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Capítulo X

ABEL

Un rayo de luz me pega directo en la cara, restregó mis ojos con el puño de mi mano, me siento en la cama, mi vista se dirige hacía el otro lado de la cama, se encuentra completamente vacío, la chica que anoche yacía plácidamente a mi lado anoche ya no se encuentra allí.

Me pongo de pie y me dirijo al baño, me lavo la cara y luego los dientes, una sonrisa se estampa en mi cara, recordando nuestro encuentro de anoche, la entrepierna me duele, mis bolas entumecidas gracias a la excitación.

Su apoteósica anatomía, sus labios hinchados y rojos, sus mejillas ligeramente pigmentadas, sus piernas contra las mías, su pequeña y delicada cintura, cómo me pedía a gritos que parara mis continuos ataques a sus costillas, el calor de su cuerpo, esa piel tan suave y dorada.

Me acerco al retrete para orinar, luego de lavar mis manos vuelvo a la habitación, me quedó parado en el umbral cuando la veo entrar, lleva un bikini rojo pasión que se acopla perfectamente a su voluptuoso cuerpo, mi atención se desvía a sus enormes piernas y ese perfecto trasero, luego están esas caderas, me pasó la lengua por los labios y aquella pequeña cintura, es una diosa, con su encanto derrite cualquier polo, pero con su carácter congela cualquier playa del Caribe.

-Buenos días, Lauren- digo con la voz ronca y esta se sobresalta.

-Buenos días, Abel- voltea a mirarme- pensé que estabas en otra parte- dice en modo de explicación.

-Me acabo de despertar- explicó.

-Ya veo- dice irónica fijando su vista en mi entrepierna.

-Que buena vista me das- digo provocando.

- ¿Qué haces con ver sin tocar? -no se inmuta.

Me paso los dedos por el labio inferior, ella no sabe que esta jugando con fuego y esta vez no se me va a escapar.

Me acerco a ella, me observa estática, me hundo en esos ojos cafés, cuando estoy muy cerca agarró su cintura con una mano y su cuello con la otra.

-No juegues conmigo, cariño- digo acercando mi cara a la suya.

Me agacho levemente rozando su nariz, la reto y la castaña no se inmuta antes mi posición dominante, nos observamos sin hablar, sin movernos.

Su olor a coco se apodera de todos mi sentidos.

-Esta es la guerra, cariño- me reta.

-Te vas a quemar, Lauren.

-¿Quién dice?- me lanza una mirada feroz.

-Yo- mi voz suena ronca.

Esta bota un risa irónica y sus manos se posicionan en mi pecho empujándome lejos de ellos y yo me alejo sin poner resistencia, se da media vuelta, no sin antes observarme una ultima vez y sale de la habitación.

Me quedo observando su hermoso trasero, antes de que se pierda de mi vista.

-¡Dios, qué mujer!- digo para mí.

Me echo una ducha rápida, para luego colocarme unos shorts de playa y una franela, salgo de la habitación y me encuentro de frente con Kevin, llevaba puesto aun el pijama, el español tiene el cabello alborotado y los ojos avellana opacos, con una pinta de que acaba de despertarse, chocamos nuestras puños y luego un nos damos un abrazo en forma de saludo.

- ¿Qué tal la noche? -me pregunta curioso.

-Fue interesante- pronunció orgullos y nos reímos cómplices.

-Ustedes dos terminarán juntos- menea la cabeza -si te soy sincero ¡Por dios! Es Lauren, inalcanzable, siempre a querido estar de esa manera al frente de todos.

-Pero es solo una fachada.

-Exacto, ella es una chica difícil, ¿Qué piensas hacer? -coloca sus dedos en el mentón.

-Enseñarle- respondo- esa es la única manera que veo posible.

- ¿Si sabes que eso te va a costar mucho? -pregunta burlón.

-Estoy más que consiente de la posición en que me encuentro.

Lauren se había vuelto un chica fría, distante y cerrada, solo era la misma chica alegre de antes cuando estaba bajo los efectos del alcohol, casi nunca nos enseñaba es chica con la que hablamos crecido.

