• CHAPTER 0 : EL ODIO
Ava abrió los ojos de golpe al escuchar los fuertes gritos de su madre. La joven se sentó a medias en la cama y bostezó con sonoridad. No era una novedad el hecho de que su madre gritara a altas horas de la noche, tampoco era inusual escuchar a sus padres discutir día tras día.
Desgraciadamente, Ava estaba tan acostumbrada a esos pleitos que prácticamente ya no le quitaban el sueño ni le alteraban los nervios. Los barones de Virestad siempre peleaban, todos los días, a mañana, tarde y noche. Sin embargo, Ava no entendía porque se mantenían juntos si su matrimonio ya estaba muerto. ¡Oh, era cierto! El dinero; la enorme fortuna de Erik Sparre, último barón de Virestad.
La joven se dejó caer sobre la cama y suspiró mientras miraba fijamente al techo. No tenía porque asustarse con esa discusión, terminaría como todas las demás, con un cheque... una exorbitante suma de dinero a nombre de Filippa Sparre, su madre.
Ava trató de dormir una vez más, pero los gritos y los insultos eran cada vez más subidos de tono, incluso alguien estaba destrozando algunos muebles, pues el estrépito de los objetos al chocar contra la pared rompía la quietud de esa noche. La joven Sparre comenzó a alarmarse, parecía que esta vez, las cosas se estaban saliendo de control y que un cheque no iba a ser suficiente para calmar la ira de la Baronesa.
-¡Carajo! - Murmuró la chica y se levantó de la cama, tomó su bata y salió corriendo de su habitación.
Ava se deslizó como una sombra por los largos corredores de su antiquísima mansión. Trataba de avanzar velozmente y sin hacer ruido para no ser descubierta. La joven se detuvo junto a la escalera al escuchar el terrible grito de su padre, el hombre había sido alcanzado por uno de los objetos que su madre lanzaba con furia.
-Esa mujer debería estar en un psiquiátrico - Comentó Ava y decidió apresurarse mientras pensaba si actuaría de manera correcta al llamar a la policía.
Volvió a detenerse al ver a los hombres que siempre acompañaban a su madre. La Bronesa los llamaba "guardaespaldas". Ava prefería llamarlos sicarios o asesinos; porque eso eran, unos asesinos a sangre fría más fieles que perros guardianes y aún más peligrosos que fieras salvajes. Ava se ocultó de ellos para no ser descubierta ya que parecía que esos hombres podían ver en la oscuridad y su vista atravesaba las paredes.
Unos instantes después, la chica Sparre continuó andando hacia el despacho de su padre. Antes de llegar a este, un gritillo escapó de su garganta, pero rápidamente cubrió su boca con ambas manos. El Barón acababa de lanzar un terrible grito.
-¡Suelta esa arma, Filippa! - Exclamó el hombre - ¿Acaso te volviste loca? ¿Qué es lo que quieres en realidad?
-¡Por favor, queridito! - Dijo la mujer con burla - Tú bien sabes lo que quiero - Dijo mientras amartillaba la pistola - ¡Y me lo vas a dar ahora mismo!
-Es imposible, mujer - Murmuró el Barón, tratando de mantener la calma.
Erik Sparre conocía las intenciones de su esposa, sabía que la Baronesa era una mujer cruel, fría, avariciosa y capaz de hacer hasta lo imposible por conseguir sus objetivos; no le importaba matar o sobornar. Si ella lo quería, lo conseguía. Por desgracia, fue demasiado tarde cuando Erik se dio cuenta de que su amada esposa se casaba con él sólo para tener más dinero y poder.
Filippa Sparre estaba enferma de poder, su padre, un hombre acaudalado la mimó más de la cuenta dándole todo a manos llenas. Pero ella nunca estaba satisfecha y siempre quiso más y más. Cuando su padre le negó el ansiado poder, ella no sintió remordimiento alguno al asesinarlo, asfixiándolo con la almohada. Poco después de haber asesinado a su padre, Filippa se casó con un empresario exitoso, el cual extrañamente murió luego de que los frenos de su auto se dañaran.
Filippa nunca dudó en matar cuando lo consideraba necesario. Siendo un as en los negocios, llevó a pique numerosas empresas, eliminando a cualquiera que considerara un estorbo o una competencia. Nadie podía inculparla ni sospechar de ella, ¿cómo? Si era tan bella, tan noble y generosa... además de ser una excelente actriz.
La mujer no dudó en casarse nuevamente con uno de los hombres más ricos y poderosos de toda Europa; dueño de una de las empresas armamentistas más importante del mundo, así como de varios laboratorios de ciencia y tecnología. Erik Sparre era dueño de una cuantiosa fortuna, pero lo más importante; tenía poder, el ansiado poder que Filippa anhelaba.
-Bien, querido - Continuó Filippa con arrogancia - Ya te he dado demasiado tiempo... además de soportarte a ti y a la estúpida mocosa que tenemos por hija.
Ava suspiró, ya nada le sorprendía; ni siquiera el hecho de saber que su madre no la amaba. Desde niña lo supo, Filippa siempre la rechazó y, cuando perdía la paciencia, la golpeaba. Ava fue criada por una vieja nana; siendo su padre quien le diera amor, comprensión y confianza; es decir, todo lo que su madre le negó. Por ese motivo la chica tenía un fuerte apego emocional con Erik.
La chica miró hacia ambos lados del corredor. Los guaruras de su madre no aparecerían y, lógicamente, los de su padre tampoco, estaba segura que estos estaban también del lado de la mujer. Se acercó lentamente hacia la puerta del despacho y empujó la puerta para poder mirar lo que sucedía dentro de la habitación. Lo que vio no le gustó para nada, Filippa amenazaba a Erik con una pistola y este se encontraba en un rincón de la habitación.
Ava estaba desesperada, deseaba hacer algo para ayudar a su padre y así poder escapar de las garras de Filippa, pero, ¿qué podía hacer? Ella sólo era una tonta jovencita, no podía compararse a su madre, tampoco poseía fuerza o inteligencia... La chica suspiró y miró a su alrededor.
Sin dudarlo, Ava tomó ese viejo libro y lo arrojó hacia su madre, golpeándola en la espalda. Filippa gritó de dolor, además de que había sido tomada por sorpresa. ¡No se lo esperaba!
-¡Padre! - Gritó Ava - ¡Padre, ¿estás bien?!
Ava se arrojó a los brazos de su padre, pero rápidamente lo soltó y lo tomó de la mano, para conducirlo hacia la salida. Sin embargo, el sonido de una detonación la obligó a detenerse, mientras que Erik caía de rodillas junto a su pequeña hija. Filippa no había dudado en disparar, ella tenía un objetivo en mente; hacerse del control de las empresas de su marido, adueñarse de su fortuna y convertirse en una mujer poderosa y muy rica.
-¿Qué hiciste? - Chilló Ava mirando cómo el cuerpo de su padre caía al suelo en medio de un charco de sangre.
Filippa disparó directo al corazón de su marido y el hombre cayó fulminado. Él debía morir para que su esposa pudiera seguir con sus planes. Ahora era el turno de Ava. ¡Esa chiquilla tonta también tenía que morir! Su hija sólo representaba un estorbo para la mujer, jamás debió ceder ante el capricho de Erik, pero sólo de esa forma lograría conservarlo a su lado por algún tiempo. Ahora que el Barón estaba muerto, su hija ya no le servía de nada.
-¡Asesina, asesina! - Gritó la chica, inclinándose para abrazar a su padre.
-¡Por favor, pequeña mía! - Sonrió Filippa - ¡Era necesario!
-Necesario, ¿para qué? - Gritó Ava mientras era presa del llanto - ¿Para qué vuelvas a casarte con otro tipo rico y también lo asesines? - ¡Sí! Ava conocía el secreto de su madre.
Filippa la miró con los ojos entrecerrados y después estalló en carcajadas. La pequeña no era tan tonta como lo aparentaba. De cualquier manera no le servía para nada.
-Yo haré lo que sea necesario para ser feliz - Gritó Filippa - Tú y tu padre sólo me estorbaban, pero Erik tiene algo que yo quiero y que sólo con su muerte podría conseguir - Sonrió con burla - Ahora, mi pequeña, túmbate junto a tu padre y cierra los ojos, porque también lo vas a acompañar al infierno - Murmuró y lanzó una estridente carcajada.
Ava actuó prácticamente sin pensarlo. Junto a ella se encontraba el atizador de la chimenea el cual había caído al fuego. Tal como le había dicho su madre, no debía dudar, tenía que actuar y hacer lo que fuera para sobrevivir. Lo tomó y con un veloz movimiento lo pegó directamente en la cara de su madre.
Filippa rugió de dolor y gritó con fuerza, esa cosa le quemaba la cara y soltó en arma para poder empujar a Ava y así terminar con su vida. Pero Ava se plantó con fuerza en el piso y, aunque Filippa trató de empujarla, no lo consiguió. Presa del dolor que le causaba esa terrible quemadura, Filippa se desvaneció y cayó al piso.
La joven miró con espanto lo que acababa de suceder, pero no había tiempo para lamentarse ni para llorar. Tenía que huir, alejarse de su madre y poder salvar su vida. Como pudo, corrió hacia su habitación para tomar sólo lo necesario y salir de esa horrible casa.
Lo único que podía hacer era alejarse de la Baronesa y perderse. Su madre no iba a volver a saber de ella, nunca conocería su paradero. Huiría a América, ahí vivía el hermano menor de su padre, él la iba a proteger y la ocultaría para siempre de Filippa. Ava estaba segura de que nunca más volvería a encontrarse con esa terrible mujer; sin embargo, la chica podría estar equivocada.
[[ 📰 📸 🎤 ]]
¡Y así es como comenzamos este nuevo Fanfic! Vamos a tener varios villanos en esta historia, pero "La Baronesa" será uno de los más importantes.
Hemos conocido un poco de Ava o Julia Bridge, como la mencionaremos en los próximos capítulos. Ella se ha alejado de su madre y se perderá por algunos años, pero durante este tiempo vivirá muchas aventuras.
¿Qué les pareció este inicio?
Espero lo hayan disfrutado, porque en el próximo capítulo vamos a encontrarnos con Venom y Eddie Brock.
Gracias por su apoyo.
Maria Decapitated
***Por cierto, de momento la historia la estaré actualizando cada dos semanas. Esto porque voy un poco lenta 😁😁😁. Ustedes perdonarán.
Un abrazo, les quiero.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro