
Día 1 - parte 2.
Una respiración agitada, pasos frenéticos y brazos temblorosos. El peso entre las palmas de sus manos lo estaba derribando, todas esas eran razones para volver a la habitación con rapidez. No podía recordar la última vez que corría tanto como hoy, pero ya podía sentir lo rápido que saldría de esto tan pronto como pudiera recostar su cabeza en una almohada. El calor del sol que caía sobre su cabeza y lo cegaba, le decía que aún le quedaban algunas horas antes de la maravillosa libertad.
Sólo se daba tiempo para sonreír a las personas que pasaban a su lado, porque no podía detenerse para conversar ahora. Su búsqueda lo había llevado a visitar toda la ciudad, incluso en las esquinas más pequeñas y oscuras, y nada podía decirle cuánto tiempo se había tardado. La única cosa que hacía era orar para que el dios aún no hubiera salido de la bañera.
En otras circunstancias, dejarlo esperando no podría haber sido malo, pero ya que él era el único que se estaba haciendo cargo de él, estaba preocupado por lo que le esperaba, si un ser que estaba acostumbrado a obtener todo lo que quería tan pronto sus deseos eran formados, no estaba satisfecho. Ya le estaba evitando dar algo que le había pedido por años, no podía ponerse peor.
Una nueva ola de motivación lo atravesó, la adrenalina tomando su cuerpo mientras esos pensamientos invadían su mente, y agarró mejor el pesado objeto entre sus brazos, que se deslizaba lentamente de su agarre. Podía hacer esto, especialmente ahora que podía ver su lugar de trabajo, haciéndose cada vez más grande con cada paso.
Cuando puso un pie en el puente, preparándose para esa extraña sensación que siempre corría a través de él cada vez que un humano pasaba por ahí, fue abruptamente detenido por una criatura gigante, cuyas alas tapaban el sol. Casi dejó caer su encargo por el miedo, pero sus músculos lo apretaron más fuerte por el susto.
"¿Por qué siempre estás corriendo por ahí, Ash?" La voz era divertida e inmediatamente supo de quién era.
"Cada vez que no estás cerca, Z," respondió, aunque no de la manera sarcástica como quería, ya que aún no había recuperado el aliento.
Una mano con dedos negros y garras amenazadoras apareció justo frente a su cara para agarrar el pecho de su propietario, justo donde su corazón estaría si Zayn hubiera sido humano. "Me rompes el corazón," dijo, en una voz engañosamente triste. "¿Soy repulsivo para tus puros ojos azules?"
Louis farfulló, moviendo el objeto entre sus brazos de nuevo y finalmente miró su rostro. Zayn nunca se veía más como el ave rapaz que era que cuando sonreía, con un brillo depredador en sus ojos. Louis había aprendido a no ponerle atención de ninguna manera hacía mucho tiempo, cuando Zayn había decidido tomarlo bajo su ala y guiarlo, así podría sobrevivir en este mundo. La conexión entre los dos era inexplicable debido a su pura falta de sentido, no obstante, ambos se protegían de una manera que Louis tendía a olvidarlo, pero siempre estaba agradecido de que se lo recordaran.
"Te ves absolutamente asombroso con tus adornos, mi dulce ruiseñor," le dijo con una sonrisa, dándose cuenta justo ahora cuánto lo había extrañado y deseando que sus brazos estuvieran libres para poder abrazarlo. Se dio cuenta del peso de nuevo, y que todavía estaba realizando una importante misión. "Sin embargo, estoy un poco ocupado y no puedo perder todo el día elogiándote, a pesar de que es mi actividad favorita."
Zayn parecía darse cuenta ahora que Louis estaba apresurado y adolorido, mirándolo y al paquete que estaba sosteniendo con su vida. Alzó una ceja con curiosidad, silenciosamente esperando una explicación, a lo que Louis hizo un vago gesto con su barbilla hacia la parte superior del hotel. Era un verdadero testimonio de su cercanía el hecho de que Zayn pareció entender de inmediato, y Louis pudo darse cuenta del momento en el que en el rostro de Zayn se formó una sonrisa que intentaba ser reconfortante. Nunca había sido muy bueno para mostrado todo lo que lo apoyaba, e incluso era positivo cuando estaba en su peor momento. Aun así, intentaba hacer un esfuerzo para tener reacciones y un lenguaje corporal que los humanos pudieran entender, al igual que Niall y Louis estaban aprendiendo lentamente cómo un híbrido mostraba diferentes emociones.
"¿Quieres que te lleve?" Zayn le ofreció y Louis dejó salir un 'sí' sin aliento, pensando que en realidad podría usar las habilidades de vuelo de Zayn ahora mismo.
Justo cuando apareció, el imponente híbrido desapareció frente a él. Louis estuvo confundido por un momento, lo suficiente como para sorprenderse para el repentino y fuerte agarre en sus hombros. Zayn siempre llevaba a Louis entre sus brazos cuando volaban juntos, temiendo que no sería capaz de controlar la fuerza con la que lo sostenía si usaba sus pies de pájaro, como lo haría con una presa. Louis estaba bastante agradecido de ese trato, ya que la idea de ir colgando, confiando completamente su seguridad a alguien más, lo asustaba demasiado —aunque no era como si se lo fuera a admitir a alguien más.
