11
—Dejame dormir diosa griega.
—No —le besa el hombro—. Ahora puedo ser más cargosa, porque eres mi novia y tú me lo pediste, así que te aguantas —se acerca más a ella y la abraza por la espalda, encajando su cuerpo con el de la rubia.
—¿Quién diría que la mujeriega y soberbia diosa griega, sería tan cariñosa y atenta? —se da la vuelta para quedar frente a ella y besarla— tengo hambre.
—Ya hice de comer, venía a despertarte. Perezosa.
—Me agotas con las maratones que nos pegamos. Pero me agrada que seas afectuosa, solo conmigo claro está, te veo con otra y te arranco los ovarios. Te recuerdo que estoy estudiando medicina y sé cómo hacerlo.
—¿Amenazas a una diosa? Simple mortal.
Ese comentario hacer reír a la rubia. Se levantan para ir a la cocina tomadas de las manos, pasan demasiado tiempo juntas y más tiempo aún en la cama, no precisamente durmiendo. Atenea sirve la comida y lleva los platos hasta dónde está Sam, besándola antes de sentarse.
—George nos ha invitado a comer a su casa.
—Nos, me suena a multitud ¿Quienes más van?
—Las chicas, Julia, Tricia y Emma. Quiere conocer a mis amigas.
—¿Si sabe que no somos amigas, verdad? Porque me estaría empezando a preocupar tu concepto de amistad, sino. Somos novias Atenea, me parece que lo ideal sería que me presentarás cómo tal.
—Me hizo la invitación antes de que nuestra situación cambiara.
—Organiza entonces una cena para nosotros tres, no lo conoceré por primera vez cómo tu "amiga" o ve con ellas y luego me presentas —pincha el pedazo de carne con fuerza y lo corta con la misma presión, lo que hace que Atenea trague grueso.
—Amor —Sam la mira achicando los ojos y ella sabe que esa forma de llamarla la afloja—, tienes razón. Te presentaré cómo se debe, solo nosotros tres.
—Bien. Por cierto —toma su mano— mi hermano quiere conocerte.
Terminan de comer y organiza la reunión para esa misma tarde, deja a Sam en el departamento que comparte con otras 4 estudiantes y acuerda venir a buscarla para ir a cenar a lo de George, pero algo en Atenea hace bulla, quizás van demasiado rápido, es que la diosa griega no es una persona de relaciones y ahora esto con Sam se siente bien, pero demasiado formal. Se queda mirando por la ventana con el vaso de café en la mano.
—¿Qué te pasa?
—Estoy pensando nada más ¿Crees que voy demasiado rápido con Sam?
—No sé Atenea, eso solo lo sabés tú —le responde Julia—. No somos mujeres de relaciones, quizás por eso se siente raro ¿No te sientes a gusto con eso?
—No es eso, es solo que —se calla—. No importa, olvida lo que dije ¿Qué hay de ti y Emma? —el gesto de Julia cambia y sonríe con felicidad— así de bien van, me alegro por ustedes ¿Bomboncito ya lo sabe? —Tricia.
—Sí, pero ella se enteró primero, así que ni se te ocurra decir lo contrario o haré tu vida miserable, diosa griega —ella ríe—. Hablo en serio.
—Okay, okay.
—¿Qué tal fue la presentación con George?
—Bueno —mira otra vez por la ventana—, creo que no le agrada Sam. Al principio pensé que era una idea mía, pero con ustedes se comportó diferente.
—¿Le preguntaste? —ella asiente.
—Me dijo que necesitabamos conocernos más, una amiga, no es lo mismo que una pareja y lo sé. Quizás si estamos yendo demasiado rápido con Sam —se reclina y termina su café—. Él nunca se ha metido, ni ha opinado sobre la gente de la que me rodeo, pero me doy cuenta cuándo alguien no le cae bien. Claro que no le dije a Sam nada sobre eso, ella piensa que la cena fue un éxito.
—¿Y tú como te sientes con todo eso?
—No he pensado mucho en eso. Sé que no voy a casarme con ella, hay algunas cosas en las que no somos compatibles y cada una tiene un plan diferente a futuro. Mínimo tendríamos que tener alguna meta compartida ¿No crees? —Julia asiente—. Quizás le estoy dando demasiadas vueltas al asunto ¿Cómo te fue a ti conociendo a la familia de Emma? —Julia sonríe.
—Bastante bien, su familia y hermanos son bastante cálidos y enérgicos, serían las palabra que puedo usar. Me recibieron muy bien, pasamos un día muy agradable. Creo que podría ser la indicada.
—Hola.
Aparece Tricia con James a su lado, él la besa y se va, Julia la mira y Atenea hace puchero, mientras ella toma asiento y se acomoda al lado de Julia.
—Me cambiaste bomboncito ¿Así que ahora son novios o salen? —Atenea le guiña un ojo y Julia la patea por debajo de la mesa—. Ay Moore, no seas tan bruta.
—Bueno oficialmente me pidió ser su novia, así que estamos saliendo ¿Cómo te fue con Sam? —Atenea se puso incómoda.
—Bien, pero aunque esté con Sam, siempre tendrás un lugar en mi... corazón Trish —Tricia blanquea los ojos— ¿Julia y tu novia?
—En clases.
—¿Cómo que novia? —Atenea finge nos saber— ¿Desde cuándo?
—10 días —responde Tricia satisfecha—. Me dijo a mi primero, porque soy su mejor amiga. No te enojes diosa griega —le palmea las manos y ella se las toma, Tricia las saca rápido y la diosa se ríe— ¿Comemos algo?
—Claro ¿Qué quiere comer la dulce Tricia?
—¿Me haces lugar a tu lado dulce Atenea? —le susurra Sam al oído y ella se tensa— ¿Te sigue molestando Tricia?
—Cada que puede Sam. Yo que tú le corto un poco más la correa —Atenea abre los ojos grandes.
—¿Qué haré contigo Antonopoulos? —le coloca el cabello atrás de la oreja y le aprieta la mejilla—. Tendré que darte un correctivo en privado, así que después hablaremos tú y yo. Entonces ya que Atenea invita ¿Les parece que vamos a comer a un lugar más decente? —Todas se levantan y la diosa queda sentada con el ceño fruncido— ¿Tienes algo que objetar? —ella niega— entonces andando mi amor —le extiende la mano.
Sam sabe que le gusta molestar a Tricia, pero no deja de molestarle un poco la manera en la que lo hace, porque sabe que ella tuvo un crush con ella y dado la fama de Atenea de mujeriega, desconfía aún un poco de su fidelidad. Le aprieta la mano, Atenea la trae hacía ella y la besa, se quedan un poco atrás.
—Sabes que solo molesto a Tricia.
—Lo sé, pero no deja de molestarme un poco que lo hagas. Soy tu novia Atenea, quizás no sabés cómo comportarte con alguien con quién sales o cuándo estás en un relación, pero te doy un spoiler, coqueteandole a otras aunque solo de mentira, no es la manera adecuada.
Sam se suelta y se adelanta hasta llegar a las chicas, les sonríe cómo si nada hubiera pasado e intenta que el clima no se ponga raro o tenso, mira a su novia pero mantiene una distancia de ella y charla animadamente con las otras dos, Julia comparte una mirada con su amiga quién con mirada compungida solo se encoje de hombros.
—Bueno yo me tengo que ir —dice Sam— me junto a estudiar con mis compañeras para un final.
—Te llevo —dice la diosa olímpica, pero la rubia la toma del hombro y vuelve a sentarla.
—No te hagas problema amor, aparte queda cerca de acá el departamento de una de ellas. Entonces nos vemos —saluda a las amigas y le da un frío beso en la mejilla a su novia.
—Ve por ella o te la hará peor más tarde —le dice Tricia, quién aunque no lo parecía se había dado cuenta de todo hace rato.
Atenea tomó su abrigo y salió apurada trás Sam, la alcanza llegando casi a la esquina, era una clara mentira que se iba a estudiar a la casa de su amiga ya que ni siquiera llevaba apuntes. Atenea la toma de la mano y la rubia a su lado la mira pero no evita el contacto.
—Perdón, tienes razón. Dejaré de hacerlo.
—Bien —le responde cortante—. Atenea si quieres terminar esto para seguir haciendo de las tuyas cómo una mujer soltera lo terminamos ahora.
—No quiero terminar contigo. Me gustas —la rubia suspira.
—Te gusto, pero yo te quiero Atenea. Creo que no vamos en la misma página —se suelta de la mano—. Piensa que quieres hacer y cuándo sepas, me lo comunicas.
Sam se va dejando a la de ojos verdes, viéndola marchar y cómo nunca antes ella ha logrado callarla. La rubia se pierde entre la multitud y toma el transporte público, sin mirar atrás, Atenea la regresa a la cafetería cabizbaja y callada, así de mal le había ido.
—Con que así se mal te fue.
—Me dijo que me quiere —responde Atenea—. Ni siquiera pude responderle.
—¿Y la quierés? —pregunto Tricia calmada.
—Sí, supongo que si.
—Querer a alguien es una certeza o le quierés o no.
—Es que nunca antes me había pasado algo cómo esto, estar en una relación, y con una sola persona por un tiempo. Sí, la quiero.
La verdad es que Sam ha tomado más la iniciativa con respecto a la relación, ella le pidió la exclusividad, ser su novia, le dijo primero que la quiere y será ella quién le proponga casamiento en un futuro, también será la primera en serle infiel y aunque Atenea será quién le pida el divorcio por encontrarla en el meollo del asunto con su terapeuta, será Sam quién no querrá separarse de ella y volver a intentarlo. La verdad es que Atenea aprendió a quererla, a amarla y por eso es que a pesar de morirse de amor por ella se eligió y terminó la relación. La diosa griega puede y es mucha cosas, pero nadie jamás puede decir que esa mujer no amó a sus esposas.
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