- ¡Kevin! ¡Hiro! Y ¡Abel! ¡Vengan que ya llegó el desayuno! -grita Hannah desde la parte de abajo.

-Mujeres, nos vuelven locos, hermano- dice Kevin.

Bajamos las escaleras rápidamente, morirá de hambre, el sol radiante entra por todas partes, el olor a mar es penetrante y la vista es hermosa, se puede mirar en cualquier dirección y es un espectáculo.

Lo primero que veo al bajar es a Connor y Hiro, quienes tan observando fijamente a la chicas, mientras estas están foto y foto entre burlas y bromas.

Hannah, cabello rubio, llamativa, delgada, ojos azules, en la secundaria era capitana de las animadoras, ahora jugaba voleibol; Aneko, muy delgada, sin curvas, piel súper blanca, cabello negro azabache, ojos rasgados, loca por el anime; Laura, un poco curvilínea, cabello castaño, alta, muy estilizada, demasiado sería, no muy fan maratones de series; y por ultimo Lauren, curvas por dónde mires, piernas largas, sonrisa cautivadora, tiene un aura de sensualidad a su alrededor, emana seguridad, capitana del equipo universitario de voleibol.

-¡Eh chicos! ¡Se le va a salir la baba! -dice Aneko riendo.

- ¿Qué hacen ahí parados? -dice Hannah- ¡vengan a comer! -dice en forma de regañó.

Nos movemos rápidamente, cada uno agarra un puesto en el gran comedor, la mesa está llena de comida, se veía apetecible, pero ni puta idea qué es.

- ¿Alguien me puede explicar que es todo esto? - pregunto.

-Es mashuni, lleva atún, coco, cebolla y chili- responde Aneko.

-Es la comida tradicional de Maldivas, Neko quería comerlo- dice entonces Laura.

-Tenía que ser una asiática loca- digo divertido y todos ríen.

-Deja de quejarte y come, Abel- contraataca Hannah.

-Vale, vale, ya está- digo sirviéndome.

El desayuno esta mejor de lo que pensé, devoro todo a mi paso, repito dos veces, los chicos bromean sobre mi estómago, por mi parte solo me carcajeo con ellos y sigo comiendo, cuando estoy saciado me pongo de pie y voy a sentarme con el resto.

Vamos junto a los muebles que se encuentra afuera, de inmediato el viento salado golpea mi rostro, noto la ausencia de Lauren, me siento con los chicos cerca de la piscina.

-Nuestro último viaje- comenta Connor.

-Cuando volvamos tenemos que hacer el mejor reencuentro de la historia- dice Kevin.

-Espero que aun sigamos con nuestras chicas- dice Hiro- bueno me refiero a nosotros tres, quizás Abel vuelva con Amber- bromea.

-Perdería todas mis oportunidades con Lauren- respondo.

-¿Y cuándo has tenido oportunidad? - su voz llega por mi espalda, todos ríen.

-Siempre las he tenido, cariño- digo irónico.

-Soñar es valido, cariño- responde del mismo modo.

-Todas las noches sueño contigo- digo en doble sentido y todos ríen.

-Eres un cerdo, Abel- dice indignada.

Burlo mas ante su repentina reacción, suele actuar así cuando se queda sin argumento para defenderse.

-Entonces ¿Cómo van las cosas con ella? - pregunta Connor cuando las chicas se alejan.

-Ni se lo preguntes, es obvio que Lauren lo patea cada que puede- dice Hiro.

-En eso no te equivoca, ella es una mujer dura, no se deja de cualquiera, hermano- digo de vuelta- pero eso va cambiando.

-Este loco, hermano, Lauren es muy difícil, hasta creo que sigue siendo virgen- dice de nuevo el chico japonés.

-No voy a hablar de eso tema, es su vida privada, mejor resérvate esos comentarios, Hiro- respondo hastiado.

-Hermano, relájate, no lo digo por hablar mal, solo para que tomes en cuenta lo difícil que es ella- prosigue.

-En eso tiene razón y lo sabes, Abel- dice Kevin.

