Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

34. Latidos en nuestra canción.

ADELA

Miércoles 6, Julio 2016.

— ¿Hola? Uno, dos, tres... probando, ¿me escuchan bien?

— ¡Sí! ¡Ahora has el puto anuncio! —Scott grita desde el fondo del pequeño salón en donde nos reunimos todos hoy.

Leo y yo cumplimos 6 meses de conocernos, no sabemos muy bien hace cuento salimos pero preferimos tomar esta fecha como nuestro aniversario. Simple y práctico.

Queríamos hacer algo no muy grande, para simbolizar nuestro compromiso a seguir juntos y compartir el día con amigos y familia; además estamos celebrando mi cumpleaños, ya que no hicimos nada... bueno, nada que pudiera ser hecho en público.

Miro a Leo subirse a una especie de escenario en el medio del salón y trago saliva, no sé qué está haciendo porque eso no estaba en los planes. Pero como siempre pensé: los planes cambian y ¡bum!, pasa algo que no tenías planeado.

—Podría hacer una terrible introducción sobre qué nos reúne hoy aquí, eso sería largo y muy aburrido para muchos de ustedes. Adela y yo decidimos compartir hoy nuestra celebración...

—En lugar de hacerlo por todo el departamento, cosa que no entiendo, cuñado —interrumpe Axel alzando su copa de champagne. Mamá a su lado se la quita y le baja la mano, le indica a Leo que continúe.

—Como decía, Axel, lo hicimos porque pensamos en que nuestro "nosotros" no hubiera sido posible sin ustedes y sin personas que no están acá, como nuestros ex's, quienes siempre tendrán mi agradecimientos por dejarnos estar solteros cuando nos conocimos.

»Pero siendo sincero, esto no bastaba para mí. Por múltiples razones, una razón es que nuestra relación se desarrolló de una forma simple y tranquila entre medio de pequeños caos, fue sencillo caer por Adela; ¿quién no lo haría? Todos saben que no estábamos muy abiertos a entrar en una relación de una, que ustedes vieron la química antes que nosotros. Ella es todo lo que necesitaba y nada de lo que quería cuando la conocí, y sigue siendo lo que necesito pero ahora la quiero. La amo mucho. Cariño, necesito que vengas conmigo para esta parte.

La gente se abre dejándome pasar, mis hermanos me alientan con los ojos y yo no sé qué hacer específicamente. No sé qué esperar, ¿me pedirá a 6 meses de salir? ¿Qué está pasando?

—No es lo que piensas, aunque en un futuro me gustaría que suceda, cariño —susurra en mi oído cuando me subo con él, siento que estoy temblando—. No te espantes por lo que voy a hacer, por favor.

Saca una caja de su bolsillo, pequeña y delicada, me la entrega con cuidado; la miro con curiosidad y ansiedad, si no es lo que pienso, ¿qué es?

»Nos comprometimos a no planear las cosas y estoy de acuerdo con ello, pero quiero que nos comprometamos a amarnos con todas nuestras células, a pensarnos cuando estemos lejos y comunicarnos libremente, a dar todos los pasos a futuros juntos ya sean pasos en nuestras carreras profesionales como en nuestras vidas. Porque somos un "nosotros" pero seguimos siendo individuos, quiero que nos comprometamos a nunca dañarnos y a saber respetar la individualidad del otro; quiero ser tu compañero, no tu dueño ni que seas mi chica solo por posesividad. Sos mi chica al igual que yo soy tu chico, somos compañeros, amigos, amantes y confidentes en todos los sentidos. No te estoy preguntando ni prometiendo, es un hecho...

—Y un compromiso —completo por él con la voz aguda. Suelto aire despacito antes de hablar. Leo solo me observa y puedo ver como todos están esperándome—. No puedo decirte ni la mitad de cosas que me haces sentir, la mayoría son aptas para todo público, no te preocupes. Pero estaríamos toda la noche y quiero que estemos en otro lugar...

— ¡En la cama! —Todos en la sala ríen y hay un par de aplausos.

—Cállate, cuñado —respondo señalando a Ciro, pero miro a mi hermano también—. Una interrupción más y son papilla.

»Somos nosotros, Leo, nunca me sentí tan segura de algo que no sea yo y mi familia hasta que llegaste vos y tu loca familia. Fue hermoso enamorarme de vos, de todo vos. Estos últimos meses fueron una verdadera locura de aprendizaje, no fue fácil acostumbrarme a que vivieras conmigo y que cuando te vayas no te encuentre por ningún lado. Nos queda mucho por recorrer, demasiado y estoy orgullosa de hacerlo junto a ti; es un hecho y un compromiso de por vida, amor.

