
8
Mientras Atenea ha llegado a un arreglo con Sam de cuáles son los términos actuales en los que se encuentra, Julia aún a dos semanas no ha vuelto a hablar o acercarse a Emma, no estaba preparada, pero hoy es el día y Tricia le va a ayudar, le dio su llave y el dormitorio libre para que ellas hablen hoy.
Emma entra leyendo unas hojas sin despegarle la vista, deja la mayoría de las cosas en el escritorio de su lado y solo se percata de la presencia de Julia por su perfume.
—¿Qué hacés aquí? —le pregunta sin mirarla, mientras acomoda sus cosas.
—¿Podemos hablar?
—¿De qué exactamente?
—Bueno si me das la oportunidad de explicarte algunas cosas quizás lo sepas —le dice sentada en la orilla de la cama de Tricia— por favor.
Emma se sienta frente a ella en su cama y se pega hacia atrás en la pared, tratando de poner la mayor distancia posible entre ellas.
—Habla.
—Emma —suspira— me gustas, me gusta pasar tiempo contigo —el gesto de la otra mujer se muestra imperturbable— me gusta dormir a tu lado porque me das paz, me gusta verte, escucharte, tu perfume...
—Ya entendí el punto.
—No es seguro que yo te guste Emma o que tengamos algo, o siquiera que estés cerca de mí...
—Sé cuidarme sola y...
—¿Recuerdas las cerraduras del lado de adentro en mí habitación en mi departamento? Sé que las recuerdas, porque te ví, viéndolas, pero no preguntaste -antes de que pregunte o diga algo vuelve a hablar—. Cuándo era joven, tuve un acosador y me hizo daño, pero no solo a mí, sino también a una novia que tuve, por eso no tengo parejas, por eso no me comprometo con nadie —la frena antes de hablar—. No es una excusa, ni es falta de compromiso, lo que más quiero es tener a alguien a mi lado, que no se marche a la mañana siguiente y seamos nada. Esa persona puede no ha sido atrapada y es un riesgo constante Emma ¿Lo entiendes?
—¿Y pasarás tu vida sin estar con alguien por eso? ¿Dejarás que arruine tu vida y tu felicidad?
—Con tal de asegurarme de que nada le pase a mi pareja, sí, claro que tomaré eso, al menos así me aseguro de que no les pase nada.
Emma asiente, se levanta, mira la hora en su teléfono, lo pone en vibrador, le coloca llave a la puerta y se la deja puesta, se para frente a Julia que no se ha movido.
—Ósea que yo en esto no tengo ni voz, ni voto. Levántate —Julia mira hacía el suelo sin hacerle caso, entonces Emma se sienta encima de ella, frente a frente con ambas piernas al costado—, yo sé defenderme, sé que gustas y sé que no voy a irme de tu lado porque un rarito te acosa, porque si estuviera detras de mí, eres el foco de su obsesión y no voy a dejar que nada te pase a ti tampoco. Ahora Moore, no hay muchas opciones, o nos besamos ahora e intentamos algo, aunque sea de puertas para afuera cómo amigas, o me quito quedamos como conocidas que de vez en cuándo se juntaban a dormir y te digo hola y chau.
Julia la mira y duda, la verdad es que Emma le gusta demasiado y es más ha llegado a quererla en estos meses ¿Pero vale la pena el riesgo? Quiere convencerse de que sí, tal vez ahora siendo más grande, teniendo el apoyo de sus abuelos, quizás pueda ser diferente, tal vez esta vez, si pueda estar con alguien. Emma la mira esperando, se va a quitar cuándo Julia la besa, y ella le devuelve el beso, están así un rato, hasta que respirar es necesario.
—¿No tienes problemas en que seamos solo nosotras de puertas adentro?
—No, pero tampoco quiero que sigas tirándote a cuánta mujer u hombre se te atraviese. Somos exclusivas entre nosotras, entonces ¿Estamos saliendo?
—Sí —Julia le sonríe y la vuelve a besar—. Tengamos citas aunque sea en lugares lejos. Solo tengo una condición —Emma la mira esperando saber la petición—, hablaré con mis abuelos para que te pongan a alguien que te cuide ¿Está bien? —mma quiere refutar y Julia le coloca un dedo en los labios haciéndola callar— solo así estaré totalmente tranquila, por favor, ni siquiera notarás que estará ahí.