Sin embargo, no parecía haber tenido opción hoy, cuando lo levantaron y lo sostuvieron por la parte superior de sus brazos. Gritó y apretó con más fuerza contra su pecho el paquete, como si eso fuera a ayudarlo ante una potencial caída. Zayn se estaba riendo, el sonido le hizo acordar los gritos de los pájaros que llenaban el cielo de vez en cuando y si a Louis aún no se le salían los pulmones por gritar, definitivamente le estaría diciendo que se callara por una vez en su vida. No había nada divertido sobre el rápido ascenso del híbrido y del abismo bajo los pies de Louis.
"¡Vamos, Ash!" Louis escuchó a través del zumbido del viento en sus orejas y finalmente cerró la boca con tanta fuerza, al igual que sus ojos, temiendo vomitar. "¡Nunca te dejaría caer, deja de gritar y disfruta la vista!"
"¡Preferiría morir!" Gritó en respuesta, sintiendo cómo docenas de ojos los miraban y trataban de evaluar la situación.
"¿Estás seguro?" Zayn le preguntó con voz engreída, y Louis empezó a maldecir al sentir que sus garras, que estaban enterrados en su piel, empezaban a soltarse ligeramente, dándole a entender que lo iba a dejar caer a su muerte. Louis sabía, en el fondo, que no moriría si caía. Era más probable que cayera en alguna parte del río, como aquella vez que Zayn decidió ser molesto. Sin embargo, la mayor parte de su cerebro no podía comprenderlo y comenzó a mover las piernas como si eso ayudara al estar en el aire. Cayó unos centímetros cuando Zayn lo dejó ir, sólo para recogerlo de nuevo de inmediato.
"Maldito idiota, haré nuggets de ti, cómo pudiste— " Louis gritó, abriendo sus ojos para mirar a Zayn tan amenazadoramente como podía. Sin embargo, se detuvo de inmediato para jadear, perdiéndose en la vista debajo de él antes de que incluso pudiera mirar hacia arriba.
La ciudad se veía tan insignificante desde arriba, y dejó de respirar mientras veía a su alrededor, pequeños puntos moviéndose por las calles. Los techos coloridos y las esculturas tradicionales hacían que el lugar se viera mucho más pintoresca, y Louis se preguntaba por qué un simple cambio de perspectiva podía hacer que todo se viera más lindo. Lo que realmente le quitó el aliento fue el río, se reflejaban millones de pequeños diamantes que brillaban a la luz del sol. Quería verlo todo, explorar la ciudad que conocía bastante bien desde otro punto de vista y descubrirla de nuevo. Su corazón latía con fuerza, y se sintió mucho regocijo al darse cuenta de que el dios que olía a lavanda no era el único que lo hacía sentir cosas. Podría superarlo en paz ahora, sabiendo que el dios no era el único dueño de sus emociones más fuertes.
"¿Ves? Deberías confiar en mí más seguido," Zayn dijo desde arriba de él, y Louis quería ser breve con él sólo por no dejarlo tener la última palabra, pero había muchas cosas más importantes de las que preocuparse como el paisaje debajo de él. "Ash, prepárate."
Levantó la cabeza de mala gana, preguntándose para qué debería prepararse, justo a tiempo para ver la pared, a la que volaban a toda prisa. Soltó un chillido y se preparó para el impacto, pero Zayn se detuvo abruptamente y bajó la velocidad, dejándolo en el balcón con mucha más delicadeza de la que Louis pensó que era capaz.
Una vez que estuvo en el suelo y Zayn le sacó las garras de encima, de manera gentil dejó su paquete junto a sus pies y se dio vuelta con urgencia. No podía correr el riesgo de que Zayn volviera a donde sea que viniera antes de abrazarlo, lo que justificó el rápido tirón de ls pierna izquierda del híbrido. Por primera vez, él fue el que dejó salir un grito, pero Louis no se detuvo a apreciarlo e inmediatamente envolvió sus brazos alrededor del torso con plumas de su buen amigo.
Sintió ambos brazos y alas envolviéndolo y dejó salir el suspiro que sentía que había estado aguantando por mucho más tiempo que el viaje. El abrazo de Zayn era lo más cercano que sentía a seguridad y nunca dejaría de estar agradecido de él. Estaba relajado, podía olvidarse de sí mismo y todo lo que le pasaba en la vida cuando estaba en esta posición, y lo abrazaría incluso más fuerte, deseando nunca dejarlo ir.
"Espero que no esté interrumpiendo algo."
Una llama poco amable, como agua fría corriendo por su espalda. Sintió cómo la tensión retornaba a su cuerpo al que todavía estaba aferrado, y rápidamente dejó la manta segura en al que se había estado refugiando, para darse vuelta hacia el hombre para el que todavía trabajaba. Tragándose las palabras irrespetuosas que quería decir, se mordió el labio inferior más fuerte sólo concentrarse en el dolor. Se inclinó para tomar la razón por las que había hecho el viaje y se enderezó, negándose a levantar la vista del suelo.
"Te veré esta noche, Boo, ¿sí?" Sintió un empujón en el hombro acompañando la solicitud, y no pudo hacer nada más que asentir. No podía tener un verdadero momento de paz, ¿no?
Haber podido volar sólo hizo que ser encadenado fuera aún más doloroso. Louis deseó dejar de disfrutar los breves placeres que sólo le traían más dolor.
Sintió que el aire lo hizo tambalear más de lo que oyó a Zayn empezar su vuelo, pero el resultado fue el mismo. Se quedó solo con el dios de nuevo.
"No recuerdo haberte pedido una mascota cuando te mandé por este encargo," dijo la voz fría, incitándolo a mirar directamente a su dueño con fuego en los ojos.
Fue cuando se dio cuenta de que el dios estaba completamente desnudo y seguía mojado. Era como el río, extensiones interminables de luces brillantes, cegándolo y fascinándolo. No podía evitarlo, trazó cada línea de su cuerpo con sus ojos, sintiendo como si lo estuviera descubriendo de nuevo sólo porque apareció bajo una luz nueva. Se dio cuenta ahora de que nunca había visto al dios fuera del caparazón del recinto, nunca había tenido la oportunidad de ver cómo el sol acentuaba sus ojos verdes y el suave barrido de sus rizos marrones, aparentemente dorados.
Louis no podía lidiar más con esto. El movimiento de sus dedos le decía una historia que conocía muy bien, que le advertía de la próxima amenaza para su salud mental. Iba a saltar hacia el dios.
Pero, en vez de eso, saltó hacia el río.
🎑🎑🎑
Louis realmente no sabía qué era lo que había esperado. Asumía que sus pensamientos no habían sido racionales cuando corrieron por su mente en el momento, su instinto de lucha o huir era la única explicación posible para lo estupidez que estaba haciendo.
Ni siquiera estaba seguro si había calculado bien. Fácilmente podría estar cayendo ante su muerte justo ahora. Se tomó un momento para reflexionar si había sido bueno o no, y no llegó a ninguna conclusión.
Miró el cielo azul una vez más, dándose cuenta de que no tenía idea de dónde iban los humanos cuando morían. Tal vez, siempre estuvo muerto y este era el lugar. ¿Qué pasaría ahora?
Entonces, cerró los ojos y se preparó para el impacto.
Y vino. Pero sólo del lado equivocado, mientras un peso lo golpeaba en el estómago. Luego, fue envuelto, entrelazándose con otro cuerpo por segunda vez. Sólo que esta persona olía a lavanda para ser cualquiera.
Louis en realidad esperaba que ya hubiera golpeado el suelo y esto sólo fuera un cerebro conjurando una línea de tiempo extraña y paralela donde el dios más idiota que había tenido la desgracia de encontrar, hubiera decidido tomarlo en sus brazos, completamente desnudo, mientras caían rápidamente hacia el suelo —o el agua.
La sensación de que su cuerpo giraba en el aire, lo que lo protegía del impacto de la caída, se sentía demasiado real para venir de su cerebro. ¿Cómo era que todos sus planes salían tan mal? De repente, la muerte no se veía tan mala.
El agarre de su cuerpo se tensó y lo correspondió automáticamente, se escondió en el fuerte pecho que sólo podía esperar que, de alguna manera, estuviera hecho de acero. Sabía que el final de su viaje estaba cerca.
Sin embargo, en vez de un fuerte golpe o un aterrizaje doloroso en una superficie dura, su caída se suavizó como si sólo hubiera saltado sobre una cama. Esperó diez segundos de más, como si el dolor fuera a asentarse una vez que lo viera y lo reconociera. No sucedió. Abrió su ojo izquierdo, preguntándose cómo podía estar bien, y qué era lo que le hacía cosquillas en la mano, que todavía descansaban sobre los hombros del dios.
No necesitaba abrir los ojos antes de comprenderlo, aunque la ayuda visual seguía siendo útil.
Estaba recostado sobre el dio, quien estaba recostado sobre una cama de flores —las lavandas eran prominentes— y eso definitivamente no estaba ahí hace cinco segundos.
Louis sabía que debería estar agradecido, que tenía que mostrar aprecio por haber sido los suficientemente suertudo para haber sido salvado. Aun así, quería arrojar a su salvador.
Levantó la vista, listo para decirle algo, pero se sorprendió tan pronto puso sus ojos en él. Debería dejar de mirar la cara del dios, no le traía ninguna experiencia placentera y le hacía un nudo en la lengua.
Aun así, algo sobre él en su lugar preferido, rodeado de flores que claramente adoraba, le hacía algo a Louis. La manera en la que las plantas parecía adaptarse y moverse para acomodarse en él, subiendo por su cabello y haciéndole cosquillas en sus mejillas. Louis estaba lleno de ganas de meterle un dedo en el hoyuelo por mucho tiempo, antes de que recordara que estaba enojado y, ¿cómo se atreve a reírse?
"Oye no, no tienes que reírte, ¿qué demonios, Ha—" la risa de detuvo de inmediato, dándole lugar a una mirada abrumadoramente esperanzada bailando alrededor de su rostro. Louis tragó y continuó como si no estuviera afectado. "¿—Hasta cuándo?, tienes la mitad del cerebro." Dijo con voz suave.
No tenía la energía para continuar la pelea cuando la cara ante él se desmoronó por completo. La culpa se apoderó de su corazón como enredaderas venenosas, pero se la quitó. No estaba haciendo nada malo.
Sin embargo, tragó saliva y empujó su pecho desnudo, sólo para recordar el estado de desnudez en el que estaba el dios debajo de él. Se paró antes de que el sonrojo pudiera formarse completamente en sus mejillas y se movió, al borde de la cama de flores.
"Lo siento," dijo y no estaba totalmente seguro por qué se estaba disculpando. "Iré y buscaré algo para que se vista. Seré rápido."
Se movió hasta que sintió el suelo, y meditó sobre la idea de quedarse así y sentirse mal por sí mismo por un segundo ante de empezar a caminar.
Cuando volvió con una tela de seda para que el dios se tapara, fue recibido por ciudadanos reunidos alrededor de él, el dios seguía siendo tan encantador a pesar de no tener ropa puesta. Era un doloroso recordatorio de su historia, de ser el único en darse cuenta de que la persona en la que se acababa de convertir, era completamente falsa. Sin embargo, no dijo nada, y se dejó llevar por un atuendo divino más apropiado. Se dio vuelta después y caminó a las escaleras, sin saber si el dios lo seguiría o no, y fingió que no le importaba.
La respuesta vino en forma de un lujurioso brazo alrededor de sus hombros, junto con una corona de flores que colocó sobre su cabeza. Si alguien tuviera algún comentario sobre un sirviente humano, sonrojado, que llevaba una corona de flores, caminando bajo el brazo de un dios británico medio desnudo, sólo los comentarían en susurros sin que él se enterara.
🎑🎑🎑
Louis estaba en una esquina de la habitación, luchando con entender cómo funcionaba la máquina. El hecho de saber que cada uno de sus movimientos era monitoreado por ojos cuidadosos, no lo ayudaba, agregando el sudor en la palmas de sus manos, haciéndolo aún más torpe.
Oh no. Le debía la vida.
Como si ya no lo estuviera pasando mal, ahora estaba en deuda con el dios. ¿Por qué siempre tenía que actuar tan impulsivamente? Sólo podía esperar que el dios no se diera cuenta de lo que implicaba su acción, o Louis estaba arruinado.
"¿Alguna vez has usado una radio, amor?"
Radio. Claro. Ese era el nombre del diabólico artefacto que se negaba a funcionar, sin importar cuántos botones apretara y cuántos golpes le diera.
"No puedo decir que sí, considerando que le proporcionamos nuestra propia música a los clientes, dios," respondió, distraído, preguntándose si tal vez debería colocar el círculo raro en su mano, en el largo espacio lateral. No perdería nada si lo intentaba —algo le decía que debía hacerlo.
"¿Por qué no dices mi nombre?" Esa era la pregunta que estaba esperando y a la que temía, aun así, tomó a Louis por sorpresa, por lo que dejó de hacer lo que estaba haciendo.
El lento arrastre trató de volverse cortés y curioso, pero la acusación sonó clara en la última palabra. Se había preguntado, las últimas tres veces que habían estado en la misma habitación antes de hoy, si el dios se daba cuenta de que sólo lo llamaba por su título. Si un día se atrevería a confrontarlo al respecto, o si ni siquiera sería un cambio para él llamarlo por su nombre. Culpó a su desliz de la tarde como la razón por la que se dio cuenta repentinamente. Parecía que hoy era el día de saber el lazo que un nombre podía crear, especialmente en aquel lugar.
"¿Por qué no lo haces tú tampoco?" Respondió, volviendo a intentar que la maldita cosa funcionara. Tal vez debería posponer la conversación por un poco más. Quizá para siempre.
"Porque no sé tu nombre," esta vez no intentó esconder la amargura en sus palabras. Las dijo como si hubiera sido una pequeña roca en su camino una vez que, de correr por su mente tan a menudo, se volviera una piedra gigante, que lo abrumaba a cada paso. Como si fuera un alivio que lo dejara salir de su consciencia, pero le dolía todo el camino. Louis sabía que había algo de verdad en ello.
"Sí sabe," mintió, a través de sus dientes y el disco entró en el espacio sin problemas, sólo con un pequeño empujón. "Soy Ashimo, y no tuvo ningún problema al decirlo antes cuando habló con el Dr. Simon."
"Ese no es tu nombre y ambos lo sabemos."
El dios lo hizo voltear, sosteniendo su brazo y forzándolo a mirarlo. Louis se enfrentó con él, aún acostado en la cama y una enredadera que los conectaba a ambos, envuelta alrededor de sus manos, aunque con una lo sostenía y con la otra lo controlaba. Sus ojos se encontraron, Louis sabía que la verdad estaba escrita en todo su rostro, pero su terquedad le hizo mantenerse con orgullo de todas maneras. Sus ojos verdes tenían sombras de no estar impresionado, ocultando la leve súplica.
Justo ahí, tenía la posibilidad de aclarar y tallar con sólo sus palabras pura frivolidad en las facciones del dios. Podía dar un salto, como el que había dado hacía unos minutos atrás y del que aún se estaba recuperando, y ver dónde terminaría. Probablemente, sería sostenido durante su caída y sería salvado de morir por el mismo ser. Él estaría bien, si no era mucho mejor de lo que estaba ahora. La posibilidad de cambiar su destino estaba aquí, en la punta de su lengua, y lo miró con un anhelo que sólo había visto cuando se miraba en el espejo.
"No entiendo lo que está implicando, dios," decidió decir en cambio e inmediatamente se dio la vuelta para no ver la mirada herida a la que se enfrentaría de lo contrario. Su corazón cayó al mismo tiempo en el que la enredadera que sostenía su brazo. Se movió y agregó: "En lo que respecta a ambos, soy Ashimo y estoy aquí para servirle."
"Bien," escuchó decir a la voz, y un peso se levantó de su pecho —y ningún tipo de decepción se instaló en lo más profundo de su vientre ante ello. "Devuélveme mi corona de flores entonces."
"¿Qué?" Exclamó y se dio vuelta enojado, colocándose la mano inmediatamente en la cabeza, para sostenerla. "¡No! Es mía, ¡la hiciste por mí!" Protestó rápidamente, sin pensarlo.
"No la hice para Ashimo, en realidad," se ganó como respuesta y estaba demasiado ocupado tratando frenéticamente de mantener su corona de flores como para prestarle atención a la leve contracción de la boca de la cara impasible del dios.
"A quién le importa, no soy Ashimo," gruñó, y luego se cubrió la boca con la mano, horrorizado.
Lentamente, con el orgullo bordando la arrogancia, el dios se sentó y se inclinó en la cama, sin quitarle la vista en ningún momento. Louis buscaba desesperadamente la manera para volver a lo que estaba haciendo, pero no llegó a nada, cuando el dios le habló de nuevo, preguntándole: "Entonces, ¿quién eres, pétalo?"
"El objeto de tu tortura," suspiró, lo que seguía siendo verdad incluso si esa no era la respuesta que estaba esperando. No era como si Louis hubiera tuviera la costumbre de responderlas.
El dios pareció sorprendido, su ceño fruncido profundizándose a medida de que lo consideraba. Louis se dio la vuelta y presionó cualquier botón que tenía al alcance, esperando que eso fuera una distracción de la conversación.
"Me torturas tanto, dulce criatura," el dio dijo, y antes de que Louis pudiera responder con alguna negativa a esa comparación verdaderamente escandalosa, un sonido llenó la habitación.
Había hecho que la radio funcionara. Era libre.
Se mordió el labio para ocultar la alegría al lograr hacerlo, y decidió que le gustaba el sonido de lo que fuera que estuviera escuchando. Despertaba algo profundo en el hueco de su mente, el reconocimiento de otra vida. Cerró los ojos y se dejó disfrutar del repetitivo ruido de la batería y el gentil rasgue de la guitarra. Juraba que si se concentraba lo suficiente, podría cantar las palabras al mismo tiempo que el cantante.
Un tatareo bajo vino de detrás de él, Louis estaba intrigado y se dio vuelta hacia el dios, quien descansaba contra el respaldar de la cama y miraba boquiabierto su cuerpo. Se movió, incómodo ante el escrutinio del dios, pero que sólo le daba la terrible realización que esos ojos verdes ahora estaba fijos en los suyos, dejándolo detenido en el lugar de inmediato. El uso injusto del poder del dios o de la debilidad de su propio cuerpo, no estaba seguro de quién era el culpable detrás de sus temblorosas piernas.
"Tell me baby, is he good to you?", el dios cantó con el hombre de la radio, su voz era más profunda de lo que Louis había esperado. [Dime, bebé, ¿es bueno contigo?]
Louis captó la doble intención detrás de las palabras que cantó tan pronto vio el fuego en los ojos del dios, la misma mirada que había visto cuando lo confrontó después de haber llegado con Zayn. Él podía llevarlo mucho más alto de lo que Zayn podía, y en más de una forma. Probablemente lo dijo en general como él, rodeando a Apolo, al demonio de la mañana y a todos los otros hombres que sentía que no eran una amenaza, sino más bien un obstáculo en su ridícula búsqueda. Louis no era un premio que pasaba de mano en mano, aunque parecía que él era el único que se daba cuenta.
Las cosquillas hicieron aparición en sus mejillas, en la parte posterior de su cuello, la parte inferior de su columna vertebral. Una parte retorcida de él estaba complacida y anhelando los actos que implicaban sus palabras. Como una comezón que lo había invadido por años y que sólo quería rascarse, al menos una vez. El contacto visual inquebrantable y la falta de letras, sólo el mismo instrumental sonando por los últimos segundos y construyendo algo, haciendo que fuera imposible escapar de sus pensamientos intrusivos.
"Sometines, it's like someone took a knife, baby, edgy and dull, and a cut a six-inch valley through the middle of my skull", Louis a penas tuvo tiempo de arrugar la frente, confundido por esta partes, antes de que la enredadera, de la que se había olvidado completamente, rodeó su cintura y tiró de él hacia adelante. "At night I wake up with the sheets soaking wet and a freight train ruining thtough the middle of my head, only you can cool my desire", el lamido de sus labios era tentador y Louis no recordaba si estaba avanzado por la atracción física o emocional. "Oh, I'm on fire."
[A veces, es como si alguien hubiera tomado un cucho, bebé, nervioso y sombrío, y cortara un valle de seis pulgadas por el medio de mi cabeza] [Por la noche despierto con las sábanas mojadas y un tren de carga corriendo por el medio de mi cabeza, sólo tú puedes calmar mi deseo. Oh, estoy ardiendo.]
La melodía estaba desapareciendo, pero cada palabra sonaba tan clara como el día a través de la cabeza de Louis, moviéndose alrededor de su mente, por lo que se impregnaba en cada esquina de su cerebro. Sonaron tan sinceras, tan directas, y Louis sabía que no podía dejarse a sí mismo sentirse atraído, pero ya era muy tarde.
"Lo recuerdo," dijo, a medio camino hacia la cama y sin mostrar ninguna señal de querer detenerse. "Recuerdo haberla escuchado mucho." Siguió hablando para distraerse de la situación, actuando como si la canción, que ya había sido reemplazada por otra, era la cosa más interesante de la vida. "Es bastante reciente, ¿no?"
Eso pareció sacar al dios de cualquier trance en el que estaban ambos, ya que se sobresaltó y apretó más el agarre en Louis. Parecía perdido, viendo alrededor de su cara por respuesta que no podía encontrar. Louis se sintió culpable, como si hubiera dicho algo horrible que merecía esa respuesta.
"No," el dio susurró, sonando tan angustiado, y Louis sentía que lo tiraba con más urgencia. "En realidad, no lo es." Louis cayó en la cama de un salto, y el dios inmediatamente llevó su mano a su cara. Todavía estaba misteriosamente silencioso cuando dejó escapar un: "Dios, ¿cuánto tiempo llegas aquí, pétalo?"
"Yo," abrió la boca para responder, luego frunció el ceño porque no podía recordarlo. Podía haber jurado que llevaba la cuenta. "No lo sé," concluyó después de un silencio pesado, pareciendo sorprendido ante la revelación. Esta vez, él era el angustiado, agarrando la mano que aún acariciaba su mejilla y suplicó: "No lo recuerdo. No puedo— lo perdí todo, pensé— pensé que saber mi nombre era suficiente, ¿qué tengo que hacer? Soy... no soy nada, yo—"
Fue interrumpido en sus divagaciones tan repentinamente cuando el dios lo presionó contra su pecho, con el que tuvo más contacto en un día que en los últimos seis meses. No le importó, no podía reclamar cuando la lavanda calmó inmediatamente sus pensamientos y lo envolvió en un aroma familiar, un lugar seguro en el cual podía dejar salir sus sentimientos. Un sollozo escapó de sus labios, y la represa se rompió. Había querido evitar tanto este momento, se había preocupado mucho de no olvidarse de quién era, qué lo hacía Louis y de no convertirse en otro peón cuya alma había sido tomada por quien estaba en el poder. Y aun así, ahí estaba, dándose cuenta demasiado tarde que se las habían arreglado, que lo habían despojado de todo sólo para dejar un caparazón con nombre que ahora se preguntaba si recordaba bien.
"Eres algo, ¿me escuchas?" Esta vez, la voz era fuerte, perforando en su cráneo directamente desde donde fue producido, y Louis hipó, en un intento fallido de ocultar sus sollozos. "Eres... no eres nada sólo porque te faltan recuerdos o porque no sabe si eres la versión correcta de ti ahora. No eres nada porque no te defines con la información básica que las personas asocian con tu identidad, sino que por tus actos y lo que haces en la vida. No eres nada, eres tú, y para mí—" una mano tomó su mentón y alzó su cabeza, forzándolo a mirar los ojos del hombre que estaba calmado y temblando al mismo tiempo. "Para mí, lo eres todo." Louis se sintió mareado, probablemente por la rapidez con la que la sangre corría por su rostro, pero las palabras una vez más no mostraron ningún tipo de engaño y ahora tenía otra razón por la que no podía respirar correctamente. Escondió su rostro entre los pectorales del dios cuando el sentimiento lo sobrepasó, no obstante, eso no pareció desalentarlo. "No puedo imaginar cómo es, perder todo sentido del ser en este lugar, pero no lo has hecho, ¿sí? Eres Ashimo y—"
Louis murmuró, el sonido apaciguado hasta el punto de no haberse dado cuenta de cuán enterrada estaba su boca en la piel del dios.
"¿Qué dijiste?" El dios dijo, y Louis levantó la cabeza por su propia cuenta esta vez, mientras lo miraba.
"Ese no es mi nombre," repitió, y tragó alrededor del nudo en su garganta mientras se preparaba a sí mismo para lo que iba a hacer. Un nombre podía sostener tanto poder, y estaba a punto de decirlo. "No soy Ashimo," tomó una respiración profunda, y la admiración en los ojos que lo estaban mirando, sólo a él, siempre y para siempre, eran el último empujón que necesitaba. "Soy L—"
Sus últimas palabras se perdieron en el ruido insoportablemente fuerte e la campana, que sonó justo por encima de ellos, en la parte superior del edificio.
Louis saltó de la cama. Su respiración era entrecortada y tenía el sentimiento distintivo que uno tenía después de apenas evitar la muerte. Temblaba y estaba un poco fuera de sí por la intensa experiencia que acababa de vivir. Sólo que esta vez, la campana lo había salvado.
Intentó no detenerse en la frustración que se reflejaba en el tic de la mandíbula del dios, eso hizo que algo resonara en su cabeza, sintiéndose tan aliviado de finalmente dejar salir esta parte de sí mismo. En cambio, tomó el ruido de la campana por lo que era y caminó hacia atrás hacia la puerta, asustado de lo que sucedería si dejaba de mirar al dios.
"Siento tanta mi falta de profesionalismo recién," empezó con su voz usual, tratando de aplacar el desorden de sus propios sentimientos al mismo tiempo, y frotándose las mejillas húmedas. "Pronto le traeré la cena y me iré, a menos que necesite algo más."
Antes de que el dios tuviera tiempo de procesar su oferta u ordenarle que abandonara la cena así podían terminar con su conversación, agarró el pomo de la puerta y salió de la habitación.
Estaba tan jodido. Amargado, mientras caminaba por el pasillo, reflexionó en voz alta por qué estaba olvidando toda esta información sobre sí mismo, aun así no podía soñar con olvidar algo sobre el dios, del que había hecho todo lo posible para borrar de su mente.
🎑🎑🎑
"¿Te dijo algo?" Fue la primera cosa que dejó la boca de Louis cuando Niall apareció en el balcón.
Ni siquiera esperaba decirlo, fue sorprendido ante su propio balbuceo, pero por el suspiro de sus amigos, el sentimiento no era compartido. Niall sólo negó con la cabeza antes de sacarse la camiseta y dejarla bajo de él. Louis tenía las piernas colgando en el borde y la parte superior del cuerpo sostenida por las barras delante de él, viendo el lago frente a él, sin pensar. Se sentía mucho más interesante cuando estaba volando; ahora era sólo un recuerdo visual de cuán atrapado estaba en ese lugar.
Giró la cabeza hacia Niall mientras él se recostaba con un gruñido, cerrando sus ojos en lo que era probablemente dolor de estar encorvado todo el día —había sido enviado a la lavandería, y Louis sólo se pudo encoger con simpatía cuando lo supo. Esto era una verdadera muestra de lo maravilloso que era Niall, después de un día físicamente cansador, había aceptado hacer esta última cosa por Louis. Lo que le recordaba lo que le había prometido a cambio, y Louis sacó la cerveza que había logrado robarle a un cliente demasiado borracho a primera hora de la noche. Se la pasó a Niall, quien la tomó con una sonrisa e inmediatamente colocó la parte fría contra su muñeca izquierda.
"No dijo nada, no," Niall finalmente respondió, y se sentó para tomar un sorbo. "Tampoco se veía sorprendido de que yo estuviera ahí en vez de ti, me dejó ir con una moneda. Ese hombre realmente está lleno como un cerdo, dando dinero a diestra y siniestra. Todo el mundo busca una excusa para ir a su habitación, saben que es generoso," terminó encogiéndose de hombros y tomó otro sorbo.
Louis casi comenta que felizmente sería capaz de cambiar de lugar con cualquier persona, pero se detuvo antes de hacerlo, así no sonaría desagradecido. Intrigaría especialmente a las personas a su alrededor que estuvieran escuchando su conversación ahora que Louis había sido enmarcado como ese chico por el que pelearon un dios y un demonio. Definitivamente, plantearía más preguntas.
En vez de eso, le agradeció a Niall de nuevo y metió su cabeza entre las barras, mirando hacia la ciudad donde las luces se apagaban lentamente una por una. Pronto, tendrían que ir a dormir o ser muy astuto para no meterse en problemas. No habían muchas regulaciones, y Louis una vez más miró las alas de Zayn con nostalgia. Sabía muy bien que no era tan libre como le hacían creer, como a Zayn le gustaba parecer. Aún estaban a un paso de salir de ahí cuando fuera posible, o al menos tener la sensación de ser libres de las cadenas por unos minutos, lo suficiente para sentir el viento mover sus alas y disfrutar el silencio que venía de no ser mandado.
No podía irse. Como un humano, el agua a alrededor de la pequeña isla era muy grande, ni siquiera podía ver algún montículo de tierra en el horizonte cuando el cielo estaba claro y tenía horas para perder, mirándolo. Cualquier señal de que había algo más allá del río, que se sentía como un océano, algo que pudiera alcanzar. Y, aun así, sólo los seres con alas y los trenes tenía la oportunidad de explorar lugares que no eran su viejo y divino punto de divinidad.
Su único hilo de esperanza para una vida mejor y más libre, era su nombre. Fue la primera cosa que Zayn le había dicho, la primera cosa que había extraviado después de haber perdido todo su ser en este lugar. Le dijo a Louis que sólo confiara en personas que sabían su nombre, ya que en un lugar como este, era un arma poderosa. Louis nunca había sabido hasta qué punto, pero nunca había probado su suerte. Hoy en día, las únicas personas a las que le había compartido esta valiosa información, lo rodeaban; un híbrido afectuoso y un humano perdido, que ambos habían cuidado desde que apareció en el puente.
Por eso, el error que había evitado anteriormente tuvo un impacto tan profundo en él. El dios ya tenía demasiado poder sobre él, ya que había sostenido la vida de Louis entre sus manos desde el primer día. Había perdido el sueño, el apetito, las ganas de continuar, el aburrimiento era lo único que impedía que a veces el dolor se filtrara sobre él al igual que la cordura; no podía permitirse darle la última pieza de sí mismo a un ser que veía cada mil años y sólo se preocupaba de él, porque era el único que no se compadecía con cada palabra que salía de su boca. Louis se preguntaba cuánto tiempo mantendría la farsa de que le importaba antes de aburrirse de este humano poco interesante al que le había gustado todos estos años. Louis pensaba que ya llevaba mucho tiempo.
Sin embargo, sabía que su resolución era increíblemente delgada. Si sus ojos verdes lo miraban de nuevo —lo que siempre sucedía— se derrumbaría y se perdería por completo tan rápidamente que ni siquiera podría entender lo que estaba pasando antes de que terminara. No podía soportar el pensamiento de tener que recoger las piezas rotas de sí mismo desde el suelo, y tal vez, en un nivel más egoísta, no quería que esto —lo que sea que fuera— se terminara tan pronto. En realidad, no quería que nunca se acabara, ya que lo hacía sentir importante, deseado y valioso, incluso en sus peores momentos. Louis odiaba la situación, odiaba al dios, pero especialmente se odiaba a sí mismo por amar la emoción que le traía.
Así que se había escondido. Corrió hacia las escaleras, tropezó en la lavandería excesivamente húmeda y le rogó a Niall que fuera el encargado de llevarle la cena al cliente esa noche. Niall había estado reacio a hacerlo, sabiendo muy bien lo que le esperaba si alguien lo sabía, pero había aceptado tan pronto sus ojos se encontraron. Louis no quería saber qué era lo que había visto en ellos que le hizo ceder tan pronto, y no le importaba mucho ser confrontado con sus sentimientos.
Había tomado su lugar terminando la última ropa que estaba limpiando, aceptando el piso duro debajo de sus rodillas y el dolor en sus brazos, con alivio, ya que siempre se veía mejor que cualquier cosa que lo esperaba allá arriba. Afortunadamente, sólo los humanos habían sido asignados a la lavandería ese día, y tendían a darse ánimos entre ellos mucho más que los otros seres. Louis ni siquiera quería detenerse a pensar en la traición a la que se habría enfrentado, sin importar cuánto dinero hubiera prometido, si hubiese sido una de esas mujeres de ocho extremidades. De verdad eran las peores acompañantes, y si no fuera por cuán útiles podrían ser sus brazos, probablemente las habrían echado de ahí. Louis se estremeció al pensar en su último encuentro con una de ellas.
Cuando terminó su trabajo, había corrido hacia arriba y se había escondido en el balcón. Zayn se le había unido después, tratando de involucrarlo en pequeñas conversaciones sin sentido, sin éxito. El silencio probablemente lo tenía nervioso, pero Louis no podía seguir con las apariencias, no antes de que durmiera todo el día al menos. Le tomaría más de ocho horas hacerlo.
Louis de repente tuvo un pensamiento, y giró su cabeza hacia Niall, quien la tenía recostada sobre una de las piernas de Zayn y acariciaba su ala. Odiaba interrumpir la facilidad y calma en sus rostros, pero tenía que saber. "Entonces, ¿por qué te demoraste tanto?"
"Trató de sobornarme para que le dijeras dónde estabas quedando," dijo, encogiéndose de hombros, pero Louis sintió como si estuviera cayendo a su muerte una vez más. Claro que Niall no lo traicionaría así, pero de todas maneras, sabían cuánto dinero daba el dios e incluso podía admitir descaradamente que consideraría la idea de divulgar información si el precio fuera lo suficientemente alto. "Esos dioses, son siempre tan engreídos. Nunca parece entretenerles la idea de que no están en el piso más alto del edificio." Se dio vuelta hacia a Louis y lo empuja un poco antes de explicar: "Le dije que era extremadamente confidencial y que no podía ser revelado bajo ninguna circunstancia. Se detuvo después de un tiempo."
Louis se recostó sobre su espalda y miró el cielo, soltó un suspiro pesado, que dejó sus labios, apareciendo como niebla por solo un segundo. Tomó una respiración profunda y acogió con satisfacción el pinchazo de frialdad en sus pulmones, sintiéndose como si hubiera estado atascado en una habitación repleta todo el día y finalmente pudiera respirar.
"Te amo tanto, Daisu," le dijo y se giró hacia Niall, transmitiéndole lo agradecido que se sentía antes de volver a mirar las estrellas distraído. "Te debo mucho esta vez."
Niall se encogió de hombros inmediatamente, diciéndole que la cerveza era lo suficientemente buena como su pago, y luego continuó su debate con Zayn sobre la cerveza y el vino. No por primera vez, Louis se preguntaba cuál era el nombre real de Zayn, qué hacía antes de que Louis llegara a la isla, antes de que él mismo llegara. O tal vez era todo lo que conocía, tal vez había nacido ahí, había sido criado ahí y sólo perdía la noción ya que el tiempo nunca parecía pasar ahí. Días y noches enredándose y volviéndose semanas, meses y años sin que nadie se diera cuenta. Se preguntó si Niall y él se habían conocido, cuando eran humanos rodeados de otros humanos, si hubieron sido amigos, si tal vez estaban destinados a seguir los pasos del otro.
Miró a las estrellas titilar y se preguntó si otro par de ojos brillaban como ellas, un piso más abajo. Si algo había cambiado en ellos ante la presencia de Louis, y si sabían cuán desnudo podrían hacerlo sentir. Cerró los ojos, y deseó poder controlar su cerebro, si había perdido el control de su corazón. Su deseo no fue concedido.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro