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35 Llévame a mí

Tres días es el total de lo que llevamos aquí y tres días es lo que llevo viendo sus ojos mirarme con ira y desagrado, no me importa la verdad, porque no van a librarse de mí.

Cada noche la niña ha dormido conmigo, aún no confió en que no intentarán marcharse, pero se la pensarán dos veces antes de irse si no se la pueden llevar.

Verónica fue a hablar con esa maldita de Riley y odie cuando llego un poco feliz por solo verla. Como no confiaba en ella, hice que me mantuviera en una llamada desde que salió de casa, tuve el desagrado de escuchar como le hablaba con amor, como la besaba y cuando volvió como tenía pegado el olor de su asqueroso perfume, por lo que hice que se metiera inmediatamente a bañarse.

—¿Estás contenta por haberla visto? —le pregunto irritada y su semblante cambia— Espero que hayas grabado bien sus facciones, porque esta vez fue la última, nos vamos a marchar lo antes posible, no me importa si Iris puede caminar o no, o si te duele —le digo directamente—. Tengo que salir a ver a Luke, me llevo a Auveri, se quedan aquí y ya saben como tienen que portarse.

—Pero ya le toca la hora de la comida.

—Entonces empácasela, porque no voy a dejar a la niña. 

Subo irritada a cambiarme la ropa y la bajar Auveri y su bolso ya están listos. Me acerco para alzarla aunque chilla y patalea por bajarse, pero la sostengo fuerte. Beso a ambas y salgo para ver a Luke. Mi hermano viene en camino para encargarse de la autora, yo mataré a Luke antes de irme, con el arma que tocó Iris dejándole sus huellas, e implantaré evidencia en su tumba de que ellas lo mataron, si en algún momento intentan escapar o si lo logran, serán acusadas de homicidio y claro que yo ya estaré muy lejos con la mocosa cuando eso pase.

Al llegar al bunker y ver a Luke, respiro al notar que casi no se mueve y su rostro está bastante pálido, luce enfermo y ha comido poco estos días.

—Luke ¿qué tienes?

—¿Qué parece que tiene?  trastornada —me dice la autora desde la habitación de al lado.

—¡Cállate!

—¿O qué? me obligarás a escribirte un final feliz. Maldita loca.

—¿Puedes levantarte, imbécil? —le pregunto a él sobre el suelo, ignorando a la otra, pero niega con la cabeza.

—Ayúdame a subirlo al auto —le digo a ella abriendo la puerta de su habitación y la mocosa comienza a llorar—, mejor ten a la niña —se la dejo y vuelvo para subirlo a él al auto. 

«¡Todo tiene que complicarse justo ahora! seguro es la autora haciendo de las suyas, escribiendo en algún lado». 

Dejo al idiota en el auto, está hirviendo en fiebre y vuelvo por la niña, si la dejo las otras se pondrán insoportables y es probable que se revelen. No escucho ruidos cuando vuelvo y veo a la mocosa dormida en sus brazos mientras la mece ¿acaso a la única que no soporta es a mí? Me acerco y la tomo entre sus brazos.

—Es demasiado linda para ser hija de un monstruo, menos mal que tiene a Verónica, Iris y quizás podría tener a Riley —me dice con una media sonrisa.

—Por tu bien que cuando venga a revisar no encuentre algo sobre lo que hayas escrito o vas a extrañar mucho a tus manitos —su petulancia se borra.

Tomo a la niña y salgo de vuelta a la casa. El mudo deslenguado no puede venir hasta dentro de tres días, así que tendrán que cuidarlo ellas, yo no soporto la suciedad y los gérmenes, ha sido un calvario cambiar a ese mini ser humano que salió de mí, y a veces cuidarlas a ellas enfermas, fue algo desagradable que adorne siendo la dulce y tierna Aurora, pero ahora como Lilith, puedo delegar esa desagradable tarea a otros, como ellas.

—Ven —le digo entrando a la casa a Verónica, ella me recibe a la niña dormida dejándosela a Iris para salir atrás de mí—. Bájalo de mi auto y súbelo a la habitación de invitados, me asquea tocarlo —las ganas de vomitar me invaden cuando comienza a toser—. Agh ¡No tosas en mi auto, maldito imbécil! —se tapa la boca rápidamente—. Sácalo ¡sácalo ahora! —me pongo un poco histérica— Antes de que le meta una bala y termine con esto. Date una ducha antes de bajar.

Ella lo ayuda a bajar y él recarga todo su peso en ella bajando con dificultad, lo mete en la casa y lo sube, luego de un momento baja con el cabello mojado.

—Ve a la farmacia y cómprale algo para la fiebre, la tos y la sucia gripe que carga, también compra barbijos, jabón, shampoo y enjuague, para que se bañe, también un cepillo de dientes y pasta dental, y antitranspirante, apesta —no puedo decirle que igual morirá en tres días y no será necesario, pero quiero que si está cerca mío, esté limpio y no huela a mierda—. Ve —le doy dinero en efectivo y le hago una seña con la mano para que vaya.

Esto vuelve a cambiar mis malditos planes, aviso en la casa a la que iremos, que tengan todo listo pero que vamos a demorarnos un poco más. Lo que ellas no saben de todo lo que Luke estafó, es que ese dinero está muy bien guardado en una cuenta en las islas caimán bajo mi nombre real y que si quiero puedo comprar una puta isla con todo eso, dónde solo ellas y yo viviéramos, de hecho con todo ese dinero, pude traerlo aquí de manera claro que ilegal y muy discretamente cuando encontré a ambos tratando de huir. Aún no entiendo porque ella lo salvó si eventualmente voy a matarlo y quizás también a ella cuando me canse, no pienso conservarla para siempre.

Verónica vuelve con visitas inesperadas y corro escaleras arriba para advertirle a Luke, que no haga ruido y a meterme de nuevo en mi personaje de Aurora. Bajo con estos incomodos antejos que odiaba tener que usar, pero ayudan a darme una apariencia inofensiva, y me dejo el arma atrás en mi espalda, al igual que los cuchillos a mano por si la situación se sale de control, aunque lo dudo porque es Lea quien baja de la camioneta con su hija más chica y... la hija de puta de Riley.

—Hola, pasen —les abro la puerta y entran, Riley ve a Iris con la pierna vendada sobre el sillón y frunce el ceño preocupada—. Amor no me dijiste que vendrías con las visitas, sino hubiera preparado algo.

Le digo tranquila, pero estoy molesta. Verónica no tiene celular, solo se lo dejo usar unas horas al día con el arma en su hombro mientras yo veo supervisando a quien y que responde, pero sabe que no tendría que haberlas traído y menos con Luke en la habitación de arriba y con Iris y su pierna como está. Que por su bien espero que esta otra idiota de Riley no quiera revisar.

—Perdón, amor me quedé sin batería y no pude avisarte —la veo tragar despacio.

—¿Qué te pasó en la pierna? —le pregunta Riley a Iris y por un momento la miro, tomando un cuchillo para partir el budín, ella sabe lo que significa.

—Me caí y me lastimé ayer, pero Aurora me dio los primeros auxilios y estoy bien. 

—Si quieres puedo revisarte, no les cobraré nada.

—¡No! —dicen de manera obvia ambas al mismo tiempo y suspiro, si ellas sospechan, tendré a la policía aquí en un parpadeo— No hace falta, solo que me dolió la caída, estoy bien, no es nada.

Lea deja a su hija en el suelo para que juegue con mi demonio, luego se sienta en el suelo con ellas y Riley a los pies de Iris y sin verlas, sé que la está tocando o acariciando su pierna porque Iris se tensa y luego se relaja al sentir su toque, Verónica viene a la cocina para distraerme, son tan obvias y se creen que yo soy idiota. Cuando ellas van, yo vine, fui y me senté a tomar un café mientras las esperaba.

—Será mejor que vayas a hacer que esa idiota quite las manos de Iris o va a limpiarse el culo con un muñón en vez de manos —Verónica me mira y asiente asustada.

Iris coloca su pierna en la mesa y mantiene una distancia de Riley. No entiendo el descaro de esa tipa para venir a esta casa y en mi presencia tener la desfachatez de tocar a mis mujeres. Si hubiera venido sola tendría una bala en su cabeza ahora mismo y sus sesos serían el arte abstracto regados en la pared del fondo. Imagino y fantaseo con tantas formas de matarla que no puedo elegir una sola, quizás cuando mate a Luke, le haga una visita y la mate a ella, total sé que vive sola, no tiene pareja e hijos y solo está su madre con Alzheimer internada en ese lugar para cuidarla.

Vuelvo al living dejando el plato en la mesa del centro junto a la jarra de jugo sentándome al lado de Iris tomando su mano y entrelazando nuestros dedos, veo el desagrado en el rostro de Riley y Lea ni siquiera está atenta a todo esto.

—Ay, amor que tonta soy —le digo a Verónica— olvide los vasos ¿puedes traerlos, cariño?

—Claro.

—Yo voy por un vaso de agua —dice Riley intentando levantarse, pero la freno.

