Roció lo pensó unos momentos que a sus amigas se les hizo eterno al fin exclamó.

─Está bien ya me convencieron, si me acompañan le caemos en el hotel

─Ya vas, conejo Blas, a qué horas es el seminario

─No, se, no me fije

─No, hay problema, ahorita hablamos al hotel y pedimos informes.

Así, lo hicieron ya con la información, las tres chicas se dirigieron al auditorio del hotel.

─Señorita venimos al seminario del señor Alberto Zúñiga.

─Me permiten su invitación.

─¿Se necesita invitación?

─Sí, señoritas, si no traen invitación, necesitan pagar la cuota de recuperación.

─Chale con eso no contábamos. (Chale expresión que usan los jóvenes)

─No, hay problema cuanto es la cuota por las tres, dijo Pilar

Después de pagar las tres chicas entraron al auditorio estaba lleno, les entregaron un pequeño libro, escucharon atentamente sin aburrirse.

─Es bueno el ruco, ya veo de donde sacaste lo inteligente, le dijo Pilar a Roció.

Cuando termino el curso, varias personas se acercaron al hombre para que les firmara el libro, las chicas esperaron pacientemente, cuando se desocupo, se acercaron a él, no existía ninguna duda de que ese hombre era el padre de Roció eran como dos gotas de agua, el hombre sin levantar la vista del libro le pregunto.

─¿Tu nombre?

-Roció Murphy W.

Al escuchar el apellido Murphy, el hombre levanto la vista encontrándose con unos ojos del mismo color que los suyos que lo miraban fijamente.

─¿Disculpa, te conozco?

─A mí no, pero a mi mamá si, Darcy Murphy ¿le dice algo?

El hombre se puso más pálido que un muerto.

─Roció al ver el efecto que habían causado sus palabras en el hombre le dijo

─¿Hablamos aquí o lo hacemos en otro lugar?

-El hombre la tomo del brazo y la condujo a una salita adjunto al auditorio.

─Aquí podemos hablar

─Ora si, ¿la esperamos o nos vamos? Dijo Pilar

─No, inventes hay que esperarla.

─Está bien vamos al lobby, por allí tiene que pasar.

Mientras tanto, Roció le dijo a su padre.

─Solo una cosa quiero saber, quiero la verdad ¿Por qué nos abandonaste?

─En primer lugar, no sé qué es lo que tu madre te haya dicho, yo no sabía de tú existencia.

─Lo que mi madre nos dijo, porque tienes que saber que tengo un hermano gemelo, es que tú habías muerto a los pocos meses de casados, yo me di cuenta de tu existencia por la televisión, y como veras me impacté porque en primer lugar te llamas igual que mi padre fallecido, y no podemos ser más parecidos.

─Primero que nada, contéstame una cosa ¿Conoces a tu abuelo el padre de tu madre?

─No, conozco ningún familiar de parte de mi madre, solo a mi tía Pollet.

─Te voy a contar una pequeña historia

─Tu abuelo don Arturo Murphy es un hombre muy rico, yo era su empleado, tu madre y yo nos enamoramos, pero él se opuso terminantemente a nuestro matrimonio, no tuvimos más remedio que huir, con la esperanza de que reflexionará, pero no lo hizo, no contento con eso, me despidió y me bloqueo, ya no pude encontrar trabajo en ninguna parte, yo me fui del lado de tu madre con la seguridad de que ya no estando yo a su lado, tu abuelo la acogiera nuevamente, pero a lo que veo no fue así.

─Para ti fue muy cómodo huir, eso solo quiere decir una cosa que no amabas a mi madre.

─Claro que la amaba

─Sí, la hubieras amado, te hubieras preocupado de cerciorarte si mi abuelo había aceptado a mi madre, pero la dejaste a su suerte.

En esos momentos se escucharon unos tacones que se acercaban, era una mujer, nada agraciada, eso sí elegantemente vestida, la mujer despedía un olor a perfume costosísimo, se arrimó a Alberto diciendo

─Mí, amor te estamos esperando para el brindis de clausura. ¿Te falta mucho?

─No, mi amor la señorita ya se iba, aquí tienes tu libro firmado.

─Por mí te puedes meter tu libro por el culo papito, veo que no perdiste el tiempo en buscar a otra incauta como mi madre, al parecer con este adefesio si te salió la jugada, ¿Verdad papito?

─Pero que significa esto, ¿por qué te dice papito?

Porque es mi papito, vea no le dice nada el parecido, cuide mucho su dinero, si no le va a pasar lo que le paso a mi madre, en cuanto se quedó pobre la abandono y así le va a pasar a usted.

─Mi, vida no es lo que estás pensando, no sé quién es esta muchachita

─Cobarde, que bueno que libraste a mi madre de tu presencia ni siquiera tienes huevos para reconocer tu falta, te odio.

Diciendo esto, Roció dio medio vuelta y salió del lugar, dejando a la pareja agarrados de la greña (peleando), se reunió con sus amigas.

─¿Que paso, hiciste las paces con el ruco?

─Es un cerdo

Enseguida les conto la terrible experiencia y el descubrimiento de que sus abuelos eran muy ricos.

─¿Órale, así es de que vienes de la alta sociedad, ya me decía yo, que tienes el aire de millonetas? Dijo Yaretzi

Pero que me gano, somos los parientes pobres y no reconocidos, del señor Arturo Murphy, ja, ja, ja, mis respetos para mi madre, ella solita nos ha sacado adelante.

Roció no le dijo nada a su madre del encuentro que tuvo con su padre, lo que sí hizo, fue comprenderla más, y tomó una resolución iba a trabajar duro, tenía que recompensar a su madre de alguna manera por el tremendo sacrificio de haber tomado la decisión de traerlos al mundo a ella y a su hermano, para ella hubiera sido más fácil, haberse deshecho de ellos, practicándose un aborto, pero decidió traerlos al mundo, tenía toda su admiración.