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Un hombre bajo seguido de su padre y otros dos.

—Vaya...si que hubo una maldición en tu familia.

—Desgraciadamente ninguno de mis hijos fue digno.

Todos rieron ante sus palabras, el más joven de ellos se acercó a Lisaya, la detallo de pies a cabeza y con una sonrisa dijo—Lastima que ella dejó de ser preciada... hubiera sido una buena esposa —solto mientras tomaba su rostro para verlo de cerca. Era un hombre de cuarenta y tanto años.

Lisaya al sentir se asqueada le escupió logrando quitar esa sonrisa de su rostro —Con ella nos vamos a divertir más —Solto otro viendo la desde lejos.

—Ya hay que prepararlos.

Su padre se alejó hasta las escaleras, sacando de la parte trasera de estás unas cajas bastantes pesadas. Quitó la tap de una dejando ver cadenas grandes casi del tamaño que se ocupa en los grandes barcos para sus anclas.

—Ven aquí preciosa.

—¡No! Dejen la hasta el último.—su padre pidió aún sin verla a los ojos.

Ellos aceptaron y se dirigieron hacia Soobin, quitaron las cadenas de su cuello y lo arrastraron hasta donde su padre estaba, fueron quitando su ropa hasta dejarlo completamente desnudo para después colocarle una bata blanca lo suficientemente grande para cubrir lo . Aún que está parecía de hospital, había algo en ella que lo hacía diferente pues dos puntos marcados se encontraban, uno en la espalda y el otro en su pecho.

Esos puntos eran los decisivos para obtener un cuerpo lobuno y matar a un humano.

Tres de ellos alzaron las cadenas colocandose las en los hombros,rodearon su cadera y las unieron con una pieza de metal, Soobin por lo débil que se encontraba no pudo soportar el peso y cayó hacia atrás .

—Vaya...será una presa fácil.

Lo dejaron ahí y continuaron con el mismo procedimiento está vez con Lisaya, claramente ella al ser mujer está teniendo un trató más sucio.

Ella aguanto las lágrimas, el miedo y dejo ver qué nada de lo que hicieran le afectarían aún si eso era mentira.

Ya cuando ambos estuvieron listos fueron llevados arriba, los dejaron libres en las orillas del bosque, su madre quien los veía con asco fingió una sonrisa para sus invitados —Me alegra que este día haya sucedido al fin. Hemos pasado por muchas cosas, y hoy nuevamente nos reunimos con el mismo objetivo...acabar con todos los malditos lobos.

Ellos festejaban y gritaban de acuerdo con lo que ella decía.

—Ellos...ellos serán nuestros resurgimiento y espero que todos gozen al igual que yo su muerte.

Se fue acercando a ellos deteniéndose un momento para agacharse y tomar un rifle ,desde ese lugar fingió dispararles mientras mostraba una sonrisa sádica.

—Tendran 15 minutos para esconderse...

Se alejó dejando los irse pero era claro que con el peso de las cadenas no podrían ir muy lejos.

Se acercó a Soobin y lo tomo de sus cadenas—Por favor Adhara...sal solo por un momento—La sentía pero era extraño.

Con mucho esfuerzo ella logro arrastrarlos lejos—Soobin—decia agotada ante su esfuerzo —Necesito que hable con tu lobo, pide le que salga.

—No se hacerlo.

—Sabes...solo hazlo.

Sus jadeos iban en aumento. Dejo caer su cuerpo soltando por completo a Soobin y este al igual cayó.

Solo fue cuestión de segundos para cuando sus ojos empezaron a cambiar, un dorado intenso se vio, momentos después un lobo gris apareció, se acercó intimidante hacia Lisaya pero se detuvo, ya las cadenas no apresaban su cuerpo.

—Bien hecho...—el lobo se acercó lentamente hasta ella y con su hocico tomo una de las cadenas mientras una de sus patas pisaba el resto de ellas, tiro con fuerza hasta por fin dejarle un espacio para salir.—Gracias...

Lisaya miro a los alrededores sin saber dónde estaban exactamente —Debes irte...huye lejos de aquí—Pero él no se iba—Hablo en serio. Debes irte, Soobin prometiste escuchar todo lo que te decía.

"Yo no soy Soobin...no te dejare sola, lucharé contigo"