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Capítulo Uno

-¡Le vamos a llamar Física!

Había exclamado Golden, cuando su hijo había nacido y lo había visto por primera vez, en una manta color azul marino en brazos de su esposo Freddy Fazbear, el cual intentaba impedir que su primogénito tuviera aquel nombre.

Un año después, Fred había estado en la misma situación que su hermano, a diferencia que...

-¿Que nombre deberíamos ponerle al niño...?-preguntó el azabache, con una sonrisa de ilusión al tener aquel pequeño ser de algunas horas de vida entre sus brazos.

-No sé, elige tu...-había respondido Gold, quería demasiado a ese bebé, pero no era capaz de sentirse digno de sonreír para esa criatura. Pero Fred había aprendido a amarlo como tal, y como recompensa había recibido su amor y las escasas sonrisas que era capaz de darle aquel hombre.

-Gold Jr...-murmuró el Fazbear al notar el semblante serio de su hijo, no había dudas de quien era el padre.

Física era un chico rubio de brillantes ojos azules, era un adolescente de ahora 17 años de edad, y pese a su madures seguía siendo algo infantil. Su cabello era largo llegando incluso a su cadera, usando la mayoría de las veces un gorro o una sudadera de unicornios.

Su infancia no había sido del todo feliz y perfecta, debido a que su "mamá" estudiaba a veces se quedaba en casa de sus tíos Gold y Fred, también solo pero acompañado por su primo. Y para que hablar de su padre, pese a que siempre intentaba estar con él, sonreírle y consentirlo...

-¡Vete de aquí Golden!-gritaba Freddy.

-¡Bien, pero no me busques!-gritaba en respuesta el rubio.

El pequeño Física de 5 años se aceraba al castaño, notando como lloraba y caía al suelo apoyando su espalda en la pared, haciéndolo sentir triste... Era muy pequeño para comprender porque peleaban o su madre lloraba, pero aún así siempre había estado allí para ambos, sin importarle quien le había gritado a quien. Aquel niño era la alegría y el orgullo de sus padres, por ello siempre intentaban resolver sus problemas lo más rápido posible, se amaban y lo menos que querían era dejar malos recuerdos de ambos en su amado hijo mediante este crecía.

Gold Jr tenía actualmente 16 años, siendo de un cabello rubio algo grisáceo muy opaco, no tenía muchos amigos por su expresión seria, aunque según él, sólo necesitaba a uno y ese era su primo Física.

Su infancia tampoco había sido la mejor, muchas veces había visto a su padre llegar borracho o casi muerto del cansancio, a su madre rodeado de mujeres hermosas también llegando a las tantas de la mañana. Más tiempo pasaba solo o a cuidado de algún sirviente o del viejo Jeffrey que con sus padres.

Pero aunque su madre se pasaba el tiempo con chicas bonitas en su trabajo (que según tenia entendido era de modelo para la ropa que diseñaba su padre y el tío Golden), siempre había tenido tiempo para ir a alguna presentación de su escuela o ayudarlo con sus tareas o problemas de la vida cotidiana. En cambio con su padre era una cosa distinta, siempre le pedía que le esperase unos minutos mientras revisaba algún documento o hablaba por teléfono y al final terminaban olvidando el tema, Gold se excusaba con que era necesario ¿Pero como se lo podría hacer entender a un pequeño chico de 5-6 años que sólo quería un abrazo de su padre?

No importaba cuantos regalos o cosas costosas le diera Gold a su hijo, Jr no era feliz con nada de eso. Y varias veces había oído como ambos discutían sobre como lo estaban criando, Fred exigía y pedía a veces casi rogando y llorando que le diera más atención al fruto de su amor, pero Gold se excusaba con no tener tiempo para eso, o que el niño debía hacerse valer por si mismo desde pequeño.

Eran dos métodos de enseñanza que chocaban repetidas veces.

Eso tenía cansado y estresado al pequeño Gold Jr, quien, si su padre le hubiera dado al menos un abrazo o una mirada con cariño a la semana habría sido feliz...

Todo había cambiado para ambos chicos cuando, en una de sus salidas sólo ellos dos habían entrado a una tienda de mangas, con la excusa de que Física quería enseñarle un nuevo libro que habían sacado sobre los unicornios, Junior aunque era serio, frio y distante, con Física al lado suyo lograba sacar aquel lado más suave y calmado que poseía escondido bajo miles de paredes para defender lo frágil que podría llegar a ser.

-¡Mira, aquí esta!-gritaba con emoción el mayor, el de cabellos grisáceos sonrió ligeramente, aquella actitud relajada y sonriente que se emocionaba por todo, hacía latir su corazón con una hermosa sensación de calidez.

-¿De que hablas?-preguntó con aquel tono que aunque era serio, el rubio lograba distinguir la calma y tranquilidad que había.

-Es un libro nuevo que sacaron hace unos días, se lo había pedido a mis padres pero dijeron que no lo habían encontrado... ¡Y es este mismo!-la emoción en las palabras del ojiazul no se podía no notar, era obvio que estaba feliz, no sólo por haber logrado salir con su primo favorito, sino que había encontrado un nuevo libro sobre su mayor obsesión.

