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16

Decir que se encontraba de lo más nerviosa, era poco a comparación de lo que estaba sintiendo en su interior, miro la flor en sus manos, hubiera deseado comprarle más, pero no quería asustar a la omega, todo a su tiempo, Sasha lo había mencionado, no podía y no debía actuar como un alfa que pareciera desesperada y no debía asustar a la omega con sus comentarios demasiado precipitados, pero ya era costumbre en ella actuar de esa forma, su madre siempre le pedía la verdad, y ella con gusto se la decía, sin rechistar siquiera, así que, no podía evitarlo, ya estaba en sus hábitos.

Miro de nueva cuenta hacía la multitud que se había acumulado debido al termino de las clases, algunas omegas le miraban, sobre todo se veían emocionadas al percatarse de la rosa blanca en sus manos, algunos seguramente pensaban que eran para ellas, después de todo, Marcy es una alfa atractiva y casi siempre solicitado, las omegas siempre se ven interesadas en ella, y eso era lo que le fastidiaba, si ellos solo se fijaban en el físico, entonces nada funcionaría.

Tal vez Marcy se había fijado en el físico de Anne, o tal vez ni siquiera lo hizo, aquella melodiosa voz haciendo esa pregunta, esos cabellos algo despeinados y cubriendo su frente, además de esa mirada tan llena de vida como de un pequeño toque de tristeza, le habían cautivado en segundos, quería estar con ella y pedirle que le platicará todos esos recuerdos malos para así ella misma desecharlos de por medio y evitar que esa tristeza siguiera en la mirada de tan dulce omega.

Sonrió en grande al ver en la lejanía a la omega, tenía colocadas unas gafas de armason negro, y estaba muy concentrado en un libro, seguramente era una lectura para algún trabajo, escondió la flor detrás de su espalda y camino en dirección hacía la omega, quería darle un pequeño regalo y tal vez pedirle una cita, solo esperaba que la omega aceptase.

Con cada paso que daba, más podía sentir como su corazón iba aumentando las pulsaciones, demonios, estaba tan ansiosa por saber cuál sería la expresión de la omega cuando se acerque y le entregue la rosa, ¿qué le diría? ¡No estaba segura! Pero lo que esperaba era recibir una sonrisa, no importaba si no le agradecía por su regalo, ella quería ver esos ojitos iluminarse y sonreír para ella.

Cuando por fin estuvo cerca se detuvo justo frente a ella, Anne hizo lo mismo, pero quería terminar el párrafo para seguir con la siguiente página del libro, estaba demasiado interesante.

Marcy carraspeo la garganta en el momento perfecto, Anne paso la página del libro y miro hacia arriba, mostrando leve sorpresa al ver a la alfa frente a ella.

- No pensé verte -menciono Anne, de hecho, pensaba que había sido prácticamente simple fantasía lo que había sucedido, pensaba que inclusive al día siguiente al despertar, todo eso se iría como un buen recuerdo, pero la realidad era distinta.

- Ni yo -Marcy se golpeó internamente al escucharse, demonios, ¿podía ser más estúpida? -. Q-quiero decir -Anne sonrió al escuchar el tartamudeo, nunca creyó ver a una alfa tan nerviosa solo por estar con ella-, s-solo -suspiro-, te traje algo.

Anne miro como Marcy dejaba de esconder sus manos para por fin mostrar aquella flor, su expresión fue sorpresiva, mostrando un poco más sus ojos, los cuales brillaron al mirar aquella hermosa rosa blanca.

La omega no lo podía ni creer, ni siquiera su antigua pareja había sido capaz de llevarle flores cuando la cortejaba, y ahora que Marcy lo haga, una sensación cálida se fue instalando poco a poco en su pecho, sonrió al mirar la flor y con algo de timidez tomo la flor de las manos de Marcy.

- Gracias, pero no debiste molestarte.

- No es molestia -menciono la alfa-, de hecho, me hubiera gustado traerte una docena, pero... no sabía si era buena idea, podría haber sido algo exagerado para tus gustos, no lo sé -resoplo-, debo dejar mi desconfianza en mis decisiones.

Anne soltó una suave risa al escuchar eso, la alfa es divertida, sus gestos son agradables, y más al verla sonreír le parecía muy linda que se haya tomado inclusive el tiempo de pensar en lo que a ella le gustaría, eso es muy dulce de parte de un alfa.

- Entonces gracias, Marcy -la omega acerco la flor hacía sus fosas nasales, oliendo el suave perfume que la rosa despedía, cerro sus ojos, satisfecha por tal aroma-. Es un lindo obsequio de tu parte.

- ¿Nunca te han regalado rosas?

- No -suspiro-, ella no lo hacía, el único regalo que recibí de parte suya, había sido un peluche, pero nada más -tal vez Anne estaba demasiado enamorada en ese entonces como para darse cuenta de lo que no estaba viendo en la realidad, esa alfa ni siquiera le daba un regalo en su cumpleaños, y a veces inclusive se le olvidaba por completo, en cambio ella... Anne se desvivía por mostrarle mucha atención a la alfa.

- ¿Por qué esa idiota no te daba nada? -Marcy se vio sumamente confundida con las palabras de Anne, la omega ladeo la cabeza al escuchar eso, parpadeo un par de veces, no sabía la razón de esa pregunta de parte de Marcy-. Si tuviera el oro del mundo, te compraría muchas cosas, ropa, más peluches, tus flores favoritas, libros... lo que tú quieras, nunca se me irían las ganas de comprar algo pensando en ti.

Las mejillas de la omega adquirieron un color carmín, esas palabras era muy lindas, que una alfa te ponga ese tipo de atención era sumamente hermoso, Anne había creído todo este tiempo que siempre la omega debe darle todo al alfa, que la alfa no debe preocuparse en mostrar alguna muestra de cariño al omega, pero ahora veía que estaba equivocada, Marcy le estaba mostrando que todo lo que había aprendido en un principio, eran solo mentiras, ¿tan perdida estaba?

- No deberías -menciono Anne, lo que desconcertó a Marcy-, no lo merezco.

- No digas tonterías, Anne Banana, lo mereces como cualquier persona, una relación es de dos, ¿entiendes? Tal vez no reciba mucho de tu parte, y lo comprendo -tomo ambas manos de la omega, quien aún sostenía su libro-, pero esperaré, puedo hacerlo por años, no importa, si es así como puedo reparar tu hermoso corazón, lo haré.

Ahora Anne no sabía por qué, pero sus ojos picaron con tales palabras, no era tristeza, no estaba triste, esa alfa le había dado palabras que nunca creyó sería capaz de escucharlas de parte de una alfa, Marcy estaba haciendo que sintiese un millón de emociones inexplicables, ¿acaso esto era el tan conocido amor que le estaba faltando por tantos años?

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