Abro la cajita en mis manos, dos anillos simples de plata están adentro y agarro uno de ellos; él me tiende su mano izquierda. Nuestros ojos se conectan mientras nos transportamos a nuestra burbuja, deslizo el anillo con lentitud y trato de hacerle saber que lo estoy haciendo con mi corazón en la mano. Le doy la caja y espero a que me coloque mi anillo.

Es delicado y no resalta como un anillo de casamiento. Sorpresivamente el pensamiento de que algún día lo haga no me es extraño. Pero por ahora, me gusta pensar en que ambos nos tomaremos nuestro tiempo en conocernos y disfrutar de nosotros sin presiones.

De pronto, escucho que la caja se cae en algún lugar y su mano me atrae a su pecho; me estampa contra él, suelto aire que estaba conteniendo por la sorpresa cuando unos labios se posan sobre los míos. Lo recibo con la misma pasión, ignorando al resto de la habitación, aun cuando esta se llena de aplausos y silbidos.

Sus manos abarcan toda mi cintura y mis manos están por todo su pelo, no podemos estar más acerca porque no podemos sacarnos las ropas; sino ya lo estaríamos. Aflojo mi agarre para acariciar sus hombros cuando el beso baja de intensidad, Leo continua dándome cortos besos hasta que sentimos a dos personas con nosotros en el escenario.

— ¿Ya está? ¿O necesitan más tiempo?

—Yo creo que necesitan una habitación urgente. —Le contesta Axel a Ciro. Me giro hacia él y para tirarle de la oreja, Derek ríe desde abajo del escenario.

—Eso por interrumpir a Leo, —digo mientras Derek me ayuda a bajar—, tú por otro lado te mereces un abrazo muy grande. Qué bien te lo tenías guardado, hermano mayor.

—Ves por qué decimos que íbamos a ser felices siendo dos hermanos —contesta Derek a Axel. Luego me envuelve en sus brazos—. Yo no tuve mucho que ver, fue más Meline que otra cosa, esa chica te ama. Tal vez más que Leo.

—Eso es totalmente posible, nuevo hermano mayor político. —Meline se acerca para abrazarme con fuerza, mantengo mi brazo sobre sus hombros al separarnos—. Es la hermana que nunca tuve.

—Un día tendrás el apellido de mi yerno, niña, estoy tan orgulloso de ese muchacho —dice el abuelo Percy junto a mis abuelos, Drew y Millo. Los tres me sonríen y besan mi mano; ellos se conocieron hace poco y no se han separado. No es que nos moleste pero por ahí pensé que mis abuelos estarían un poco intimados por Percy y sus comentarios, pero... los calladitos son los peores, ¿no?

—Acá estás, cariño. Te perdí por un momento. —Leo saluda con un asentimiento a nuestros abuelos y me lleva afuera del lugar—. Tenemos que irnos.

— ¿Por qué? —Meto mis manos bajo su chaqueta de cuero y siento su calor corporal—. ¿No te aguantas las ganas, amor?

—No es solo eso, pero organizaron karaoke y créeme que no querrás ver a mi madre cantar... o bueno, escucharla en este caso —responde divertido; le pego suavemente en broma y beso su barbilla—. Y te tengo muchas ganas de las buenas.

—Y espero que de las malas también. —Me apoyo contra su moto, bajándome uno de los tirantes de mi corto vestido azul marino—. ¿A dónde me llevas, príncipe?

—Oh, yo no soy ningún príncipe y si sigues mostrándome más piel no iremos a ningún lado —contesta inclinándose sobre mí, besa mi cuello y hombro; siento sus dientes raspar mi garganta. No logro contener un gemido y lo beso, Leo me sujeta contra, me tengo que sujetar de sus brazos para mantener el equilibrio sobre mis puntas—. De verdad te lo digo.

—Leo Prince, te doy completa libertad de que me lleves a donde tu corazón te diga. Sé que late por mí, así como el mío por ti... es nuestra canción.

—Sí, cariño. Solamente por ti, por nosotros —susurra contra mis labios dándome un casto beso para darme un casco y ponerse el suyo—. Eres el ritmo que nunca espere escuchar y comprender, Adela.

—Créeme que yo no espere que seas la letra la canción de mi vida, Leo. —Me subo detrás de él y me agarro de su cintura.

No sé qué nos iba a deparar el futuro o el destino o quien esté a cargo de todo, solo sé que Leo y yo habíamos encontrando el ritmo correcto al frente de nuestros ojos, o bueno, dentro de nuestros cuerpos y ahora solo estábamos escuchando con atención a los latidos en nuestra canción.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro