planeaba que ese día sería distinto, le entregaría en persona los bocadillos y trataría de conversar con Ulquiorra para conocerlo mejor, pero los planes cambiaron con la sorpresiva aparición de ese Arrancar descontrolado.

Y ahora estaba allí, herido por salvar al ex Espada.

El tiempo pasó sin que Toshiro se diera cuenta, la luz del sol se colaba por algunos orificios en el techo de la casa donde se encontraba, despertó en cuanto estos dieron en su rostro y por reflejo se cubrió con su mano mientras intentaba acostumbrarse.

Se sentó una vez estuvo totalmente consciente de su entorno y se sorprendió de verse así mismo tan sano, pues estaba seguro de que el daño que recibió había sido casi mortal, además de que se encontraba dentro del refugio de Ulquiorra, pero este no se encontraba por ninguna parte.

Aunque no tuvo que salir a buscarlo, en cuanto tuvo la intención de levantarse del suelo, al lugar llegó Ulquiorra y se quedó estatico en su sitio mientras las miradas verde y azul se cruzaban y las palabras quedaban atascadas en sus bocas.

No es como si el silencio que se creó fuese incómodo, simplemente no sabían qué decirse, pero estaban felices de verse bien.

Por fin despiertas, dormiste mucho luego de que Orihime Inoue te curó... Me... me alegra que estes bien. —Dijo con sinceridad mientras se acercaba para ayudarlo a levantarse.

Así que fue ella quien me curó ¿tú la buscaste? —Toshiro aceptó la ayuda y quedaron frente a frente, aunque debía alzar un poco la vista para no perder el contacto visual que estaba agradandole tanto.

Sí, sabía que la mejor opción era ella gracias a sus poderes, además, no sabía a quién más recurrir. —Admitió mientras observaba a mayor detalle todos los aspectos del menor, cerciorándose de que en efecto, se encontraba bien.— Lamento no haber sido de ayuda, desconocía que no podía usar mi Resurrección.

No lo sabías, no tienes que disculparte. En todo caso, disculpa las molestias que te di... —Toshiro estaba comenzando a sentir cierta vergüenza, un tanto inusual, al estar cerca de Ulquiorra, pero no le desagradaba.

En cierto punto de la charla el silencio volvió pero se habían perdido en la mirada ajena que simplemente no importó, de alguna manera el ambiente era demasiado tranquilo y relajante que ambos estaban bien con ello.

Hasta que una voz rompió totalmente el momento entre ellos.

Ulquiorra, ya trajimos unas cosas para arreglar este lugar pero Inoue quiere que pruebes algo de su comida y... ¿Interrumpo algo? —La voz era de nada menos que de Ichigo, quien entró sin más, topandose con la escena de ellos viéndose y sonriendo muy levemente.

Porque ellos ni siquiera se dieron cuenta de las sonrisas que tenían hasta que cambiaron a una expresión de sorprendidos.

¿Kurosaki Ichigo? ¿Qué estas haciendo aquí? —Toshiro fue quien habló luego de alejarse un poco de Ulquiorra porque no entendía el motivo por el cual el shinigami sustito se encontraba allí.

Ulquiorra nos pidió ayuda para arreglar este sitio. —El mencionado miró seriamente al pelinaranja pues él en ningun momento había solicitado tal cosa, pero Ichigo lo decía como si fuera realmente cierto.

Yo no pedí ninguna ayuda. —Expresó un poco irritado porque la realidad era que le habían seguido a casa luego de que dejó a Orihime en su hogar antes del amanecer.

Quieras o no, te ayudaremos, no puedes vivir en este sitio así como está. —Quizá había mentido, pero en el momento en que lo vio y Orihime le contó lo sucedido había comprendido un par de cosas, en especial que en Ulquiorra había un gran cambio más allá de lo físico, por lo que estaba dispuesto ayudar, empezando por ayudarle a arreglar la casa abandonada que habitaba.

Eso no es de su incumbencia. Vayanse. —Mas Ulquiorra no iba a ceder a aceptar más ayuda, aún desconfiaba un poco, incluso si se trataba de los humanos por los cuales su interés había despertado y nuevamente anhelaba un corazón.— No necesito ayuda.

Esa pequeña "discusión" hizo que Toshiro pensara lo mismo que Ichigo, en verdad no eran las mejores condiciones en las que podría vivir el ex Espada, hasta él había estado considerando buscar una manera de ayudarle a mejorar esa casa, aunque no tan pronto.

Estoy de acuerdo con él, no puedes vivir en estas condiciones. —Dijo el peliblanco secundando las palabras de Ichigo.

Además, mírate, con esas ropas pareces vagabundo. —Con un ademan de su mano, Kurosaki señaló las ropas del ex Espada. — También necesitas ropa nueva.

Ulquiorra no se había tomado bien el que Ichigo le dijera de esa forma, sin embargo, no podía negarlo, sus vestimentas sucias y rotas no le daban un gran aspecto mas que el de un vagabundo. Pero eso no quería decir que estaba dispuesto a aceptar más ayuda de la que Orihime le había brindado al curar a Hitsugaya.

Toshiro, llévalo a comprar ropa en lo que nosotros ayudamos aquí... Sirve y se libra de comer la comida que preparó Inoue. —Pidió el pelinaranja mientras le entregaba una bolsa con algo de su ropa para que Ulquiorra pudiera salir más decente.— Tu gigai lo trajimos ya que de alguna manera Urahara-san supo que ibamos a donde tú estabas y nos pidió dartelo.

Llámame Capitán Hitsugaya. —Toshiro detestaba que se dirigieran a él por su nombre sin respetar el título de capitán que tanto le había costado obtener, y siempre debía estar recordándole eso tanto a Ichigo como a su amiga Momo. Igualmente tomó la bolsa y se la pasó a Cifer para que en cuanto pudiera se cambiara.— Y está bien, lo llevaré. En un momento saldremos.

Ichigo asintió sin más para evitar que el ojiverde quisiera objetar y salió, dejando nuevamente que el capitán y el ex Espada se encontraran solos en el lugar.

¿En verdad me llevaras a comprar ropa?

Sí, ahora cambiate.

●●●

Era aún algo temprano pero justamente al ser fin de semana, el centro comercial ya tenía a bastantes personas paseando de aquí para allá, algunos yendo en familia, otros con amigos o su pareja y otros simplemente iban por su cuenta.

Allí estaban tanto el pequeño capitán como el ex Espada en medio de la plaza viendo a qué tiendas ir, pues había varias de todo tipo y no estaban seguros de cual visitar primero, pues ni el propio Ulquiorra sabía qué ropa debía usar.

Eso le hizo llegar al pensamiento de que las cosas eran más fáciles cuando tenía una ropa fija.

Estaré una temporada aquí, también necesito algo más de ropa, podemos ir a la tienda en la que suelo comprar, podemos buscarte algo allí. —Sugirió el menor mientras comenzaba a caminar a una de las tiendas cercanas a donde estaban.

Ulquiorra no dijo nada pero por un momento tuvo el pensamiento de que tendría pocas probabilidas de encontrar algo en una tienda de ropa infantil, pero a simple vista supo que si mencionaba eso Toshiro se enojaría bastante, o eso presentía.

Para su sorpresa la tienda no se especializaba en ropa infantil, aunque Toshiro sí visitaba esa área para ciertas prendas.

La ropa que el capitán elegía tenía bastante estilo a su parecer, pero el ojiverde seguía sin saber bien sobre qué ropas eran más acordes a él, así que tomaba un poco de ejemplo lo que el ojiazul elegía para si mismo, aceptando también los consejos que este le ofrecía y las prendas que le sugería según le miraba.

De cierta manera tenía su atractivo estar allí y convivir de esa manera, aunque para el ex Espada era algo nuevo, jamás había convivido así con nadie, siempre había mantenido su distancia del resto de Espadas y no había tenido ninguna facción, por lo que no sabía en concreto como debían ser las cosas al pasar tiempo con alguien más.

Pero eso no impedía que la experiencia nueva agitara su ser en una emoción de intriga y curiosidad, tampoco impedía que le causara algo de gracia las veces en que alguna de las vendedoras del lugar se acercara a ellos y le preguntaran si buscaban alguna ropa en particular para el "niño", haciendo alusión a Toshiro por su corta estatura.

Una muy sutil sonrisa se mostraba en Ulquiorra mientras miraba que Toshiro apretaba los puños y se contenía de reclamar, se notaba que su estatura sí era algo que le acomplejaba y si se era mencionado diciéndole niño, su reacción sería la de enojarse.

¿Siempre te pasa esto? —Se atrevió a preguntar el ojiverde cuando la tercera vendedora había ido a preguntar aquello.

Más de lo que me gustaría admitir —Fue la respuesta que el ojiazul dio antes de soltar un suspiro y tomar unas cuantas ropas más, caminando en dirección a los vestidores pero deteniéndose al notar que no le seguían.— Ven, debes probarte la ropa que llevas.

Cifer fue detrás de Hitsugaya y llegaron a los vestidores, donde el pelinegro entró con toda la ropa que eligió durante ese tiempo. Y fue en ese momento, mientras se probaba cada prenda, que se puso a pensar con qué dinero pagaría eso, el ex Espada carecía de ello.

