Narra Jane
-¡Jenny tus primos vendrán de visita! -grita mi mamá de abajo y yo suelto un gruñido contra la almohada. Es muy temprano.

¡Primos, diversión, comida, dulce de leche! ¡Arriba dormilona! -habla mi conciencia y parece estar muy emocionado.

-¿Dulce de leche? -digo levantando la cabeza.

Si... dah, ellos siempre traen eso cuando vienen de visita.

(¿Ahora conprenden la importancia de mi trabajo? Le recuerdo simples cosas a Jane. No sé lo que sería ella sin mí) -No interrumpas tarado y sin ti, yo sería felíz.

(Que cruel T-T)

Bajo corriendo las escaleras y es cuando me encuentro con mis primos en la puerta haciendo entrar sus maletas porque cuando ellos vienen de visita se quedan unos días.

-Jane. -exclama Brenda, mi prima, y corre hacia mi para abrazarme y dejar besos en mis mejillas.

-Te dije que no traigas tantas maletas, necesito un poco de ayuda. -habla mi primo Facundo intentando entrar por la puerta con muchas cosas en sus brazos. Él no puede ver que estamos ahí y termina chocando con nosotras, los tres quedamos en el suelo riendo.

Apenas llegaron y ya nos estamos divirtiendo.

-Extrañaba a mi prima. -habla Brenda cuando al fin para de reír, yo me acerco a su oído para susurrarle -Tengo muchas cosas que contarte y necesito tu ayuda.

Ella asiente y se acerca a mi oído -Quiero escucharlo todo y cuenta conmigo. -responde en voz baja.

-¿Por qué tanto cuchicheo, eh? -pregunta Facundo y nosotras sonreimos.

-Cosas de mujeres. -contesto y tomo de la mano de Brenda para ayudarla a ponerse de pie y corremos hacia mi habitación.

¿Le dirás sobre mí?

-Obvio que no, ella me creerá loca. -contesto rodando los ojos pero creo que lo dije en voz alta porque Brenda me mira curiosa.

-¿Con quién hablas? -pregunta ladeando la cabeza.

-Eh...

Te descubriste sola tonta, ahora dile.

-Bueno es que... ammm, tengo una vocesita en mi cabeza que me dice cosas y yo soy la única que la puedo escuchar. -intento explicarle.

Genial, sonaste como una desquiciada, pero buen intento Jane.

-Ah, tu conciencia ¿No? -habla pensativa frunciendo levemente el ceño.

¡Yes! ¡Soy yo!

-Si, la llamo Jonathan y es un pesado. -agrego rodando los ojos.

-La mía me está diciendo que estás loca y que salga corriendo. -comenta soltando una risa -Pero te creo, todos tenemos una conciencia. -sonríe mirándome.

¿Ella te cree? Esto es imposible.

-Parece que la locura es de familia. -contesto de nuevo en voz alta.

-¿Qué te dijo? -me pregunta ella divertida.

Está más loca que tú. -dice Jonathan en un tono divertido.

-Eh... no importa. -río nerviosa y muevo mi mano para quitarle importancia al asunto.

-Hablame del chico ¿Cómo es? -cambia de tema y le agradezco por eso.

-Su nombre es Michael y lo quiero mucho. -contesto agachando la mirada y suspirando.

-Se escucha como una tragedia. -murmura Brenda preocupada mientras toca mi hombro.

-Lo es porque... -un ruido extraño me interrumpe y ambas sabemos de qué se trata.

Me levanto de la cama, en dónde estaba sentada junto a Brenda, y camino hacia la ventana para correr las costinas. Como pensaba, Facundo está ahí, escuchando todo lo que estamos diciendo.

-Sigan hablando. -dice sonriendo y yo rodo los ojos para luego abrir la ventana dejándolo entrar.

-Okey. -suspiro.

Si debes confiar en alguien, quién mejor que en tus primos. -Jonny tiene razón, Brenda es hija de la hermana de mi madre y Facundo es hijo de el hermano de mi mamá.

Él se sienta en el suelo mientras recuesta su espalda por la cama -Decias algo de ese tal Michael. -me recuerda.

-Si, bueno... lo conocí en la escuela y su cabello es un poco raro. -digo sonriendo al recordar el día cuando nos conocimos, a él y a Mika, su conciencia.

-¿Raro como?

Las fotos. -es cierto.

-Miren. -saco mi celular y le enseño unas fotos en dónde se encuantra con sus diferentes colores de cabello.

-Wau... su cabello es raro. -comenta Brenda soltando una risita -Pero lindo. -agrega.

-Nah. Prefiero los colores en tatuajes. -asiente Facundo cruzandoce de brazos.

-De acuerdo señor rudo. -dice Brenda dándole un golpe suave en el brazo -¿Cuál es el problema con el chico arcoiris, Jane? -ahora se dirige a mí.

-Bueno comenzamos a salir pero tuvo unos problemas serios y terminó internándose en un Instituto mental voluntariamente, cuando fui a visitarlo, al principio todo estaba bien hasta que me atacó sin razón. Pero sé que no quiso hacerlo, es como si tuviera doble personalidad ¿Entienden? -les cuento mientras muevo las manos y luego me tomo el rostro con las mismas.

-Claro que lo entendemos, está loquito y queres ayudarlo. -habla Brenda sonriendo.

-Los adultos seguro van a decir "Es muy peligroso, alejate de él" -agrega Facundo levantando el dedo índice.

-Mi mamá dijo eso. -susurro desanimada, creo que ellos también me dirán eso.

-Vamos a ayudarte. -asiente Brenda haciendo que levante la mirada hacia ambos.

-¿Qué?

¿Qué?

-Esto es muy importante para vos y te vamos a ayudar prima. -me guiña un ojo.

-No saben cuanto se los agradezco. -hablo pero ella levanta una mano para que guarde silencio.

-No agradezcas aún ¿Estás con nosotras Facu? -le pregunta y él chasquea los dedos.

-Si, no tengo nada mejor que hacer. -contesta y ya estamos deacuerdo.

-Tengo la dirección en dónde se encuentra Michael, podemos ir ahora sin que mi mamá se de cuanta. -hablo en voz baja pero, en eso, ella entra a la habitación con mi hermanito en brazos.

-Jane, quiero que cuides a tu hermano. Debo irme por unos asuntos de trabajo. -me dice y deja al bodoque con patas en mi cama.

-Pero...

-Vuelvo en 4 horas. -ella sale y luego escuchamos la puerta de la entrada cerrarse.

-No es justo, no es mi resposabilidad. -gruño molesta.

-De hecho si, como hermana mayor debes cuidar también a tu hermanito. -me dice Brenda haciéndole cosquillas a Mathy en sus piesitos.

-¿Qué? Claro que no. -niego cruzando mis brazos.

-Si, así prácticas y estarás preparada para tener tus propios hijos. -está vez habla Facundo y ya me estoy asustado.

Tus responsabilidades son sólo estudiar y hacer cosas de adolescentes... no ser una niñera. -al fin estamos deacuerdo en algo.

En ese momento comenzamos a sentir un olor desagradable que proviene del pañal de mi hermanito.

¡Corre, antes de que sea tarde!