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Capítulo 8

Despierto en mi cama e inmediatamente salgo para ver si mi hermano está en casa. Voy a su habitación silenciosamente, y me encuentro con una nota pegada en su televisor.

Querida Laura:

Lamento haberte dejado en ese restaurante sola, espero que me perdones.

Estaré fuera del país por un tiempo largo por razones personales, te mandaré dinero semanalmente y espero que lo utilices correctamente. 

Posdata: No me llames, ni intentes contactarme.

                                                                                   Tu hermano.

¿Qué está pasando? El hemano que yo conozco, jamás me hubiera dejado solo un nota. Me hubiera llamado o dejado miles de mensajes. Creo que lo mejor sería contactarlo... pero él me dijo que no. Lo dejaré así, pero si él no me contacta lo llamaré le guste o no.

Hoy no hay instituto así que supongo que será día de maratón de películas tristes. Voy al armario de mi hermano y saco una de sus playeras. Esta es negra y me queda como un vestido corto. ¡Me encanta! Bajo las escaleras y me voy a la cocina. Sirvo cereal en un bowl profundo y echo leche en ellos. Voy al sofá y tomo el control remoto. Enciendo la TV y voy a Netflix. Busco una película y la veo. Al rato, estoy llorando a chorros. No puedo creer que él haya muerto por ella, aunque ella no se lo merecía. Murió tan tragicamente. Acabo los poporopos  apago la TV. Subo a mi habitación y saco mi celular, enchufo los auriculares y pongo el Nightcore Youngblood. La tarareo mientras salto en mi cama y bailo y luego, suena el timbre.

¿Quién será? Nadie me visita a mí. Quizá sean los amigos de mi hermano y vienen a buscarlo porque no saben que se fue sin dejar rastro, o yo que sé. Bajo lentamente las escaleras y agarro un sartén de la cocina por si es un ladrón. Abro la puerta y me escondo detrás de ella sacando un poco mi cabeza. Y veo a Joshua, el mejor amigo de mi hermano.

-Hola- dice con una gran sonrisa- emm... ¿Esta tu hermano, Sebástian?

-Nope, él salió del país y no sé cuando regresará... ¿Necesitas que le dé algún mensaje?

-¿Estás sola en tu casa?- pregunta sorprendido y algo asustado.

-Si, no es algo malo- digo algo tímida.

-¿Y el sartén? ¿Me ibas a golpear con eso?- pregunta riendo.

-Ah!... no, no-dejándolo en la mesita que está al lado de la puerta- ¿Quieres pasar?

-Claro- entrando y yendo directamente al sofá.

-Ponte cómodo...- digo susurrando para mí misma- Espera aquí, iré a cambiarme por algo más formal.

-No hay problema. Te espero aquí- dice recostando su cabeza en sus brazos.

Subo corriendo y me pongo unos shorts de mezclilla y una blusa holgada negra. Cojo mis nike blancos y bajo corriendo.

Cuando bajo las escaleras, me encuentro a un Joshua muy acomodado en el sofá, viendo una película que no conozco, tiene los zapatos arriba del sofá, su cabeza recostada en el brazo del sillón y un bowl de palomitas en la mesita del centro. Cuando me ve, se levanta rápidamente y apaga la TV. 

-No pensé que te cambiarías en tan poco tiempo- rascando su nuca nervioso.

-No soy como las otras chicas. Por ejemplo, yo no me maquillo, así que eso resta media hora al tiempo que una mujer tarda en arreglarse- digo cogiendo palomitas del bowl- Por cierto...¿A qué venías?

-Pues, vine a buscar a Sebástian- dándome la espalda.

-Él no está, entonces, ya puedes irte- digo con una gran sonrisa muy fingida. A decir verdad, Joshua y yo no tenemos una buena relación. Él es muy... impertinente.

-De hecho...- volviendose a mí- no vine solo por eso. Tu hermano, Sebástian, me llamó y me dijo que te cuidara hasta que él volviera de su viaje.

-No necesito que me cuides, yo puedo hacerlo sola- digo fría.

-No es una pregunta, ahora, yo tengo que cuidarte... Angioletto (angelito en italiano)- dice sonriente.

-No me llames así. Te lo prohíbo- digo señalándolo.

-No me puedes prohibir nada. Soy mayor que tú por tres años- golpeando mi mano.

-Eso no importa- digo entre dientes y con los brazos cruzados sobre mi pecho.

Nos quedamos callados por un buen tiempo, hasta que él camina, o mejor dcho, corre hacia las escaleras y se encierra en mi habitación. 

-Eh! Abre la puerta- golpeándola fuertemente.

-No-gritando.

-Te daré cinco minutos y si no la abres, la botaré.

-Cinco minutos son más que suficientes.

¿A qué se refiere con que son más que suficientes? ¿Acaso va a ir al baño? ¿O qué?

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