HERMANDAD II
Dedicado a kmvenus una de mis grandes amigas y una escritora digna de admirar. Feliz cumpleaños atrasado, linda.
Ojos abiertos
Las tardes de Jeongguk eran simples. Entrenaba, se transformaba, ayudaba en algunos labores del pueblo y se tiraba entre el césped y las ramas que yacían en el piso del bosque.
Pero ese día fue diferente. Jeongguk estaba en la copa de uno de los árboles más grandes del bosque, pues su día estaba completamente libre y prefirió subir a uno de los árboles para tomar aire fresco. Pero por más que trató, el pelinegro se seguía sintiendo inquieto. Movía su pie derecho con efusividad mientras se arrancaba un pellejito de su labio inferior.
Sabía que MinRi estaba nerviosa, lo sentía por el lazo y sin querer, le estaba pasando lo mismo que a ella.
—La junta empieza en quince minutos. ¿Sabes si ya le avisaron a Namjoon?
Jungwoo, sentado en una de las ramas del árbol frente a él, se encogió de hombros —No sé si Yoongi hyung fue a avisarle, lo más seguro es que sí.
—Bah, no importa —Jeongguk bajó del árbol de un salto —Le diré que vayamos juntos.
El menor asintió con efusividad y comenzó a trepar más alto.
Jeongguk, de golpe, dejó de sentirse nervioso y sin tomarle mucha importancia, caminó en dirección a la casa de su mejor amigo.
Negó con una sonrisa cuando se percató que Namjoon había dejado la puerta principal abierta.
Y como ya era costumbre, entró a la casa como si nada, sabiendo que Yowon y el bebé Taehyung estaban en su anterior casa, acompañando a su madre y que sus padres probablemente ya estaban en el salón principal, donde se llevaban a cabo las juntas.
Frunció el ceño cuando detectó el olor de su omega.
El olor a durazno se sintió como balde de agua fría al entrar a la casa. No olía a la madera ni a las rosas, como era costumbre.
Con duda, trato de abrir el lazo pero no sirvió de nada, pues MinRi lo tenía bloqueado.
MinRi estaba en casa y no quería verla o hablarle hasta en la noche, que estaría lista la habitación que le había hecho.
Namjoon le había ayudado con todo, desde el color gris humo de las paredes hasta el tamaño matrimonial de su cama. Estaba nervioso por cuál sería su reacción. Había una gran posibilidad de que MinRi lo rechazara con todo y la habitación, también la podía aceptar y dormiría feliz en su casa, o tal vez la rechazaría porque le gustaba la idea de dormir con él.
Aunque bueno, esa última no era nada probable.
Conforme iba subiendo, un olor extraño y único fue llamando su atención. Era claramente el de MinRi, pero si estuviera envuelto en el de Namjoon.
Con cuidado se acercó a la alcoba de su mejor amigo, y mientras más intenso se hacía el olor y más estiraba su mano para alcanzar el pomo, un sonido lo detuvo.
Besos.
Jungkook se congeló. Soltó el pomo de la puerta con mucho cuidado y pegó la oreja a la madera.
—No me sueltes.
Era claramente la voz de MinRi. Su voz estaba llena de felicidad y se escuchaba más risueña que nunca.
Jungkook sintió sus ojos picar.
Bajó la cabeza y cerró sus ojos con brusquedad cuando escuchó un gritillo de MinRi para luego escuchar la risa de ambos.
El sonido de sus bocas chocar le estrujaron el corazón.
MinRi y Namjoon. Su omega y su mejor amigo.
—No puedo creer esto.
La voz llena de felicidad de su mejor amigo le provocó un nudo en la garganta. Lo conocía tan bien, que sabía que en esos momentos estaba con una gran sonrisa.
—Yo tampoco, Namu ¿Todos estos años?
—Si Minnie. Te amado todo este tiempo.
—¿Y por qué nunc-
—Ya no importa, porque te tengo aquí.
Jeongguk retrocedió dos pasos, con la respiración entrecortada.
Namjoon y MinRi estaban juntos en la habitación frente a él. Ambos se escuchaban tan felices, que la culpabilidad lo empezó a carcomer.
—¿Qué haremos, Namu?
—¿A qué te refieres?
—¡Espera! Ángel creo que nuestra única opción es escaparnos.
—¿Q-Qué?
—Leí que si me enlazo con otro alfa en automático mi lazo con Jeongguk se anulará. Me puedes morder o si quieres podemos hacer que Jeongguk muerda a alguien más. Si se enlaza con otro omega yo quedaré libre del lazo.
—Pero eso está...
—Penado, lo sé. ¡Pero nos podemos ir a la ciudad! ¡Lo intentaremos!
El pelinegro ató su cabello en una coleta baja con brusquedad y volvió a retroceder.
MinRi y Nam se iban a escapar.
—¿Jeongguk no tiene una exnovia o algo así?
El alfa no pudo soportar más. Bajó las escaleras de la casa de su mejor amigo y salió rumbo a la junta.
Namjoon, su mano derecha y mejor amigo de toda la vida, estaba con la omega con la que tenía un lazo. Y se amaban. Su amor era correspondido.
Ahí, caminando entre los árboles recordó cómo Namjoon miraba a MinRi cuando se presentaron. Como Namjoon le quería decir algo, pero lo interrumpió a ver a la omega. Como su madre le había dicho que su mejor amigo no estaría soltero por mucho tiempo.
Recordó la cara de espanto, miedo y dolor que Namjoon hizo cuando vio a MinRi marcada. Todo lo que le reclamó.
En su mente volvieron las imágenes de cuando Namjoon miraba a los ojos a MinRi. Cómo la albina cerraba los ojos cada que Namjoon le daba un beso en la frente. Todas las veces que se escapó en la madrugada para pasar la noche con él.
Jeongguk, por primera vez, cayó en cuenta sobre lo que había hecho y se sintió como un estúpido al no darse cuenta antes.
Había marcado a la mujer que Namjoon amaba.
Le había arrebatado a MinRi cualquier posibilidad de estar con el hombre del que estaba enamorada.
Los ojos comenzaron a picarle. No sabía que debía hacer.
Namjoon y MinRi se iban a escapar del pueblo para por fin estar juntos, y todo por su culpa.
Acababa de arruinar la vida de su mejor amigo, solo porque una mujer le había gustado mucho. Le había quitado a su mejor amigo la oportunidad de tener un lazo con la mujer que amaba, y toda posibilidad de tener una familia con ella.
No sabía que pasaría si su lazo con MinRi se rompiera.
—¿Hyung?
Jeongguk amasó con brusquedad sus ojos y se giró, encontrándose con Jungwoo.
—La junta está a punto de empezar ¿Ya le dijo a Namjoon hyung?
El pelinegro dejó de escuchar al menor y caminó rumbo al salón con Jungwoo caminando detrás.
Cuando entró, Seungheon se dirigió a él, con el ceño fruncido.
—Jeongguk, ¿sabes dónde está Namjoon? Se me hace raro que no haya llegado.
—Me está haciendo un favor —respondió cortante, para después pasarlo por alto y caminó a la silla junto a su padre, tomando asiento.
Los miembros del consejo no tardaron mucho en aparecer en la sala. Los y las alfas tomaron asiento en sus respectivas sillas y miraron a Daehyun, quien siempre estuvo de pie frente a su silla.
—Buenas noches. El motivo de esta junta es para dar fecha al nombramiento de Jeongguk como alfa supremo. El ritual será dentro de cuatro semanas cuando la luna esté llena, y como es costumbre, es indispensable la presencia de todos. Ya saben, nos veremos en el centro del bosque a medianoche.
Si a Jeongguk le hubiesen dado la noticia un día antes, estaría nervioso y emocionado por su nuevo puesto, contando los días con emoción, pero no. Solo podía pensar que en esos momentos MinRi y Namjoon estarían haciendo sus maletas para irse del pueblo, listos para disfrutar del amor que se tenían.
En la mesa todos asintieron y cuando estaban a punto de levantarse, Jeongguk se paró de golpe, llamando la atención de todos.
—Kim Namjoon, mi próxima mano derecha, me está haciendo un favor en el pueblo, por lo que estará ausente por un tiempo indefinido —habló de golpe —Nos vemos en dos semanas.
Y antes de que alguien pudiera decir algo, Jeongguk salió de la sala del consejo. Daehyun y Seungheon lo miraron marcharse con el ceño fruncido, sin saber cómo reaccionar ante las palabras del menor ni el porqué de su decisión.
Ya era de noche, por lo que Jeongguk, a paso lento, caminó hacia el bosque antes de ir a su casa.
Completamente convencido, decidió ayudar a su hermano. Y si eso significaba dejar a MinRi, lo haría sin pensarlo.
Lo cubriría con su familia y con el consejo para que se escapara con el amor de su vida, incluso si eso lo mataba por dentro. Acababa de llegar y ya lo estaba perdiendo de nuevo. A su mejor amigo, a su hermano.
Pero lo prefería lejos y feliz a tenerlo cerca y triste. Él amaba a MinRi desde el primer momento que la vio, él mismo lo había dicho. Y Jeongguk, completamente ignorante a lo que pasaba, marcó a MinRi apenas la vio.
Pero ya no volvería a cometer el mismo error. Si Namjoon era feliz con MinRi, él haría todo lo posible por dejarlos vivir su vida, incluso si eso significaba jamás volver a tener una pareja.
Cuando se obscureció lo suficiente, el alfa caminó hacía su casa, pero frunció el entrecejo al ver a lo lejos a la albina sentada en la puerta abrazándose a sí misma.
El pelinegro corrió hacía ella, quitándose la chamarra en el proceso. MinRi estaba con los ojos y la nariz roja, temblando por el frío en lo que yacía sentada en la puerta de la casa. Jeongguk apenas la vio, le colocó la chamarra de cuero en los hombros y la ayudó a pararse.
—¿Estás bien, Rin?
La albina asintió y señaló la puerta —No tengo llaves.
Jeongguk levantó una de sus cejas. Por la hora, él ya se había hecho a la idea de que ella y Namjoon ya debían estar a medio camino directo a la ciudad.
—Pensé que estarías con Namjoon —dijo el alfa después de abrir la puerta de su hogar.
—Namjoon y yo ya no somos amigos —respondió la albina de golpe, entrando a la casa.
Su voz se escuchaba firme, sin titubear. Jeongguk no cerró la puerta con candado, pues creyó que esa frase era un plan hecho por los dos para escaparse a la media noche.
—¿Puedo preguntar el por qué?
—No.
—Está bien. Ven, quiero mostrarte algo.
MinRi asintió por lo bajo, mirando al piso en lo que seguía a Jeongguk, subiendo las escaleras.
—Te preparé esto —el alfa abrió la primera puerta y MinRi entró a su nueva habitación. Las paredes eran de su color favorito y la cama se veía cómoda y esponjosa. La maleta que había hecho cuando Jeongguk la sacó de su casa yacía tirada en un rincón, frente a un closet que supuso que estaba vacío.
La habitación era la copia exacta de la que tenía en su viejo hogar. Las paredes, los muebles, todo era lo mismo, a excepción de que esta habitación era más grande aún.
—No saqué nada de tu maleta para no molestarte. Con esta habitación ya no tendrás que irte ni dormir en la mía. Sabes que puedes dormir cuando quieras ahí, pero quiero que veas esta casa como tu hogar, MinRi. Es lo mínimo que puedo hacer.
—Gracias Gguk— musitó, con los ojos acuosos —Por favor, ¿me puedes dejar sola?
Jeongguk sonrió levemente y asintió, cerrando la puerta frente a él.
MinRi inhaló con fuerza, pero sus ojos volvieron a ponerse llorosos al detectar el olor de Namjoon en sus sábanas.
Entre lágrimas, la albina se metió entre las sábanas y comenzó a llorar, escuchando en su cabeza una y otra vez las palabras de rechazo de Namjoon.
Jeongguk se encerró en su habitación y sentado en su cama, se preparó mentalmente para similar que tanto Namjoon, como MinRi, desaparecerían de su vida esa misma noche.
♥♥♥
No saben lo difícil que fue para mi escribir este capítulo. Explicar en palabras cómo exactamente se siente Jeongguk fue lo que le sigue de difícil, y la verdad, siento que ni lo hice bien.
Les recuerdo que Namjoon y Jungkook son como hermanos. Es la relación más bonita que hay en este fic, lol.
Dato interesante de hoy:
Namjoon usa muchas camisas sin mangas y adora las bermudas. MinRi acostumbra a usar vestidos a la mitad de sus pantorrillas y Jeongguk ama los pantalones rasgados, y si son negros, mejor.
gukcifer te amo
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