Anoche tuve un sueño extraño. Caminaba por un campo lleno de flores blancas, el viento hacía volar sus pétalos y desordenaban mi cabello en el proceso, creando un torbellino de colores diversos frente a mis ojos. Dentro de ese hermoso caos pude ver una silueta a la distancia que me miraba fijamente. Intenté abrirme paso por el torbellino hasta llegar a ver la silueta por completo, descubriendo que se trataba de Julian y no me miraba a mí, me daba la espalda. Se encontraba parado a la mitad del campo floreado mientras miraba hacia el cielo en completo silencio. Al posar mi mano sobre su hombro, pude ver una sonrisa alegre al girar levemente su rostro y luego, sin previo aviso, me encontraba en el mismo cuarto oscuro en el que vi a Julian durante mi sueño anterior. Solo que, esta vez, estaba completamente silencioso y vacío, excepto por mí. Busqué alrededor y no pude encontrar a nadie, simplemente el silencio siendo interrumpido por el eco de mi propia voz al buscar a Julian. Fue entonces que desperté y me quedé ahí, viendo el techo de mi habitación por quien sabe cuánto tiempo. Lo primero que vino a mi mente al intentar interpretar mi sueño fue una imagen estática de Julian caminando con dolor dentro de sí. Quizá una forma de expresar que no ha sido un camino fácil, pero lo sigue intentando. Quizá me vi a mí misma sola en esa habitación al ayudarlo a salir, pero ¿Entonces por qué yo seguía ahí dentro? Fue entonces que giré mi mirada hacia el reloj en mi buró exactamente a las 12:51 PM ¡Se me hizo tarde para venir al trabajo! Pero esa es una historia que contaré luego, pues ahora Julian me espera fuera de mi despacho.

—Hola, Julian —Digo al abrir la puerta y luego de aclarar mi garganta—

—Doctora, creí que estaba ocupada... La escuché hablando dentro

—¡Oh, no! Simplemente grababa algunas notas de un caso de otro paciente

—Ya veo... ¿Puedo pasar? —Pregunta sin que yo me dé cuenta en ese momento que aún nos encontramos en la puerta—

—¡Ah, sí! Lo siento —Me alejo de la puerta y dejo que el chico tome asiento— ¿Qué tal ha estado tu semana?

—Bastante tranquila, quizá algo aburrida —Asiente, pero parece impaciente por decir algo—

—¿Qué hiciste durante estos días? —Cruzo las piernas para apoyar mi cuaderno en una de ellas al escribir—

—Me di cuenta que no le había comprado ningún regalo a Pan para navidad así que fui de compras y le conseguí una nueva cama —Dice algo alegre, pero sospecho que eso no es lo que quería contarme—

—¡Wow! Imagino que ahora es una gatita muy feliz —Exclamo sonriente y lo miro con calidez— Julian, no puedo evitar pensar en que quieres contarme algo más

—Tal vez soy un poco obvio —Suelta una pequeña risa y se acomoda el cabello— Es solo que... Estoy feliz

—¿A qué se debe tu felicidad? —Ladeo mi cabeza, arreglando mis gafas— No es que esté mal, claro

—Pues... ¿Recuerda el comic que siempre he querido escribir? —Se inclina un poco hacia el frente, sonriendo con alegría— Hace unos días empecé a hacer algunos bocetos y a escribir algunos borradores

—¡Excelente, Julian! Me alegro mucho por ti ¿Cómo te está yendo con eso?

—Es difícil, nunca había estructurado la historia de manera tan seria, tampoco había pensado demasiado en el diseño de los personajes —Suspira y recuesta su cabeza en el respaldo del sofá— Debí haber empezado a escribirla cuando se me ocurrió

—¿De qué trata tu historia? Si se puede saber, claro

—Eh... —Se rasca la cabeza, pensando al respecto— Todo esto lo pensé cuando tenía 16 —Ríe un poco, sintiéndose algo apenado— Hay un grupo de piratas que navegan por el mundo en su barco llamado "Morrigan". Ellos buscan detener a una entidad demoníaca que liberaron durante una de sus expediciones —Se levanta de su asiento y empieza a hablar con bastante interés al respecto— Jackson, el capitán, guio a su tripulación hacia una isla misteriosa, la cual, todos los piratas sabían que estaba prohibida pues se hablaba de una terrible maldición que yacía en ella. Cuando el equipo del Morrigan irrumpió en la isla y saqueó el tesoro, esta entidad demoníaca comenzó a destruir la isla cercana y luego las islas cercanas a la primera. Así hasta que, Barracuda, un viejo pirata retirado, le cuenta a Jackson acerca de unas gemas antiguas que podrían aprisionar a la entidad de una vez por todas —Asiente orgulloso, viendo levemente hacia arriba—

—Eso suena... Bastante interesante, a decir verdad —Pienso por un momento, considerando honestamente que es una buena idea—

—¿Verdad? Lástima que es lo único que tengo —Suspira desilusionado luego de tomar asiento de nuevo— No sé cuántos personajes habrá en la tripulación, cómo serán ni cómo detendrán al ente... Es más ¡No sé cómo llamar al ente demoníaco! —Cruza los brazos con algo de frustración—

