Luego de aquella siesta que se habían mandado ambos en la enfermería, habían despertado 5 minutos antes de que la campana fuera a sonar para entrar a clases, Física le devolvió el chaleco de lana dorado oscuro al menor, agradeciéndole el gesto con una leve y avergonzada sonrisa. Gold Jr sólo asintió tranquilamente, sonriendo ahora se sentía mucho mejor.

Pese a la pelea con su padre, Física siempre lograba animarlo incluso con lo más poco. Pero se ruborizó un poco cuando caminaban lado a lado para salir de la enfermería, pues, no dejaba de pensar en lo juntos que habían estado, habían estado a nada de besarse.

Tenía...

Tantas ganas de probar esos labios... saber su sabor, el sentimiento, lo que podría pasar, si se sentiría tan bien como dicen...

Apenas abrieron la puerta, se toparon con una chica de casi la misma altura del rubio de cabello más largo, tenia el cabello rojizo recogido a lo Cenicienta, con perlas sujetando dos mechones de cabello que caían por los lados de su rostro delicado y femenino, su piel era incluso un poco más oscura de de la madre de Física, pero sin llegar a ser del todo oscura o morena.

Aquella chica tenía largas pestañas, un maquillaje suave pero llamativo, un cuerpo que no era del todo perfecto para una chica de su edad, pero tampoco era una tabla, sus ojos azules eran como de un cielo nocturno en una tormenta eléctrica, cosa que...

Atraía a Gold Jr.

-Los estaba buscando- dijo sonriendo la chica.

-Ah, ¿Pasó algo?-preguntó un nervioso Física, por alguna razón estar cerca de ella siempre lograba ponerlo nervioso, era parecido a lo que le sucedía al estar a solas con su primo.

-Es sólo que las clases se suspenden mañana y... bueno, debía avisarles antes de que entrasen a clases y les hicieran alguna broma chicos- respondió.

Ella era Gloria, hija de Toddy, vicepresidente del consejo estudiantil, una chica fuerte y segura, de la cual, no sabían nada de su padre. No era tan popular como su madre en sus años, pero seguía siendo una chica firme, hermosa y llamativa. Eso ambos primos lo podían confirmar entre sus confusos sentimientos.

Era imposible odiarla...
O eso pensaba de momento Gold Jr.

Al final terminaron yendo a clases los tres juntos, Gold iba en el salón de al lado al ser un año menor que ambos, y Gloria era un año mayor que Física. Cuando fue hora del receso, al grupito se les unieron los hermanos conejo, Belinda y Bhonnel.

Gold Jr miraba con recelo como su adorado primo era rodeado por Bhonnel y Gloria, los tres hablando animadamente quien sabe que cosa, mientras que él y Belinda se mantenían serios frente a los chicos mientras comían sus respectivas comidas. Estaban en la azotea de la escuela.

-Te veo... Más amargado que de costumbre...-mencionó la de cabellos turquesas, comiendo tranquila de su pastel de chocolate amargo.

-Culpa de esos...-gruñó, mirando fijamente a esas dos personas que lo mantenían alejado de Física.

La chica alzó una ceja manteniendo su semblante serio, soltando una leve, corta y sarcástica risa al entender el problema del peligris dorado al lado suya.

-Celos.-respondió lamiéndose los labios para quitar algo de crema de estos.

-¿Celos...? ¿De que hablas?-preguntó Jr, alzando una ceja mientras comía algo que él mismo se había hecho para comer.

-Estas... celoso de que Bhon y Gloria estén con Física - dijo, tomándolo como un "si" al ver el tenue rubor en su amigo- Estas celoso... De los amigos de tu primo...

-Cállate por favor...-pidió levantándose suspirando, dejando su comida a medias- No quiero hablar de eso, Física no me gusta, es mi primo. Algo así... Es enfermo.

Respondió pese al dolor en su pecho al decir las últimas dos palabras, lo que no sabía, era que Física había logrado escucharlo, y no había sido el único, todo el grupo lo había hecho...

El rubio de cabello largo fingió estar bien el resto del día, cuando llegó la hora de irse a casa, rechazó la oferta de su tío Fred, tomando el bus para irse a su casa con sus padres, cuando llegó notó que no había nadie, seguro sus madre estaba trabajando y sus padre ocupado con algún papel.

Subió corriendo a sus habitación, sollozando al poder abrazar su almohada, le dolía... Le dolían las palabras de su primo, ¿Era un enfermo por tener sentimientos tan hermosos como el amor? ¿Era un enfermo por desear tomar su mano?

-No... Hay caso... Soy un... enfermo asqueroso...-murmuró rompiendo en llanto, tenia pensado algo para poder confesarse o al menos quitarse aquella carga emocional del pecho.

Pero ahora que conocía lo que realmente pensaba su primo, le era difícil imaginarse un escenario donde no terminaría siendo la burla de la ciudad. Aquellos llantos fueron escuchados por Golden, quien en esos momentos no estaba fuera de la mansión, sino que estaba en su oficina y no había podido responder al llamado de su hijo al estar hablando por teléfono.

Salió, golpeando suavemente la puerta del cuarto del rubio menor, entrando y cerrandola detrás de él. Pidiendo a ver si es que podía ayudarlo.

Y por el lado de Gold Jr, este creía que todo estaba bien, pues Física estaba en lo suyo como siempre, su madre le había dicho que su padre le pedía disculpas y que irían a cenar afuera juntos.

Eso alegró al menor, al grado de hacerlo sonreír, abrazar y agradecer al azabache, cosa que sorprendía bastante a este, estaba acostumbrado a les ver a su hijo serio y sin mcuhas emociones cuando su sobrino estaba lejos, pero ahora lo notaba feliz.

Decidió no hacer ningún comentario, sólo dejarlo irse a su habitación. Decidido a eliminar los obstáculos que cambiaban su paz habitual por celos. Ignorando totalmente la situación de su primo.

Y que este en vez de recurrir a él como siempre lo hacían, había llamado a una chica para poder hablar del tema.