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~1~

Osomatsu abrió los ojos lentamente por la luz que se colaba por la ventana y le molestaba en los ojos, Choromatsu y Jyushimatsu estaban ya despiertos como siempre y al mayor le parecía conveniente que de los últimos en despertarse fuera Karamatsu, el segundo Matsuno. Poco a poco los demás se fueron despertando, saliendo de la habitación y preparándose para desayunar, pero el mayor aún seguía en el futón, esperando que su lindo hermano abriera los ojos porque deseaba que lo primero que viese al despertar fuera a él.

Hoy tenía pensado confesarse, decirle lo que sentía por él, pero por otro lado tenía miedo, ¿qué tal si lo consideraba extraño o asqueroso? Era algo muy extraño, sí, incluso algo asqueroso porque eran hermanos... ¿y si mejor no decía nada? ¿Y si mejor se lo guardaba para sí mismo y salía de la habitación antes de que éste se despertara...? Parecía la mejor opción hasta que el segundo abrió los ojos y lo miró con una leve sonrisa.

Ya era tarde para arrepentirse.

Good morning, brother —Sonrió mientras se frotaba los ojos para tener mejor visión.

—Buenos días, Karamatsu, ¿cómo dormiste? —una pregunta tan típica. Osomatsu se sentía nervioso y no pensaba con mucha inteligencia ahora; se golpeó mentalmente por su pregunta y Karamatsu lo miró confundido, normalmente era ignorado de manera olímpica y nadie le preguntaba nada, nunca, menos ese tipo de cosas.

—Bien, gracias, sólo que ya sabes, a veces Jyushimatsu patea demasiado —se encogió de hombros y se sentó en el futón— ¿Iremos a desayunar?

—Claro, pero necesito hablar contigo primero... —Desvío la mirada intentando no sonrojarse, eso sólo hizo que el segundo se pusiera aún más confundido y algo nervioso, comenzaba a pensar que algo había hecho mal y había hecho enfadar a sus hermanos. Comenzó a repasar todo mentalmente buscando errores y suspiró levemente intentando que no se notara.

—¿De qué quieres hablar, brother?, are you okay? —Osomatsu no respondió, aún seguía con la mirada perdida por algún lugar de la habitación, pensaba como sería una buena manera de declararse sin parecer... Raro— ¿Osomatsu? —el mayor reaccionó y para no hilarse más, se le tiró encima al menor, dejándolo inmóvil por si quería escapar antes de que se confesara.

—Karamatsu, estoy muy nervioso, ¿vale?... puede que no diga las cosas de manera entendible, así que necesitas ponerme mucha atención. —Karamatsu se sentía muy incómodo estando debajo del primer hijo, su cara denotaba confusión y aún más nervios, ¿qué pasaba con Osomatsu?, al menos sabía que no había hecho nada malo. El menor asintió y lo miró fijamente intentando mantener la calma— Bien... Karamatsu, la cosa es que estos últimos meses he estado un tanto... confundido... respecto a lo que pasa conmigo, lo que pasa por mi cabeza... y... y llegué a la conclusión de que... estoy enfermo.

—¿Qué? —seguía igual o más confundido que antes, ¿enfermo? ¿De qué? Él lo veía muy sano... aunque tal vez hablaba de otro tipo de enfermedad—. No sé a qué quieres llegar con esto... ¿enfermo de qué?... I don't understand, brother.

Osomatsu río un poco nervioso, tenía razón, no estaba llegando a ningún lado con eso.

—Pues... primero que nada, no soy gay y no me gustan los hombres, quiero que te quede claro ese punto —habló para empezar de manera "poco sospechosa", Karamatsu asintió un tanto impactado—. Pero... estoy enamorado de un hombre y... digo que es enfermizo porque ese hombre es mi hermano —Karamatsu abrió los ojos como platos y sus nervios aumentaron aún más llegando a un leve sonrojo en el rostro, ¿será que por fin sus sentimientos serán correspondidos, aunque fueran"enfermizos"?

—O-Osomatsu... ¿me estás diciendo que te gusta uno de nuestros brothers? —Osomatsu apretó los ojos y se arrepintió de haber abierto la boca, seguramente Karamatsu ya lo estaba juzgándolo mentalmente, pero no había marcha atrás, así que sólo asintió con mucha vergüenza en la cara —Oh my fucking God —Susurró para sí mismo aun intentando no hacerse ilusiones, podría ser cualquiera, hasta Totty... Aunque este último lo veía improbable—. ¿Qui-quién de nosotros es el que te gusta?

—Me... —aún se mostraba reacio a abrir la boca, no quería asustar a Karamatsu con sus sentimientos, pero... se veía tan lindo y vulnerable debajo de él... decidió no alargarlo más y aunque corriera el riesgo de ser golpeado prefería terminar con esto de una vez—. Con esto podré decírtelo.

Se agachó rápidamente hasta la cara del menor, y sin pensárselo mucho, lo besó en los labios muy suavemente, con ligereza, esperando que se sintiera bien y dándole oportunidad de reaccionar de a poco. Lo prefirió a simplemente palabras que seguramente no se creería Karamatsu, además de que él no era bueno con las palabras. 

