CAPÍTULO 28
════ ⋆★⋆ ════
Americana.
Antoni Mascherano.
El mar Mediterráneo resplandece a través de mi ventana. El amanecer de Sicilia es fascinante y, aunque me haya criado aquí, no me canso de admirarlo.
Es una manera de distraerse, de divagar, de tener un poco de paz en un ambiente rodeado de sangre y sed de venganza.
—Señor —mi escolta se asoma en la puerta— Barti está aquí.
Aparto la vista de la ventana preparándome para recibirlo.
—Que siga.
Barti Rosell es ancho y su cabello es blanco como la nieve, lleva años trabajando para mi familia. Es nuestro informador número uno, se encarga de investigar tanto las fortalezas como las debilidades de nuestros enemigos.
—Antoni —inclina la cabeza— Es una dicha volver a saludarte.
—¿Trajiste lo que te pedí? —pregunto sin titubeos.
—Me cortaría una mano si no fuera así— saca un sobre debajo de las solapas de su traje.
Lo invito a que tome asiento mientras rasga el envoltorio extendiendo la información a lo largo de la mesa.
—Rachel James Michel —empieza— Tiene veintidós años, es oriunda de Arizona, Phoenix. Su carrera militar en la FEMF es intachable, considerada uno de los mejores soldados de su tropa. Hija mayor del general Rick James y la ex física de la NASA Luciana Michel. Pertenece al ejército inteligente de Londres, el cual está regido por Christopher Morgan.
Llevo tanto tiempo esperando esto, mi apellido no deja cosas inconclusas y la teniente James tiene asuntos pendientes conmigo.
—La foto que me entregaste para dar con su paradero es muy diferente a su aspecto real. La FEMF hace un muy buen trabajo a la hora de esconder la cara de sus agentes.
No le discuto ya que tiene toda la razón, la mujer de la imagen que tengo entre las manos es muy diferente a la del casino en Moscú.
Es más hermosa, el cabello castaño es en realidad negro como la noche, las facciones de su cara son más redondas y delicadas, los ojos color miel con los que llevo soñando semanas son en verdad azul zafiro... Tenso la mandíbula de solo recordarla. Tan quisquillosa y traicionera, pero a la vez tan bella y sensual.
—Supongo que tienes algún plan para vengarte, por poco te mata.
—Supones bien —no dejo de apreciar la foto.
—A mi parecer, es inútil tocar a su familia a modo de escarmiento. Su padre es alguien que se preocupa mucho por la seguridad, tanto de sus dos hermanas menores como de su madre. El vecindario donde viven, en Phoenix, cuenta con un anillo de seguridad altamente protegido. Sus hijas y su esposa están escoltadas en todo momento. Atacarlos sería difícil y en caso de fallar, enviarás una clara advertencia de lo que quieres hacerle.
— Ella, ¿En qué zona de Londres vive?
—En Belgravia con Luisa Banner, su amiga de la infancia. A diferencia de su padre, es muy descuidada con su seguridad. La única protección que tiene son los centinelas que vigilan su edificio, dicha vigilancia es brindada por parte de la FEMF.
—Debo traerla.
No ojeo los documentos, con la foto me basta, porque si me gustó su falsedad puedo decir que estoy más que encantado con la realidad.
—La tendrás, viva o muerta, pero la tendrás.
—No —replico ante su comentario—La quiero viva, ya que le esperan muchas cosas conmigo.
—Bernardo y Alejandro están presos por su culpa. Si no la matas rápido, Philippe o Brandon tomarán represalias.
—Eso no pasará, porque esta información no se la vas a dar a nadie más.
Sus viejos ojos me miran como solía mirarme Braulio cuando deseaba reprenderme. Me yergo e inmediatamente suaviza los gestos, sabe que por muy viejo y experimentado que sea, en los asuntos Mascherano sigo siendo el que tiene más poder; El que puede degollarlo, abrirle el estómago y darle un festín a mis canes con sus intestinos.
Heredé el poder de mi padre y puedo doblegar Sicilia e Italia si quiero. Puedo incendiar el mundo si se me da la gana por el simple hecho de pertenecer a uno de los clanes más poderosos de la mafia europea.
Isabel Rinaldi entra sin golpear, trae el cabello suelto y un ajustado vestido blanco. Los Rinaldi son una familia con tendencias asesinas e Isabel le hace honor a su apellido siendo la psicópata experimentada que se las apañó para volverse la amante de mi padre.
Duró dos años siendo su cagna, escolta y mano derecha. Cuando Braulio murió, pasó a mis manos y, como la mujerzuela que es, me dedica las mismas atenciones.
Me sonríe mientras se acerca a Barti saludándolo con dos besos en la mejilla.
—Isabel— la mira con auténtico morbo— Hermosa como siempre.
No le contesta, solo mira los papeles de reojo y se larga a fumar un puro al balcón.
—Vete —le ordeno a Barti— Te buscaré cuando sea necesario.
Asiente.
—Estaré al pendiente de tus órdenes.
Me deja solo con la mujer de blanco, Isabel es alta, delgada, con cabello corto y encanto peligroso.
—Escuché —habla desde el umbral— Que tienes información sobre la zorra que capturó a tu primo y a tu hermano.
La ignoro llevándome la foto conmigo, no me interesan los comentarios de Isabel, estoy tan hipnotizado con la americana que solo pienso en mis planes futuros mientras pego la imagen en mi espejo de cuerpo completo.
—No te conviene espiar conversaciones ajenas.
El olor a tabaco inunda el lugar cuando se acerca abrazándome por detrás.
—No lo pude evitar —le sonríe al espejo— Le tengo ganas desde que supe que casi te mata, por eso, quiero cortarle la cabeza y traértela en una bandeja de plata.
Sé que es capaz de hacerlo y lo hará si no le pongo límites.
—La necesito viva.
—Compláceme —su boca recorre mi cuello— Sabes que nunca te decepciono.
—Olvídalo — me enfoco en la foto que le tomaron desprevenida mientras bajaba los escalones de algún almacén.
«Rachel» tiene una chaqueta de cuero blanco y una pashmina del color de sus ojos.
—Por favor —Insiste Isabel.
—Ya dejé que mataras a mi esposa.
—Merecía morir, así como merece morir ella —intenta arrancar la imagen y no se lo permito.
Retrocede ante mi reacción a la vez que me voy contra ella.
—Sabes como soy, así que no me tientes —advierto tomándola del cuello— Si me llego a enterar de que actúas sin mi autorización, seré yo el que te mate.
Toma aire intentando disimular la ira, se zafa de mi agarre encaminándose a la puerta.
Vuelvo al espejo apreciando a la mujer de ojos celestes. Detallo su rostro e imagino todo lo que haremos, en cómo me voy a deleitar disfrutando la ola de sangre que desata la venganza.
Ya me estoy viendo frente a ella, admirándola en vivo y en directo «Que pesar» Londres se acaba de convertir en mi lugar favorito.
════ ⋆★⋆ ════
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro