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*Capítulo 12*

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Sentía el aroma del alcohol y un segundo después, un pequeño ardor en la zona. Hizo una mueca a la vez que gemía por el dolor causado. A pesar de que aquel muggle llevo la peor parte, de igual forma se defendió lo que causo una pequeña contusión y parte de su labio inferior roto. No entendía como los muggles podían soportar esa clase de curaciones, para él eran torturas del siglo pasado. Si hubiera estado en la madriguera, su madre le habría aplicado algún ungüento y dado alguna pócima, con lo cual, en algunas horas, su rostro hubiera estado como nuevo y sin ningún rastro de golpiza. Pero en el mundo de los muggles aquello hubiera sido extraño, y cuando su nueva vecina lo tomó del brazo y fueron al apartamento que compartía con su amiga para curar aquella pequeña herida, no pudo negarse.

—En verdad no debiste hacerlo... —dijo a la vez que posaba de forma cuidadosa el algodón sobre su rostro. —Max ya se iba...

Asi es que el patán brabucón tiene nombre-pensó.

—¿A si? —inquirió él a la vez que volvía arrugar el ceño por el ardor en la herida —A mí me pareció que quería seguir discutiendo con ustedes. —agregó.

—Como sea..., no debiste Weasley. —dijo a la vez que apartaba el algodón del rostro masculino y lo observaba. —Pero gracias. —musitó.

—No hay de que Anderson. —respondió con una pequeña sonrisa.

El silencio llego hacerles compañía, siendo un complemento para sus miradas que intentaban descifrar el uno del otro. George observaba a Mía a la vez que sentía algo demasiado familiar, como si la hubiera visto desde mucho antes de lo sucedido en la calle muggle. Era extraño, porque por más que tratase de hacer memoria y recordarla de algún tiempo mucho más lejano, ningún recuerdo llegaba más que lo acontecido anteriormente

—Y...¿Hace mucho que llegaste a Londres? —Preguntó Mia a la vez que guardaba el botiquín de primeros auxilios.

—No mucho... —dijo restándole importancia y rogándole a Merlín que cambiase de tema, a la vez que observaba cada movimiento de la castaña. Ella lo observó con el ceño fruncido

—Eres un hombre de pocas palabras ¿no?

—Lo siento, yo...

—Está bien —hizo un ademan restándole importancia, mientras se dirigía a la cocina y comenzaba a preparar el desayuno. —¿desayunas con nosotras? —inquirió con una sonrisa —Es mi forma de agradecimiento por lo que hiciste hace un rato —agregó al ver el rostro de confusión del pelirrojo.

—Pues...

—Más bien, desayunaran los dos solos —dijo Artemisa a la vez que salía de su habitación y terminaba de acomodar su chaqueta. Anderson la observó sorprendida. —no me mires así. Iré a la biblioteca.

—¿Disculpa? —pregunto en tono sorprendido. —¿Desde cuando vas a la biblioteca? —inquirió a la vez que sacaba el jugo de naranja y lo posicionaba frente a George, quién a esas alturas se sentía ignorado por ambas mujeres.

—Desde que se convirtió en mi lugar favorito para los besos y caricias... —dijo observándola de forma pervertida.

—¡Por Dios Artemisa! —cerró los ojos y suspiró —Solo no llegues tarde, hoy te toca traer la cena —agregó apuntándola con su dedo.

—Claro. Adiós Weasley —sonrió y salió del apartamento.

Mia suspiró para luego seguir preparando el desayuno, mientras George la observaba y se acercaba un poco a ella.

—No creo que sea buena idea que me quede, Anderson.

—¿Qué?, ¿Por qué no? —dijo poniendo la tetera a calentar para luego observarlo.

—Mírame —dijo bajando sus manos de la cabeza a los pies, a lo que ella solo enarco ambas cejas —Aun estoy en pijamas y ni siquiera me he duchado y agregar, que somos dos completos desconocidos...

—¿Esos son tus argumentos? —inquirió para luego voltearse y rebanar el pan. —Perdón, pero son vagos y sin validación para mí —rió y prosiguió en lo que estaba realizando —Punto uno: Los dos estamos en pijamas. Punto dos; estamos igual. Y punto tres: No somos desconocidos, nos presentamos en el pasillo Weasley. Pero si te complica desayunar con "una desconocida" —dijo volteándose a él y entregándole platos y cubiertos para que los ponga en la mesa —Podríamos desayunar y conocernos, no hay problema. —sonrió.

George la observó y rió por lo bajo. Aquella chica de ojos castaños tenía algo que la hacía especial. Podría ser su simpatía o la poca atención que le tomaba a los problemas; o tal vez, lo atenta que era con las personas aun si quiera conocerlas del todo.

—Esta bien —dijo resignado. —¿necesitas que te ayude en algo más?

—Si. ¿podrías encender la tostadora? —dijo mientras comenzaba a preparar huevos. —¿fritos o revueltos?

—Me da igual... —dijo con el ceño fruncido, mientras miraba a su alrededor en busca de ¿Qué había dicho? —Anderson dijiste tor...

—Tostadora —dijo asintiendo sin prestarle atención. —eso dije.

Mierda, mierda, mierda...«¿tortadora?» ¿Qué es eso?

George observó como ella seguía ensimismada haciendo huevos revueltos a la vez que tarareaba una melodía. Él por su parte observó la cocina de forma minuciosa, a pesar de ser pequeña, habían muchas cosas muggles que no conocía. ¿Cómo identificar algo que no tienes ni la menor idea de como luce?

—Aquí esta la tostadora—dijo a la vez que quitaba algunas cosas que impedían observar el artefacto a simple vista—lo siento, no he tenido tiempo de ordenar.

—No te preocupes—dijo acercándose al artefacto y observándolo atentamente, para luego devolverle la mirada a Mia—debo...comprarme una y...

—Querías saber el modelo—George asintió algo confundido—está justo ahí —agregó indicándole la marca que se encontraba en un costado.

George le sonrió débilmente para luego tomar las rebanadas de pan y.... ¿Que se hacía luego? Mia lo observó extrañada, se acercó a él y puso una rebanada en cada abertura. Ella le sonrió para luego llevar los huevos revueltos con tocino a la mesa y servir jugo de naranja en los dos vasos.

El desayuno transcurrió con tranquilidad, de vez en cuando Mia observaba a George como si quiera preguntar algo, pero cuando el pelirrojo le devolvía la mirada, le sonreía débilmente y apartaba su atención de él.

—¿Sucede algo? —preguntó a lo que Mia negó rápidamente. —Oh vamos, hace rato que quieres preguntar algo. Lo noté Anderson.

—No es nada, Weasley. —respondió mientras que él enarcaba una ceja. Suspiró, apoyó una de sus mejillas sobre su puño —

George sintió como si lo estuviera analizando, o peor, leyendo la mente ¿podrían los muggles hacer eso? Con aquel pensamiento tragó con dificultad, arrugo levemente la frente, a la vez que ella seguía observándolo con una pequeña sonrisa.

—Me pareces interesante —dijo volviendo a su posición inicial. —Creo que tienes algo...En verdad no sé cómo explicarlo —rió a la vez que preparaba una tostada con mantequilla —Debes de pensar que soy una loca o algo así... —agregó observándolo.

—¿Por qué dices eso? —preguntó extrañado a la vez que sus labios saboreaban el té.

—Muchas personas lo creen —rió sin gracia, para luego hacer un ademan a su mano —Pero a estas alturas de mi vida, me da igual lo que digan. —agregó para luego darle una mordida a su tostada.

La observó y ladeó su cabeza hacia un lado, a la vez que Mia se sonrojaba ligeramente y apartaba su mirada de él. George le causo algo de gracia aquella reacción. Después de tanto tiempo, volvía a poner nerviosa a una chica, y no es que antes hubiera sido un casa nova o algo por el estilo, es más, Fred siempre era quién coqueteaba.

George bajó la mirada ante el recuerdo de su hermano, arrugó ligeramente el ceño, a la vez que se ponía de pie.

—Es mejor que me vaya... —Mia lo observó atentamente para luego asentir y ponerse de pie también. —Y hum...Gracias por todo.

—No es nada. Después de lo que hiciste era lo menos que podía hacer. —respondió. —Te sugiero que pongas hielo para que no se hinche mucho más —acotó observando el lugar del golpe.

—Claro —musitó.

Se dirigió a la puerta de entrada del departamento femenino y salió no sin antes despedirse de Mia con la mano y una sonrisa de agradecimiento. Al salir, observó la puerta de su departamento que había dejado abierta. Suspiró y rogó a Merlín que ningún muggle hubiera entrado. Se dirigió a la cocina y tomó un poco de agua, con todo lo acontecido se le había quitado el poco apetito que había sentido al despertar. Dejó el vaso de agua a medio terminar, dirigiéndose a la sala en el preciso momento en que una lechuza picoteaba su ventana. George se sobresaltó y abrió sus ojos sorprendidos, dirigiéndose rápidamente a la ventana de la sala. El ave entro y estiró su pata momento en el cual el pelirrojo desato la carta, para luego volver a salir apresuradamente, en el momento en que un niño muggle veía a la lechuza emprender el vuelo.

Al ver la carta y ver de quien se trataba la desdobló de manera rápida, a la vez que pensaba en que debía de poner aquellos artefactos muggles para comunicarse con su familia.

Hola George.

¿Cómo estuvo el cambio?, ¿todo bien en el mundo muggle?...

Si supieras-pensó él con una pequeña sonrisa a la vez que se dejaba caer en el sofá.

Ron me comentó que el lugar es estupendo, y que se puede ver gran parte del Londres muggle. Si es como él lo comenta, en verdad debe ser maravilloso.

Hermano, si necesitas algo...Basta con que vayas al Callejón Diagon y me encuentres en Gringotts o nos juntemos en el Caldero Chorreante que hasta donde sé, queda muy cerca de donde estas viviendo actualmente.

Fleur te envía cariños y por favor no te olvides de tu mundo.

Bill W.

George terminó de leer la carta de su hermano y se dirigió a su cuarto en donde además de su cama, contaba con un escritorio y a un costado de este, tenía su baúl en donde guardaba la mayoría de sus pertenencias, entre ellas, pergaminos, pluma y tinta. Tomó lo necesario para responder la carta.

Escribió lo necesario, contando todo lo sucedido hasta ese momento, salvo la pelea con el muggle. Mientras deslizaba la pluma, sintió como llamaban a su puerta. Dejó la pluma en el tintero y arrugo el ceño dejando a medio terminar la carta. 





















Nota de autora:

Aquí dejando el capítulo 12...¿Qué les pareció?. Debo aclarar que lo tenía listo hace algunos días, pero quise agregar algunas cositas, por eso la demora. 

Ya shipeo a George y Mia¿y ustedes? creo que serán de esas parejas que son taan lindas...Me agradan los dos <3. 

Espero leer sus comentarios y muchas gracias por la paciencia y la espera, de verdad :)

Caro.

pd. ¿Se dieron cuenta que ya estamos por llegar a los 2k de lecturas? <3

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