Karamatsu estaba en shock trataba de analizar la situación intentando no perder la calma, ahora era real, sus sentimientos por el mayor eran correspondidos de la misma manera, se sentía feliz, se sentía bien saber que no era el único "enfermo" en la familia, saber que ahora tenía permitido ver a su hermano mayor de otra manera. Le rodeó el cuello con los brazos comenzando a corresponderle el beso de manera lenta y suave, cerró los ojos y saboreó con detalle esos labios que tanto había fantaseado con probar y sonreía levemente mientras se besaban.

Osomatsu sonrió levemente también al saber que sus sentimientos a pesar de ser pecaminosos eran correspondidos por el menor. Se separaron unos segundos aún sorprendidos y con las respiraciones algo agitadas, pegaron sus frentes y sonrieron por un momento.

—Osomatsu... creí que estaba mal enamorarme de ti, creí que estaba enfermo por creer que uno de mis hermanos podría estar conmigo de esta manera —cerró los ojos por un momento y exhaló—. Y me escondí... el único que sabía de mis sentimientos era Choromatsu, y todo gracias a un descuido mío.

—Yo me sentía de la misma manera, me sentía asqueado de mí mismo por enamorarme de ti, Karamatsu... pero a pesar de todo no podía evitarlo, aunque seas doloroso —bromeó con una ligera sonrisa divertida, volvió a darle un suave beso en los labios y le sonrió con mucha amplitud—. Es bueno saber que me correspondes y que... ahora podemos estar juntos y amarnos.

Y como para probar su punto volvieron a besarse nuevamente entrelazando sus lenguas y abrazándose fuertemente, como si quisieran fundirse en el cuerpo del otro, como si quisieran volverse uno solo. Podrían haber estado así todo el día, pero la puerta corrediza se abrió con un poco de dificultad; ambos se separaron rápidamente y Osomatsu recibió un ligero golpe en la cabeza por la fuerza con la que se tiró a un lado, maldijo en voz baja y Karamatsu le acarició un poco la cabeza para tranquilizarlo.

—Estúpida puerta —musitó Todomatsu cuando la puerta se abrió por fin—. Karamatsu-niisan, Osomatsu-niisan, están tardando mucho, el desayuno se les va a enfriar.

—Muchas gracias, little brother  —Karamatsu le sonrió de manera muy amplia y Todomatsu no pudo evitar sonrojarse levemente, le devolvió la sonrisa y Osomatsu bufó por lo bajo—. Iremos en un segundo.

—¡Sí! —asintió en voz alta y salió de la habitación sin cerrar la puerta, el mayor volvió a tirarse sobre el segundo con una cara que denotaba un poco de celos.

—Déjate de coqueteos frente a mi cara —ordenó Osomatsu con un tono de voz un poco frío, Karamatsu le sonrió y le acarició la cara provocando que el contrario se sonrojara levemente.

—Don't worry, darling, you're the only one for me —besó la mejilla algo sonrojada de su hermano y se levantó para ir a desayunar junto con sus hermanos menores.

Todos estaban alrededor de la mesa comiendo y conversando cosas sin sentido. Jyushimatsu era el único que había terminado de comer, como comía muy rápido terminaba antes, pero seguía en la mesa para esperar a que los demás terminaran.

Karamatsu se sentó a un lado de Todomatsu, sólo para tapar las apariencias y que no pareciera que Osomatsu y él tenían algo entre manos por haberse tardado tanto y esas cosas; el mayor por el contrario se sentó entre el segundo y el tercer hijo, le sonrió con amplitud a Choromatsu y éste le devolvió la sonrisa con algo de confusión, Osomatsu casi nunca se portaba así.

—Creo que alguien despertó de buen humor —bromeó el de verde evitando a toda costa sonrojarse por la hermosa sonrisa que le regalaba el mayor de sus hermanos, el mencionado le enseñó la lengua y se río levemente.

—¿Es que necesito despertar todos los días con un ánimo de molestar a mis hermanos? —todos en la mesa, excepto Karamatsu, se sorprendieron por su comentario. En realidad el mayor había despertado de un humor tan bueno como nunca antes, hasta a Jyushimatsu le parecía extraño.

—Osomatsu-niisan decidió dejar de ser un amargado —se burló Todomatsu y todos en la mesa, a excepción de Osomatsu, rieron.

—Vamos, chicos, no molesten a su big brother —chasqueó los dedos y le pasó un brazo alrededor de los hombros al primogénito—. Aprovechen que hoy está de un buen humor.

—¡Buena idea! —el quinto se levantó del suelo muy animado y corrió hasta Osomatsu, se le tiró encima y volvió a pararse— ¡Juguemos béisbol!, ¡hustle, hustle, muscle, muscle! —y corrió alrededor de la sala tan animado y enérgico como siempre.

—¡Jyushimatsu! —se levantó Ichimatsu del suelo corriendo tras él para evitar que rompiera algo, Choromatsu ayudó a Osomatsu a levantarse del suelo y después le dio un ligero abrazo sólo para comprobar que, efectivamente, el mayor estaba de un humor maravilloso, le había correspondido el abrazo en lugar de empujarlo, eso sí era señal de buen humor. Karamatsu se puso un poco celoso, pero decidió disimularlo hablando con el más pequeño de los Matsuno sobre cualquier tontería.

—Osomatsu nii-san, ¿algún motivo en especial por el que estés feliz hoy?— Preguntó muy curioso el "otaku pajero" como le decía aquel chico de rojo, el cual le dio un beso en la mejilla antes de acariciarle el cabello, Choromatsu no pudo evitar sonrojarse un poco.

—No, nada en especial, hermanito; sólo que hoy es un buen día para sonreír, disfrutar de la vida y del amor —el tercero entendió al instante de que se trataba todo eso, el porqué de su felicidad... y le dolió más de lo que le hubiera gustado admitir.

—Vaya, ¿acaso Osomatsu nii-san está enamorado? —sonrío con "picardía" pero con un dejo de dolor en ella, parece que el mayor no lo notó porque le dio un ligero golpe en el hombro y sonrojado desvió la mirada.

—No seas idiota —Osomatsu no negó nada aunque tampoco lo confirmó, pero Choromatsu ya sabía exactamente lo que estaba pasando, el mayor estaba enamorado y había sido correspondido, pero... ¿quién? ¿Qué persona se había ganado su corazón? El tercero se sintió dolido, pero decidió no mostrarlo, se levantó del suelo y volvió a sonreír de forma forzada al mayor, aunque él no lo notó otra vez—. ¿A dónde vas?

—Iré a jugar con Jyushimatsu e Ichimatsu, capaz que de la emoción Jyushi termina matando al pobre de Ichi —caminó hacia la habitación para cambiarse y poder salir a despejar su mente del dolor y los celos que sentía de que no había sido él el que se había ganado el amor del mayor...

Entró en la habitación que compartía con los otros seis "estúpidos con su mismo rostro", encontrándose a Ichimatsu quien le acariciaba la cabeza a Jyushimatsu, tal vez para tranquilizarlo o algo así, entró sin hacer mucho ruido, pero sus hermanos notaron su presencia, el cuarto hijo solo lo miró frío, como siempre y el quinto se despegó de Ichimatsu para correr y abrazar a Choromatsu.

—Choromatsu nii-san nos acompañará a jugar béisbol, ¿verdad?.— El mencionado acarició la cabeza del menor revolviéndole el pelo, sonriéndole levemente mientras Ichi solo los miraba con algo de enojo.

—Claro que sí, sólo déjame quitarme el pijama y vamos.— Jyushi se aferró al brazo del tercero sonriendo ampliamente, le besó la mejilla y lo soltó arrastrando a Ichimatsu fuera de la habitación para que Choromatsu se cambiara a gusto.

El de verde tomó su ropa y comenzó a cambiarse aun pensando, él sabía perfectamente que a Karamatsu le gustaba Osomatsu, lo había descubierto una vez escribiendo sus nombres entre corazones y frases cursis, al segundo no le quedó más remedio que confesar, ¿acaso al mayor le gustaba Karamatsu de igual manera?, a pesar de que lo intentara, esa idea y ese dolor no se iban de su mente, había estado enamorado de Osomatsu desde que Totoko lo rechazó por última vez de una manera épicamente grosera y humillante, él lo había consolado, lo había entendido, había incluso llorado con él y le mostró un lado de hermano mayor tierno que jamás había visto... Eso terminó enamorándolo perdidamente de él, pero por desgracia alguien más había ocupado ese lugar que en realidad nunca fue suyo. Terminó de vestirse y salió de la habitación encontrándose a Todomatsu con su celular en la mano, estaba escribiéndose con alguien seguramente, el chico escuchó que uno de sus hermanos pasaba y despegó la vista del teléfono para dirigirle una cálida sonrisa a quien sea que estuviese ahí.

—¿A dónde vas, Choromatsu-niisan?— Preguntó curioso el menor viendo a su hermano con tenis en vez de sus zapatos comunes.

—Iré a jugar béisbol con Ichimatsu y Jyushimatsu ¿quieres venir, Totty?— El menor sonrió de lado al oír que lo llamaba por su apodo, le gustaba cuando lo llamaban así en lugar de Todomatsu, lo sentía más personal.

—Lo siento, nii-san, pero no tengo ganas de salir hoy, diviértete.— Choromatsu asintió aun sonriéndo. Salió de casa encontrando al cuarto y al quinto jugando de una manera un tanto... Extraña y normal a la vez.

—Ya hiciste muchas, Jyushimatsu, deja descansar al pobre de Ichi.— Colocó la mano en el hombro del menor y este lo miró con su típica sonrisa de boca bien abierta.

—¡Hai! —bajó el bate y desató a Ichimatsu que se encontraba algo mareado—. ¿A dónde vamos, Choromatsu-niisan?— Choromatsu lo pensó un momento hasta que decidió que sería buena idea ir al parque, ahí podría practicar sus lanzamientos y bateos libremente.

—Vamos al parque, ¿te parece?— Jyushi chilló en señal de aprobación y arrastró a sus dos hermanos rápidamente hasta el parque. Choromatsu se reía por la energía del menor e Ichimatsu solo miraba al lindo Jyushimatsu tomar su mano con un leve sonrojo y un pensamiento muy lindo en su mente.

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Choromatsu le quitaba los pétalos a una florecita blanca que había cortado de por ahí mientras veía a sus hermanos menores juguetear, aún pensaba en quién sería ese o esa que tenía el amor de su hermano mayor, que tanto amor le tenía a esa persona como para que él ni siquiera se diera cuenta de sus sentimientos, el de verde creía ser muy obvio al momento de estar juntos por sus actitudes que lo delataban... Pero estamos hablando de Osomatsu, el Matsuno más distraído de todos que nunca se daba cuenta de absolutamente nada, le beneficiaba, pero también le afectaba hasta cierto punto, tenía ganas de golpearle la cara y confesarle todo a los gritos, o simplemente preguntarle de frente quién era esa persona que lo tenía encantado, pero era demasiado cobarde para hacerlo.

—¡Vuelve aquí, Jyushimatsu!— Gritó Ichimatsu mientras corría detrás de un Jyushi sin pantalones, la escena se veía graciosa, pero Choromatsu estaba tan metido en sus pensamientos que no pudo reírse de aquello, ni siquiera le prestaba atención.

Después de un par de horas de sólo estar tirado en la hierba, mirando el cielo y no pensar en otra cosa que no fuera Osomatsu se aburrió un poco, el cuarto y el quinto hijo aún estaban juntos jugando a lanzar pelotas, se les veía divertidos, Choromatsu se lo estaba perdiendo y todo por estar pensando en estupideces, ¿por qué no simplemente dejaba que las cosas se fueran solas y siguieran su ritmo normal?, pero no, Choromatsu estaba aferrado a seguir enamorado de su hermano, ¿por qué?, tal vez se sienta vacío si deja de amarle, suena a una excusa estúpida, pero para él era lo más lógico del mundo, tal vez tenía muy en el fondo la esperanza de que Osomatsu le hiciese caso y terminaran juntos aunque en la realidad era que no había motivo aparente, simplemente era algo que no quería soltar, algo así como un capricho.

—¿Choromatsu-niisan?— Escuchó una voz familiar que lo llamaba así, levantó un poco la mirada para ver al propietario de esa voz y para su sorpresa era Jyushimatsu, ¿qué no estaba jugando?

—¿Sí?, ¿qué sucede, Jyushi?— Preguntó con un deje de ternura sentándose en el césped y palmeando el suelo, indicándole al menor que se sentara junto a él.

Jyushimatsu obedeció. —Te noto un poco... Distraído... Como si no estuvieras aquí, nii-san.— La seriedad que tenía en ese momento dejó perplejo a Choromatsu, el quinto nunca se tomaba las cosas en serio y si lo hacía sólo era por pequeños periodos de tiempo. Esta vez fue diferente, probablemente por la preocupación.

—Es que...— No sabía si contarle a su hermanito menor lo que sentía fuera buena idea, le daba un poco de miedo que lo divulgara sabiendo lo chismoso que era. ¿Y si disfrazaba el relato?, esa era la mejor opción y eso haría, le diría que se sentía mal por alguien... Sólo que no diría por quien. —La persona que amo está con alguien más.— Desvío la mirada intentando en vano ocultar su notoria expresión de tristeza y sus ojos que se le habían puesto húmedos, Jyushimatsu lo notó al instante y pudo entender perfectamente cómo se sentía, no sólo porque ya lo había vivido, sino porque también le estaba pasando.

—Oh... Ya veo... Sé cómo te sientes nii-san, me pasó con Homura-chan y me está pasando ahora con alguien más.—Choromatsu lo miró con sorpresa, sabía de Homura, pero no sabía que también le pasaba ahora, ¿también podría ser...? —Pero, ¡oye!, ella es feliz, ¿no?—"En realidad es un él" , pensó el de verde, pero decidió guardárselo. Analizó un momento el cuestionamiento de Jyushimatsu, y por mucho que doliera, tenía razón.

—Sí... Sí, supongo que es feliz.—"Pero sería más feliz conmigo". —Hoy estaba bastante feliz, de hecho.— Decir eso le pesó, le pesó bastante, pero intentaba actuar con naturalidad, no quería preocupar a nadie, el cuarto comenzó a pensar un poco, "¿estará hablando de Osomatsu-niisan?... No lo creo, Choromatsu-niisan y él no son tan unidos...". No había dudas de que a veces Jyushimatsu podía ser una persona seria... Al menos por algunos minutos.

—Choromatsu nii-san...— El de ojos verdes lo miró fijamente al ser llamado con la misma voz seria de antes. Jyushimatsu sabía que el mayor era maduro y podría entenderlo sin juzgarlo, ¿por qué no hablar con él ahora sobre eso?, tal vez así Choromatsu se abriera un poco más y le contaría todo también, además de que quería quitarse esa incómoda sensación de encima. —Hay algo que... — Su frase fue interrumpida a la mitad por Ichimatsu, llegó un tanto molesto y con la misma cara de aburrimiento que tenía diariamente.

—Odio a las personas.— Masculló en voz alta al llegar a su lado, los otros dos lo miraron un poco confundidos, era obvio que él odiaba a las personas, pero si llegaba diciéndolo era porque algo raro había pasado, Jyushimatsu regresó a su sonrisa habitual un poco molesto por dentro con Ichimatsu, había interrumpido un momento importante para él... Pero no importaba, todos, incluso él mismo, sabían que no soportaba estar serio tanto tiempo.

—¡Lo sabemos, Ichimatsu-niisan!— Gritó Jyushimatsu atrayendo la atención del chico de morado, éste lo miró con un poco de rabia y comenzó a perseguirlo, obviamente el de ojos amarillos se reía como loco, mientras "escapaba" de su "perseguidor", Choromatsu se rio por fin al verlos jugar nuevamente. Jyushimatsu volvió a acercársele, deteniéndose rápidamente para que Ichimatsu no lo atrapara. —Hablamos después, Choromatsu-niisan— El mencionado asintió, viendo cómo su pequeño hermano salía disparado, casi cae cuando Ichi pasó a su lado, pero no le tomó importancia, lo que más le importaba ahora era, ¿de qué querría hablar Jyushimatsu con él?

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Osomatsu dejó de abrazar a Karamatsu con una sonrisa enorme en el rostro, juntó sus frentes y cerró los ojos por un momento, oliéndolo, disfrutando de estar cerca de él, sintiéndose dichoso por ser correspondido y amado de la misma manera, no se lo merecía, no se lo merecía para nada... Pero le gustaba sentir que por un momento se merecía ser amado por una persona como su segundo hermano. Karamatsu le besó la frente con cuidado mientras le acariciaba el cabello color azabache, se puso a pensar un poco en todo lo ocurrido en la mañana, ¿desde cuándo él sentía algo más que un amor de hermanos por Osomatsu?, ¿cuándo fue que se volvió una persona pecadora y enferma para albergar sentimientos incestuosos hacia su hermano mayor?, por dentro se sentía sucio, se sentía culpable, sentía que estaría decepcionando a sus padres y sus demás hermanos... Pero a veces en la vida hay que ser un poco egoístas y esta vez decidió ser feliz antes que ser correcto.

—¿En qué piensas, Kara?— Osomatsu lo miró curioso, se había percatado de la mirada perdida en la nada de Karamatsu, se notaba que algo pasaba por su mente, algo que lo preocupaba y lo notó aún más cuando el de azul no le dirigió la mirada, ni siquiera había articulado un sonido —¿Karamatsu?

—¿Ah?— Apretó un poco los ojos notando que aún abrazaba al mayor en un gesto un tanto posesivo y alarmado. Karamatsu sentía algo, un mal presentimiento que se acercaba y no era sólo su imaginación, pero decidió no preocupar a Osomatsu con sus "rarezas". —Sorry, brother, I'm distracted.— Le dedicó una sonrisa de lado, pero el mayor no se lo creyó para nada, sabía que algo lo tenía molesto y era algo que por alguna razón no quería contarle.

—Oye, ¿qué pasa?, No me gusta verte así, seguro que algo te tiene preocupado y no quieres decirme nada... ¿Por qué?— Karamatsu rio levemente por la preocupación que presentaba el de rojo, podía llegar a ser tan tierno como Jyushimatsu si quería... En parte por eso estaba enamorado de él.

—No, de verdad no es nada, honey... A veces sólo pienso demasiado, but nothing to worry about.— Chasqueó los dedos de una mano y Osomatsu le sonrió con diversión.

—Eres muy doloroso, Cacamatsu.— Colocó una mano en su pecho haciéndose para atrás en un gesto teatral de dolor. —Me dueles con sólo mirarte.— El de azul le sonrió de lado con algo de malicia y se colocó sobre él sosteniéndole las muñecas contra el suelo, Osomatsu se sonrojó y abrió los ojos como platos por ese acto tan espontáneo e inesperado.

—Oh, aniki, seguramente esto te dolerá más.— Olfateó primero su cuello intentando darle cosquilleo, olía a algo delicioso y único. Comenzó a repartir besos húmedos en esa zona de manera delicada, estaba comenzando a sonrojarse demasiado, él no haría este tipo de cosas nunca, pero tenía ganas de hacer algo diferente, algo que su hermano recordara. —Soy muy doloroso.

—Ja... Lo eres, pero no creo que puedas causar más dolor que con tu apariencia.— Karamatsu sonrió con aún más malicia que antes, el mayor lo estaba provocando y eso le gustaba, le gustaba bastante, clavó sus dientes en su cuello de manera un tanto fuerte para poder dejar una marca. Osomatsu se estremeció, arqueó un poco su espalda y apretó los dientes sintiendo algo de dolor, no creía que el segundo fuera capaz de hacer este tipo de cosas, pero le parecía excitante y adictivo a la vez. —Me dueles.— El de rojo no dejaría que el segundo tomara el control, no era su estilo estar abajo, prefería estar encima para oír y ver al contrario gemir su nombre y aferrarse a su espalda pidiendo más.

En un movimiento rápido y algo violento colocó al azul debajo de él, se relamió los labios de forma lujuriosa y sus ojos sólo reflejaban necesidad, necesidad de poseer a su segundo hermano, necesidad por estar dentro suyo, necesidad por darle todo eso que se había imaginado en diversas ocasiones al tocarse mientras pensaba en él de manera perversa e insana. Karamatsu sonrió ampliamente entendiendo aquello que el mayor pensaba, no negaría que estaba nervioso y que probablemente esta no sería una decisión muy buena, pero le interesaba poco, quería hacer feliz a su hermano mayor, quería complacerlo en todo y quería demostrarle el gran amor que le tenía desde hace tiempo.

El azabache besó con hambre al ahora indefenso chico que se encontraba bajo él, explorando cada centímetro de su caliente boca con su lengua, el menor comenzó a buscar la lengua de su hermano para jugar un poco, sabía perfectamente que esa era la debilidad de Osomatsu, una de las pocas que tenía, cuando chocó con ella empezó a moverla de manera lenta y casi desesperante para el mayor. Joder, cuánto estaban excitándose por aquello, sus temperaturas corporales estaban subiendo rápidamente, pero con Todomatsu en casa sería casi imposible hacer algo sin ser escuchados, ¿deberían parar?... Karamatsu liberó sus manos abrazando al mayor por el cuello apegándolo a él, sentía la virilidad ajena contra la suya y la ropa estaba comenzando a estorbarle.

—E-espera.— Osomatsu se separó de mala gana de su hermano con la respiración algo agitada y un pequeño hilo de saliva que se rompió al momento de hablar. —To-Todomatsu está por aquí... Y por mucho que quiera hacerte mío ahora, él nos oirá.— Kara lo besó nuevamente sin hacer caso a lo que acababa de decir el mayor, ¿estaba sordo o que pasa?, por mucho que el de rojo quisiese resistirse le siguió el beso sin protestar.

—Seamos silenciosos entonces.— Susurró sobre los labios del contrario aumentando la lujuria que había en el lugar, Dios, parecía que el de azul de verdad quería esto, incluso más que él y no pudo evitar ponerse aún más duro. Le lamió los labios con fiereza para seguir, desearía no tener que apartarse nunca, bajó las manos al trasero del contrario y lo masajeó al mismo tiempo que volvía a besar sus labios.

Mientras Osomatsu apretaba el trasero del de azul desvió una mano hacia la entrepierna de Karamatsu teniendo cuidado de no lastimarlo, a veces podía llegar a ser muy brusco y lo podría lastimar sin saberlo. No lo hizo de manera afortunada y al segundo parecía gustarle su tacto, se estremeció levemente y soltó un pequeño gemido sintiendo una corriente eléctrica subir por su espina dorsal. No sabía que ser tocado por alguien más que no fuera él mismo se sentía tan increíble, se sentía aún más placentero y se sentía incomparable al ser tocado por la persona que amaba.

El mayor se separó un poco, una sonrisa llena de morbo en su rostro, había dado en el clavo con Karamatsu en ese punto débil que por obvias razones él también tenía. Volvió a atacar sus labios mordiendo su labio inferior con fuerza, sin embargo no la suficiente para causarle una herida, bajó sus pantalones y su ropa interior de manera desesperada y sin pensarlo mucho comenzó a masturbar el miembro del de azul rápidamente, subiendo y bajando de manera ágil su mano, sabía cómo hacerlo y por un momento agradeció ser hombre también, le beneficiaba ser hombre en estos momentos.

—Nh... O-Osomatsu...— Gimió altamente aferrándose al suéter del mayor arqueando su espalda levemente, estaba enloqueciendo y si Osomatsu seguía así terminaría corriéndose antes de lo esperado, tenía mucha resistencia, sí, pero su juicio y autocontrol estaban siendo nublados por la mano de su hermano.

—Aún no te corras.— Gruñó entre dientes sin frenar su mano en ningún momento. Karamatsu asintió aun aferrándose al suéter del de rojo, mordió fuertemente su labio intentando con todas sus fuerzas no correrse todavía, complacería los deseos de su hermano a toda costa. Osomatsu lamió sus labios, las caras desesperadas de su hermano lograban excitarlo de gran sobremanera haciendo que estuviera cada vez más duro si es que era posible. Luego de un rato muy corto se acercó a su oído, su mano moviéndose de forma frenética aún. —Cum for me.—Susurró de manera sensual y el segundo no pudo esperar mucho para correrse con un gemido muy alto, Osomatsu le tapó la boca con miedo mientras miraba alrededor.

—I-I'm sorry, brother, I couldn't help it.— Se disculpó Karamatsu con dificultad, jadeando y soltando pequeños gemidos de vez en cuando, el mayor se rio levemente retirando la mano de la boca de su hermano con cuidado, negó con la cabeza entendiéndolo, seguramente él también habría gemido, bajó la mirada poco a poco y miró su suéter sucio de ese líquido blanco, el segundo se sonrojó a más no poder desviando la mirada hacia otro lado, Osomatsu lo tomó de la barbilla para que lo mirara tomar un poco con sus dedos y posteriormente lamerlo.

—Sabes amargo... Pero muy bien.— Relamió sus labios para recalcar aquello y Karamatsu sonrió ligeramente por el "cumplido". El mayor quitó su propia sudadera y su camiseta quedando desnudo del torso, lo mismo hizo con el de azul dejándolo completamente desnudo, la vergüenza dominaba el cuerpo del aun virgen y poco inocente Karamatsu, estaban por hacerlo y por muy de acuerdo que estuviera sabía que iba a dolerle mucho.

Osomatsu miró la cara de preocupación del segundo y sonrió de lado con un poco de ternura en el acto, intentando transmitirle seguridad y confianza, parecía que lo había logrado ya que Karamatsu se relajó un poco, el de rojo lamió dos de sus dedos para lubricarlos con saliva, mojándolos completamente de ese fluido, el de ojos azules intentó regular su respiración mirando a la cara a su amor. El mayor sacó los dedos que tenía dentro de su boca para dirigirlos con precisión hacia el ano de su hermano, frotó su entrada dándole un pequeño masaje antes de introducir lentamente su dedo índice, poco a poco se adentraba en esa apretada cavidad, sintiendo su dedo caliente y algo húmedo, se sentía tan bien que tuvo que contenerse para no meterlo hasta el fondo.

Por su parte, Karamatsu apretó los pantalones de Osomatsu sintiendo dolor, el tener algo ahí dentro se sentía muy incómodo y raro pero no quería decir nada, quería que el mayor continuara con aquello y lo hiciera suyo en todos los sentidos, soltó un ligero gemido que indicaba dolor, aunque se mordió el labio para evitar que sonara, el mayor lo escuchó, pero en vez de detenerse lo metió otro poco más llegando a meterlo completamente, el segundo no reprimió el gemido de dolor que salió de su boca, no había caso, el primogénito no se detendría por aquello de todas formas.

—Relájate... Si te pones tenso no podré moverme...— Anunció jadeando un poco mirando la cara sonrojada de su hermano menor, el mencionado asintió apretando un poco sus ojos y exhalando lentamente para relajar su cuerpo, parecía haber funcionado ya que no sintió el dedo de Osomatsu tan incómodo ahora, sólo se sentía apenado y bastante vulnerable.

El de ojos rojos comenzó a mover su dedo en el interior del menor de manera lenta y circular, era una sensación bastante agradable, su miembro palpitante necesitaba entrar ya para saciarse y eso lo hizo estar más ansioso, metió otro dedo rápidamente, moviéndolos como tijeras dentro de Karamatsu, éste sólo pudo soltar un gemido muy alto y en ese momento el que los escuchara Todomatsu ya no les importaba, ese sería asunto para preocuparse más tarde. La lujuria en la habitación los había hecho olvidarse de dónde estaban y de las consecuencias que podrían tener. Cuando Karamatsu se acostumbró a la sensación de tener los dedos de su hermano dentro empezó a gemir de placer y mover sus caderas, los finos pero largos dedos de su hermano se sentían increíbles.

—O-Osomatsu... Ngh...— Se aferró con los brazos al cuello de éste para gemirle en el oído y excitarlo aún más, para Osomatsu el controlarse estaba dificultándose, simplemente el oír a Kara gemirle en el oído era tan excitante... Lo estaba enloqueciendo de manera sobrenatural.

—Lo siento, Kara, pero no puedo más.— Musitó el mayor penetrándolo una última vez con sus dedos, Karamatsu se arqueó con un leve gemido sabiendo lo que venía, estaba preparado y a la vez asustado, no sabía que tan doloroso podría ser, pero estaba dispuesto a pasar por ese dolor para hacer feliz a su amado hermano.

El mayor se quitó desesperadamente las prendas que le faltaban, dejando ver su miembro erecto, no podía esperar más, necesitaba entrar en el segundo de sus hermanos. Se posicionó con delicadeza entre las piernas de Karamatsu frotando su miembro en esa parte, él mismo se estaba sintiendo extasiado y cegado por unos momentos estuvo a punto de entrar en el contrario de no ser porque éste le volvió a decir que fuera delicado.

Osomatsu escupió mucho en su mano así como antes ya que no tenía lubricante, ¿la razón?, no sabía que esto podría llegar a pasar con Karamatsu, jamás se imaginó que le correspondería sus sentimientos y se entregaría a él sin rechistar... Definitivamente debió de ser más precavido. Toda la saliva que tenía en su mano se extendió a lo largo de su pene, se sentía mojado y raro, pero suponía que al entrar, esa sensación desaparecería.

Se introdujo lentamente en Karamatsu, lo más lento que su cuerpo le permitió para no hacerle daño, el de ojos azules por su parte comenzó a jadear y a soltar pequeños gritos ahogados por el dolor tan desgarrador que estaba sintiendo en su parte baja, pensó que sería menos doloroso por la penetración de los dedos ajenos anterior y por haber "lubricado", de alguna manera su miembro, fuera como fuera, se sentía horrible y doloroso, como si lo hubieran partido en dos... No sentía nada de placer, lo contrario de Osomatsu, él si estaba deshaciéndose en éxtasis. Miró a su hermano que no estaba disfrutando nada, tenía lágrimas en los ojos y su respiración era increíblemente irregular, como si por pausas se le fuera el aliento, así que dejó su miembro a la mitad, en un intento porque Karamatsu se tranquilizara.

—Calma... Estarás bien, Karamatsu.— Lo reconfortó entrelazando sus dedos con los del azul, dejando un pequeño beso en el dorso de su mano, Karamatsu asintió sin abrir los ojos, sus sollozos parecían que no acabarían nunca y Osomatsu se preocupó, no quería parar, pero aunque tuviese todas las ganas de hundirse en él, intentaría esperar un poco más para evitarle más dolor del que ya tenía al segundo.

Después de algunos minutos el dolor de Karamatsu había bajado un poco, aun dolía, pero era más soportable por lo que le dio permiso a Osomatsu de seguir, el mayor asintió volviendo a empujar su miembro suavemente hasta entrar por completo. Un jadeo escapó de sus labios al ser succionado completamente por el interior del segundo hermano, otra vez había comprobado que su interior era demasiado apretado, a pesar de haberlo preparado, más de lo que imaginaba y se sentía algo incómodo, no podía moverse y eso se debía a que su hermano seguía tenso haciendole pensar que aún le dolía.

El de azul regularizó su respiración para poder relajar un poco sus músculos y al lograrlo su cuerpo nuevamente estaba posado en el suelo, ahora Osomatsu podía moverse si quisiera, miró a su hermanito esperando que le dijera si continuar o no.

—Muévete.— Ordenó el de abajo con la voz un tanto baja, sabía que el mayor quería moverse ya, y aunque él aún no se recuperaba del dolor anterior decidió avanzar y complacer a Osomatsu, a fin de cuentas, él lo amaba y haría todo por ver feliz a su ahora novio. El mayor asintió, comenzando a dar ligeras embestidas, moviéndose lentamente para no causar más dolor, de todas maneras no sabía cuánto tiempo podría mantenerse así, el interior de Karamatsu era extremadamente increíble y tenía tantas ganas de hacerlo más rápido, más fuerte, pero se obligó a calmarse.

Las embestidas aumentaban cada vez más y el dolor del menor desaparecía poco a poco, no por completo, por obvias razones, pero por lo menos se sentía mejor, el placer comenzaba a invadirle de a poco y los gemidos desesperados no tardaron en aparecer llenando la habitación completamente de ellos. Osomatsu había elevado las piernas de Karamatsu para que su miembro entrara más y sentirlo de mejor manera, y así fue, el de azul no dejaba de gemir, gruñir y jadear soltando ligeras lágrimas de placer, un placer inmenso y una sensación de éxtasis lo llenaba, el de ojos rojos estaba a punto de llegar al orgasmo, pero no quería hacerlo sin su lindo hermanito por lo que comenzó a masturbar su virilidad de nuevo, el menor no podía soportar tanto placer junto por lo que, "inconscientemente", aferró sus piernas a la cadera del mayor y sus uñas se enterraron en la espalda ajena, dejándole algunas marcas permanentes, pero... ¿Qué importaba?, esa era parte de la diversión.

—¡Osomatsu!— Gritó Karamatsu al momento de correrse, un grito que si bien no se había escuchado fuera de la casa, dentro sí que se había oído, pero parecía ser que a ninguno de los dos le importó, ya que Osomatsu respondió de la misma manera.

—¡Karamatsu!— Terminó dentro del menor en ese gemido alto que inundó la habitación en su totalidad, quizás hasta la casa. Se dejó caer rendido sobre su amado hermano, jadeando en el oído aun sin salir de él. —Eso... Fue increíble.— Admitió, sonriendo mientras abrazaba a Karamatsu.

—S-sí... Aunque un poco doloroso al principio.— Rio ligeramente con su comentario, acariciando la espalda del primogénito de arriba hacia abajo ya con la respiración un poco más calmada.

—Así como tú.— Soltó un pequeña carcajada a la vez que salía lentamente del contrario, el ano de éste palpitaba y se sentía arder, como si algo lo hubiese raspado, aunque tener algo ahí dentro no era normal y por eso seguramente se había lastimado un poco, pero aún así esto no le importó en lo más mínimo.

Ambos se vistieron en silencio y se miraban de vez en cuando con una sonrisa en sus rostros. Muy raro, ¿no es así?, después de lo que habían hecho, aun tenía el descaro de sonreírse de esa manera tan... Cariñosa y un tanto repulsiva para una persona con el carácter de Ichimatsu.

Una vez terminaron de vestirse salieron de la habitación tomados de la mano, para no quedarse más tiempo en casa decidieron ir al pachinko y distraerse un poco, le gritaron a Todomatsu que volverían pronto y salieron de casa cerrando la puerta.

Todomatsu por su parte estaba escondido cerca de la habitación donde dormían todos, por lo que sus hermanos ni se inmutaron de su presencia cuando salieron, el menor de los seis había escuchado todo, tenía unas ligeras lagrimas saliendo de sus ojos y los pantalones abajo chorreados de semen, ¿por qué estaba mojado con su propio semen?, porque el pequeño amante del rosa estaba completamente perdido por Karamatsu, lo amaba de una manera nada sana y algo penosa ya que este nunca le hizo caso, a pesar de los esfuerzos de Todomatsu, su determinación infinita no logró que su segundo hermano mayor se fijara en él, en cambio estaba feliz con alguien más, alguien que ahora lo había hecho suyo. Le había matado el hecho de haber escuchado a ambos de esa forma tan excitante, de esa manera que en secreto deseaba que Karamatsu lo hiciera con él. Lloró por algunos minutos y como modo para torturarse más a sí mismo se quedó cerca, masturbándose con aquellos gemidos y jadeos que sacaba su amor no correspondido, se había venido un poco antes que ellos y después de eso volvió a llorar levemente suspirando para calmarse.

"¿Por qué Karamatsu nii-san no me ama?" ...

Se cambió por completo de ropa y escondió sus pantalones manchados por ahí para poder lavarlos a solas después, donde nadie preguntara nada, agitó la cabeza y volvió a sonreír de manera fingida para no preocupar a sus tres hermanos mayores que acababan de abrir la puerta con emoción.

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Holaaaaaaaaaaaaaa!!! Vale, este capitulo lo terminé hace... *mira la hora* una hora mas o menos xD lo pensaba subir después, pero mi senpai quería leerlo, así que aquí está :3 espero que les guste el lemmon deforme xD les juro que me costó muchísimo trabajo escribir esto y que quedara decente, Osomatsu es un poco sádico a veces y Karamatsu es bien pasiva (?) por eso me costó un putero balancearlo y que no se viera extraño ;4; espero que no haya quedado tan mal uwu

En serio me duelen las OTP cuando escribo esta vaina :'v pobre Totty, no me bastó con hacer sufrir a Choro (?????)  no sé por qué escribo esto... ah, ya recordé porqué xDDD

Un voto y un comentario se agradece!! Gracias por leer!!

-Izzy~

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