Tanto Yaretzi como Pilar se preguntaban,

─¿Qué nos querrá decir, ha de ser referente a su trabajo, sí, eso debe ser, no puede ser otra cosa?

─Cuando estuvieron las tres chicas reunidas, le preguntaron ansiosas a Roció.

─Bien ¿Qué pasa nos tienes en ascuas? ¡Ya habla por favor!

─Tranquilas ya les voy a contar, la camarera les tomo su pedido Roció espero a que la mujer trajera el servicio, no quería ser interrumpida, la mujer volvió con lo que las chicas habían pedido y cuando se retiró Roció les dijo.

─¡¡Me voy a casar!!

─¡QUE! exclamaron al mismo tiempo, Yaretzi y Pilar

─¡Que pedo! ¿Cómo que te vas a casar, ni siquiera sabíamos que tenías novio? ¿Quién es, de donde lo sacaste? Pero cuenta mujer.

─Bueno resulta, que en el restaurante donde estoy trabajando conocí Jean.

─Órale Jean. ¿Pues de donde es tú?

─De Francia, pero tiene algún tiempo viviendo aquí.

─Francés, órale la amiguis ya se hizo internacional.

─Sí me siguen interrumpiendo ya no les cuento.

─Está bien, está bien, cuenta, cuenta.

─Él es uno de los cuatro chefs, del restaurante.

─Órale no es cualquier cocinerillo.

─Resulta que yo trabajo a sus órdenes, empezamos a conocernos, congeniamos, nos gustamos y nos enamoramos.

─Y cuánto tiempo tienes de conocerlo.

─Seis meses, pero de salir juntos tres.

─¡Tres meses y ya te vas a casar!

─Fue amor a primera vista.

─¿Y de casualidad no estas embarazada?

─No, como creen, aunque no lo crean todavía soy virgen.

─Y cuando vamos a conocer al afortunado

─Dentro de un rato va a pasar por mí, antes de que se me olvide aquí tienen su invitación chicas.

─¡No inventes, te casas en una semana! ¿Ya tienes todo?

─Ya mi mamá y mi tía, Pollet se encargaron de todo.

─¿Y tú vestido?

─Ya está listo, todo listísimo, solo falta el de mis damas de honor.

─¡Pues que se apuren porque si no, no vas a llevar damas de honor, ¿De qué color va a ser su vestido?

─El que ustedes elijan, porque ustedes van a ser mis damas de honor ¿Verdad?

─¡Pinche Roció y hasta ahora no lo dices, que tal si decimos que no.

─Y que tal que digan que sí ¿Quieren ser mis damas de honor?

─Claro que sí, tontuela,

─No, pues no nos queda más que felicitarte, eres la primera que se nos casa.

Las amigas se dieron un abrazo grupal, de pronto Pilar dijo

─¡Miren muchachas ya vieron a ese papacito que viene caminando directito a nuestra mesa!

Efectivamente un hombre muy atractivo y varonil se acercó a su mesa Roció les dijo.

─Amigas les presento a mi futuro esposo.

─Hola mucho gusto, Jean Monet para servirles.

Las dos amigas quedaron mudas por la impresión, como es que ese hombre tan guapo se había fijado en su amiga, ellas esperaban ver a un hombre, gordito, feíto sin gracia, pero en su lugar, se presentaba este hombre, alto, blanco, ojos muy azules, rubio, bien vestido, educado, no, no lo podían creer, después de la primera impresión, saludaron educadamente al recién llegado.

─Mucho gusto Jean

─Bueno chicas nos despedimos todavía hay varias invitaciones que entregar, las espero no me vayan a fallar.

─Claro que no amiga, nos vemos en el templo.

La pareja se retiró del lugar, Pilar en cuanto se alejaron en su carro, dijo.

─No inventes aquí hay gato encerrado, esto no me huele nada bien, este tipo se me hace conocido yo lo he visto ¿Pero ¿dónde?

─No empieces hacer historias, Roció sí que le hizo honor al dicho ese que dice, la suerte de la fea, la bonita la desea, y pues el amor es el amor, aunque Roció no es nada fea, es muy bonita.

─Qué amor ni que amor, yo voy a investigar que hay detrás de este matrimonio, este infeliz a la mera nada más se quiere casar para conseguir su nacionalidad mexicana.

─Tan difícil se te hace que un hombre guapo se haya enamorado de nuestra amiga la gordita.

─No se me hace difícil, se me hace dificilísimo, y de mí te vas a acordar.

─Por más averiguaciones que hizo Pilar, no supo nada turbio en la vida del flamante novio de su amiga, pero si había un turbio secreto que el guardaba muy bien, pero ella no lo iba a saber hasta algunos años después