CAPÍTULO 46
Ti ho trovato
Mascherano.
El poder y el dinero no controlan todo. Soy el hombre más temido de Italia y sin embargo debo hacerme a la idea de que mi enemigo me ha ganado nuevamente.
—Tomamos las medidas de seguridad necesaria señor — se justifica uno de los cabecillas de los Halcones negros— La FEMF supo hacer las cosas, mientras nosotros nos enfrentábamos en una pelea absurda, ellos aprovecharon para tomar ventaja.
—¿Ventaja? Que el ejército secreto que te persigue consiga la información de tus aliados e importantes socios ¿Le llamas ventaja?
Guarda silencio.
—Nos pusieron el pie en el cuello — recorro el puro con la nariz— Sin socios ni compradores se nos debilitan las fuerzas.
La puerta del despacho se abre de par en par dándole paso a Isabel que entra escoltada por dos hombres.
—Capturaron a Leandro Bernabé —avisa— El FBI lo atrapo mientras intentaba huir en una de sus avionetas.
—Mátalo —ordeno— No podemos dejar que declare.
—Está siendo trasladado a las prisiones de la FEMF, es imposible matarlo ahí.
—Tarde o temprano tendrá que comparecer ante un tribunal. Es inteligente no va darle declaraciones a la FEMF sabiendo que pueden sentenciarlo a muerte.
—Dejo que la FEMF entrara a su casa y bebiera vino con él —Brandon mi hermano mayor se une a la reunión— Tienes una idea errada de la inteligencia querido hermano.
—No justifico la torpeza del hombre —habla Isabel— Pero la tuvo difícil lidiando con el coronel de un ejército tan experimentado. Christopher Morgan ha acabado con bandas más peligrosas que la sociedad de Leandro, es un estratega experimentado y siempre va un paso adelante.
—Ese imbécil no es más que un niñato jugando a ser héroe — replica Brandon —De hecho, no sé por qué no está muerto.
—¿Quieres lidiar con la muerte del hijo de un ministro de la FEMF? —interviene Isabel— Casi acaba con nosotros mientras lo buscaba hace unos años. No me quiero imaginar lo que hará si se lo matamos.
—Por culpa de ese traidor Emili está muerta, ya era para que hubiésemos cobrado venganza. ¡Tú más que nadie Antoni!
—No es momento para venganzas —me defiendo— Es momento de contraatacar. Necesitamos armas y gente que se nos una para recuperar el control.
—Bernardo y Alejandro siguen en cautiverio, es tu deber sacarlos de ahí, si los extraditan los perderemos para siempre.
—Todo a su debido tiempo querido hermano. Confórmate con saber que no estarán ahí por mucho tiempo.
—Los Halcones están a la espera de sus órdenes señor —se ofrece el líder de los terroristas.
—Tú y tus hombres son indispensables en este momento. Son un temido grupo terrorista sáquenlo a relucir, necesitamos gente, armas y nuevos aliados.
—Tenemos socios que nos deben viejos favores, señor.
—Es hora de cobrarlos y atacar, el golpe más duro para ellos siempre es la muerte de sus hombres y gente inocente. Por lo tanto, debemos movernos todos al tiempo, así como lo hicieron ellos en su momento. Habla con Samir si es que no la capturaron ya, que planee todos los robos y secuestros que pueda, necesitamos mucho dinero.
—Me pondré en ello enseguida.
—Déjame encabezar esto —se ofrece Brandon— Soy el indicado para conseguir lo que necesitamos.
—Arma la revolución que quieras, siempre y cuando no falles como Alejandro.
—No te fallare, querido hermano.
Se marcha.
Isabel se queda, saca una memoria del bolsillo de su abrigo y la desliza sobre mi mesa.
—Fuera —le ordenó a los hombres que la acompañan.
Introduzco el dispositivo en mi laptop.
—La zorra que casi te mata fue quien ayudó al coronel —sirve dos copas de vino —Si me hubieses dejado matarla no estaría dando dolores de cabeza.
Las cintas de seguridad del hotel Dumart se reproducen en mi pantalla, adelanto lo más que puedo para ver lo que quiero.
A ella bajando de una limusina pegada al brazo de Christopher. No menos hermosa que antes, pasó los dedos por la pantalla, dibujó el contorno de su rostro.
—Tengo información interesante sobre ella.
—¿Crees que conseguir información compensa el que no esté aquí?
—Hago lo que puedo, cariño.
—¡Habla!
—Se va a casar y tiene un amante — se burla a mi espalda —El capitán Bratt Lewis es el oficial—arroja una foto de un hombre sobre mi mesa— Uno de los capitanes más condecorados de la unidad. Toda una perla en medio del miadero que quieres armar, no solo es el novio de la zorra, sino que también es el mejor amigo y cuñado del coronel. Me puse en la tarea de investigarlo y descubrí que estuvo al lado de Alex Morgan en la búsqueda de su hijo, también fue el infiltrado que arrasó con los Halcones en Múnich.
—Dijiste que lo engañaba —la veo pasearse por la pantalla en su traje de gala, sonriendo y hablando de forma natural, cualquiera puede pensar que es una oveja inofensiva.
—Oíste bien querido —bebe un sorbo de su copa—¿Adivina quién es el otro?
Se presentan con Leandro, la segunda mujer que los acompaña se aferra al brazo de Christopher, le coquetea con descaro pasándole las manos por el rostro y el cuello. Rachel se mueve incomoda, le lanza miradas de odio a su compañera e intenta adelantarse, pero él no la deja ir.
La toma de la cintura demostrando quien es el que manda.
Veo el resto de la cinta con total concentración, detallo la actitud de las dos mujeres que se baten en un duelo de miradas incómodas. Apartó la mano de la pantalla, justo cuando ambos se levantan de la mesa y van juntos a la pista de baile.
Me concentro en cada uno de los gestos, en su forma de tomarla como si fuera suya, ella lo idolatra cada vez que lo ve, está enamorada.
—Christopher y su viejo talento de meterse con mujeres que no le pertenecen.
—Lleva seis años con el capitán y le ha montado el cuerno con su amigo la muy cagna —lanza más fotos sobre el escritorio— Fue él quien la sacó de la comisaría el día que casi la atrapamos.
Reviso las fotos, están a las afueras de su edificio besándose y toqueteándose bajo la lluvia.
Me deshago de la pajarita de mi esmoquin y aflojo los botones de mi camisa. La he pensado día y noche. Mi bella Rachel tiene algo de puta después de todo, algo que me va a tocar curarle a las buenas o a las malas.
—El tiempo pasa y aun no cumples con lo que te ordene, ¿Te ha quedado grande traermela?
—Si te conformaras con su cabeza ya la tuvieras. Pero como la quieres viva y ella no es para nada tonta, sabe que le estás respirando en la nuca y está tomando las medidas de seguridad necesaria, mis hombres no han tenido cabida para acercarse, cuando no está encerrada en la central, esta vigilada por un equipo de escoltas.
—No hay excusa que valga para tu ineptitud.
—Su comportamiento me pone a dudar, sabe que la estas persiguiendo y no le ha pedido ayuda a la FEMF, lo lógico es que estuviera exiliada y fuera de la misión.
—Los exilios de la FEMF con llevan a una expulsión que perjudica su carrera, no debe querer que se enteren, lo cual es un punto a nuestro favor que no has sabido aprovechar.
—Llegara el momento querido.
—Debemos jugar bien en el tablero de ajedrez. Con la información conseguida por la FEMF pensaran que estaremos débiles y aprovecharemos eso para fortalecernos. Es hora de ofrecer dinero a cambio de favores, gente que nos informe los próximos planes que tendrán. Gente experimentada, no como los idiotas que contrató Alejandro para conseguir la cabeza del coronel.
—Le advertí que no funcionaría si no lo aprobabas, y no me hizo caso —se abre de piernas sobre mi escritorio mostrándome lo que hay bajo su vestido— Eres un buen estratega, si quieres acabar con la principal cabeza de todo esto, solo tienes que hacer que se maten entre ellos mismos por ella. Si el capitán gana nos desharemos de Christopher y si lo pasa contrario, le daremos gusto a los Halcones entregándole la cabeza del capitán que los engaño.
—No, para Christopher tengo planes muy diferentes.
—Matemos al capitán entonces.
—No me interesa la vida de ese pelele infeliz, suficiente tiene con que el amigo se le esté follando a la novia. Si los Halcones quieren venganza que la consigan ellos mismos.
—Espero que después de que te la cojas, me des el gusto de ver como los doberman se la devoran.
Vuelvo la vista a la pantalla, congelo la imagen cuando se encamina escalera arriba, acerco la imagen deleitándome con el escote de su vestido y labios carnosos. Es hermosa, mi miembro se endurece de solo imaginarme lo mucho que la voy a saborear. Recorreré hasta el último centímetro de su piel y saboreare su forcella hasta cansarme.
—Querido —Isabel busca mi atención— Me darás el gusto de verla morir, ¿Cierto?
Me levanto, hay celos en sus ojos. Celos que siente cada que ve como admiro a una mujer. Pasa la mano por mi pecho bajando a mi entrepierna.
—Nunca me niegas nada.
Quito sus manos.
—¡De rodillas! — le exijo.
Sonríe y obedece.
Quita la correa de mi pantalón libera mi miembro y se lo mete a la boca, Sus labios lo acarician mientras su lengua se mueve en círculos acariciándome el glande, así ha conseguido estar aquí, fornicando con mi padre y luego conmigo.
Tomo su cabeza guiando mi polla hasta el fondo de su garganta, pone las manos sobre mis caderas queriendo controlar los embates, uso mis dos manos ignorando los esfuerzos de su garganta, ruge como si fuera a vomitar. Me empuja cayendo sentada en el piso.
—Que pasa Isabel ¿Tu garganta ya está harta de mamar vergas?
La levanto del piso y la arrojo sobre el escritorio, le bajó las bragas y me preparo para penetrarla.
—No has respondido mi pregunta.
La embisto haciéndola chillar. Así te tendré Rachel James.
Embisto una y otra vez, el sudor me recorre la frente, mi glande palpita de deseo imaginando a mi futura prisionera, quiero tenerla y estar dentro de ella, mis ojos quieren apreciar ese sensual cuerpo, esos senos grandes, rosados y gloriosos.
—La matarás ¿Cierto?
La callo empujando su cara contra el escritorio ¿Como decirle que esta vez no se saldrá con la suya? Vuelvo arremeter contra su culo agarrando sus nalgas con fiereza. No matara a nadie porque Rachel, no es de ella, ni de Bratt Lewis, ni de Christopher Morgan es mía.
════ ⋆★⋆ ════
Cagna: Perra.
Forcella: Entrepierna.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro