Extra
Ahora con un poco más de tiempo con Riley puedo verla y entender como me enamoré de esta mujer amable. Sí, apareció de repente en nuestras vidas, literalmente fue lo menos planeado o previsto, pero ¿Qué no lo fue ese último tiempo? Si de un día para el otro me enteraba de que Luke tenía no una, sino dos mujeres y de una de ellas me terminé enamorando, de la otra me enamoré de manera maternal de su hija.
—Di mom —le dice Riley mientras le da de comer.
—Mo —le dice Auvri sonriendo mostrando sus pequeños dientes.
—Mom —repite ella y Auvri le tira besos, entonces la saca de pronto de la sillita y la apretuja llenándola de besos—, eres la cosita más ricolina de la vida.
—Siempre que le das de comer, demoras una eternidad en terminar —le digo besando a ambas.
—Es culpa de esta cosita hermosa, apretujable, besable y mordible de bebé. Me dan ganas de besuquearla cada vez que me tira besos y me extiende los brazos.
Ahora que por fin podemos estar con ella sin escondernos, sin temer y pudiendo amarla sin tapujos, sé que no nos enamoramos de ella por la manera en como cocina, ya que si fuera por eso es muy buena doctora, pero eso no es problema, Iris es la mejor de las tres en la cocina.
Ya en serio, poder amarla sin ningún obstáculo nos ha dejado ver partes de ella que nos tienen fascinadas y la vemos embobaba como cuando Auvri se cae y ella la cura con sus besos que son la mejor medicina, ver como nuestra hija tiene una especie de adoración y una conexión que no tuvo nunca con Lili, ni siquiera tan fuerte con nosotras.
Riley nos llegó a enamorar de ella no solo por como trata a nuestra hija y a nosotras, sino que también a su propia madre que no importa cuanto la olvidaba cada día o la confundía con alguien más ella jamás perdió la paciencia y dejó de tratarla con genuino amor hasta el final.
—¿Qué pasa? —me pregunta cuando me las quedo mirando.
—Ella te adora, nosotras también —sonríe—, pasas más días aquí que en tu casa —ya sabe por donde voy— ¿Cuándo te podremos tener cada día con nosotras aquí de manera permanente? —vuelve a sentar a Auvri en su sillita.
—Que te parece —ve entrar a Iris y sonríe mientras sigue alimentando a la bebé—, si le ponemos una fecha, mmm —piensa mientras mira a Auvri— te parece a fin de mes. De hecho estoy arreglando algunas cosas con la inmobiliaria sobre mi casa.
—¿Qué hay a fin de mes? —Indaga Iris curiosa.
—Me vengo a vivir con ustedes, acabo de poner una fecha a la oferta que me hicieron hace tiempo.
—¿De... verdad? —Riley asiente e Iris se le abalanza y ambas caen al suelo. Iris la abraza y besa por haberla tirado tan bruscamente y Riley comienza a reír—Me encanta saber que ahora será oficial.
—Me gusta tenerte encima, pero...
—Mom —dice Auveri robándose el momento y las tres la vemos derretidas de amor.
Riley nos enamoró a las tres con su sonrisa, con sus grandes ojos cafés, con su manera de amarnos y ser conciliadora siempre entre nosotras.
Hace un mes que vive oficialmente con nosotras. Ahora acostada a su lado mientras todas estamos desnudas, y ella está boca arriba yo delineo cada línea de su mano con mi índice, mientras Iris tiene la mitad de su cuerpo abrazándola mientras duerme hundiendo su rostro en su cuello. La miro y sonrío ha pasado bastante tiempo desde que estamos con ella, desde la primera vez que la vi y sus ojos me siguen cautivando como el primer día y quizás más ahora que sé con seguridad que lo que siento por ella es amor.
—¿Qué pasa? Hace días que estás pensativa y solo te me quedas viendo.
—Me gusta verte.
—A mí también me gusta verte, pero es como si quisieras decirme algo que no me dices y me está preocupando.
—¿Qué te podría decir que no sepas ya?
—Hay tantas cosas, cariño.
—¿Cómo que te amo? —ella abre los ojos grandes y su boca se abre un poco.
—Te amamos —dice Iris y besa su cuello para verla mientras se restriega los ojos—. Sí, te amamos, ambas —me mira con una sonrisa cómplice que le devuelvo—, no tienes que responder algo, pero es lo que nosotras sentimos. Tengo sed ¿alguien quiere agua?
Intenta levantarse de la cama, pero Riley la toma para abrazarla al igual que a mí y no dice nada solo se aferra a nosotras y sentimos su corazón acelerado.
—Yo también las amo, las amo tanto, desde hace tanto tiempo.
Nos aferramos a ella y al amor que nos tenemos, con fuerza.
5 años después.
—Sí, mami.
Riley y Auveri son muy cómplices, ahora están planeando algo y cuchichean a escondidas cuando creen que no las vemos. Los ojos azules de nuestra niña parecen brillar más cuando ve a Riley y de hecho tengo varios de esos momentos documentados en fotos, si ella no fuera hija de quién sabemos que la tuvo, cualquiera podría decir y de hecho dicen que ellas se parecen llevar la misma sangre, a veces pienso que Auveri nos eligió a nosotras mucho antes de siquiera saber que nos quedaríamos con ella.
—¿Qué traman ustedes dos? —le pregunto a Riley besándola mientras Auvri se va corriendo entre risas.
—Nada, son cosas de madre e hija ¿Dónde está Iris?
—Ya viene subió a ponerse algo más fresco —la abrazo por la cintura y ella envuelve sus brazos al rededor de mi cuello.
—Te amo —me dice y sonrío, entonces siento el clic de una foto y al mirar es nuestra pequeña capturando el momento—. Amor...
—Es más que justo, siempre nos tomas fotos, y hay más de nosotras de las que sales en ella.
—Mamá dice que ya viene.
—Bien —Riley se acerca y le susurra algo al oído, ella sonríe y me da la cámara para irse corriendo—. Vamos que se nos hace tarde —me toma de la mano y salimos.
Riley nos tiene una sorpresa para nuestro aniversario, la seguimos por el terreno de nuestra propiedad y vemos finalmente lo que había estado preparando, sonrío con ganas de llorar. Una vez le dije que uno de mis sueños era fotografiar a Auveri corriendo entre un campo de flores, e Iris sugirió que de se vería hermosa entre flores de diferentes colores, Auveri dijo que le gustaría ver flores naranja que es su color favorito, y ahora frente a nosotras hay un campo de flores, de todos los colores dónde predomina el naranja, el sueño de las tres está combinado en un solo lugar. Al centro hay una plataforma de madera cubierta con un toldo y una alfombra roja en medio.
—Riley —le dice Iris mirándola y ella nos sonríe.
—Sé que no podremos tener una ceremonia, haciendo esto legal y sé que hace un año nos casamos de manera simbólica, pero quiero renovar esos votos, esa promesa cada año, no es porque necesite hacerlo, es porque quiero hacerlo. Así que —se arrodilla frente a nosotras— ¿se casarían conmigo de nuevo?
—Sí —respondemos ambas.
—Los ramos mamás.
Auveri nos da un ramo a cada una y Solange le da uno a Riley, entonces observamos a nuestros amigos y familia hacerse presentes con sombrillas, unas enormes sonrisas. La ceremonia la oficia Astrid vestida con uno de los trajes de Leanne, se formal y a sus mujeres cuando la ven aparecer se les cae la baba.
Volteo a ver a nuestra hija que mira a su mejor amiga a su lado, Solange, observa su mano y con lentitud la toma, su amiguita le sonríe y la agarra fuerte. Astrid suspira y me mira.
—Mi hija es tan lenta como yo lo era.
—¿Eras? —me burlo riendo.
—Vamos a ver cómo te ríes cuando seamos consuegras —mi sonrisa se borra—. Tranquila que si es igual a mí la va a proteger con su vida. Ahora a lo que vinimos —dice antes de que diga algo.
Llegamos a casa y la sorpresa es doble cuando Iris nos anuncia que el test de esta mañana dio positivo y ahora Auveri va a tener el hermanito o hermanita que tanto ha querido y nos había pedido sin cesar casi desde que aprendió ha hablar ya que Solange tiene tres hermanos, cada una de sus mamás le dio un hermanito y ella que también tiene tres mamás está solita.
Hoy en nuestro aniversario, todos nuestros sueños se cumplieron, desde el campo de flores, a la renovación de votos y también a nuestros bebé en camino, nuestra familia crece y nuestro amor también cada día.
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