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Si me iba en ese momento no volvería a escuchar más su voz ni volvería a ver aquella poderosa mirada.
“Una última vez”, me dije a mí mismo, “no pierdo nada con verlo una última vez”.
Me acerqué a Mikel tratando de que no se me notara la ansiedad. Mi compañero se levantó de su silla y me hizo sentarme en su lugar.
Gulf estaba ahora frente a mí y aquella primera sensación de electricidad volvió a recorrerme el cuerpo.
Mikel me ha dicho que no tienes planes para estas vacaciones…
“Claro que tengo planes”, pensé mientras la imagen del precipicio aparecía en mi mente.
Hice sólo lo que pude. Mover negativamente mi cabeza y sonreír con torpeza.
¡Excelente! ¿Por qué no vienes con Mikel entonces?
¿Ir? ¿Con Mikel…? ¿A…dónde?
Me sorprendió que Gulf hubiese entendido lo que balbuceé.
Se llevó una mano a la cabeza y se tocó el cabello de una forma que hizo que mi corazón comenzara a latir desordenado. (¡Sí, ya sé que un corazón no puede latir de una manera desordenada! Pero si hubieses visto a Gulf acariciarse el cabello de la forma en la que lo hizo y si hubieses visto sus ojos rasgados clavarse en los míos cómo yo los vi aquella tarde, entenderías cómo es que un corazón puede latir de forma desordenada).
– A mi primo se le ocurrió que te invitara a Destiny City, a pasar el receso con nosotros… – me dijo Mikel acercándose a mí…
–¡¿Por qué…?!– no se me ocurría ninguna razón por la que un extraño, y en particular un extraño como aquel que me seguía mirando fijamente a través de la pantalla me invitara a algún lugar…
– Mikel me ha dicho que te gusta el mar y la naturaleza…y aquí hay mucho de eso. – la voz de Gulf me envolvía por completo- Tres días en Destiny City, conmigo…te prometo que cambiará tu vida… ¿Qué dices, Mew?
“¿Por qué no? Tres días viendo aquella mirada y escuchando esa, su voz… Una última vez…”- pensé… y sonreí…
Y él pareció darse cuenta porque celebró con un “hurra” mientras Mikel me zarandeaba de los hombros y se reía.
– Ya verás…– me dijo al oído– No te vas a arrepentir.
Me sentí bien de pronto, como renovado pero no me permití auto-engañarme. Esto no era un cambio de planes. Era sólo una postergación.
Disfrutaría todo lo que pudiera los siguientes tres días…por última vez…
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