Capítulo 9. Entrenamiento
Paola caminaba por los pasillos del castillo, siguiendo como un perrito a Demetri.
—¿A donde vamos?
—Ya lo verás.
Paola hizo un puchero.
—¿Ya llegamos?
—Estamos caminando, ¿crees que ya llegamos?
—No.
—¿Entonces para que preguntas?
—Es que estoy aburrida.
—Tranquila.— sonrió burlón el rastreador mirando de reojo a la neófita.— ya no te vas a aburrir.
—¿¡En serio!?— chilló emocionada, en donde Demetri frunció el ceño ante el entusiasmo.
—¿Por que tan... contenta?
—Es que ya me cansé de limpiar mi habitación.— murmuró seriamente.— y de cambiar las cosas del lugar todo el tiempo.
Demetri rió divertido.
—Lo que te espera neófita, recién naces en esta inmortalidad.— comentó burlón aunque un poco de tristeza en su voz.— llegamos.
Paola vio que se encontraban en frente de dos puertas gigantes de hierro que el vampiro logró abrirlo con facilidad, encontrando allí a la mayoría de los vampiros que apenas conocía, entrenando.
Oh no.
—¿¡Educación física!? ¿¡En serio!?— gritó indignada queriendo huir de allí, que fue detenida por Demetri que la agarró del brazo.— ¡Odio gimnasia!
》¿¡Lo entiendes!? ¡Sufría corriendo! ¡La profesora me odiaba! ¡Lo...《
Paola no logró terminar de gritar su indignación al sentir la presencia de peligro detrás suyo, que se soltó del agarre de Demetri y se agachó con rapidez ante ese brazo que iba en su dirección, y se apartó de aquella persona encontrándose a Félix.
—¡Che chabón que te pasa!
—Tienes buenos reflejos.— habló a gusto ante la reacción defensiva de la neófita.— me detectaste rápido.
—¡Demetri, él me atacó!— señaló indignada al grandote.— ¡Dile algo!
El rastreador se rió y negó con la cabeza.
—Lo siento, Pao.— habló con un falso puchero.— pero es tu entrenamiento.
》Y Félix es tu entrenador.《
—Además.— siguió apoyándose sobre la pared, deseando ver aquella pelea.— dile tú.
Paola quiso negarse rotundamente pero no logró decir ninguna palabra ya que el vampiro grandote había comenzado a atacar sin piedad hacia la morocha.
Félix se sorprendía ante las reacciones rápidas de la neófita ante sus ataques, en cada puñetazo lograba esquivar, era rápidia y ágil y pareciera que podía leer sus movimientos.
—¡Che! ¡Para! ¡Tiempo fuera!— chilló corriendo hacia el otro lado.— ¿¡No escuchaste el lema "haz el amor y no la guerra"!?
Demetri carcajeó divertido al escucharla gritar aquellas palabras y disfrutando aún más como Paola corría por todo el "gimnacio" queriendo escapar de los ataques de Félix.
Parecían perro y gato.
—¡Vamos no huyas!— gritó, comenzando a molestarse el vampiro grandote.
— ¿¡Que no huya!? ¡Si me estas atacando!— corrió hacia el otro lado, en donde una mesa se interpuso entre el grandote y ella, comenzando a moverse de un lado a otro intentando que no la atrape.— ¡No ves que estoy chiquita viejo tonto!
》¡Tu mano con un solo golpe me volará los dientes!《
—¡Entonces detenme!
Paola quiso seguir negándose cuando Félix aparta de un fuerte empujón la mesa mandándolo a volar , logrando agarrar la muñeca de la neófita que sin esperar a que reaccione la levantó e hizo que el cuerpo de la vampira golpeara fuertemente con el suelo, provocando un cráter debajo suyo.
—Ouch.— murmuró divertido Demetri.
Paola por un momento sintió el mismo dolor que sintió Loki cuando fue golpeado duramente por Hulk.
—Anda, levántate.— demandó Félix mirándola desde arriba.
—No creo que pueda.— rió una voz femenina.— es débil.
Un TIC en el ojo derecho apareció en la vampira al reconocer aquella voz burlona que venía desde la entrada del gimnasio. Intentó girar su rostro hacia aquella dirección, encontrándose a la rubia con su típico moño bien atado, sus orbes rojizos brillando de burla hacia ella y esa sonrisa que comenzaba a despreciar cada vez que la veía. La sádica vestía con la típica ropa deportiva, de color negro y al lado suyo se encontraba su mellizo que miraba con aburrimiento el escándalo.
Alec le caía bien.
Era calladito.
Calladito es más bonito.
En cambio su hermana... ¡Agh, estaba comenzando a odiarla!
—¿¡Vas a dejar que te llame débil esa rubia teñida!?
Los orbes de Paola se abrieron de sorpresa al escuchar otra vez aquella voz. Se sentó sobre el suelo y miró en la dirección de aquella voz, encontrándose a su hermano menor sentado en el suelo al lado de Demetri como si estuviera de espectador.
—¡Dale Paola, cerrale a esa estúpida la boca!
—¡Oye cuidadito como hablas jovencito!— señaló, en donde Demetri confundido, se señaló.
—¿Yo? Si no dije nada.
Paola gruñó molesta y le gritó.
—¡No estoy hablando contigo idiota!— bramó furiosa, ignorando a esos dos comenzando a levantarse, que ya parada giró sobre sus talones y miró frente a frente a Félix.— ¿¡Y vos!?— lo señalo.— ¿¡Te queré' enfrentar a mi wacho!?
》¡Mira que me transformo como Optimus Prime y me vuelvo la yeni, gato!《
—Oh no... le salió la turra de adentro.— murmuró el hermano menor negando con la cabeza.
—¿¡Que te pasa hijo de puta!?— se acercó caminando al estilo 》wachiturro.《— ¿¡Te queré levantar de mano gato!?
》¡Dale vení gil que te voy a romper la jeta! ¡Rescatate la concha de tu hermana!《
Félix la miraba como si le hubiera salido un tercer ojo. Confundido miró a Demetri que éste se encogió de hombros sin saber y sin entender nada de nada de las palabras que estaba soltando la neófita hacia el grandote.
Parecía que estaba haciendo un ritual satánico.
—¿Que... que estas haciendo?— preguntó Félix perdiendo los estribos.
—¿Que? ¿Sorprendido gil?— preguntó haciendo movimientos lentos y levantando la pierna derecha, manteniéndola doblada en el aire.— es el movimiento de la grulla, watzaaa...
—Yo no la conozco.— miró hacia el otro lado, ignorando a su hermana.
El vampiro al no poder aguantar más las estupideces de la vampira, volvió a atacar que se sorprendió al ver que la neófita no lo esquivó sino que agarró su puño y con un movimiento rápido de ella, lo golpeó en el mentón, escuchándose un fuerte crack.
Los que se encontraban allí se sorprendieron al ver la quebrajadez en la parte del mentón del vampiro más fuerte del clan. Paola aprovechó la sorpresa del grandote y corrió hacia él que con rapidez, colocando las manos sobre los hombros se empujó para saltar sobre él, enredando sus piernas sobre el cuello de Félix y con la fuerza de la gravedad y de que todavía seguía siendo una recién nacida, se tiró hacia atrás en donde logró tirar al vampiro, rodando por el aire hasta caer del otro lado.
Paola se levantó rápidamente y puso un pie sobre el pecho del vampiro y con la adrenalina y la emoción recorriendo por todo su cuerpo, gritó.
—¡TOMA WACHO!— lo señaló desde arriba, sonriendo como si estuviera cumpliendo años.— ¡TOMAAAAAAAAAAAAAAAAAAA SORETE! ¿¡COMO TE QUEDO EL ORTO FORRO!?
》 ¿¡VO' PENSA QUE NACI CON LOS CHETOS PAPÁ!? ¡SOY DE BARRIO, DE CALLE!《
—¡No entiendo nada de lo que me estas gritando!— gritó furioso, levantando su torso tirando a Paola al suelo al perder el equilibrio.— y...— miró a la nueva, ambos sentados en el suelo.— bien hecho.
Paola sonrió y aplaudió contenta.
—Será un placer entrenarte.— seguió Félix levantándose del suelo.— tienes muy buenos reflejos, eres ágil y rápida.
》Deberemos entrenar tu fuerza, ya que desaparecerá en unos meses.《
Paola al ver la mano del vampiro extendida hacia ella le correspondió en donde la ayudó a levantarse.
—¿Donde aprendiste a pelear así?— preguntó Demetri acercándose a esos dos.— ¿Cuando eras humana aprendiste defensa propia?
—Oh bueno... no.— negó con la cabeza.— muchas pelis de acción.
