Aro y Caius se encontraban en el segundo salón hablando de temas importantes que tienen que ver con otros clanes y del suyo propio. Mientras que la guardia real, siendo los brujos, Félix y Demetri escuchaban con atención a las palabras de sus amos.

—¡Amo!

Aro y Caius fruncieron el ceño al ver a una de la guardia entrar de repente, abriendo las puertas de un gran empujón, estrellandola contra las paredes.

—¿Cómo te atreves a entrar sin tocar?— preguntó molesto Félix.

—Calma Félix.— lo tranquilizó Aro levantando una mano y miró a la agitada y aterrada vampira, debajo del umbral de la puerta.— ¿Que sucede?

—Es... es el amo Marcus.

Aro y Caius se tensan a la vez y se acercan a la vampira preocupados.

—¿Que paso? ¿Donde está?

—La neófita lo está atacando.— habló la vampira confundiendo y preocupando a los presentes.— La neófita esta lastimando al amo Marcus.

Abrió los ojos.

Y se encontró con un techo blanco que se le hacía bastante familiar.

Paola frunce el ceño confundida luego de varios segundos al reconocer a su alrededor, al darse cuenta en donde estaba.

—¿Estoy...— susurró confundida levantándose de su viejo colchón.— en mi habitación?

Y así era.

Paola miró sorprendida su viejo cuarto. Sus paredes de color violeta y verde manzana, con algunas frases de sus libros escritas en ellas, su ropero desordenado y algunos de sus libros bien guardados sobre su escritorio estando allí su computadora.

—¡Paola a comer!

La pelinegra se tensa como la tanza de un arco y gira sobre sus talones viendo hacia su puerta cerrada sin darse cuenta cuando su cuerpo se abalanzó a abrirla saliendo de su habitación doblando hacia la derecha encontrándose con el comedor.

Y con su familia.

Paola sollozó.

Lloró.

Y gritó.

—¡Mamá!

Paola se arrojó hacia su madre, abrazándola con fuerzas extrañando los cálidos brazos de su madre que ésta se encontraba confundida ante los llorosos de la menor.

—Paola.— la llamó preocupada la mujer acariciando la cabeza de la menor.— ¿Que sucede?

》¿Que pasó?《

—Te...— sollozó.— te quiero, te quiero mucho mamá.

—Oh... yo también cariño.— susurró acariciando la espalda de la menor, abrazándola con fuerzas al verla temblar.— yo también te quiero, pero por favor... cálmate.

—¿Y ahora que le pasa a la estúpida de mi hermana?

—¡Lucas!— chilló feliz Paola alejándose de su madre para abrazar al menor que se quejaba entre sus brazos y más al recibir los besos de su hermana por todo su rostro.

—¡Iugh, basta!— chilló asqueado el menor empujando a la mayor siendo en vano.— ¡Mamá dile algo a Paola!

La mayor se reía contenta al ver a su hija tan cariñosa con ella y más con el menor ya que siempre vivían peleando y discutiendo por cualquier cosa.

—Wow, cuanto cariño.— habló una nueva voz, masculina.— ¿No hay para mí?

Paola empujó al menor tirándolo al suelo y corrió hacia su papá, ignorando los quejidos del menor y del regañó de su madre, para correr a los brazos de su padre.

—¡Perdón!— gritó abrazándolo, escondiendo su rostro en el pecho de su progenitor.— ¡Perdón papá!

》¡No me voy a escapar más! ¡No voy a traicionar tu confianza! ¡Perdón papá! ¡Perdón!《

—Eu, tranquila.— habló sorprendido abrazando a la menor mirando a su mujer preocupado que ésta estaba igual que él, preocupada y confundida.— ¿Por qué me decís eso?

》Me estas asustando Paola... ¿Por qué estás así?《

Paola no respondió y lloró aún mas. Derramando varias lágrimas, pudiendo sentir entre sus brazos a su padre y mojando la camisa del patriarca.

—Pao... ¿Que te pasa?— preguntó la mujer acariciando la cabeza de la menor.

—Hermana...— murmuró el menor también acercándose a la mayor mirando preocupado viéndola apartarse de su padre que éste la agarraba por los hombros buscando la mirada de la pelinegra que seguía llorando como un bebé recién nacido limpiándose las mejillas.

—So.. solo..-— tartamudeó sin poder formular una oración por el llanto.-— es-estoy feliz...

》Feliz de verlos de vuelta.《

Los tres se miran en sincronización completamente confundidos para luego ver la sonrisa gigante de la pelinegra y sus ojos marrones llenos de felicidad y lágrimas que recorrían las mejillas rojas de la mayor.

—¿De vuelta?— se burló su madre.— Pao nunca nos fuimos.

—Si.— continuó su padre besando la frente de la menor.— siempre estuvimos aquí.

—Siempre estamos contigo hermana.- habló el menor sonriéndole a la mayor.— ¿Acaso estas drogada?

》¡Auch! ¡Mamá!《

—Basta.— ordenó la madre mirando severamente al menor que le había dado un mini golpe en la cabeza a su hijo.— vamos a poner la mesa.

》Es hora de comer.《

—¿Que hacemos?

El vampiro castaño no respondió.

Sus ojos oscuros sin moverse viendo solamente un punto.

Era una estatua.

Y estaban preocupando a sus compañeros al verlo de aquella manera, recordándolo que estaba de la misma manera, en el momento en el que perdió a Dydime.

Sin hablar.

Tenso.

Con una mirada triste.

Viendo solo un punto.

—Marcus...

—Llámalos.— ordenó con voz oscura, doliendole la garganta al sentir una gran sed.

— ¿Llamar?— preguntó Aro confundido.

—¿A quien?— continuó Caius tenso.

—A los Cullen.— ordenó sin mirarlos.

—¡¿A ellos?!— bramó sorprendido el rubio.— ¡No po...

Marcus rugió furioso provocando que todos se tensaran y se callaran al recibir aquel gruñido y esos orbes furiosos, llenos de tristeza.

—No me interesa.— exclamó con la mandíbula tensa.—llámalos.

》Llama a Carlisle y a su hijo, Edward, los necesitamos a los dos.《

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Y aquí terminamos. 3/3

¿Que me encanta dejarlas en suspenso? AMO.

¿Que piensan del capítulo?

Sinceramente lloré al escribir este cap y más al escribir el próximo.

Espero que les haya gustado.

¡Voten y comenten!

No se cuando vuelva a poder publicar, como dije la semana que viene estoy a full con la universidad. Espero que tengan paciencia.

Las amo con todo mi corazón.

Cuídense.

Besitos.

~M.