Capítulo 29
Capítulo dedicado a yahairus
Suena el timbre de inicio y voy hacia mi salón en silencio. Siento muchas miradas sobre mi, supongo que es porque, finalmente, me enfrente a John.
Veo que los chicos y chicas cuchichean entre sí, lo suficientemente alto como para que yo los escuché. Trato de ignorar todo eso, aunque debo admitir que si me molesta. Pero ya no voy a dejarme de nadie, ya no más.
Entro a mi salón con la cabeza bien alta y tomo lugar en un asiento de hasta atrás, al lado de la ventana. Esta da al parque en el que conocí a Marlon. Una sonrisa se apodera de mi rostro y no puedo evitar que una risita salga de mi boca. Lo que hace que muchos volteen a verme. Incluyendo a la maestra, que lleva su dedo índice a sus labios. Indicándome que haga silencio. Obedezco y presto atención a la clase.
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Es hora del almuerzo, todos salen de sus salones y se dirigen a la cafetería del instituto para sentarse en las mesas y hablar. Yo, por el contrario, compro mi almuerzo y me dirijo a la cancha. Me siento en una de las bancas de hasta adelante y abro mi almuerzo. Es un sandwich de jamón con queso y una ensalada. Pedí un jugo de manzana para no atragantarme.
Como la ensalada en silencio. Pienso en lo de mi compromiso ¿Alguien más lo sabrá? ¿Se llegará a saber en el instituto? ¿Marlon lo llegará a saber? ¿Y si lo llega a saber, me odiará?
Definitivamente no quiero pensar en ello. Tengo que contarle. Después de todo somos amigos ¿No? Los amigos se cuentan todo y se apoyan.
No lo pienso dos veces y cojo el celular. Marco su número y espero a que me conteste.
-¿Hola? ¿Laura?- dice después de tres pitídos. Se oye algo ¿Nervioso?
-Hola Marlon. ¿Estás ocupado?
-No, no. De hecho, estoy en mi hora de descanso. ¿Que sucede? ¿Estás bien?
-Estoy bien. De hecho, hoy amanecí de muy buen humor.
-¡Wao! Eso es nuevo- dice bromeando. Me gustaría darle un pequeño golpe por lo que acaba de decir.
-Eso es maldad, Marlon. Ya verás cuando nos veamos- digo de forma divertida. Escucho su risa del otro lado.
-¿Y que harás? ¿Me golpearás?- dice divertido y esta vez, soy yo la que ríe.
-Por supuesto que sí.
-Entonces ¿Te parece si nos vemos mañana para saldar cuentas?- dice luego de reír.
-Bien, solo tienes que decirme a qué hora y dónde- digo fingiendo enojo, lo cual no logro. Siento con una emoción que no podría describir. Nunca la había sentido antes.
-Eso depende de si la señorita estará ocupada- dice y presiento que tiene una sonrisa en la cara.
-De hechos, no tengo planes para mañana. Estoy libre- digo riendo.
-Bien, entonces mañana a las 3:00 ¿Te parece bien?
-Por supuesto que sí. ¿Irás por mi a mi casa o nos encontraremos en algún lado?
-Iré por ti- dice feliz- Por cierto, no te pongas maquillaje, te ves muy bonita sin él- ese comentario hace que me sonroje.
-De... De acuerdo- tartamudeo y suena el timbre, que anuncia el final del almuerzo- Rayos, se me hizo tarde. Marlon, disculpa tengo que entrar a clase o me regañaran. Estaré esperándote mañana. Adiós.
-Hasta luego, Laura- cuelga.
Corro hacia mi taquilla y saco mis materiales. Corro al salón y logro llegar antes de que cierren la puerta. El profesor me mira con una cara de disgusto, pero me deja entrar.
Me siento en uno de los asientos de adelante, ya que esta es una de las clases que coincide con John y Emilio. Ambos están sentados atrás en distintas mesas. Normalmente, ellos se sientan adelante, en donde yo estoy. Pero por alguna razón, decidieron sentarse atrás. Supongo que están peleados. Ellos sabrán porqué, a mi no me interesa. La clase comienza y es súper aburrida. Creo que hoy íbamos a dibujar algo. No que íbamos a hablar sobre los tipos de columnas. Saco una libreta que siempre guardo y comienzo a dibujar lo que se me venga a la mente. Ni siquiera sé que es, pero siento que me ayuda a liberar un poco de mi estrés. Estoy tan concentrada que no me doy cuenta cuando alguien se sienta a mi lado.
-Me gusta tu dibujo- dice ese alguien. Vuelvo mi mirada hacia él, ya que es voz de hombre y ruedo mis ojos al ver que se trata de John. ¿Que le pasa? ¿Es bipolar?
-¿Que quieres, John?- digo haciendo masajes en mis sienes.
-Solo dije que me gustaba tu dibujo- dice levantando sus manos en son de paz. Quizá estoy siendo muy grosera. Cálmate, Laura. Inhala y exhala lentamente.
-Vale, gracias- le doy una sonrisa que no es del todo fingida y sigo con mi dibujo. Siento su mirada sobre mi, pero no me incomoda. De hecho, es como si quisiera provocar ese efecto en mi, como si quisiera que yo esté cómoda mientras dibujo y no me sienta aturdida a su lado.
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