Después de todo, si lo tuviese no estaría en esa situación.

Terminó de probarse la ropa aún con ello en mente, aunque la respuesta era bastante obvia. Pero no lo pensó hasta que Toshiro fue quien lo pagó absolutamente todo.

¿Cuanto más haría ese capitán por él? Se preguntó mientras le miraba sin saber qué decir.

Gracias. —Solo esa palabra fue capaz de pronunciar pues su mente no cooperaba para ser más hablador.

Aunque nunca lo había sido realmente, no más allá de hablar para informar a Aizen.

Al poco tiempo salieron de la tienda con varias bolsas de ropa y un par de disgustos que principalmente afectaban al menor, pues no querían aceptarle tanto dinero a un "niño" sin ver a sus padres, pues luego sucedían los típicos problemas donde menores de edad gastaban sin permiso el dinero de sus padres.

Ulquiorra por su parte tan solo mantenía discreción al respecto, aunque no dejaba de causarle cierta gracia el asunto, pero se abstenía de burlarse abiertamente pues no era algo que hiciera y tampoco deseaba molestar al peliblanco que amablemente pagó por sus vestimentas nuevas, de las cuales ya se encontraba usando un conjunto sencillo de pantalón de mezclilla negro, playera beige de manga corta con una camisa roja a cuadros encima.

Hitsugaya sacó un celular y se sorprendió por la hora, miró a Cifer y con algo de dudas se armó de valor para preguntar lo siguiente:

¿Quieres ir a comer algo? —La pregunta en sí no era la gran cosa, era sencilla y normal, especialmente luego de estar un buen tiempo en una tienda comprando ropa para el pelinegro, aún así para él era algo que le causaba ciertos nervios.

¿Comeremos algo que tenga judías dulces? —La pregunta descolocó un poco al pequeño capitán.

Pero pronto comprendió la referencia, pues todos los bocadillos que había dejado a lo largos de los meses previos contenían las dichosas judías dulces, de allí la pregunta.

Aunque no estaba seguro de cómo debía tomarsela, pero viendo con quien hablaba, Toshiro no le dio más vueltas y solo respondió.

No, esta vez hablo de comida común, ¿te apetece algo en especial? Podemos ir a donde gustes. —Hitsugaya le guió al área de comidas mientras hablaba, dándole así a Ulquiorra una basta cantidad de opciones interesantes.

Pero para Ulquiorra la idea de comer rodeado de tanta gente no era algo que le causara gran emoción, prefería de sobre manera un lugar con menos bullicio. Y por ello decidió expresar su deseo de comer lo que fuera con tal de que no fuese rodeado de tanta gente.

De alguna manera Toshiro entendía eso, no era alguien que estuviera a favor del escandalo sin sentido y el ruido excesivo, por lo que comenzó a pensar en una buena opción donde fuera posible ir a comer, pero los pensamientos fueron interrumpidos ante el sonido que su celular emitía, lo cual no era buena señal.

Pues con normalidad la insistencia venía por parte de Matsumoto que deseaba ser llevada al mundo humano para ir a hacer de todo menos trabajo.

¿Pasa algo? —Fue la pregunta que realizó el pelinegro mientras observaba las variadas expresiones que el pequeño capitán podía realizar en cuestión de segundos.

Aunque la última pareció ser de alivio, guardó de nuevo el móvil y volteo a ver a donde vendían hamburguesas, era lo más simple pero bastaba de momento.

¿Qué tal si compramos hamburguesas y regresamos a tu refugio? Al parecer ya han arreglado un par de cosas y es posible que comamos allí. —Por un momento Ulquiorra se sintió bien con la idea, pero al pensar en que Ichigo y compañía estarían allí le provocaban cierta inquietud, incluso si mostraba algo de gratitud por lo que hicieron, pues deseaba un tiempo a solas con el capitán.— Pero todos debían irse por ciertos asuntos, así que solo seremos tú y yo, ¿no te molesta?

Eso último para el ex Espada fue como si su petición fuera escuchada por un ente divino, el cual le había concedido ese intervalo de tiempo donde pudiese hablar a solas con Hitsugaya para conocerle mejor y preguntarle sobre tantas cosas, siendo la más importante el porqué de su ayuda durante el tiempo que pasó desde que se vieron en aquel sitio.

La respuesta fue afirmativa, solo fue cuestión de ordenar para llevar y esperar a que les dieran su comida antes de emprender el camino de vuelta hasta aquella casa olvidada lejos de todo.

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