-Entiendo...-murmuró Jr, sacando su billetera y tomo unos cuantos billetes, bajo la curiosa mirada del mayor.

-¿Que intentas hacer?-preguntó curioso.

-Consentir un poco al niño bonito-mencionó con algo de burla recibiendo un bufido y un puchero del chico al lado suya.

"Y claro... Hacer que el tiempo de papá valga la pena haciendo feliz a alguien... porque a mi... No logra hacerlo". Pensó agachando levemente su mirada suspirando, pero hacer eso, lo había hecho fijarse en unos libros en particular, unos libros que, sin saberlo, iban hacer avanzar su relación con su primo a un nivel que jamas esperó llegar.

-¿Ya... oi...?-murmuraron al mismo tiempo una vez leyeron el título de la sección a la que pertenecían.

-Uh... creo que a una amiga de las amigas de mi mamá lee estas cosas...-mencionó el descendiente de los Shadow's, recordando a una pelirroja de ojos verdes que a veces iba a la casa acompañando a una de las modelos.

-¿Y de que va? ¿Es interesante? ¿Ya lo has leído?-preguntaba con rapidez Física, teniendo curiosidad sobre aquel nuevo mundo de posibilidades que estaba en aquellos libros.

Si bien no era un nerd, leer era uno de sus pasatiempos, una costumbre que su padre Golden le había inculcado haciéndolo recordar que cuando era un niño y en su etapa adolescente había estado encerrado la mayoría del tiempo abriendo su mente a nuevos mundos que encontraba en libros para refugiarse.

-No me había interesado hasta ahora...-mencionó el menor con una ceja alzada debido a que en la portada salían dos chicos abrazándose y en la parte trasera salían besándose.

-¿Crees... que nos dejen leer esto?-pese a ya ser casi mayor de edad, Física quería y respetaba a sus padres y por ello siempre cumplía al pie de la letra sus pedidos, tal vez por eso sus ex amigos se reían del comportamiento de niño que podría llegar a alcanzar.

-No lo sé... pero igual, llevaré uno para mi y otro para ti ¿Vale?-preguntó eligiendo los que más inocentes se veían pues no quería ser el culpable de hacer sufrir algún trauma al rubio que estaba al lado suya. Pese a que ambos tenían padres homosexuales.

-¡Bien! ¡Eres el mejor Junior!

Inevitablemente para ambos cuando iban leyendo aquel manga cada uno en su habitación, habían comenzado a pensar en el contrario, por lo cual sus mejillas se iban poniendo algo rojizas. ¡No era normal imaginarte tomado de la mano con tu primo! ¡Mucho menos besarse y...-!

-N-No puedo seguir leyendo...-murmuró rendido Gold menor, dejando el manga a un lado cubriéndose las mejillas con sus manos- Doy asco... soy un puto sucio... Física nunca haría algo así... y creo que se va a morir virgen.

Decía intentando hacerse entrar en razón, pues su primo si era bastante inocente al ser sobreprotegido por sus padres, o ese era el pensamiento de la mayoría... Por que la verdad era otra diferente.

-M-Mgh...

Ligeros jadeos escapaban de la boca de Física, quien aprovechando que sus padres habían salido a hacer la compra del mes para leer lo comprado por su primo, llegando a la parte más subida de tono que aparte de hacerlo sonrojarse le había provocado una ligera erección. Ya era un adolescente y no era de los tontos, sabía perfectamente que hacer cuando aquel problemita crecía entre sus piernas.

-¡Ahm! Ngh...-intentaba cubrir aquellos sonidos con su mano libre, su respiración agitada era provocada por el rápido movimiento de su mano sobre su miembro.

No pensaba correctamente al estar perdido en el extasis, pero su cuerpo reaccionaba favorablemente al imaginarse las manos de Gold Jr en su entrepierna o tocando cualquier parte de su cuerpo, causando que sus gemidos fueran más audibles.

-G-Gold...-Gimió entrecerrando sus ojos, con sus piernas temblando llegando al orgasmo pocos segundos después.

Con su respiración agitada miraba al techo, su pecho subía y bajaba perlado en sudor por aquel acto. Sus mejillas se volvieron rojas cuando recobró el sentido y recordó con quien imaginó estar. Se levantó rápidamente para ir al baño, encerrándose mientras se repetía nunca más volver a hacerlo y quedarse sólo para él aquella situación tan vergonzosa.

¡Quien sabe que diría su familia o amigos cuando supieran que se excitó pensando en su primo!

No le importaba que fuera un chico, sus padres eran chicos ¿No? Según Física sería ridículo ser homofobico teniendo de pareja a un hombre, lo que le impedía confesarse o seguir pensando siquiera en Jr era eso, que eran primos. Estaban unidos por lazos de sangre.

Y dudaba fielmente en que Jr fuera capaz de verlo con otros ojos que no fueran los de un familiar o un amigo.

O al menos...
De momento.

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