-No creo que sea virgen, simplemente mantiene su vida privada-digo del mismo modo.

No me gusta hablar de ella cuando Hiro se encuentra presenté.

-Creo que a ningún hombre le importa eso, hermano- comenta Connor después de un momento.

-No lo digo por eso- responde Hiro a la defensiva.

-Tu eres el mejor- digo sarcástico.

-Yo no podría- dice Kevin- mataría a cualquier hombre que toque a mi hermanita.

-Es diferente, Aneko ya es una mujer, no voy a detenerla, ella es responsable de lo que hace con su intimidad- dice Hiro.

Nos quedamos de nuevo en silencio.

-Cambiando de tema, ¿Que vamos a comer de almuerzo?- digo para romper la tension generada.

Todos ríen con mi pregunta.

La mañana transcurre relajada, las chicas se divierten y beben algún coctel frutal, cuando el calor comienza a acentuarse, decido meterme en la piscina, el agua fría choca con mi piel, refrescándome, salgo a la superficie y mis pies no tocan el suelo, floto en el agua con vista al sol; solo existe dos palabras para definir esto, el paraíso.

Siento como algunas personas se lanzan al agua, hundo mi cuerpo y luego vuelvo a salir a la superficie.

- ¿Disfrutando de la diversión solo?

-No, de hecho, te estaba esperando.

-Estaba esperando que el sol calentara un poco el agua- dice ella.

- ¿O tener a quien te caliente en el agua? -ríe bajito -Te he pillado- digo coqueto antes de acercarme más a ella.

-Me has pillado- dice picara y me da la espalda.

Me quedo embobado observándola, mientras escucho como las los chocan con la orilla del mar, el sol calienta mi cuerpo.

-Deja de mirarme- se rie bajito- me vas a desaparecer.

-Graciosa.

-Vamos a la orilla- me dice - todas andan melosas con sus novios, yo quiero dar una vuelta, vi unas bicicletas en el frente- dice a modo de explicación- podemos usarlas.

-Entonces vamos a dar una vuelta- le dedico una sonrisa.

Salimos del agua, por las escaleras de la piscina, dejo que Lauren suba primero, observo su trasero, nunca me canso dé observar su trasero, ella voltea su rostro sobre su hombro y se ríe, de la misma forma yo.

-Eres terrible, Abel- me dice con la sonrisa estampada en su rostro.

-No más que tu- contraataco.

Salimos empapados, pero nos secamos antes de entrar a la casa.

-Tengo que echarme bloqueador solar, se me había olvidado- le digo a ella.

-Te puedo dar del mío, esta por aquí abajo- dice señalando con su dedo.

Cuando lo encuentra esta me da de su bloqueador solar, me pongo en los hombros, el pecho y todo el torso.

- ¿Podrías ayudarme? - le pido señalando mi espalda.

-Si claro.

Lauren se acerca a mi espalda, sus manos hacen contacto con mi espalda, esparce despacio el bloqueador.

-Listo - susurra.

Volteo en su dirección, me consigo con sus ojos cafés observándome, me perfora hasta lo mas profundo de mi alma, sus mejillas se tornan de un color rojizo.

-Vámonos, entonces- me dice.

-Estas muy roja, Lauren- comento viendo las manchas rojas.

Lauren sufría de urticaria acuagénica, había comenzado a hacerse presente en su adolescencia, es un tipo de alergia al agua, básicamente cualquier tipo, ya sea agua del mar, piscina, agua caliente o fría, e inclusive hasta filtrada, esta enfermedad no tenia cura e inclusive no se sabia porque se presento en ella.

Era extraño, por que solo ella la padecía y su hermana gemela en cambio no, sabia de primera mano que tomaba Antihistamínicos, Anticolinérgicos y cremas de barrera o aceites, tambien llevaba con ella una pluma precargada de Epinefrina en caso de que sufra un shock anafilactico. ¿Cómo sabia todo esto? Ella me importaba demasiado y cuando la diagnosticaron éramos mucho mas cercanos.

-No, no te preocupes no es nada- dice ella restándole importancia.

-Vale, confió en ti- le digo.

Subo rápidamente las escaleras y agarro dos viseras de mi maleta, una azul cielo y otra negra.

-Ten- le tienda la visera azul.

-¿Qué? No- dice inmediatamente.

-La compre para ti- digo recordando aquel día.

Iba a jugar tenis con los chicos, pero mi visera se había perdido así que salí a comprar una nueva, cuando vi esa visera azul cielo, su color favorito, no dude en comprarla pensando en ella.

Siempre pensaba en ella, porque ella es la dueña de cada uno de mis pensamientos, no había cabida para otra mujer.

-Es un regalo- digo.

Me ve dudosa, como si no quisiera agarrarla pero finalmente dice:

-Esta bien, gracias, Abel, es muy bonita- la observa un segundo cuando la tiene en sus manos- entonces ¡Vámonos! -dice emocionada colocándose la visera.

Salimos de la casa y agarramos las bicicletas.

-¡Oh espera! ¿Y nuestros zapatos? Me quemare mis delicados pies- dice antes de dirigirse a la habitación.

Cuando vuelve tiene unas sandalias negras, que deja sus dedos al descubierto, me percato del lindo lila que decora sus dedos.

-Traje las tuyas- me tienen mis sandalias negras, me las coloco.

Salimos por fin de casa, tomamos rumbo a la orilla, recorremos el lugar por el muelle de madera, Lauren parece fascinada con todo el lugar, llegamos a las áreas comunes del resort, dejamos las bicicletas a un lado, Lauren de ve emocionada, habla sin parar, sonríe, ríe y se ve relajada, imperturbable.

-Ya nos hacía falta unas vacaciones- mira el cielo- ¿No crees?

Me quedo observando, cada uno de sus gestos, cómo gesticula, cómo menea sus manos cuando habla, cómo sus delicados labios se mueven, una sonrisa se estampa en sus labios, sus lindos ojos color avellana brillan.

-Tierra llamando a Abel- me devuelve a la realidad.

-Oh, lo siento, estaba...- no consigo palabras para excusarme -¿Qué me decías?

-Que es hermoso el paisaje- hace una pausa- y que ya necesitábamos unas vacaciones- apachurrando sus labios.

-Si, ya urgía unas buenas vacaciones- concuerdo.

No digo nada mas y ella igual, nos quedamos en silencio, solo quiero observarla, la chica camina hasta la orilla y se mete poco a poco en el océano, sigo su paso hasta que está se hunde, me quedo de pie, veo su cuerpo moverse en el agua cristalina, me acerco más a lo profundo donde el agua me llega mas arriba del pecho.

-No me gusta estar tan hondo, Abel- me dice de repente.

-Tranquila, L- le sonrió - allá ni siquiera yo tocaba fondo.

-Si, pero estábamos cerca de la piscina.

Se acerca más a mí, sus hombros son tapados por el agua, sigue acercándose, cuando menos me lo espero, me empuja haciendo que me hunda, pero no sé salva cuando la llevo conmigo.

Mis manos rodean su cintura pegado nuestros cuerpos, sus pechos golpean el mío.

-Te odio- dice cuando salimos a flote.

-¿Por qué?

-Porque eres un idiota, Abel- se carcajea.

-Me odias por qué te e dejado con las ganas anoche- contraatacó.

-Yo no soy la que tengo problemas con mis pantalones, cariño.

-¿No? -pregunto sosteniéndola y ella se aférralas más a mi.

-No -responde indiferente.

-Entonces dime ¿Por qué tu cuerpo vibra cuando lo toco? -me acerco mucho a ella.

-Porque tengo frío, o ¿no te das cuenta que el agua está fría? -suelto una carcajada.

-Eres una chica lista, L- lamo mis labios -uno de tus mejores encantos.

-¿Y cuáles son los otros? Según tú -me reta.

-La lista es larga- digo relajado, pero no estoy preparado para esto, sería mi declaración de que aun la amo.

-Quiero escucharla, sería interesante.

-En otro momento quizás, no quiero que se te suba el ego- alza una ceja- después no podré buscarte en el espacio.

-Eres insoportable ¿Lo sabias?- rueda los ojos.

Continuamos con nuestra conversación, discusión, duelo, como una especie de juego, ella me provoca y yo a ella, un juego de seducción.

Ella habla y habla, no para de decir miles de cosas, todas esas cosas que cruzan por su mente, yo solo la escucho, como en su mente explotan maravillosas ideas y como observa cada lugar, como analiza sus estructuras, la forma en la que la construyeron, los errores de construcción y los acierto.

Después de un rato salimos a sentarnos en unas hamacas y un mesero se encarga de traernos dos bebidas y aperitivos.

La conversación había cambiado totalmente su curso, de lo que menos me hubiese imaginado en mi vida, ella era tan cerrada, que jamas creí escucharla decir esas palabra:

-Aun lo sigo sufriendo- me sonríe, de una manera triste -pero ya estoy mejor.

-Han pasado algunos años, L- digo acariciando su brazo -tu amor por él era... inigualable, se que es difícil para ti, pero no piense en su ausencia, el sigo estando aquí, contigo, en tu corazón- señaló su pecho.

-Jamás me voy a olvidar de ese día, Abel-bota un suspiro - está incrustado en mis recuerdos, es imposible quitarlo, eso marco un antes y un después en mi- dice ausente.

Me duele verla así, pero no puedo demostrarlo, pensaría que le tengo lástima, eso ella lo detesta, siempre fue así, por eso cubre su dolor con esa actitud, la chica inalcanzable.

-Aun sigo teniendo pesadillas- la miró sorprendida, Laura y Hannah me aseguraron que ya no las tenía -Esa situación, me tramó demasiado, tú lo sabes perfectamente, tú estuviste ahí.

-No te preocupes, Lauren, ese dolor va a sanar, quizás no ahora, todavía no estas lista para dejarlo ir, es comprensible, el formaba parte importante de tu vida- me acomodo y agarro su rostro con mis dos manos- eres la persona más fuerte que conozco, valiente, te rompiste en mil pedazos y mírate, luchas por seguir adelante.

-Ya me cansé de luchar- su voz se escucha fracturada.

Limpio una pequeña lágrima que sale de su ojo, no puedo evitarlo, me acerco a ella y la abrazo, como si no quisiera soltarla nunca, quisiera tener el poder de protegerla de sus pensamientos, sacarla de su dolor, hacerle ver lo que estaba dejando a un lado, aferrada a la ausencia de su hermano mayor.

-Gracias, por escucharme, lo necesitaba- sin romper el abrazo- muchas veces nadie lo hace.

-Para eso estoy- le susurro- aquí siempre estoy, L.

Nos quedamos un momento así, hasta que se separa de mí y me observa, es mirada profunda y analítica, bajo mi vista a su cuerpo, todavía tenia rosetones rojos, marcados por todas partes.

-Ya deberíamos volver, mira como estas, Lauren.

Ella voltea a verse las piernas y me devuelve la mirada, esta vez cargada de alegría.

-A demás, tengo hambre- sonríe abiertamente.

-¡Muero de hambre! - exagero haciendo que Lauren se ría.

-Por eso tiene esa panza- me señala el abdomen.

Volteo a ver mi abdomen, pero no veo ningún indicio de gordura del que habla.

Cuando volteo a reclamar, no me consigo con Lauren, volteo inmediatamente y la veo corriendo en dirección a las bicis, la persigo, cómo mis piernas son más largas, llegó inmediatamente, la agarro por la espalda, haciendo que sus pies dejen de tocar el piso, esta pega un grito y comienza a reír.

Caminamos devuelta con las bicicletas en las manos, las dejamos en el sol, estaba demasiado calientes como para sentarnos, así que decidimos caminar.

Hago constantes bromas, dejo que Lauren haga bromas sobre mí, reímos durante todo el camino y justo en este instante que me percato que hoy hemos avanzado lo suficiente, estaba un paso mas cerca de ella, sin segundas intenciones y sin presiones, dejando que todo fluya.

Llegamos a la casa, los chicos parecen estar divirtiéndose afuera, caminamos hasta el otro extremo y percibo de la música, las chicas bailando en topless a un lado de la piscina, la parte de debajo de sus bikinis aún siguen en su lugar, me quedo sorprendido un instante, ¿Pero qué carajos...?

Los chicos beben cerveza, despreocupados, en su mundo, observanlas desde la distancia. El ambiente se torna sexual, las feromonas esparcidas por toda el área.

-¿Dónde estaban? -dice Hannah llegando hasta Lauren.

Se nota en su voz, como alarga las palabras y su forma de caminar que han bebido demasiado.

-En la playa- explica Lauren- ¿Qué hacen con sus pechos al aire? - pregunta curiosa, su ceño se frunce ligeramente.

-Pues, bailar, L- de acerca Laura.

Hannah se acerca y la abraza, luego viene hacia mí y también me abraza, pega su pecho desnudo a mi abdomen, inmediatamente intento zafarme de su agarre. Esto es incómodo, no por el hecho de su desnudes, sino por el contacto físico.

-¿Ya comieron? -pregunta Lauren.

-Sí, comimos una pasta con salsa marinera, dijeron que llamarán cuando ustedes llegaran para traer la suya- responde Kevin.

Me vuelvo a la casa y me acerco al teléfono que está en la cocina, llamo al servicio y pido que traigan nuestros almuerzos.

Agarró una cerveza de la nevera, camino hasta afuera y me siento con los chicos.

-¿Ya te la comiste? -pregunta el indiscreto de Hiro.

-No es tu problema, hermano- sueno un poco seco.

-Eso es un no- ríe levemente.

-¿Por qué tanto interés?

-Solo quiero saber qué tan dura es la intocable Lauren- se encoge de hombros.

-¿Para luego intentarlo tú? -espeta Connor en son de burla.

-Jamás, con mi chica me basta- responde él.

-Pues tu chica es la gemela de ella, así que...- contraataca Kevin.

-Ustedes no sirven -termina por molestarse y se va furioso.

Todos reímos, Kevin se ríe tanto que hace que yo no pueda parar, maldito Kevin.

-Hiro siempre se molesta fácil.

-Nunca aprenderá, pero en fin- continuó -¿Por qué las chicas están en topless?

-Pues están ebrias y les encanta hacer estupideces-explica Kevin calmado - estábamos haciendo unas cosas adentro y cuando salimos. ¡Sorpresa! estaban desnudas, pero las convencimos de ponerse la parte de abajo.

-Ya veo- digo.

Inmediatamente viene a mi mente Lauren completo desnuda, es tan sensual, tan provocativa, apetecible en todos los sentidos.

-Ya yo perdí la cuenta- dice Connor- en todos los viajes se desnudan- bufa.

-¿No te gusta, hermano?

-No me gusta que otros hombres observen a mi chica- dice un poco frustrado- no se lo tomen a mal, sé que ustedes nunca me harían algo para ofender a mi chica, pero...- duda en seguir.

-Pero... continua- lo aliento.

-Joder, antes era diferente, ahora es mi chica, no quiero que nadie la vea y punto, para solo yo disfrutar de ese encanto- todos volteamos a ver a Neko.

¿Lo dice en serio?

-Eso suena algo controlador y obsesivo, hermano-dice Kevin -allí también está mi chica, mírala- señala a Hannah- mira esos cocos, son hermosos, los disfruto cada que puedo, no tengo problema en que tú, Abel y Hiro la vean...

-Ustedes tienen un juego diferente- dice Connor.

-Lo sé, pero... no crees que es más sano, dejar que sea feliz mientras te respete o ¿Acaso la vez enseñando sus pechos a alguno de nosotros? - hace una pausa - ¡No! porqué sus amigas, nuestras novias, están allí con ellas, con los putos cocos igual que ella.

Connor se queda pensativo.

-Yo solo miró lo que me gusta- digo- solo mira los melones de Lauren- ella habla con sus amigas.

-Pero si Lauren lleva puesto el bikini- me ve incrédulo Connor.

-Exacto.

-No entiendo, la verdad- dice Connor.

-Te lo dejo de tarea- respondo.

Un olor a mariscos llega a mis fosas nasales, la comida ya llegó, me acerco a Lauren, agarrando su cintura por la espalda y le susurró en el oído que vamos a comer.

Nos sentamos en el gran comedor y un hombre se encarga de servirnos, degustamos una deliciosa pasta, los sabores de mezclan en mi boca, disfruto la comida junto a mi chica.

Mi chica. Quizá algún día se lo diga.

-Esta exquisito- le dice Lauren al hombre llamado Edward.

-Muchas gracias, por su servicio- digo.

-Es mi deber, señor, señorita- responde antes de retirarse.

Comemos hablando de cosas triviales, literal devoro la comida, sonrió y me siento demasiado feliz, Lauren se ve tan bella, el rubor en sus mejillas es notable gracias al sol, sus labios están más que rosado.

Al terminar salimos nuevamente al área exterior, Lauren se va con las chicas al otro lado, justo al lado de la piscina, donde están tomando sol.

Lentamente la noche va llegando, mientras que nosotros hablamos por un lado, las chicas por otro haciendo mil payasadas, Lauren se ve algo encendida, hace más o menos una hora se quitó la parte de arriba de su bikini.

Nosotros seguimos charlando, dejándolas solas, para que pueden disfrutar su momento entre amigas, se ríen a carcajadas y la música sigue sonando, el sonido de pierde en la amplitud dejando así una melodía no tan alta.

-¿Cómo va la industria? -le pregunta Connor a Hiro.

-Va mejorando...- las chicas interrumpen.

Laura se sienta en las piernas de Hiro, Hannah en las de Kevin y Aneko en las de Connor, me río de la situación, hasta que siento su cuerpo en mis piernas, llevo mi vista a ella.

Lauren se a posiciona sobre mi, se sienta en mis piernas, sus rodillas descansan a los costados de mis caderas, sobre el mueble, se pega más, su pecho desnudo pega al mío, su entrepierna se posiciona sobre mi paquete, el cual se pone tenso inmediatamente.

-¿Quieres comerme, Abel? -susurra en mi oído.

-Sabes que si- respondo con la voz ronca.

-Entonces dime ¿Por qué no lo hiciste anoche?

-Porque estoy esperando el momento- miento.

-Vale- susurra sensual, mueve delicadamente sus caderas sobre mi paquete - ¿Ya es el momento?

Volteo a mi alrededor y cada quien está en lo suyo, muy en lo suyo, Connor se va a Aneko a dentro, mientras que Kevin y Hiro parecen estar a punto de tener sexo en este mismo lugar.

-Me voy a quitar un poco el agua salada- dice coqueta -¿Quieres venir? -trago saliva.

-Si- respondo seguro.

Me pongo de pie llevando a Lauren cargada. Pesa más de lo que parece.

-Dejadme caminar- me dice ella.

La pongo en el piso, camina balanceando las caderas de una forma exagerada, intenta provocarme, pero no está cien por ciento en sus cabales, camina por las escaleras y cuando llegamos a la habitación cierro la puerta a mi espalda.

Ella se quita la parte de abajo, quedando completamente desnuda ante mi vista, se acerca a mí.

-Quítate el short, Abel- habla medio ebria, medio autoritaria.

La observo atentamente, hago lo que me dice, pero no muy seguro.

No me gusta la forma en la que se están dando las cosas.

-Y el bóxer- susurra sensual.

Camina al baño, imagina que espera que la siga, pero me dejó puesto el bóxer, no es así como quiero follarme a esta chica, no quiero que luego se aleje de mí o hacer algo para lo que ella no esta preparada.

La veo entrar en la ducha, regula el agua y comienza a pasar la esponja por todo su cuerpo invitándome.



Nota de autora:. ¡¡Volví!!

Hola chicos, disculpen que no puede actualizar el sábado, tuve un fin semana muy ocupado, pero aquí está, nuevo capítulo.

¿Que creen que pase después entre Abel y Lauren?

Recuerden seguirme en Instagram como @crystalslipper.k

Les mando muchos besos y abrazos.

K.

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