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Fever

Quiero aclarar que escribo estas cosas cuando voy en el bus camino a la facultad.

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Cuando eran niños y por una cosa u otra se enfermaban, Karamatsu era el de las fiebres altas. Este se ponía rojo como un tomate y su madre se veía obligada a cambiarle la compresa fría de la frente cada dos por tres.

Y ahora que era un "adulto hecho y derecho" aquello no había cambiado.

Era una de las primeras semanas de enero, había una de esas comunes epidemias de gripe y el tiempo parecía primaveral a pesar de ser aun invierno.

-Sigue ardiendo.

Todomatsu deslizó la puerta corredera suavemente hasta cerrarla, se sacó el móvil del bolsillo y se sentó en el suelo cerca de sus hermanos.

Karamatsu había sido el primero en sucumbir a la gripe y aunque era inevitable que en unos días toda la familia hubiese caído le tenían "aislado" en la habitación que compartían, técnicamente los hermanos sanos estaban durmiendo en el salón.

-¿Debería llevarle un extintor?

-Jyushi, creo que con un vaso de agua será suficiente.

Los hermanos se estaban turnando para vigilarle, ninguno tenía demasiadas ganas en realidad de ir a pillar una gripe segura, pero era casi una norma escrita en aquella casa.

"Hoy por ti y mañana por mí"

Era mejor tener a alguien cuidándote que darles la oportunidad de dejarte en la estocada cuándo el siguiente fueses tú.

-Osomatsu, ahora te toca a ti.

El mayor de los Matsuno se esperezo en su sitio mientras se levantaba, gruño algo sobre que "Karamatsu va a tener que llevarme al pachinko cuando este bien" y salió por la puerta para ver a su hermano.

Entró en la habitación, en esta se podía apreciar un ligero cambio de la temperatura. Hacía más calor.

-Adivina quien ha venido a verte.

Osomatsu se sentó con las piernas cruzadas junto a él, le quitó el paño que empezaba a estar caliente y lo remojó en el tazón de agua helada que había junto a su cabeza para volver a colocárselo.

-Creo que voy a morirme.

Y si quizá Osomatsu hubiese sido Ichimatsu en ese momento le hubiese dicho que sí, le hubiese confirmado lo corta que era su esperanza de vida.

Su segundo se veía horrible pero no es que no lo fuese cuando estaba sano.

Quizá ahora estaba un poco más rojo, pero no era para tanto.

-Anda, no digas eso. ¿Quién va a ponerse tus leggins de brillantina si te mueres?

Karamatsu no contestó, de su boca no salió ni "quiero que me enterréis con ellos puestos" ni "ese será mi legado".

Osomatsu se estremeció, era tan extraño ver a aquel idiota fuera de combate que casi le hacía desear que empezara a chapurrear en inglés de un momento a otro.

Un "burazah" estaría bien.

- A ver, ¿qué te duele?

-Todo.

-Específica.

El enfermo tosió tapándose la boca.

-Ugh, es como si me estuviesen pinchando todo el cuerpo y hace calor, demasiado calor.

Osomatsu mira a la ventana que está cerrada a cal y canto tentado a abrirla, su hermano tiene razón con el calor, el mismo puede notarlo pero su madre siempre ha dicho desde que el recuerda que estas cosas "es mejor sudarlas".

Y tampoco cree que un cambio brusco de temperatura vaya a hacerle ningún bien.

-Si para mañana te ha bajado la fiebre abriré la ventana. Además, es mejor que te cures pronto si no quieres que Jyushimatsu practique una de sus técnicas de curación contigo, le he visto muy lanzado a usar un extintor.

Karamatsu suelta un resuello a modo de risa, para y mira a su hermano mayor con los ojos brillantes a punto de llorar.

-Oye, que es broma, no voy a dejar que Jyushi juegue a los médicos con el extintor.

-Voy a morirme.

Y otra vez con esas. Desde que son pequeños Karamatsu siempre ha intentado actuar de forma "fría y guay" frente a sus hermanos menores pero cuando ha estado a solas con Osomatsu ha sido otro cantar. Con él es "un hermano pequeño" no alguien al que dar ejemplo y aunque todos los Matsuno tienen esa extraña gratificación al sentirse apreciados por el mayor en el segundo es donde es más notable.

Quizá sea por la sensación de ser el segundo hermano mayor y casi siempre sentirse como si ni siquiera fuese de la familia.

-No seas dramático ¿A sido Ichi quien te ha dicho eso? ¿Totty?

Nada de eso, hasta ahora aunque sus hermanos se han mostrado reacios entre ellos al entrar en la habitación han puesto otra cara, Choromatsu le leyó durante un rato hasta que se quedó dormido gracias al hilo suave de voz como un murmullo, Todomatsu le trajo una sopa caliente y le ayudo a tomarse sus medicinas, Jyushimatsu estuvo todo el rato hablando de lo que harían cuando se mejorase mientras le abanicaba de forma quizá demasiado enérgica e Ichimatsu no le había obligado a rogar por su atención, simplemente se había sentado junto a él cambiándole la toalla a cada rato, ni siquiera le había insultado.

Si todos sus hermanos se estaban portando tan bien con él era que algo grave pasaba.

-No, todos estáis siendo geniales, así que la única conclusión lógica es que me estoy muriendo.

Osomatsu se llevó una mano a la cara con exasperación, aquel idiota creía que iba a morir por que se estaban portando bien con él. Si bien sabía que la mayoría de las veces le trataban como a la suela de un zapato no era para que pensase así.

Bueno, quizá sí.

Pero ante todo eran hermanos.

-No digas eso, tenemos nuestro momentos, tu solo espera a que nos contagiemos y verás cómo la mitad intentan matarte y la otra herirte de gravedad.

Le acarició el pelo como su madre solía hacer cuando eran pequeños y se sentían mal.

-Simplemente duérmete, verás como así te sientes mejor.

El menor asiente con los ojos ya medio cerrados, pensando que últimamente pasa más tiempo dormido que despierto.

Cuando abre los ojos nota que la habitación está mucho más oscura que antes, siente el cuerpo entumecido y tiene tanto calor que le parece que se va a derretir.

También puede notar que hay una rendija de la ventana abierta que deja que el aire fresco entre y que tiene la camisa del pijama abierta dejándole el pecho al descubierto.

Pero sigue haciendo un calor horrible a pesar de que su manta ya no está y solo le cubre una sábana más bien fina.

No hay nadie más en la habitación, seguramente es bastante tarde y todos están durmiendo abajo.

-¿Deberíamos llamar a un médico?

-Si cuando amanezca sigue sin bajarle la temperatura no quedará otro remedio.

Osomatsu y Choromatsu se encuentran en el pasillo junto a la puerta de la habitación, hablan murmurando para que sus hermano, que duermen abajo, no se despierten.

El mayor de los dos mantiene el gesto calmado y el segundo parece bastante más nervioso.

-Anda, vamos a entrar, quizá podamos hacer algo.

Los dos hermanos entran cruzando la puerta corredera para encontrar que su hermano está despierto, con las manos temblorosas agarrando un vaso de agua.

-¿Soy yo o hace calor aquí?

Osomatsu niega con la cabeza divertido y Choromatsu suspira casi aliviado ante las idioteces de su hermano mayor.

-¿Qué opinas de los baños fríos?

-Que son ideales para el cutis.

Y así es como los mayores de los Matsuno se pasan la madrugada en el baño, vigilando que Karamatsu, que no para de hacer comentarios estúpidos (incoherentes incluso para tratarse de él) se quede dormido y se acabé ahogado en la bañera helada.

Y desde ese mismo baño podemos decir con un alivio que a partir de las 5 de la mañana ya no hacía falta llamar a ningún médico.

También me gustaría contar que el día siguiente Todomatsu se llevó un buen susto cuando descubrió a los subnormales de sus hermanos en el baño, uno metido en la bañera ya sin agua (el tapón debió soltarse en algún momento), otro sentado en la taza del váter en una postura que parecía bastante dolorosa para el cuello y otro tirado en el suelo totalmente empapado.

Y dejemos en esta historia aquí, ya que la semana siguiente los restantes hermanos acabaron en la cama gracias a la gripe y Karamatsu se vio obligado a ser literalmente una sirvienta.

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