—No te hagas problema, Vero lo traerá, eres nuestra invitada —Verónica asiente trayendo los vasos y dejando uno con agua frente a esta imbécil.

Riley aprovecha para poner más distancia entre nosotras, Iris quiere quitar su mano pero la aprieto y sobo con fuerza con mi pulgar, entonces desiste a la idea. La conversación entre ambas es casual, pero yo me siento incomoda y nerviosa, tengo al otro arriba y no he subido hemos subido ni una sola vez a verlo y tiene la puerta con llave, de repente lo que tanto temía pasa, escuchamos ruido arriba.

—¿Escuchan? —dice Riley, cierra la boca maldita entrometida.

—Es mi hermano.

—¿Lo tienes encerrado? Porque parece que intenta salir de la habitación y no pude —río para no meterle un bala en la cabeza.

—No, claro que no, subiré a verlo, la cerradura de su habitación suele trabarse —miro a Verónica que entiende que tiene que ir ella.

—Ya voy yo —dice y se levanta para subir ella, luego baja y los ruidos se terminan.

—¿Por qué no baja? —pregunta Riley.

Porque no te putas callas.

—Es muy tímido, aparte llegó hace poco de viaje y nos pidió que lo dejáramos dormir —le respondo tratando de ser amable y que deje de preguntar idioteces, antes que de pierda la paciencia que me queda.

El teléfono de Leanne suena y una de sus esposa le acaba de salvar a la vida a su mujer, su hija y a esa imbécil que las iba a condenar a todas a una muerte prematura.

—Creo que debemos irnos, mis esposas ya están preguntando por nosotras —toma a su hija que quiere seguir jugando con Auveri—, ya nos demoramos demasiado ¿vamos? —le dice a Riley.

Entonces ella algo reticente se levanta para marcharse junto a su amiga, pero antes mira a mis mujeres como diciéndoles que esta es la oportunidad de que digan algo, que la frenen que pidan auxilio, este es el momento y yo solo necesito un motivo, solo uno para matarlas.

—Las acompaño a la puerta —dice rápidamente Verónica.

Ellas se marchan mientras las saluda, cuando voltea a vernos al cerrar la puerta la miro negando.

—Hicieron todo mal, todo. Ella se dio cuenta, tomen sus cosas, tú —señalo a Verónica— ayúdame a cargar todo en el auto, nos vamos ahora mismo.

 —¿Pero y Luke? —pregunta Iris asustada y se tapa el rostro cuando me acerco.

—¡DEJA DE HACER ESO, MALDITA SEA! ¡No voy a golpearte! lo haces ver como si fuera un monstruo que solo sabe pegarte —me aparto de su lado y aparto mi mano—. No hay tiempo para él —sobo mi frente—. Bájalo primero —le pido a Verónica y lo trae—. Sal —le digo a él y miro el arma, si nos atrapan necesitaré cada bala—, tendré que hacer esto a la vieja escuela.

Mientras estoy en el patio con él que me da la espalda mientras camino detrás suyo con una barreta que hice que ambas tocaran mientras la tomo con un trapo, le doy un golpe en las piernas grita y cae de rodillas al suelo.

—¡LILITH, NO LO HAGAS! —sale Verónica gritando e intenta acercarse, pero le apunto con el arma y se frena levantando las manos— Por favor, por favor no lo mates, por favor —se arrodilla.

—¡Levántate maldita sea, deja de humillarte así!

—No, no por favor, no lo hagas —se aferra a mis piernas y yo trato de quitármela de encima, estoy a punto golpearla para que me suelte y habla.

—Llévame a mí.

—¿Qué?

—Que me lleves —dice en un susurro y me mira suplicante—, llévame contigo. Iré a dónde quieras que vaya, me casaré contigo, viviré por y para ti, llévame. Déjalo vivir, deja que Iris se quede solo nos retrasaría y Auveri... siempre te ha molestado tu hija.

 —¿Serías capaz de dejarlas e irte conmigo?

—Sí, solo llévame contigo y desaparezcamos. Seré tuya —me mira con resignación— para siempre si lo dejas vivir y nos largamos ahora, sin ellas.

La observo totalmente en shock, miro a Luke tirado agarrándose las piernas envuelto en posición fetal, miro a la casa ¿puedo irme sin Iris? no ¿o sí? Es tener a Verónica entera o dos personas a medias. Vuelvo a bajar mi mirada y acabo de tomar una decisión, después de todo de lo haga ahora, cambiaré el prólogo y quizás podría cambiar el final, mi final.

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