—He trabajado con artistas antes, a la mayoría de ellos les ayuda decir sus ideas en voz alta y contárselas a alguien de confianza para cambiar o complementar elementos en ella —Miro hacia mis notas y luego de regreso a Julian— También puede servir escribir tus ideas de forma desordenada y luego hacer un proceso de eliminación

—Creo que tengo mi libreta por aquí —Se acerca a su maletín y busca un cuaderno para tomar apuntes— Bien... No sé por dónde empezar

—¿Qué tal si tratas de decidir a donde llevar la historia? ¿Qué pasará cuando el capitán Jackson se encuentre cara a cara frente al demonio que liberó? —Intento ayudarlo mientras tomo mis propios apuntes—

—Pues... Jackson primero se sentirá aterrado ante la inmensidad del ente y el caos que ha dejado a su paso —Lo escribe mientras se queda en silencio por un momento— Si tomamos en cuenta todo lo que ha hecho, el demonio parece invencible, casi como si fuera una fuerza inamovible...

—Pero no lo es ¿Verdad? El otro tipo... Uhm... Barracuda le dio la oportunidad a Jackson de vencer al ente de una vez por todas —Noto una leve sonrisa en su rostro antes de seguir escribiendo—

—Sí, Jackson tiene una oportunidad. Sin embargo, no solo depende de las gemas, depende de la habilidad del capitán con ellas, su fuerza de voluntad y su persistencia para derrotar a lo que su ambición liberó —Toma apuntes de forma más enérgica como si estuviera teniendo una revelación—

—Aunque, bien, el final es importante en una historia, Jackson no viajó solo durante esta aventura ¿Cómo es su tripulación? ¿Qué le aportan, no solo a la historia, sino a la vida de Jackson?

—Ellos no son solo una tripulación, son sus mayores amigos y compañeros de aventuras. Su capitán no es solo un tipo que les da órdenes, es un hermano, un pilar en la vida de todos y todos son pilares en la vida de él mismo. Se complementan entre sí y se apoyan como si fueran una familia —Dice con una sonrisa nostálgica en su rostro—

—Eres bueno en esto ¿Ya lo habías intentado antes? —Sin querer, parezco sacarlo de su trance—

—Lo he intentado. Hablé de esto con Francis porque pensé que me podría dar algunos buenos nombres, pero al final terminamos hablando de otra cosa —Ríe un poco, no pareciendo molesto por el cambio de tema por parte de su amigo—

—Asumo que hablaron de algo interesante ¿Cierto? —Tomo apuntes acerca de la historia y hago espacio para posibles apuntes con respecto a la conversación que tuvo con su amigo—

—Francis me comentó que empezó a pintar de nuevo —Sonríe con algo de nostalgia nuevamente y deja su cuaderno en la pequeña mesa al lado del sofá— Él no lo hacía desde... Huh, creo que desde la época de la banda... —Ahoga una pequeña risa y suspira profundamente para luego verme directamente— Me dijo que intentó dibujar el logo que dibujé para la banda, pero simplemente no le quedó igual. Según él, tuvo varios errores antes de llegar al producto final, aunque le gustó como quedó —Asiente un poco más seguro y cruza los brazos— Dijo que, aunque es nuevo, mantiene el espíritu del anterior y eso es lo que lo hace especial. Como un nuevo futuro nacido del pasado.

—Parece que no solo tú estás sanando heridas del pasado, Julian

—Sí, creo que nos ha ayudado a todos durante este tiempo. Aunque me gustaría que tuviera el mismo impacto con Emmeline... Es solo que, no lo sé, parece que nunca tiene tiempo para hacer lo que ella quiere —Aparta la mirada, algo preocupado—

—Bueno, quizá lo ves así ahora porque ella está ocupada con la mudanza ¿No crees?

—No no, lo llevo pensando desde hace tiempo. Incluso llevo varias semanas queriendo pasar un día de amigos con ella y siempre parece estar ocupada.

—¿Qué hay de sus pláticas en el café? —Pregunto, intentando hacer que él mismo encuentre una respuesta—

—Eso es diferente —Cruza los brazos y me mira—

—¿Cómo es diferente?

—Cuando estamos en el café, usualmente es para matar el tiempo mientras su novio sale del trabajo y pasa por ella, no es tanto por una convivencia a la que ambos acordamos —Sus dedos se mueven, teniendo de nuevo el tic de darle la vuelta a su cigarrillo invisible— Pero durante nuestra charla de ayer, me tomé la libertad de motivarla a empezar con un proyecto también... O bueno, continuarlo —Aclara mientras relaja los brazos—

—¿Un proyecto? ¿De qué se trata? —Me preparo para tomar notas nuevamente y me rasco la nariz—

—Hace uno o dos años, Emm comenzó a escribir un libro de educación —Se rasca la cabeza intentando recordar— Creo que era un método alternativo para enseñar matemáticas a los niños o algo por el estilo... Es de esas ideas que son confusas cuando son dichas en voz alta, pero ve que son brillantes una vez que el trabajo empieza a crearse

—Ya veo... ¿Qué dijo Emmeline al respecto? ¿Por qué no lo continuó? —Ladeo mi cabeza con interés—

—Si soy honesto, no conozco del todo la razón por la que dejó de escribirlo. Quizá tenga que ver con que ahora está estudiando arquitectura y no educación —Agita su pie, algo incómodo— Emm no se vio muy emocionada cuando le mencioné su libro a medio hacer

—Tal vez no es un buen momento para continuarlo —Agito la cabeza y suspiro— Emmeline debe estar ocupada con la mudanza y el trabajo y todas esas cosas que ya sabes que ella hace

—Lo sé, pero eso no quiere decir que deba abandonar su libro por siempre. Además, siento que, si todos mis amigos están haciendo algo que les gusta, me motiva a hacer lo mismo... Eso es algo egoísta ¿No? —Pregunta con un poco de preocupación—

—Quizá lo sea, pero al final buscas que tus amigos disfruten de lo que están haciendo tanto como tú, incluso si lo haces para sentirte más motivado.

—Entonces supongo que seguiré insistiéndoles —Ríe y toma su celular para ver la hora— ¡Carajo, olvidé que tenía que ir por el paquete!

—¿Todo bien? —Pregunto algo confundida—

—Sí, no es nada, solo encargué comida especial para Pan —Se levanta del sofá, tomando su maletín rápidamente y parece desesperado por llegar a la puerta— Su cumpleaños será pronto y olvidé que tengo que ir por su regalo —Sale casi corriendo de mi despacho mientras agita la mano— ¡Nos vemos luego!

—Te deseo suerte, Julian. Espero escuchar buenas noticias la próxima semana —Lo veo alejarse por el corredor mientras me despido también, agitando mi mano—

Noto a Julian mucho más feliz, pero también logré percibir que trata de evitar hablar de algo. Como si quisiera contarme solo las cosas buenas que le pasan en su vida. No lo sé, quizá aún estamos lejos de la última sesión junto a él.

Creí que ya había terminado de grabar todo lo que obtendría del caso de Julian durante esta semana, entonces ocurrió lo siguiente: Cuando estaba trabajando con otro paciente, le pedí que escribiera lo que sentía, entonces tomó una libreta que se encontraba sobre la pequeña mesa al lado del sofá. La vio con curiosidad y preguntó si podía usarla, ahí me di cuenta que era la libreta de Julian, debió haberla olvidado por la prisa que tenía. Le expliqué que le pertenecía a otro paciente y me la entregó. Sería una mentira de mi parte decir que no cautivó mi atención. Quería saber que escribió cuando tuvimos nuestro pequeño momento creativo, pero no podía hacerlo en ese instante, así que simplemente la guardé en mi escritorio. En el momento en el que Michael, mi otro paciente, abandonó mi despacho, las hojas del cuaderno de Julian se deslizaron por mis dedos mientras mis ojos buscaban atentamente las palabras que el joven anotó en papel. Se imaginarán mi sorpresa cuando, unas páginas antes de los apuntes de hoy encontré lo siguiente:

"Aunque es el segundo día que intento sentarme a escribir, no puedo evitar sentirme de regreso en mi pequeña habitación de cuando era un adolescente. La historia danzando libremente por mi mente, la emoción de crear la historia que siempre he querido ver ilustrada, los nervios de darle vida a una simple hoja de papel, de impregnar mis pensamientos en unos simples trazos de grafito y tinta. Estoy sintiendo muchas cosas ahora, parece que explotaré en cualquier momento, pero... El recuerdo de estos sentimientos viene acompañado de una extraña sensación; un miedo continuo que recorre por mis venas, me paraliza en mi asiento y me hace creer que todo es en vano. El frío que recorre mi espalda me recuerda que la vida no cumplirá mis deseos simplemente por ser yo. Que quizá lo que hago es una completa basura a la que le tengo mucho cariño, que las personas a las que les llegará mi obra no les importará quien soy ni el daño que podría hacer algo tan pobremente estructurado y sumamente simple. Que quizá he idealizado mi historia, que mis obras no son de la calidad que yo asumo que son... Que tal vez no me guste el resultado final y, cuando eso suceda ¿Qué haré?"

Considero que el párrafo resume de gran manera los sentimientos de Julian. Puedo entenderlo, pero no logro saber su razón para ocultarme estos sentimientos. Parece como si quisiera ignorarlos o restarles importancia. Lo que Julian ignora es que el arte, como muchas otras cosas, dependen totalmente de sus sentimientos, son el reflejo del alma del autor y no debería dejar que el miedo consuma esos sentimientos. La incertidumbre puede ser cruel muchas veces. Creo que ahora entiendo que su sonrisa es una forma de ocultar sus verdaderos sentimientos, que las palabras lindas representan los pétalos intentando darle belleza al completo desastre que es la vida, sin embargo, a través de ellos siempre se puede ver la realidad o, al menos, una versión de ella. Debo hablar de estos temas con él.