La joven caminaba tranquilamente hacia su clase ya que había llegado treinta minutos antes, como era habitual.

Al llegar a su aula se topó con Huang Minsu, una alumna ejemplar de familia adinerada.

Continuó con su camino hacia su asiento, el día anterior habían anunciado que irían de viaje de la Isla de Jeju.
Seria dentro de tres meses aproximadamente, no le agradaba demasiado la idea, pero a su madre le gustaría menos.Por lo que claramente, iría.¿Cómo?.Eso todavía no lo sabe.

Mientras tanto Minsu no quitó su vista de ella.

La odiaba y admiraba a partes iguales. Porque era increíble, por mucho que no hablará o pareciera desinteresada, siempre estaba atenta todos los detalles.Y lo más importante siempre era la primera en todo.

Pero también la odiaba.
Su madre siempre decía que debía ser como ella, sacar vuenas notas, ser la mejor y mantener un perfil bajo. Por mucho que tuviera buenas calificaciones, nunca fue la primera y eso provocaba que sintiera un odio irracional hacia Seoyeon. Nunca le había hecho nada, cada una vivía su vida. Pero que su madre la compara continuamente. Cuando la de larga cabellera azabache se sentó, suspiro por fin apartando su vista de ella. Concentrandose de nuevo en sus tareas.

Había un silencio total y completo mientras estaban sumergidas en sus propias tareas y problemas. Hasta que en la clase interrumpió un chico de cabello color chocolate con una enorme y adorable sonrisa cuadrada.

—¡Buenos días, noona!—Exclamó entusiasmado el chico mientras se acercaba al escritorio de la ya mencionada.

—¿Noona? Solo soy dos meses, bueno casi tres, mayor que tú, Taehyung—Corrigió la de mejillas adorables levantando la vista. Para después devolver su atención al cuaderno.

—Pues eso, unos meses mayor, noona—Continuo molestándola el menor.

—Ya, Taehyung.Dime para que viniste—Replicó la castaña dejando de prestar atención a su cuaderno.

—Vine a preguntarte si irás al viaje—Contesto mientras a su vez agarraba la silla que de encontraba justo delante del escritorio de Seoyeon, para girarla y quedar cara a cara.

—Claro, soy la delegada además. Me siento en la obligación de ir.

—Y...¿Tu madre te deja ir?—Pregunto alzando una ceja. Él sabe más que nadie que la pelinegra no tiene la mejor relación con su madre ya que la misma le limitaba todo: los amigos, horas con el celular, etc además de que no la deja ir a viajes escolares.

—¿Tu que crees Taehyung?—Replico imitando el gesto de su amigo.

—Eso definitivamente es un no—Dijo tratando de contener una risa.

Los jóvenes continuaron conversando hasta que empezaron a llegar estudiantes a la clase y Taehyung tuvo que ir a su clase, la número cinco.

Continuaban llegando estudiantes a pesar de que la lección empezaría dentro de poco minutos, algunos llegaban corriendo avisando que ya llegaba la profesora.