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9

Su abuelo sin preguntar mucho les pone una persona que las cuida a ambas, que pasan como estudiantes y van a sus clases, lo suficientemente cerca para cuidarlas, pero con una distancia para no asfixiarlas. Ellas no se encuentran en espacios comunes aunque al pasar cerca rozan sus manos o se encuentran siempre con Tricia y Atenea presentes, pero jamás ellas a solas.

—¿Quieres quedarte conmigo este fin de semana? Por lo del receso hasta el martes —le dice mientras simula leer un libro mientras Tricia viene con los cafés—, bueno si no tienes nada que hacer y...

—Sí, me encantaría.

Julia sonríe sin levantar la cabeza y debajo de la mesa le roza la pierna con su pie, Emma le devuelve el gesto. Tricia llega a la mesa acompañada de James. Es un chico lindo, bastante amable y sobre todo hace reír bastante a Tricia, su semblante cambia cuándo lo tiene a él cerca, pero aún no la invitado a salir y Julia no es la persona más paciente del mundo.

—Tricia me traerías esos cupcakes que me gustan, por favor —Ella blanquea los ojos pero no se niega, se levanta y los va a comprar—. Escucha James te haré un favor, invita a salir a Tricia, los dos se gustan y esto les está tomando demasiado tiempo, le gustan las rosas amarillas, odia la comida picante, si la llevas a algún lado que no sea a esos puestos callejeros, es delicada del estómago, le gusta comer el postre antes que la comida principal, a veces solo come eso, y tiene un placer culposo con ver películas ñoñas, cursis y demasiado románticas —ella se acerca— ¿Entonces que tienes que rendir?

—¿Qué?

—Rendimos historia del psicoanálisis —responde Tricia detrás de él. Julia lo patea.

—¿Quieres salir conmigo este fin de semana? A comer algo en un restaurant, abrió un nuevo local que vende postres o podríamos ver una película, y te traeré flores.

—Claro —dice ella ruborizada— ¿Te parece el sábado a las 8? Te paso a buscar.

—Sí —dice él con una gran sonrisa.

Emma se ríe, le parece increíble como Julia puede ser tan paciente para algunas cosas y para otras tan impulsiva, pero le gusta esa parte de ella, le gusta mucho ella. Los cuatro conversan amenamente hasta que una presencia parada en la punta de la mesa los interrumpe.

—Hola Juju —Max— ¿Irás a casa este fin de semana? Podríamos irnos juntos en un solo auto.

—No, tengo cosas que hacer.

—Hola Tricia —le sonríe a la castaña a su lado izquierdo— ¿No me vas a presentar con tus otros amigos?

—Máximo —lo mira enojada—, chicos mi hermano Máximo, él es James y ella es Emma. Adiós.

—¿Eres su nueva amiga? Conocí a la otra, la que tiene el nombre de una diosa griega.

—Atenea es mi nombre —le aparece ella detrás y él se tensa—. Te llaman por allá —señala a un grupo de chicas— adiós.

Él sin decir nada más se marcha. Atenea les sonríe a todos y se sienta en la punta entre Tricia y James. Mirá a uno y al otro y se da cuenta de la química entre ellos dos.

—Es linda ¿Verdad? —le pregunta a James— tuve un crush con ella el año pasado —le pellizca la mejilla a Tricia—, es la hetero más firme con la que me he topado.

—Atenea —la llama Tricia en modo de advertencia.

—Tranquila que estoy saliendo con alguien. Pero él tiene que saber, que cualquiera se puede fijar en ti —mira la hora en su reloj—. Me tengo que ir ¿Me acompañas Julia?

—No.

—Que bien, gracias —la toma del brazo y se la lleva a rastras. Lo suficientemente lejos habla—. Ten cuidado con tu hermano, mientras tú mirabas a Emma como idiota, yo lo veía a él como miraba hacía la mesa.

—Mi abuelo nos ha puesto protección.

—Solo ten cuidado Moore.

—¿Cómo vas con Sam? ¿Ya la enredaste en tu cama? —ella sonríe—, supongo que por esa expresión es un gran sí.

—Bueno la hemos pasado muy bien y me gusta mucho —sus ojos verdes brillan—. Aunque hay un pequeño detalle, sus familia —Julia voltea a verla—, digamos que nunca ha sido abierta con su sexualidad.

—¿Y eso no te importa? Es difícil estar con alguien y no poder ser una pareja en público ni con su gente... —piensa en ella y Emma, aunque los de ella es diferente—. Olvida lo que dije, aunque si por mí fuera yo viviría mi relación libre y publica, Emma es una persona que se merece ser presumida, es... fascinante.

—¿Y ya cogieron o piensas hacerla llegar virgen al altar? —muerde una manzana.

—La sutileza no es tu fuerte ¿No? —ella se encoje de hombros—. Quiero que sea especial, ella merece que sea algo memorable.

—Entonces prepara algo memorable Moore, demasiado flexible es al aceptar el modo incógnito de esta relación ¿Vamos por una café? —se estira y tira el corazón de la manzana al basurero—. George me ha dicho que están cordialmente invitadas a su casa, pensaba que podrían ir las 3 y comemos algo —Julia se ríe, ella no se traga eso.

—Se la quieres presentar, pero no quieres que sea algo demasiado formal, cómo ustedes dos para que no se espante, por eso nos llevas en grupo. Diosa olímpica, a mamá mono con bananas verdes no. Iremos —Atenea sonríe—, pero —cantó victoria demasiado pronto— quiero un café decente de la cafetería que está a una hora y me invitas tú ¿Tenemos un trato? —estira la mano y Atenea la toma— genial diosa griega, mañana a las 9 am te espero para ir por mi café.

—Es domingo.

—Un buen día para un café de calidad. Chao.

Espera a Emma al costado de la pista de atletismo en su auto, la castaña sube pero no la saluda con un beso está transpirada y se siente sucia, pero Julia viene juntando las ganas de besarla desde la cafetería, prende al aire acondicionado y cuando la ve lo suficientemente cómoda la toma y la besa de manera hambrienta.

—Hola Emma —se separa de ella y la deja algo agitada, arranca el auto y se coloca sus lentes de sol.

—Hola. No te quería besar porque vengo transpirada y...

—Aja. Mira —le toma la mano y la besa—, asi vengas de un triatlón, llena de barro y pasto, me besas igual cuándo estamos en privado, bastante me tengo que contener en público ¿Estamos claras? —baja sus anteojos y la mira— yo vivo antojada se ti a todas horas Emma. Que no se vuelva a repetir.

—Okay.

—¿Quieres que vamos a almorzar a algo? ¿O vamos a mi departamento y llegas a bañarte?

—Prefiero el baño.

Julia se dirige al su departamento, bajan y la toma en el ascensor, toma su bolso dónde lleva sus cosas y de la mano para entrar finalmente. Va hacía el baño y le llena la tina de agua tibia con una bomba de sales, le deja una toalla limpia y vuelve a la cocina con la camisa arremangado hasta los codos, se ve realmente sexy, Emma traga y aparta la vista, cada vez se le hace más difícil estar cerca de Julia y no tocarla de la manera en la que piensa en ella últimamente.

—¿Qué pasa? —le pregunta la castaña parándose frente a ella.

—Nada, solo pensaba el algunas cosas —intenta apartarse pero Julia la toma de la mano y la frena.

—¿Te molesta que solo podamos ser nosotras en privado? —Emma ni siquiera había pensado en eso, porque las cosas se plantearon claras desde el inicio— Emma, si no te sientes cómoda con esta situación y...

Emma la besa, la besa con demasiada ganas, Julia es cómo un manjar prohibido y lo prohibido para ella se ha vuelto adicción. Logra callarla llevándola hasta una de las paredes dónde la acorrala, una de sus manos bajan a la cintura de Julia y buscan la orilla de su camisa para meterse y tocar su piel.

—No es eso —se separa com dificultad de ella—, eso está bastante claro. Mejor voy a bañarme ¿Pedimos algo de comer? Que no sea comida chatarra.

Julia la sigue viendo con sus ojos brillantes y sus pupilas dilatadas, si la vuelve a besar así una vez más se le v aa olvidar todo y va a tomarla, es demasiado difícil siendo Julia Moore la depredadora que es, contenerse.

—Está bien ve a bañarte y vemos que pedir.

Emma sale y piden de comer, cenan y luego de un rato se acurrucan ambas en el sofa, Julia abajo con la castaña encima, le acaricia el brazo y la mejilla, Emma su el rostro y le besa el mentón, y un beso son varios que le sacan suspiros a Úrsula, voltea el rostro a ver la cara de Emma y la besa trayendola un poco más arriba de ella.

—Por favor para —le pide Julia—, no te das una idea de lo difícil que es contenerme cada vez que te tengo así de cerca —suspira—. Quiero que nuestra primera vez juntas sea algo especial, no eres una calentura del momento, ni un acostón, eres más que eso para mí y quiero que sea algo que recuerdes con cariño —le acomoda el cabello atrás de la oreja. Emma entiende pero frunce el ceño.

—Para mí también es difícil aguantarme Moore, y entiendo que quieres que sea especial, pero siendo contigo lo será, no es necesario que hagas una mega preparación para el momento.

—Está bien. Vamos a acostarnos... para dormir.

Emma suspira y se quita de encima algo molesta, decide emprender camino a la habitación, pero Julia la toma de la mano trayendola hacía ella, se levanta y la besa de nuevo. Pronto se da cuenta de que contenerse sigue siendo difícil, la tensión del cuerpo de Emma desaparece en cuanto Julia baja a besos por su cuello y la pega a ella por la cintura, a Julia le encanta el aroma de Emma, el calor de su cuerpo y antes de siquiera notarlo entran a tropicones a la habitación.

—Si tú quierés, seguimos.

Le dice Julia haciendo uso de los 2grms de voluntad que le quedan en su cuerpo para parar lo suficiente y darle la oportunidad a Emma de poner un freno.

—Sigamos, ya no quiero esperar más.

Emma la trae hacía ella llegando a la orilla de la cama, abre de un tirón la camisa de Julia y besa sentada al borde del colchón su abdomen, sacándole un suspiro a Julia, recorre con la yema de sus dedos el borde del pantalón y lo desprende bajándolo, pero antes de seguir Julia la detiene y la lleva más atrás en la cama para quedar a ahorcada encima de ella. Es así cómo esta noche da comienzo a una serie de encuentros que comenzó entre ellas y será en uno de esos encuentros, de descuido y confianza que el depredador que siempre la ha acechado desde las sombras las descubrirá e irá en contra de Emma, para lastimar a Julia.

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