—Suspira agotada— Está bien. Tengo que ir a una consulta en dos horas ¿Qué te parece si descansas un rato? Te ves agotada.
—Estoy agotada. Tricia volverá en 3 horas, asi que genial, por cierto ¿que sabés de tal James? Fue a una cita con él, pero es mi mejor amiga.
—Buen chico, se han hablado bastante él siempre la acompaña cuándo sale tarde de alguna clase y la invita a comer, con el sueldo que un estudiante puede tener. Trabaja a medio tiempo en una cafetería, siempre le trae su café favorito y a veces cupcakes que le gustan a ella. Eres protectora con ella.
—Es cómo una hermana para mí.
Emma se acuesta en su cama y le extiende los brazos a Julia quién se acuesta a su lado, la acaricia esta vez sin cohibirse de hacerlo o esperando que ella se duerma, la castaña entre sus brazos se acomoda mejor y besa su cuello, mientras que acaricia el costado de su vientre, se siente verdaderamente en casa, esa es la definición exacta, Emma la hace sentir en casa.
—Hay algo más —habla Julia— ni mi hermano o familia puede saber de lo nuestro —intenta justificarse—. Mi hermano mataría al cretino que me acosa y yo no tengo ganas de tenerlo encima cuidandome todo el tiempo, por eso hablaré con mi abuelo para resolver ese tema.
—Está bien Moore, pero prométeme que me dirás si te sientes en peligro y yo voy a llegar a ti.
—Tú también prometelo.
—Lo prometo.
No pasa mucho tiempo que Julia se queda dormida, el cansancio que cargaba se estaba volviendo hasta pesado para su cuerpo. Se despierta con un beso en la frente y siendo llamada de manera suave.
—Me gusta esta nueva manera que tienes de despertarme —la atrae suavemente hacía ella para besarla— ¿Será así siempre?
—Podria ser, si te portas bien. No eres la cretina que todas describen.
—Bueno es que no todas me gustan, cómo me gustas tú.
—Me siento halagada.
—Deberias.
Se levanta un poco y se acomoda casi encima de ella, los besos escalan en intensidad, y de pronto el camino de la boca al cuello se hace corto, el contorno de la mandíbula, es un surco a besos que marca Julia a besos, la respiración de ambas se vuelve un poco más errática, sobre todo cuándo Julia aprieta las nalgas de Emma arrancándole un gemido, y su mano delimita la piel desnuda de su espalda. La cerradura de la puerta hace ruido y Emma se quita rápidamente cayendo de un golpe de cola al suelo.
—Hola —entra Tricia y su amiga aún en la cama la mira mal—, no me hagas esa cara a mí, Moore. Es mi habitación también ¿Qué estaban haciendo o a punto de hacer? —señala a Emma en el suelo.
—Nada —responde Emma buscando la morada de aprobación en Julia.
—Estamos saliendo, así que te tendrás que acostumbrar a verme.
Tricia deja su mochila y apuntes en su escritorio, y se acerca a ella despacio y con cuidado, parándose justo a la orilla de la cama, ayuda a Emma a pararse y luego mira a su mejor amiga.
—¿Podemos hablar afuera? —Julia asiente y la acompaña, alejándose un poco de la puerta— ¿Estás segura de esto? yo quiero que seas feliz, pero siempre has tenido miedo por lo de tu acosador que nunca atraparon.
—Hablaré con mi abuelo para que nos ponga protección, también lo hablé con ella y no tiene problema con que esto sea algo que mantendremos en privado.
—Emma es una buena chica y tú eres mi mejor amiga y te amo Julia, pero sé lo que eres, una mujeriega que se cansa rápido de los compromisos —ella blanquea los ojos—, sino quieres nada a largo plazo estás a tiempo. Por favor no la lastimes.
—Trish es lo que menos quiero. No está en mis planes aburrirme de Emma, sé que es una buena chica. Por cierto —voltea a verla— solo tú, y Atenea lo saben, nadie más puede enterarse.
Tricia asiente y entra dejando a Julia parada afuera de la puerta afirmada en ella pensando otra vez, si está considerando bien esto, sino arriesga a Emma. La puerta se abre la abrazan por atrás y la meten de nuevo a la habitación, besándole el cuello, sacándole una sonrisa, la duda se disipa, ella quiere a Emma y quiere estar con ella.
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