ADELA

Jueves 11, Febrero 2016.

—Esto se está haciendo una costumbre que no me gusta. —Puedo escuchar su risa desde el otro lado del teléfono—. Miles Nicholas Humbert no te reías es algo serio. No puedes despertarme todos mis días libres a la mañana.

— ¿Qué te tiene tan de mal humor? Tal vez será que no has visto a Leo por unos días y necesitas su dosis diaria...

—Voy a colgar si no dices algo inteligente y urgente, Miles. Además no sabes sí lo he visto u oído.

—La razón por la que te llamo todavía no llego a comprenderla del todo —dice él empezando a hablar pero escucho muchas voces mezclándose—. Espera que te paso con Aaron.

Aunque no escucho la voz de Aaron inmediatamente, sino un montón de insultos van y vienen entre Aaron y Miles. También logro escuchar a Brisa tratando de calmarlos.

— ¿Adela?

—Aaron, buenos días. —Aparto las sábanas de mi cuerpo y renuncio a la idea de volver a dormir.

— ¿Has oído, leído o sabido algo sobre Aylen en esta semana?

Su pregunta no me es sorprendente, ya que Aylen no es de las que falta al trabajo sin razón y el martes ha faltado por "gripe", eso dijo Jordan. Pero desde el lunes no hace acto de presencia en el grupo que tenemos y eso nos está poniendo a todos un poco nerviosos.

—No, desde el domingo que no hablo con ella, ¿y tú?

—Tampoco, al igual que todos. Me estoy preocupando, Adela.

—Tú eres el que vive a un pasillo de distancia de ella, ¿no la has visto para nada? —Frunzo el ceño.

—A veces creo escuchar a gente ingresar al departamento de noche y salir a la madrugada, durante el día no hay movimiento en absoluto. Trate de agarrarlos pero hoy no salió nadie.

— ¿Quieres que vaya a verla, Aaron? Tú tienes que quedarte en la radio y yo ya estoy despierta —digo viendo que ropa ponerme—. De todos modos no volveré a pegar un ojo si no veo a Aylen.

—Odio tener que aceptar tu propuesta, hoy Emily quiere que vayamos a comer con sus padres y no creo llegar hasta la noche —contesta con voz cansada. La mención de su prometida despierta mi curiosidad, recuerdo la conversación que tuvimos—. Ellos quieren saber porque estamos demorándonos tanto en casarnos.

— ¿Le dijiste a Emily lo que hablamos? ¿Cómo lo tomo ella? Lo que me dijiste.

—Ni bien ni mal... fue raro, a falta de una mejor palabra. No entro en pánico ni me grito, simplemente me dijo que le avisara cuando esté listo y me beso en la mejilla. Me trato como un niño pequeño.

—Por ahí piensa que estás asustado, como un nene que le teme a la oscuridad, para ella eres un hombre que le teme al compromiso.

—Creo que si le temiera al compromiso, no le hubiera preguntado que se casara conmigo.

—Yo te dije que si confiara en ti, ella se lo tomaría bien, sino ella se pondría en modo controladora. Mientras eso no pase, pienso que estarás a salvo. —Miro el reloj de mi cocina, con lo largo que se ha hecho la conversación decidí que lo mejor era empezar a prepararme y tomar el desayuno. Aunque con una sola mano no voy a poder—. Escúchame Aaron, iré al departamento de Aylen, en cuanto la vea te mandare un mensaje. Te quiero y los estaré escuchando, ya deberían estar por entrar.

—June acaba de venir a avisarnos, yo también te quiero. Cuídate.

En cuanto corta, marco el número de Aylen y no contesta. No quiero pensar mucho en ello y solamente dejo el celular a un lado para comenzar con mi rutina.

De pronto mi celular empieza a sonar nuevamente, quiero creer que será Aylen; en la pantalla aparece un mensaje de Leo y otro de Aylen. Suspiro y abro primero el de ella.

De: Aylen.

Para: Adela.

Supongo que sabes que no he estado yendo al trabajo.

Y de verdad necesito a alguien. Estoy en casa.

Inmediatamente acepto y le envió un mensaje haciéndole saber que estar allí con helado. Un poco de alivio recorre mi cuerpo al saber que ella no me echara de su casa y quiere que vaya.

De: Leo.

Para: Adela.

Simplemente, buenos bellos días, locutora.

¿Qué planes tienes para hoy? ¿Algo interesante?

Pienso un minuto antes de responder, porque ni yo sé qué tipo de día voy a tener. Opto por ser sincera con él.

De: Adela

Para: Leo.

Buenos algo, no sé qué hora será allí pero acá es de mañana. No quiero que duermas poco por mandarme mensajes, Leo.

Tengo que ir a ver a Aylen y luego no sé.

Te aviso cuando tenga algo un poco más interesante que hacer... ¿y tú en qué andas?

Estoy por dejar mi celular, aunque no logro ni soltarlo que llega su respuesta. Sin querer el mensaje saca una sonrisa de mí.

De: Leo.

Para: Adela.

Ando extrañándote, locutora.

***

Podría decir que encontré a Aylen bien y contenta porque se fue en un mini viaje exprés con su esposo al caribe, sé que las palabras se trabarían si esa mentira sale de mis labios. Aylen Janyson es un desastre tanto físicamente en estos momentos como emocionalmente.

Ella me dice que Lorenzo le hizo una gran escena porque de todos los chicos de la radio, el domingo quien fue a colaborar fue Aaron. Cabe aclarar que me dijo que existía una rivalidad rara entre ellos, pero ese no es un tema en cual voy a hacer mención ahora.

La encontré llorando en la puerta, me estaba esperando con una botella de champagne abierta y tomando de ella. Balbucea entre lágrimas que no quiere perder a Lorenzo, que lo ama y que no quiere pelear más. Entiendo partes de su pelea pero hay otras que son difusas.

No sabía muy bien que hacer, ni siquiera había señales de Lorenzo y qué haría si él volvía. Así que hice lo mejor que pude por ponerla en mi auto, sin mucha ayuda de ella porque su culo estaba bien borracho. Me planteé llamar a Aaron. Rechace la idea de inmediato, en su lugar le envíe un corto mensaje diciéndole que todo estaba bajo control y mi siguiente llamada fue para Celine.

Por más enojada que este con ella, esto no tenía nada que ver con nosotras y nuestro pequeño mal entendido. Y seriamente necesitaba una mano extra.

Esa es la razón por la que me encuentro tomando vino en el sofá de la casa de Celine, esperando que ella vuelva de acostar y acomodar a Aylen en el cuarto de invitados que tiene. Celine no vive en un departamento, odia los edificios, por ello tiene una casa pequeña. Dice que la hace sentir como en su hogar de niña.

—Ya está acostada y súper dormida. Mañana se despertara con una resaca enorme, ¿te quedas? —Celine se acerca a mí con dos copas de vino. La ironía.

—No sé, ¿quieres? —Estoy insegura sobre si es una buena idea o no.

—Sí, quiero a mi mejor amiga de nuevo y entiendo tu punto de vista con lo de Nathaniel. Pero necesito realizar mis decisiones y si esto resulta en un error seré yo estrellándome contra una pared porque yo lo he decidido. Si es que eso tiene alguna coherencia. —Se sienta al lado mío y toma su vaso, en posición indio me enfrenta—. Jordan y yo... fue lindo, hermoso y maravilloso.

—Esos son tres adjetivos muy positivos, ¿por qué cortaron?

—Me mintió, me oculto algo, o mejor dicho alguien, de suma importancia; le dije que no quería jugar, que si estaba conmigo era todo o nada. No quería que volvieran a romperme el corazón. Sé que soy histérica y que muchas veces es difícil entenderme, que me gusta salir y disfrutar bailar en el medio de la pista con la canción más caliente del momento. Todo lo que él tenía que decirme era que necesitaba que bajara un poco mis revoluciones, que las cosas sucedían demasiado rápido para él. Jordan no estaba acostumbrado a que yo regresara más tarde a mi casa y que no le mandara un mensaje de que estoy bien, que no le avisara si salía con ustedes u otros amigos.

—Eso suena como que tenían problemas de comunicación, él no te dijo que tenía un hijo y que le molestaba parte de tu rutina, y bueno tú... no le diste la oportunidad —contesto sinterizándome, su expresión muestra sorpresa e indignación—. ¡No pongas esa cara! Te conozco, Celine Durand. Seguramente ni lo dejaste decir una palabra ni explicarte, le pediste ese tiempo de la nada y él pensó que lo habías dejado. Apuesto todo mi sueldo a que prácticamente dejaste de hablarle porque no te llamaba ni te hablaba, por eso empezaste a salir con tus amigos del medio y ahí te reencontraste con Nathaniel.

—Me conoces muy bien. Demasiado para mi gusto.

—Sí pero no —respondo riendo—. Antes de Jayden, yo hubiera hecho lo mismo. Huir, entrar en pánico... y hubiera buscado volver a lo conocido, ¿estás segura que lo único que tuviste con Jordan fue algo "lindo, hermoso y maravilloso" y no algo explosivo?

—No, no estoy segura. —Ella parece recordar algo y me mira con los ojos entrecerrados—. ¿Ustedes sabían que tenía un hijo? No se veían sorprendidos.

—Yo no lo sabía, desconozco si los chicos sí. Supongo que no demostré mi sorpresa porque Jordan ha estado pasando poco tiempo con nosotros, no es como antes que siempre conversaba con todos. Ahora tiene más responsabilidades, no me sorprendería que lo nombren jefe de toda la radio y tengamos otro jefe pronto; es bueno en su trabajo. Todos tenemos secretos y cosas que no le contamos a todos, él tiene el mismo derecho que todos a tenerlos.

—Buen punto, pero pensé que yo si tenía el derecho a saberlo.

—No puedo decirte que tengas razón, seria juzgar la situación sin conocer ambas versiones y como se dio la cosa. Tampoco sé qué tipo de relación tenían, es algo que deberías preguntarte tú. Cel, me dijiste que ambos estaban juntos por el todo o el nada, pero tal vez deberías plantearte sí para ti jugártela todo significa lo mismo que para él. Tener un hijo conlleva otras responsabilidades.

Cel me mira inclinando su cabeza y suspira, yo solo la observo. Entiendo que sea un tema muy sensible para ella y todos tenemos el derecho de asimilar las cosas de diferentes modos. Yo solo quiero que sea feliz. Si lamentablemente Nate la hace feliz, bueno, tendré que tragarme todo lo que quiero decirle.

—Mira, solo quiero que pienses bien qué te hace feliz a ti y con quién querrías compartir esa felicidad —digo levantando mis manos en señal de paz—, es lo único que me interesa.

—Te quiero, Ela.

—Yo también, Cel. Pero hablemos de la borracha de ahí arriba. —Asiento hacía las escaleras—. Nunca la vi así de mal.

— ¿Hablaste con Aaron?

—No, aunque le mande un mensaje diciéndole que ya la había visto y que estaba viva. No pudo venir porque estaba con Emily.

—La famosa prometida.

—Cuando la conocí debo decir que no entendí porque estaban juntos, parecían como si fueran extraños entre ellos.

—Para mí, al principio, de algún modo enganchaban pero luego no sé. —Cel toma su copa y juega con ella. Me mira indecisa—. La verdad que no sé cómo ponerlo en palabras pero ella se veía incomoda.

—Como ya dije, quiero que todos sean felices. Si Emily es la parte de la felicidad de Aaron, espero que sean muy felices.

— ¿Qué opinas de Lorenzo? Yo creo que después de esto es un idiota.

—No sabemos exactamente qué paso —digo mordiéndome el labio inferior—, aunque sí, dejar a tu pareja tirada llorando no es algo que yo haría o perdonaría fácilmente.

— ¿Crees que la agrede?

—Wow, eso es una pregunta fuerte, Celine. —Dejo mi copa en la mesa central y me siento con las piernas cruzadas—. Es una casi acusación dura.

—Pero posible. Él es controlador y un poco raro con los hombres alrededor de Aylen. —Celine levanta los hombres—. Lorenzo nunca me agrado mucho, pero ellos estaban casados cuando los conocimos. Siempre pensé que Aylen estaba mucho más adelantada que nosotros, en la vida.

—Lorenzo no es mi elección necesariamente pero eso no significa que él sea violento con ella —contesto frunciendo el ceño. En mi mente pasan escenarios sobre todas las veces que Aylen sutilmente negó salir con todos o cuando Lorenzo actuó raro con Aaron—. ¿Crees que puede llegar a ese nivel?

—Creo que hasta mi vecino podría ser un psicópata y yo no lo sabría —responde seria y mirando a las escaleras—, Lorenzo y ella tuvieron una discusión que de algún modo termino con ella faltando al trabajo y llorando. ¿Cómo terminara la próxima pelea?