Día 5
Law podía recordar perfectamente la primera vez que conoció a Zoro: Fue invitado a una fiesta después de ayudar a un tal Ace, Luffy estaba sumamente agradecido y no paró de hablar hasta que consiguió su número y aceptará ser su amigo.
Trafalgar creía que era tan insoportable como su hermana.
Pero aquello le trajo algo bueno, Luffy lo invitó a una fiesta asegurando que podría quedarse en su casa después e incluso le daría de desayunar. Alcohol y comida gratis para un estresado estudiante que tenía algunas crisis existenciales por su orientación sexual sonaba como una perfecta oportunidad para dejar de pensar tanto.
Recuerda que Luffy fue muy atento, sus hermanos los llevaron al lugar y pasarían por ellos así que no debían preocuparse por todo lo que tomarán. Entraron a la gran y escandalosa casa siendo saludados por todos. A Law le sorprendió lo popular que era el monito pero aun así no lo dejó solo porque "Quería presentarlo con los demás".
Law solamente quería dejar de pensar en las constantes pláticas con sus padres acerca de su orientación sexual y sobre su futuro médico.
Cuando pudieron llegar a su destino sus ojos fueron como imán hacia el joven con cabello verdoso, quien ya estaba algo tomado, el ojeroso tuvo un gran "gay panic" al sentir los ojos oscuros del moreno se posarse en él viéndolo de pies a cabeza.
— ¡Chicos! ¡Él es Torao, el chico del que les hable! — Lo presentó feliz el azabache más bajo, todos los que estaban cerca lo vieron con atención.
Como era costumbre para el grupo de amigos incluyeron al nuevo rápidamente, entre copas se presentaron, entre risas le repetían el nombre al más alto porque parecía que olvidaba fácilmente el nombre de las personas o tal vez es que la música estaba tan alta que Law no podía escucharlo bien.
La verdadera razón era la mirada oscura del mejor amigo de Luffy, esa mirada lo había estado observando como tigre a su presa desde mucho antes de que terminaran de acercarse a ellos. Law creía que desconfiaba de él y se preguntaba constantemente si era por su apariencia, no le extrañaría, sus amigos ya le habían dicho que era bastante intimidante pero no creía que fuera razón suficiente para hacer que el joven mantuviera sus barreras tan alto.
Law se sentía tan nervioso, si había olvidado sus problemas pero sentir solo nervios no era lo mejor.
Zoro se acercó unas horas después, cuando sus amigos ya estaban demasiado ebrios para prestarles atención, Roronoa sonrió orgulloso de ver cómo Law intentaba retroceder como un gatito asustado — ¿Por qué tan temeroso, chico lindo? — Le preguntó con burla sorprendiendo a Law cuando lo acorraló contra la pared en la que descansaba — No muerdo a menos de que así lo quieras.
Grande fue la sorpresa de Law al darse cuenta de que si era la presa, Zoro si era un depredador pero no de la manera en la que él imaginaba. Su "gay panic" aumentó cuando el moreno le sonrió ladino viéndolo con tanto descaro. Aun así Zoro tuvo piedad y simplemente mantuvo la distancia para no presionarlo pero tampoco para dejar que se fuera, Law se relajó por completo mientras platicaban, incluso salieron para hablar más tranquilos llegando de alguna manera a estarse besando.
Finalmente Law dejó de importarle las pláticas con sus padres ¿su futura profesión? Quedó para después, tenía una meta aún más importante: Conquistar a Roronoa Zoro.
Law también recuerda cuánto tuvo que insistir para que Zoro aceptara salir con él, había comprado a Luffy con comida para que fuera su cómplice siendo arrastrados Sanji y Usopp en el proceso de enamorar al joven con cabello verdoso. Aunque solo le dieron las bases para hacerlo fueron de gran utilidad.
Duró meses en salidas, regalos, algunos desprecios por parte del malhumorado Zoro y sobre todo fiestas donde se interponía para que nadie más se acercará a Roronoa. "La bruja" Nami fue de gran ayuda en esos momentos de bipolaridad porque "le tenía lástima", la extraña Robin lo consolaba de manera tétrica pero lo hacían entender que Zoro también tenía una vida y no iba a dejar que nadie lo distrajera.
Sus propios amigos, Sachi, Pinguin y Bepo fueron el apoyo moral que necesitaba algunas veces y sus principales cómplices para quedarse a solas con el moreno. Jamás, en toda su vida, se había esforzado tanto para conseguirlo pero no se arrepentía.
Zoro finalmente aceptó sus sentimientos y lo acepto a él.
Fue el mayor logro de su vida, Zoro era demasiado terco y orgulloso para su propio bien, podía llegar a ser algo bipolar cuando no podía expresarse de manera correcta pero todas esas cosas le encantaban a Law. Lo aceptó por completo así como Zoro aceptaba al asocial chico que no era tan amante de las fiestas como él.
Pero es que era un pecado que no estuvieran juntos, se entendían bien, se podían apoyar en el otro cuando lo ameritaba y sobre todo la química entre sus cuerpos solucionaba todo lo que no podían expresar con palabras.
Eso los llevaba nuevamente a ese momento, posiblemente Law lo había dicho antes ese año, posiblemente lo seguirá diciendo muchas más veces porque cada que pasaba lo repite para sí. Sin embargo, nada cambiaba porque esto ha ocurrido desde hace cinco años que inició su relación con Zoro, es que a pesar del tiempo nada lo haría cambiar de opinión:
Trafalgar D. Water Law odia las fiestas tanto como Roronoa Zoro las ama.
Simplemente no cabía en su cabeza ¿Cómo es que el más bajo siempre termina ganando en esas cosas? Si Zoro decidía ir a alguna parte Law era arrastrado a todo. Hasta los amigos de Law contactaban al moreno para que vaya a las fiestas con ellos.
La respuesta era más simple de lo que muchos esperarían y el ojeroso solo lo admitía en sus adentros: Lo que viene después de que su novio empieza a beber es la recompensa de Law por todas las innecesarias molestias que causa cualquier tipo de reunión que lleve de por medio al alcohol.
Por ejemplo, tan solo esa noche, apenas llevaba tres horas en el lugar y ellos ya están en una de las tantas habitaciones comiéndose a besos repletos de desesperación. El ojeroso sonrió ladino ante el gimoteo desesperado del moreno debajo de él.
— Más... — Imploró el más joven en esa habitación, no le era suficiente que su novio estuviera embistiendo con fuerza y usará una de sus manos para masturbarlo.
Y como buen novio que era claro que le haría caso ¿qué clase de novio sería si no podía satisfacer a su hermoso chico?
Lo enderezó en la cama para que su miembro llegue a ese punto especial que tanto hacía delirar a Zoro, su mano siguió con su movimiento ocupando la otra para pellizcar esos tiernos pezones que tanto esperaban por sus caricias. No conforme con eso, su boca se ocupaba de sus hombros, de todo lo ancho y largo de su espalda dejaba marcas, besos y se acercaba a propósito al oído de su novio para recordarle que tan asombroso lo hacía sentir.
— Que bien me aprietas, Zoro-ya.
— Mierda, mierda~, vuelve a decirlo — Rogó apoyándose en la pared, inclinándose para su novio, Law sonrió victorioso.
— Todo lo que tú quieras, Zoro-ya — Lo tomo de las caderas para aumentar el ritmo — ¿Se siente mejor así Zoro-ya~?
— ¡Sí! ¡Ahí! ¡Sigue! ¡Dame más fuerte Torao~! — Gemía, claro que el ojeroso obedeció, encendido por los sonidos que dejaban la garganta de su novio — ¡Es tan grande! ¡Mmh! ¡Se siente tan bien~! ¡Ah~! ¡Me llena tan bien...!
Pero todo esto no era lo que más le gustaba a Law, sí, claro que el sexo con Zoro era de las mejores cosas que le han pasado pero había algo que lo llenaba aún más el corazón. Lo que le encantaba, le enloquecía, lo ponía al mil y hacía que su corazón quisiera salir desbordante de su pecho, era cada palabra que saliera de la boca de su novio una vez el alcohol hacía su trabajo.
No es porque Zoro fuera un mentiroso, no, simplemente era demasiado reservado con sus sentimientos si no había alcohol de por medio, pero comprendía que Zoro no estaba acostumbrado a hablar de cómo se siente. Su hermana Perona decía que era un terco con demasiado orgullo, cualquiera de las dos ideas eran igual de certeras a ojos de Law.
— ¡Puta madre Law~! ¡Cómo te amo! — Grito extasiado haciendo que el nombrado se llenará de orgullo y la sonrisa en su rostro se extendiera.
— Dime, Zoro-ya ¿A quién le perteneces?
— ¡Yo...! ¡Mmg! ¡Ah~! ¡Soy todo tuyo! ¡Solo tuyo! ¡Te amo tanto~!
— Córrete para mí, Zoro-ya.
Gritar que lo amaba no era tan común entre ellos, ni siquiera lo podían decir bajito, ya sea por vergüenza o porque Zoro era demasiado terco como para decírselo constantemente sobrio. Mucho menos ayudaba que él tampoco era de tantas palabras cuando estaban teniendo un momento tan íntimo. Temía arruinarlo con sus palabras pero había estado trabajando en eso desde inicio de año para que su novio también lo hiciera a su paso.
Muchos podrían decir incluso que es algo cobarde tener que acudir al alcohol para darle rienda suelta a esos sentimientos, ninguno de los dos pensaba eso porque esos sentimientos siempre estaban presentes. El alcohol solo le ponía palabras a la torpeza de Zoro, además lo que confortaba a Trafalgar era aquel refrán que decía "Los niños y los borrachos nunca mienten".
Su borracho dejaba ver a la persona más dulce y cursi del mundo, abría el grifo de cursilerías solamente para él, de mimos y caricias que tanto le erizaban la piel por cómo calentaban su frío corazón.
Zoro hacía maravillas, lo ablandaba, lo hacía derretirse de amor, Zoro rompía todas esas barreras con un tierno beso, lo dejaba vulnerable y al mismo tiempo lo hacían el hombre más fuerte del mundo para proteger a su novio.
Law suspiro dejando salir la sonrisa, no pudo evitarlo estando recostado en el pecho del más bajo, escuchando sus latidos rápidos y sintiendo los suaves dedos de su novio deslizarse entre su cabello, se sintió completamente satisfecho. Ese era su lugar seguro, ahí nada podía molestarlo, nada le enojaba, no había espacio para ningún sentimiento negativo porque su amado novio lo envolvía con sus brazos y él podía sujetar completamente el cuerpo de Roronoa.
Algunas veces se preguntaba si eso era lo que las personas conocían como "Plenitud" o lo que algunos cursis llamaban como "Amor puro". Él dejaba de quebrarse la cabeza ante la clasificación de todos esos sentimientos en tan pocas palabras porque algo tan hermoso no podía etiquetarse, al menos no para Law.
El simplemente recibía los sentimientos de su querido Zoro, de la forma en que vinieran.
— ¿Te he dicho que me gusta mucho cuando sonríes así? — Preguntó entre murmullos el joven con cabello verdoso, el azabache dejó salir el aire en una suave risa, ahí estaba de nuevo siendo sumamente cursi.
— Algunas veces — Le dio la razón en el mismo tono que usó Zoro, ambos rieron como si fueran dos niños cómplices de alguna travesura.
— No te lo he dicho lo suficiente — Se quejó restregando su mejilla en la frente de Law — Es tan linda, te hace ver tan perfecto, me gusta saber que es para mí — Esta vez fue turno de Zoro por reír suavemente, siendo escuchado por el otro.
Law sabía que, por su embriaguez, no tenía mucho sentido preguntarle qué era lo gracioso.
— Ah ¿enserio? — Le siguió la corriente, Zoro asintió apretándolo más contra su pecho, le besó constantemente la coronilla y su frente.
— Te amo tanto — Confesó bajando una de sus manos por la espalda de Law en una delicada caricia que parecía ser para su corazón — Eres lo mejor que me ha podido dar la vida ¿te lo he dicho? — Trafalgar asintió aumentando su sonrisa, es que no podía con tanta dulzura — No creo habértelo dicho lo suficiente, te amo, te amo, te amo.
Cada vez que le repetía cuanto lo amaba besaba su frente, enredaron más sus piernas para estar más cerca entre ellos aunque desde hace un buen rato ya no había distancia que acortar. Esa noche ambos durmieron sintiéndose como si estuvieran en su casa a pesar de estar en una casa ajena con un montón de personas desconocidas porque para ellos, su hogar era el otro.
Law definitivamente amaba cuando su novio tomaba, desconocía que Zoro se excusaba con el alcohol para ser cursi con completa libertad, el ojeroso ignoraba el hecho de que la tolerancia de Roronoa era la mejor en todo su grupo de amigos fiesteros.
Zoro había pasado más de siete años sin llegar a perder la conciencia por el alcohol, casi siete desde la última vez en la que tomó tanto como para no recordar qué había hecho la noche anterior, pero eso era algo que Law no tenía por qué saber, así que guardemos el secreto.
¡Hola! Esta parte es tan soft y tan uff al mismo tiempo jajaja
La verdad me da mucha pena escribir los diálogos durante el sexo, mi intención era hacer que Zoro dijera algo como "Soy tu puta" o tal vez algo más directo como "dame tan fuerte como a una puta" o quizá un "Romperme como una puta" pero en el momento me dio mucha más vergüenza a mi ponerlo, no se hablar sucio alv perdón.
Amo sus comentarios, me han sacado demasiadas carcajadas al leerlos y me animan muchísimo. Aunque tarde un poco en contestarlos se los juro que si veo todos y cada uno de ellos ¡Muchas gracias por el apoyo!
¡Nos leemos mañana para la siguiente parte! Por cierto, no olviden votar y comentar.
—Gekko-chan-
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