Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

*Capítulo 26*

════ ∘◦❁◦∘ ════

Por más que intentara y buscara las palabras precisas para decir todo lo que estaba pensando, no podía hacerlo. Aún quedaban varias preguntas sin respuestas. Pero todo se hacía difícil al verla todos los días y mucho más, al tenerla frente a él.

Mia seguía hablando de algo que a esas alturas él había perdido el tema de la conversación que habían estado llevando a cabo hasta hace un momento atrás. Y es que desde que la castaña comenzó a mencionar a Artemisa, su mente divagó en la poca información que tenía sobre el tema, aunque aquello sería por poco tiempo, aún debía de visitar a Andrómeda.

Suspiró y visualizó el cielo nublado de Londres, las temperaturas poco a poco comenzaban a descender en el país, anunciando que el invierno se estaba aproximando, clima que a George le agradaba. Esa sensación de encontrarse en un lugar cálido, mientras que observaba por la ventana una pequeña ventisca de viento que hacía ondear el cabello de los transeúntes, así como sus abrigos y bufandas.

—¿Weasley?

George parpadeó algo confundido, quitó su mirada de la ventana y la volvió a Mia. La castaña lo observaba curiosa y expectante, lo que puso al pelirrojo algo nervioso.

—¿Sí?

—¿Estas bien? Te noto distraído y ciertamente... —rió a la vez que cerraba el libro que aún permanecía abierto sobre la mesa —Creo que no oíste nada de lo que estaba hablando.

—Lo siento Anderson —Se mordió el labio inferior y arrugó un poco la frente —. Estaba pensando en algunas cosas...

Mia sonrió de forma débil y asintió resignada ante la respuesta. Comenzó a guardar sus libros, cuadernos y lápices que tenía esparcidos, y cerró su bolso. Para luego levantarse de su lugar.

—Hey espera —La tomó de la muñeca, pero Mia no quería observarlo —. De verdad lo siento Anderson. No quise ignorar lo que me decías, en serio -Se comenzó a disculpar a la vez que con su dedo pulgar le acariciaba la muñeca —. Te prometo que mañana te lo compensaré.

—No tienes por qué —respondió observándolo y apartando su muñeca de forma lenta —. Pero la próxima vez, debieses decirme. No me gusta que me ignoren.

—No te estaba ignorando...

—¿Entonces?

—No te lo puedo decir aún. Lo siento.

Mia suspiró y aferró una de sus manos a su bolso. George no dejó de observarla, sabía que por más que tratara de hacerla sentir mejor y disculparse con ella, más lo arruinaría. ¿Por qué todo debía de ser tan complicado? Siendo sincero, no debiese ser de esa forma. Pero ¿Cómo explicar que estaba investigando sobre la familia de Artemisa, sin mencionar que el no era un muggle, sino un mago? Lo que llevaba a no solo mencionar lo que era realmente, sino que también, dar a conocer el mundo de la magia y que el estatus del secreto, se vaya a las profundidades del lago negro junto al calamar gigante.

—Será mejor que nos vayamos. Debo entregar la sala de estudios, Weasley.

George asintió con pesar y se levantó de su lugar para caminar tras Mia y salir de la pequeña sala que se encontraba dentro de la biblioteca de la Universidad en donde ella estudiaba. Esa mañana, George había decidido comentarle -en parte- sobre la investigación que estaba llevando a cabo acerca del posible abuelo de Artemisa. Pero a pesar de la intención, su mente trató de buscar las palabras correctas no encontrando las en el proceso y solo sumergiéndose en los contras que tendría al mencionarle parte de la información.

—¿De verdad sólo viniste acompañarme a estudiar Weasley?—habló la castaña luego de un momento de silencio, mientras caminaban hasta la salida de la facultad—Siento decirlo, pero...No creo que seas de esas personas que gusta de estar en la biblioteca.

—Supongo que tienes razón—soltó una pequeña risa—Yo...

—No ahondaré más en el tema—dijo al ver el rostro de incomodidad de él —Si no me lo puedes mencionar, está bien.

—Te prometo que te lo mencionaré en algún momento, Anderson—respondió con total sinceridad.

—No prometas nada Weasley. Si lo quieres hacer, hazlo, pero no hagas promesas.

George arrugó el ceño ante lo mencionado y solo asintió, dando por terminada la conversación.

—Será mejor que me vaya-mencionó él al ver el reloj de pared en el Hall de la facultad.

—Y yo...Mi clase ya está por comenzar. Gracias por ayudarme con los libros y haberme acompañado—agregó con una pequeña sonrisa de agradecimiento—Nos vemos.

—Nos vemos—respondió con una sonrisa.

════ ∘◦❁◦∘ ════

Hasta ese momento, nunca había tomado el transporte muggle, pero la situación lo apremiaba. Debía de llegar al Caldero Chorreante cuánto antes. Desde su asiento junto a la ventana, visualizó las calles, cerciorándose de no pasar de largo la parada que le había mencionado Mía antes de tomar el autobús. Transcurridos unos momentos, se puso de pie y bajó. Cruzó la calle y entró de forma apresurada a la taberna.

Cómo siempre, se encontraban varios magos y brujas disfrutando de su comida o solo bebiendo cerveza o hidromiel.

Cruzó la taberna y se dirigió a la chimenea, para segundos después desaparecer entre las llamas verde esmeraldas.

—Bienvenido George—habló Harry observándolo con una sonrisa-Me alegro que hayas llegado.

—Siento la demora—se disculpó un poco avergonzado, mientras salía de la chimenea y se quitaba la ceniza—¿Dónde está Andrómeda?

—Fue acostar a Teddy para su siesta. Así hablaremos más tranquilos—respondió levantándose de su asiento y acercándose a uno de los muebles de la cocina—¿Jugo de calabaza?

—Claro, gracias.

—Estuve adelantándole un poco sobre el tema a Andrómeda —comenzó a decir Harry mientras le servía jugo a George y se lo entregaba. El pelirrojo lo recibió con una pequeña sonrisa y luego arrugar el ceño —No te preocupes, está dispuesta ayudarte —agregó sentándose frente a él

—Me alegra oír eso.

Harry lo observó con suspicacia para luego reír de forma leve. George lo notó, pero no dijo nada, solo lo observó para luego bajar su mirada a su jugo de calabaza y así, provocar que el silencio los acompañara en la cocina de la casa de Andrómeda Tonks.

Levantó su mirada y observó a su alrededor, provocándole sentimientos encontrados: La cocina le recordaba a la madriguera. Los aromas de lo que habría sido una comida deliciosa, seguían en el lugar. Los palillos de tejer hacían lo suyo en una esquina alejada de las cacerolas y de la chimenea; tejiendo lo que muy pronto sería un pequeño sweter color turquesa.

—George que gusto de verte—Andrómeda Tonks entró a la cocina acercándose hasta donde se encontraba el pelirrojo.

—Igualmente Andrómeda—respondió con una pequeña sonrisa para luego besar la mejilla de la mujer.

—¿Quieres algo? —preguntó antes de sentarse.

—Ya le ofrecí jugo de calabaza —respondió Harry observando a Andrómeda.

—Oh... —dijo observando la copa de George —¿Galletas tal vez? —continuo la mayor.

—No, gracias. Estoy bien con el jugo.

—Bien. Entonces pasemos a la sala, estaremos más cómodos.

Salieron de la cocina, cruzando el pequeño corredor y llegando a la sala principal, la que se encontraba iluminada por los rayos de sol que entraban por el gran ventanal, atravesando las blancas cortinas. El lugar le recordó por un momento el departamento que Mia compartía con Artemisa. A pesar de ser algo pequeño, el lugar era acogedor y cálido, mucho más al ver que algunos jarrones contenían flores de distintos colores que ayudaban a que la sala, permaneciera con aroma floral.

—Los dejo para que conversen a solas. Estaré con Teddy —anunció Harry para luego desaparecer por el corredor.

—Está bien, gracias Harry. —respondió Andrómeda para luego volver su atención a George. —Tu dirás.

—Si...No sé si Harry te habrá comentado algo...

—Mas o menos —asintió —Me comentó que estas viviendo en el Londres muggle y que allá conociste a dos chicas —respondió un tanto pensativa —Y que una de ellas...Bueno tiene una situación familiar algo...peculiar por asi llamarlo.

—Si, algo así. —hizo una pequeña pausa buscando las palabras exactas para luego continuar —El nombre de una de ellas es Artemisa Thompson. No se lleva bien con su madre y.... al parecer, la causa es por su abuelo.

—Aun no entiendo, George. ¿Qué tiene que ver con mi familia? —arrugó el ceño.

—Artemisa, no lo conoce, nunca lo conoció. Solo tiene una idea de quien fue por lo que le cuenta su abuela —se encogió de hombros —Y su madre...Bueno, no habla de él, sin mencionar que aquella mujer, tiene un gran parecido a la señora Malfoy, y una mirada como la tenía Bellatrix.

Andrómeda apretó los labios, sin dejar de observar a George quien, a su vez, comenzaba a ponerse nervioso con la mirada de aquella mujer. Sentía como si lo estuviera regañando en silencio, como si hubiera dicho algo indebido, hasta que la señora Tonks suspiró y bajó la mirada por un momento para luego comenzar hablar.

—Tío Alphard siempre fue distinto a los demás Black —comenzó a decir Andrómeda con su mirada perdida en algún punto de la alfombra de la sala —Siempre fue un hombre alegre, y educado con todas las personas sin importarle su origen. Cuando nos visitaba siempre nos llevaba algún obsequio. —rio —Recuerdo que, para una navidad, Sirius recibió varias bromas de Zonko y 15 galeones. Mis hermanas se enfadaron por que no habían recibido ni un galeón, y yo por primera ve, sentí celos de Sirius. —levantó su mirada, pero esta vez con una sonrisa en su rostro —Tio Alphard era muy bueno dando obsequios.

—Así parece.

—Y era de esperarse... —continuo — Sirius siempre fue su sobrino favorito. Al principio no lo comprendía, pero con el pasar de los años y a medida que fuimos creciendo, me di cuenta que Sirius era muy parecido al tío Alphard. Supongo que él quería que su sobrino fuera completamente feliz, que tuviera aventuras como las que él no pudo tener en su momento. —agregó con el ceño algo fruncido. Visualizó una fotografía y se dirigió hacia ella. La tomó entre sus manos y se la entregó a George —Es una de las pocas fotografías que traje conmigo cuando me fui de casa. Él es Alphard Black junto a Sirius y a mí en una navidad.

George observó la fotografía en movimiento: Un pequeño Sirius de diez años saludaba moviendo su mano con frenesí y a su lado, un adulto y joven Alphard Black sonreía ante la cámara abrazándolo por uno de los hombros a su pequeño sobrino, lo mismo, con una adolescente Andrómeda quien mantenía una sonrisa tímida.

El joven Weasley, continúo observando con atención la fotografía. Alphard Black fue un hombre alto podría llegar a pensar que más o menos de su misma estatura o unos centímetros más bajo. Pálido, de ojos grises y cabello oscuro como gran parte de los Black. Su actitud en la fotografía era genuina y alegre, pero su pose ante la cámara no dejaba de ser aristocrática como todos los de su familia. George por un momento pensó en aquel hombre y en lo difícil de haber vivido en una época en donde no estaba permitido enamorarse de un muggle, mucho menos de un nacido de muggles como lo había hecho Andrómeda.

—Debió de ser alguien muy agradable de conocer —dijo George entregándole la fotografía a Andrómeda quien la recibió con una sonrisa.

—Lo era —asintió —Siempre tenía alguna historia que contar, bueno lo hacía siempre y cuando se sintiera cómodo con la persona. —suspiró —Ese debió de ser uno de los tantos motivos por los cuales se llevaba bien con Sirius y conmigo. Con nosotros podía ser el mismo, mientras que con sus hermanos y demás adultos, debía de guardar la compostura y mantener su vida a raya.

—Vivió una época muy dura, ¿no lo cree?

—Creo que todos vivimos una época dura —argumentó —Al final de cuentas, todos debimos de luchar para conseguir lo que queríamos, aun sabiendo que debíamos de perder algo para conseguirlo.

George asintió dándole la razón a la mujer. Ella había luchado para ser feliz con quien había elegido para estar el resto de su vida, pero con ello, tuvo que perder a su familia; luego se encontraba Sirius quien lucho por sus ideales y lo que creía correcto, lo que lo llevó a perder a su familia y muchos años después, la vida. Y Alphard Black ¿habrá perdido algo por luchar por lo creyó correcto?

—Y....¿Alphard Black tuvo que luchar por algo?

—Toda su vida —asintió observándolo algo incrédula por la pregunta —Te mencione que se parecía un poco a Sirius —George asintió —Bueno, el tío Alphard siempre luchó por lo que creía correcto. Lo que lo llevo a ser quemado del árbol genealógico de los Black al ayudar a Sirius con dinero luego de haberse ido de Grimmuld Place. Aunque a esas alturas, no le importaba si pertenecía a la familia Black o no.

—¿Qué quiere decir?

—A esas alturas, Alphard Black ya tenía una pequeña familia —comentó con orgullo Andrómeda —Cuando me fui de la casa de mis padres y comencé a vivir con Ted, el tio Alphard fue el único que me escribió y visitó. Entre esas conversaciones que tuvimos, me comentó que se había emparejado con una mujer muggle y que, por lo mismo, comprendía mis acciones. —sonrió con nostalgia —Nunca supe donde vivía, no lo pregunte y aunque lo hubiera hecho, no sabría su paradero exacto. Él era muy hábil para ocultarse y no ser encontrado ladeó un poco la cabeza y se tomó la barbilla pensativa —. Supongo que fue el quien le enseño a Sirius a ocultarse y no ser encontrado —soltó una carcajada.

—Tengo una pregunta —dijo George un tanto pensativo, a lo que Andrómeda asintió para que prosiguiera —Narcissa Malfoy, en el juicio, dijo que era un secreto a voces que Alphard Black tuviera una relación con una muggle, más bien, era un rumor que nunca pudieron comprobar...Eso quiere decir que... ¿se escondió para que sus hermanos y demás familiares no se enteraran de su vida personal?

—Exacto George. Cissy... —George la observó un tanto extrañado —Lo siento. Ni Narcissa ni Bellatrix fueron cercanas al tío Alphard. Ellas solo sabían de lo que sucedía con él por las conversaciones que oían de los adultos. Mas bien, que Narcissa oía -arrugó el ceño.

—Entonces....Es una opción válida que Artemisa y su familia, fueran parte de la vida de Alphard Black ¿no? —
—preguntó con algo de entusiasmo.

—Por lo poco que me comentaste y lo que yo te comenté, podría ser una opción —afirmó —Lo que si George, te pediré algo.

—Claro.

—Si ese fuera el caso, de que la joven Artemisa y su familia, fueran parte de la familia Black; no me gustaría que se supiera.

George la observó consternado por lo que acababa de decir. ¿Por qué no quería que se supiera? Comenzó analizar la situación y no encontraba nada grave como para que decidiera aquello.

—¿Por qué? —musitó — Solo si se puede saber.

—La cosa es que...Narcissa ya ha sufrido mucho con lo del juicio. Todos le dieron la espalda y de algún u otro modo, es lo que se merecía —se encogió de hombros —Pero no por eso, dejaré que su sufrimiento aumente.

—Señor Tonks, disculpe, pero, Narcissa Malfoy no merece que se preocupe por ella ¡Por Merlín! Hasta donde sé, la señora Malfoy nunca le importó si usted estaba bien o no.

—Es mi hermana menor, Weasley —espetó con sorna, a lo que George solo se enderezó en su asiento un tanto nervioso —Aquí no es de importancia si ella se preocupó o no por mí. Esto lo hago porque quiero hacerlo y, como te dije, es mi hermana menor y aunque no nos hablemos desde hace ya muchos años, nunca dejaré de protegerla, aunque sea a la distancia. Respóndeme una pregunta, ¿Tu no harías lo mismo por Ginny o por Ron si ese fuera el caso?

Claro que haría lo mismo. Muchas veces han discutido llegando a no dirigirse la palabra, pero, aun así, el cariño persiste junto al instinto de protegerlos por más enfadados que estuvieran.

—Si...Lo haría -murmuró observándola con resignación —Prometo que no diré nada —agregó con pesar, mientras el recuerdo de Mia inundaba su mente.

—Gracias.

George suspiró y permaneció en su lugar por un momento para luego ponerse de pie seguido por Andrómeda quien siguió observándolo.

—Es mejor que me vaya. Fue un gusto hablar con usted, Andrómeda —dijo con una pequeña sonrisa para luego estrecharle la mano.

—Igualmente. Y gracias por comentarme lo que estaba sucediendo. —respondió de forma tranquila.

Los dos se dirigieron a la cocina y George se metió a la chimenea tomando un pequeño puño de polvos flu, pero antes de lanzarlos, volvió su atención a Andrómeda quien lo observaba con curiosidad.

—Podría comentarle a Artemisa...

—El que no se sepa lo que acabamos de conversar, incluye a Artemisa, sí. —interrumpió respondiendo la duda que mantenía George hasta hace un momento.

—Está bien. ¿Me despides de Harry y del pequeño Teddy, por favor?

—Claro.

George sonrió para luego soltar el puñado de polvos flu hablando fuerte y claro: Caldero Chorreante y desaparecer entre las llamas verde esmeraldas.


















Nota de Autora

¡Porfin actualicé! Perdón por la demora y haberlos tenido tanto tiempo sin un nuevo capítulo, de verdad lo siento. Pero díganme¿Que tal la conversación entre Andrómeda y George? O más bien...¿Lo que Andrómeda contó acerca de Alphard Black? Hasta yo estaba modo: chismecito jajajaja. Anyway, me encantaría leer sus impresiones, aprecio mucho cuando dejan comentarios al igual que estrellitas ✨.

Espero que el capítulo haya Sido de su agrado y gracias por mantenerse pendientes de la historia.

Caro

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro