El Diario de Natalie
—Diciembre 01
Llevo ya varios años trabajando con la doctora Sazo. Recuerdo que, en una ocasión, mencionó que le serviría llevar un registro más detallado sobre sus pacientes. Nunca supe a que se refería con claridad, pero asumo que se refería a ver el avance más sistemático de las personas que entran y salen del consultorio.
Justo hace una semana, un joven pelilargo de apariencia desaliñada pidió agendar una cita con la doctora. Consideré que sería la ocasión perfecta para empezar con este experimento y comprobar que es lo que la doctora quiere en realidad. Así que aquí estoy, esperando que el tipo entre por la puerta y deba prestarle atención a su ropa o algo...
Ya pasaron unos minutos desde que ese tipo entró al consultorio de la doctora. Me parece un tipo altanero, maleducado y descortés. Me saludó de forma seca, parece no importarle lo más mínimo el estar aquí. En cuanto salga esperaré que haga el pago y se largue de una vez.
Vaya, una vez que los tipos pagan, parecen irse más tranquilos. Que ironía.
—Diciembre 08
Creí que no volvería a ver a "Julian", pero aquí está de nuevo. Parece más relajado, pero es evidente que detesta estar aquí. Al menos debería fingir sentir frío para no parecer un muerto viviente que entra directo al consultorio sin que nada le importe. Incluso debería al menos fingir amabilidad al hablarme, que sea una recepcionista no quiere decir que deje de ser un humano. No soy la psicóloga aquí, pero estoy segura de que tiene bastantes problemas familiares.
Se largó hace unos minutos, justo como ayer. Pagó con algo de alivio y se fue sin decir nada más. Me pregunto de qué hablará una persona como él en una sesión psicológica. De seguro ni habla.
—Diciembre 15
Creo que empiezo a acostumbrarme a escribir en este cuaderno.
Sé que la doctora mencionó que debería tomar notas sobre sus pacientes, pero no pude evitar notar una pizca de nerviosismo en ella hoy. Parecía distraída y pensativa. Creo que ni siquiera me vio al entrar al edificio. Sabía que debí tomar más leche cuando era niña para crecer un poco más. No importa, solo sé que el tipo entró de nuevo, aunque al menos ahora tuvo la decencia de saludarme como a un ser humano.
El sol ni siquiera había empezado a ocultarse y el paciente salió del consultorio. Parece un poco pensativo... ¿Qué les pasa a todos hoy? No pude evitar preguntarle si estaba todo bien, pero simplemente asintió e hizo el pago como todas las semanas. Aunque esta vez sonrió antes de pagar.
—Diciembre 22
Wow, en verdad creí que me darían un descanso alargado sabiendo que navidad está tan cerca, pero, al parecer, "la mente nunca descansa". La doctora tiene una habilidad única para crear refranes en los momentos menos apropiados. Solo espero que nadie quiera venir hoy por motivos festivos. Amén.
No sé ni para qué hablé. Julian fue el único en venir hoy ¿Qué no tiene nada mejor que hacer? Estaba tan cerca de salir temprano... Haz ejercicio, mira una serie, evita drogarte o algo ¡Pero alíviate rápido y déjame ir! Ni siquiera se tomó la molestia de saludarme hoy. Maldito bipolar. Ahora tengo que contar los minutos hasta que salga de su sesión.
¡Ah! ¡Ahora sí te despides de mí y sonríes! Paga de una vez y déjame ir a mí también. Espero que la doctora nunca lea esto o estaré despedida antes de que este tipo aprenda a vestirse.
—Diciembre 29
No diré nada.
La doctora decidió comer afuera y eso me dio tiempo para tomar una pequeña siesta. Por suerte, tengo la habilidad de despertar automáticamente antes de que descubran mis siestas. Esperé la mirada normal de la doctora. Algo como que me dijera: Deberías trabajar, para eso te pago, pero, en cambio, la vi algo afectada. Preocupada por algo... Mejor no pregunto y hago mi trabajo.
Esta vez, Julian esperó a que lo acompañara a la puerta. Es raro, nunca se había preocupado por eso, normalmente entra directamente sin preguntar. Parece que interrumpimos a la doctora mientras grababa algo... Quizá es su forma de afrontar su preocupación de esta tarde. Debería intentar hacer lo mismo.
Estoy segura de que escuché gritos y llanto ahí dentro ¿Es el greñudo ese? Lo dudo. Así como dudé por un momento en llamar a la policía, pero evité hacerlo. Cuando terminó la sesión, Julian no me vio a los ojos en ningún momento, simplemente pagó y se fue del lugar. En verdad quería huir de aquí... Espero no verlo hasta el siguiente año jaja
—Enero 05
Julian entró corriendo al edificio. Al principio creí que era porque venía tarde a su cita, pero parece que solo estaba ansioso por algo. Se detuvo un momento a saludar y me pidió que le avisara a la doctora que ya había llegado ¿Por qué de repente sí se comporta como una persona normal? Hice lo que me pidió y se acercó al consultorio como perro corriendo hacia su plato de comida.
Ahora entiendo que el olor tan extraño que proviene de él no es gracias a su colonia barata, el tipo es un fumador. Es asqueroso, pero entiendo que es adictivo. Mientras no pierda su amabilidad, supongo que podría empezar a tolerar un poco de olor a humo frente a mi escritorio.
En verdad no
—Enero 12
Nunca pensé esperar a mi jefa afuera de su propia oficina cerrada. No debí levantarme temprano hoy ¿Debería volver a casa y seguir durmiendo? No... Conociendo mi suerte, en el momento en el que me levante de mi asiento y comience a caminar, ella aparecerá y dirá que hoy no me presenté a trabajar. Maldita vida laboral, al menos no me quita el hambre.
¡Ah, mi bella suerte! Era obvio que me encontraría a la doctora buscándome por los alrededores mientras yo regreso de la tienda de sándwiches. En mi defensa, es hora del almuerzo. Ahora el problema empezará en el momento en que me pida que reorganice a sus clientes y tenga que llamar a toda su lista de contactos uno por uno para avisarles del atraso. Al menos esperaría que ella inventara la excusa para mí, pero parece que confía en mi creatividad.
Nada relevante con el comportamiento de Julian el día de hoy, excepto por el lado de la doctora. Me hizo reorganizar citas con todos excepto con él... Hum... Al menos parece más feliz, pero temo por la salud mental de la doctora ¿Será que le gusta ese tipo?
—Enero 19
La doctora parece zombie. Ahora entiende lo que los universitarios comunes y corrientes sentimos todos los días. Espero que tenga más empatía con mis siestas diarias de ahora en adelante. Creo que es el tercer vaso de café que toma hoy, eso no me parece para nada sano. Pero creo que se aburrió del café desabrido de la oficina así que decidió salir nuevamente... Debería dormir, aunque... Claro, tenía que haber algo que me arruinara mi momento de paz. Dejé entrar a Julian, de todas formas, paga por hora, aunque no esté la doctora. No pienso reducir mi sueldo una vez más.
Parece que la sesión fue un éxito y todos terminamos contentos el día de hoy. Me preparé para ir a casa, pero cuando fui a despedirme de la doctora, la vi dormida en el sofá. Bueno, tendré que cerrar la puerta con seguro antes de irme. Así aprenderá a respetar el sueño ajeno.
—Enero 26
Julian parece molesto hoy. Al menos no es conmigo. Me pregunto la razón... Quizá la doctora lo hace hablar de cosas que no quiere ¿Pero ese no es el punto de la terapia? No lo sé... Yo seré abogada, no psicóloga. Sea lo que sea, espero que la doctora lo pueda solucionar.
Creo que la doctora no lo solucionó. Ahora Julian parece más enojado que antes. También escuché gritos hoy, asumo que eso no es normal tampoco. Pues... ¿Debería preocuparme?
—Febrero 02
Hoy Julian parece estar decidido a hacer algo. Me dio miedo. Creí que en cualquier momento tomaría un arma y acabaría con la doctora, pero no pasó, creo que simplemente se siente decidido a disculparse o algo. No lo sé. Al menos ya no está enojado y tampoco espero escuchar gritos. Por un momento dudé en dejarlo ir solo hacia el consultorio... Quizá sí traía un arma.
Se fue bastante tranquilo. No soy experta, pero creo que es peor que siga regresando a este lugar, parece como si le afectara más de manera negativa que positiva. Date cuenta, amigo.
—Febrero 09
¿Qué pasa con toda esa propaganda últimamente? ¡NO! ¡No quiero comer en ese restaurante! Gracias. Incluso escuché el rumor de que empezarán a poner anuncios más cerca del edificio. Como si no fuera suficiente con inundar todo el centro de la ciudad.
Cuando Julian entró al edificio, me saludó como siempre y me dejó un volante del "Serenade del Paladar". Que gracioso. En el momento en el que se dio la vuelta, lo lancé a la basura. No importa si trabaja para ellos, no guardaré anuncios.
La sesión terminó y noté a Julian un poco decaído ¡Es a lo que me refiero! Parece que la doctora le drena la felicidad o algo, pero ese tipo parece estar cada vez peor. No debería dudar de mi jefa, pero no me deja opción.
—Febrero 16
Definitivamente se está muriendo por dentro. Julian entró como antes, directamente al consultorio, sin saludar ni nada. Como si fuera un cadáver parlanchín ¿Estará bien? Estoy considerando seriamente recomendarle un psicólogo distinto.
No parece que esto esté ayudando, al salir del consultorio parecía estar exactamente igual. Parece más triste que cuando inició con esto...
—Febrero 23
La última hora de mi trabajo fue muy aburrida. Estuve esperando que Julian apareciera por la puerta, pero nunca sucedió. La doctora me preguntaba a cada cinco minutos si no había dejado un mensaje, si no había llamado o algo. Sé que se preocupa por él, pero yo no puedo evitar sentirme feliz de que no haya venido. No solo por mi obvia falta de motivación para trabajar a esta hora, sino porque, quizá, él ya se dio cuenta que no necesita venir a derramar energía una y otra vez todas las semanas. Bien hecho, Julian.
Por un momento pensé que nos quedaríamos toda la noche esperando, pero la doctora me envió a casa... Raro, pero lo acepto sin mucha insistencia. Ahora quien me preocupa es ella ¿Quién le da terapia a quién? Tal vez ya no vaya a necesitar esta libreta nunca más.
—Marzo 01
No debiste regresar. No sé qué hizo la doctora la semana pasada ¡Pero Julian está aquí! ¿Qué carajos hace aquí? Creí que ya había superado lo que sea que debía superar para no volver, pero aquí está. Aunque al menos pienso que está listo para irse, ya no parece tan motivado para seguir con este ir y venir al que lo ha atado la doctora.
Cuando terminó la sesión, nuevamente parece que ha llorado. No pude evitar decirle que estará mejor solo, pero su respuesta me sorprendió: "Lo sé. Creo que ya no necesitaré volver". Al fin se dio cuenta
He dudado por mucho tiempo el destino de esta libreta, pero considero que lo mejor es que la tenga usted, doctora. No como un reclamo, sino como una bitácora de alguien quien vio todo el proceso desde fuera, alguien que no teme recalcarle sus errores y hacerle ver sus carencias. Sé que su intención nunca ha sido herir a las personas. Siempre se puede mejorar y eso lo miro día a día en este trabajo. Quizá no entiendo la psicología o su forma de trabajar, pero hay algo que cualquier persona puede ver fácilmente: Hay un momento en el que los pacientes son más felices que cuando empezaron el proceso. Espero no haberla ofendido.
Con cariño,
Natalie
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