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II

Capítulo II:
Dónde el pasado vuelve a ti o ¿Dónde tú vas al pasado?

“El mejor reencuentro es con la persona de la que no te querías despedir”


Todo había quedado en un silencio entre ambos, el sharingan del masculino seguía activo observando con detenimiento a la femenina a unos metro suyo, la analizaba con aquella mirada tan penetrante que solo un Uchiha podía poseer y eso a ella la ponía nerviosa, nunca en su vida había sentido una mirada tan pesada, eso la ponía muy inquieta, aunque no daba el lujo de demostrarlo.

Tobi: ¿Cuál es el truco? –exclamó

Azumi: No existe tal truco

Tobi: ¡Mientes!, Siempre hay truco, ¿Que es lo que quieres a cambio?

Azumi: Nada, no quiero nada a cambio

Tobi: ¡Deja de mentir maldita sea!

Azumi: ¿Tanto te cuesta creer que no quiero nada a cambio?...Bien, –dijo frustrada– lo pondré como tú quieres, lo único que quiero a cambio...es diversión. Mi vida es monótona, no pasa nada interesante, así que lo único que quiero a cambio...es ser una espectadora de como cambias el futuro de ella

El volvió a analizarla con la mirada y ella aún más frustrada rodó los ojos con un suspiro lleno de exasperación.

Azumi: Escucha, no me importa si aceptas o no, en todo caso si es una negación seguiré buscando quien cambie mi vida monótona, por otro lado, un tal Itachi Uchiha puede ser una buena opción, eh oido que asesino a su clan, ¿Porque si lo amaba tanto lo mató?, Su historia es interesante, pero no tanto como el misterio detrás de ella, y quién sabe, tal vez el si quiere cambiar su pasado, tal vez el quiere salvar a todas aquellas personas importantes en su vida

Dicho esto se encongío de hombros y dió media vuelta para después caminar hacia el bosque, con los ojos entrecerrados, su piel se puso de gallina y al instante una leve sonrisa se apoderó de sus labios.

Tobi: Espera... –hablo demandante

La pelirroja se detuvo, aún observando hacia el bosque con una sonrisa más grande a la anterior, casi como el gato en Alicia en el país de las maravillas, después volteó de tirón todo su cuerpo.

Azumi: ¿Si? –ladeó la cabeza con una ligera sonrisa

Tobi: ¿Que tengo que hacer? –murmuró aún siendo escuchado por ella

La pelirroja se hacerco hasta quedar a medio metro de el, aún con una sonrisita de victoria en su cara.

Azumi: Oh, ¿tu?, Nada –negó levemente– tan solo tienes que prometer 3 –alzó tres dedos– insignificantes cosas y prácticamente sería todo

El azabache se quedó en silencio unos segundos para después asentir.

Azumi: Número 1: No puedes matar a alguien importante, y por importante no me refiero a una Princesa, un Rey o algo por el estilo, me refiero a una persona importante para el futuro, Número 2: No puedes evitar la muerte de una persona importante para el futuro, si es alguien que no lo sea, no me importa lo que pase y Número 3: No puedes decirle a alguien que vienes del futuro, y ninguna persona puede descubrirlo

Tobi: ¿Qué pasa si rompo alguna de esas 3 'reglas'? –se cruza de brazos

Azumi: Te lo voy a plantear de la siguiente manera –su seño se frunció– Tu no quieres romper las reglas o si no me veré en la obligación de traerte de vuelta a nuestro presente...¿Trato? –extendió si mano con una sonrisa

El azabache observó la mano para después suspirar y estrecharla.

Tobi: Trato

¿Que más podría perder?

⬤⬤⬤

Un dolor en la cabeza del azabache lo hizo quejarse, abrió los ojos lentamente observando el cielo, de repente los volvió a cerrar a causa del brillante sol, puso su mano arriba de sus ojos tapando el sol y cuando logro que el dolor de cabeza se quitará se sentó rápidamente observando su mano.

Si mano era más pequeña que antes y su ropa había cambiado, su traje volvía a ser como antes, azul y anaranjado. Rápidamente tocó su frente, ahí estaban sus gafas, de inmediato se levantó, observando su vestimenta, intentando asimilarlo rápidamente.

—· Pareces sorprendido... –hablo una voz a sus espaldas

Este de inmediatos se dió vuelta, detrás de el había una chica pelirroja, con el cabello corto y ondulado, ojos violetas y su ropa parecía un vestido blanco que le llegaba hasta las rodillas y un abrigo sin mangas de color fucsia que le llegaba hasta la mitad del muslo, esto atado con un listón grande y verde a su cintura, botas negras con tacón que le llegaban casi a la rodilla y que le permitían ver sus dedos,aretes grandes con una cuenca morada y un arco en su hombro derecho junto con sus flechas en su espalda.

El no lo admitiría pero, en el pasado y en el futuro, ella era una mujer hermosa, y los años tan solo la hicieron madurar.

Obito: ¿Que haces tu aquí? –cuestiono

Su voz también había cambiado.

Azumi: Te dije que sería una espectadora, además no confío del todo en que respetarás mis condiciones así que vine a cuidar que no rompas el trato

No solo su voz, también la de ella. Era más dulce que antes.

Aquellos pensamientos por parte del ahora pre-adolecente lo desconcertaron y sacudió su cabeza alejando todos esos pensamientos.

Obito: Bien... –rodó los ojos– ¿Dónde estamos?

Azumi: En el campo de entrenamiento 3, en Konoha. Ahora, considero que tú deberías de ir rumbo a la Academia, no queremos que llegues tarde, aunque bueno...eso sería normal ahora ¿No creer?

Obito: ¿La academia ninja? –pregunto confundido

Azumi: –rodó los ojos– pues claro genio, estás a pocos días de graduarte de la academia, pero déjate de tonterías, ¿Es que acaso no quieres verla?

Ahí su cerebro reaccionó y rápidamente corrio rumbo a la academia olvidandose de la pelirroja que había dejado atrás, en su mente solo estaba ella.

Al llegar entro de golpe al salón, asustando a todos y ganándose una reprimenda por parte de su antiguo sensei, pero su mente divagaba, sus ojos solo la veían a ella y sus oídos dejaron de escuchar.

Si cabello castaño y corto, sus ojos color café que desprendían gentileza, sus característicos rectángulos morados en las mejillas y su sonrisa.

Era ella. Se veía tal como la recordaba. El azabache paso saliva y sus mejillas volvieron a sonrojarse como antes. En su ahora futuro cada día temía, temía que cada día pasará y no poder recordar su rostro, el tenía miedo de despertar y su rostro ya no poder recordar en su totalidad..

Pero ahora ahí estaba ella.

A solo unos pasos frente a el.

Sus mejillas sonrojadas y su corazón apunto de salir del pecho lo hacían recordar los viejos tiempos.

—· ¡Obito, ¿Me estás escuchando?!

Obito: Lo siento sensei, no volverá a pasar

—· Ay Obito, tu siempre dices eso –suspiro resignado– vete a sentar

El ahora menor asistió y paso entre los lugares.

Ahí fue cuando lo vio...

A él sentado a un lado de ella.

Eso lo devolvió a la realidad, cambiando su seño a uno serio.













“Que comience la historia...”





CONTINUARA..

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