》¿Vieron ese movimiento? Bueno, siempre lo quise hacer y cuando me volví esto.— se señaló.— lo practiqué... viendo muchas películas de acción, y viendo a la viuda negra principalmente...
—La beba de Scarlett Johansson...— murmuró perdida en los bonitos ojos de la actriz.— se me vuela la tanga cada vez que la veo.
》Es una actoraza.《
Demetri miró a Félix que también lo estaba mirando, para luego ambos mirar de vuelta a Paola.
—¿Me estás diciendo que...— comenzó con dudas el rastreador.— aprendiste a pelear así por ver películas?
—Básicamente...— lo dudó.— sip, aprendí la mayoría de defensa por películas.
》Te lo recomiendo... la memoria vampírica ayuda mucho.《
—Eso es ridículo.
—Tus pelotas son ridículas.
Félix carcajeó al escuchar las palabras de la neófita en frente suyo, disfrutando la cara de sorpresa y de incredulidad de parte de Demetri. Hasta los otros vampiros que se encontraban entrenando se rieron, que las risas se acabaron rápidamente al presenciar dos figuras importantes.
Las guardias, tanto la guardia Real como la general se colocaron en filas en donde Demetri empujó a Paola a que se colocara a su lado y todos inclinaron las cabezas.
—Bienvenida nuestras reinas.— hablaron todos a la vez.
—Muchas gracias.— habló con delicadeza Sulpicia.
—Disculpe por mi pregunta, alteza.— dio un paso al frente Jane, aún con la cabeza inclinada.— pero... ¿Que hacen ustedes aquí?
—Oh... que bueno que preguntes.— habló la morocha ocultando una sonrisa en sus labios.— tanto Athenedora como yo... comenzaremos a entrenar.
Todos los vampiros al escuchar aquellas palabras se tensaron y miraron con terror a las dos reinas ya que... ¿Cómo podían entrenar? ¿Quien sería tan imbécil para entrenarla sin que resulte ninguna herida?
Además... ¿Los reyes lo sabían?
—Mmm... altezas.
—¿Si, Alec?
—¿Nuestros amos saben de esto?
—Por supuesto que no.
Oh.. si... iban a morir.
Todos miraron hacia el otro lado del gimnasio encontrándose a los tres reyes acercándose hacia las filas de vampiros y a las dos reinas. Todos pudieron ver a Caius furioso, Aro estaba intrigado y un poco molesto porque su esposa no estaba en la torre y Marcus solo observaba en silencio con aburrimiento.
—Hola amor.— sonrió inocentemente Sulpicia.
—Caius.
—Athenedora.— masculló con la mandíbula tensa.— ¿Que mierda haces aquí?
》Sabes que tienes prohibido de salir de la torre.《
—Al igual que tu, mi bella Sulpicia.— habló molesto Aro, sonriendo falsamente.
—Sabemos que tenemos prohibido bajar.— contestó Sulpicia seriamente.— pero como ustedes estaban ocupados en las reuniones que nunca nos involucran, decidimos venir por cuenta propia.
—¿Para que?
—Para entrenar, queremos defendernos.— respondió Sulpicia.
—¿¡Entrenar!? ¡Para eso esta la guardia!— gritó colérico el rubio.
—Pero..— frunció el ceño Athenedora, y tomando valor siguió.— alguien nos dijo que la guardia podría desaparecer... y quedaríamos en una gran desventaja.
—¿Que estúpido les dijo eso?— preguntó Caius, rabioso.— ¡Dilo y morirá!
—Cálmate Caius.— habló aburridamente Marcus.
—¿¡Que me calme!? ¡Un idiota les acaba de llenar la cabeza de que la guardia desaparecerá cuando somos el clan más fuerte del mundo!— escupió, ignorando el cuerpo tenso de Aro.— ¡Y encima diciéndole que pueden entrenar cuando tienen que estar encerradas en la torre!
—¿¡Disculpa!?
Athenedora y Sulpicia que estaban a punto de responder a las palabras de Caius no lo lograron al ver avanzar a la neófita, en donde se colocó en frente de ambas reinas.
Paola estaba irradiando enojo al escuchar esas palabras, no por el insulto hacia ella sino por el trato a las dos diosas detrás suyo.
Tratandolas como si fuesen dos estúpidas que se dejan lavar la cabeza.
—Tú que te metes.— masculló con furia el rubio.
—Paola.— la llamó Marcus con el ceño fruncido, preocupado.— no te metas por favor.
La neófita se cruzó de brazos, alzó el mentón y dijo.
—Lo siento Marcus pero no podré no meterme, porque el "estúpido" que les dijo eso a las reinas fui yo.
—¿¡Tú!?— rugió furioso el rubio.— ¿¡Acaso no tienes miedo a morir!?
—¡Para tu información ya estoy muerta, rubia ortiva!— le gritó de igual manera.
—¡Cómo te atreviste a decir que la guardia desaparecerá!
—¡Porque todo puede pasar!— le respondió furiosa.— ¡En una maldita guerra siempre mueren! ¡La guardia no es excenta! ¡Historia básica maldito imbécil!
—¡Para eso entrenan! ¡Para ser más fuertes!— gritó el rubio, dando un paso hacia el frente sin intimidar a la neófita.— ¡Para proteger a sus reinas!
—¡Ellas pueden protegerse solas! ¡No son muñecas de trapo!
—¡Son las reinas! ¡Su deber es quedarse encerradas en la torre!
—¿¡Te estas escuchando!? ¡Abre tu maldita cabeza machista Caius!— rugió furiosa Paola, también dando un paso hacia él, quedando frente a frente en donde la guardia, todos los presentes miraban la discusión como si fuese un partido de pin-pon.— ¡Estamos en el siglo XXI!
》¡Las mujeres no nacimos para complacerlos! ¡No nacimos para cocinarles, ser amas de casa, estar encerradas en nuestras casas! ¡Nuestra existencia es igual al la de ustedes! ¡Y ellas!— las señaló.— ¡No nacieron ni se convirtieron en vampiros para estar encerradas en la maldita torre más alta por toda su estúpida, maldita y miserable vida eterna!《
—¡Cállense!— gritó Aro perdiendo los estribos, sorprendiendo a todos allí. El pelinegro al notar su exabrupto, acomodó sus cabellos hacia atrás y carraspeó.— cállense los dos ahora.
Los dos se callaron mirándose enojados, hasta podían escuchar varios gruñidos por parte de ambos.
—Aro dile...
—Aro nada.— habló Athenedora seriamente, colocándose al lado de la neófita.— lo hemos decidido.
》Entrenaremos para ser fuertes, para valernos por nosotras mismas.《
—Mi querida Athenedora.— comenzó a hablar Aro cuando el carraspeo de su esposa lo interrumpió.— ¿Tú también mi hermosa Sulpicia?
—Paola tiene razón.— habló, colocándose del otro lado de la neófita.— nosotras no nacimos para complacerlos, no nos convertimos para estar encerradas en la torre.
—Somos los Reyes.— masculló con la mandíbula tensa, Caius.
—Somos las reinas.— le contestó Paola.— digo... son las reinas, Eistein.
—Tú.— la señaló con enojo.— tú mantén la maldita boca cerrada.
—¿Quién eres tú para callarme?
Caius rió y con furia dijo.
—Ya veo porque te pasó lo que te sucedió, tu te lo buscaste.
—¡Caius!— rugió molesto Marcus, hacia el rubio.
Aro lo miró con enojo al rubio, hasta la guardia de parte de los hombres miraban incrédulos ante las palabras del rey, en cambio las mujeres miraban con furia al rubio. Jane se sintió incómoda por las palabras de su amo hacia la neófita, causando una molestia en su pecho al ver a la morocha temblar de arriba a abajo y como sus orbes rojizos comenzaban en aguarse por la ponzoña.
Paola aplanó los labios, inclinó la cabeza hacia el castaño y se fue de allí.
Marcus fue detrás de ella, mientras que las reinas no entendían muy bien lo que estaba sucediendo, por lo tanto Sulpicia y Athenedora agarraron los brazo de cada uno de sus esposos y furiosas y amenazantes, dijeron.
—Debemos hablar.
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Bueno... ¡aquí está!
¿¡Qué les pareció!?
¿¡Les gustó!?
Me divertí mucho en este capítulo y me dolió el final, Caius se pasó tres pueblos el hijo de puta.
¡Espero que les haya gustado!
Algo que debo aclarar y que me está molestando mucho es que me están PRESIONANDO para que Jane y Paola se junten y sean parejas Y NO.
Me voy a enojar como Paola y voy mandar a borradores la historia y chau.
En serioo no me presionen, Paola y Jane se van a acercar lentamente.
Bueno, en fin, espero que les haya gustado, ahora voy a desaparecer por un buen tiempo.
¡Las amo con todo mi corazón!
Besitos.
~M.
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