Un nuevo amigo se unió al grupo de niñas, José, (pepe) hijo de padres divorciados, los dos prestigiosos abogados, se divorciaron por incompatibilidad fue lo que se alegó, fue un divorcio de común acuerdo, Alexa ya no aguanto las innumerables infidelidades de su marido, opto por pedir el divorcio siendo abogados los dos hicieron un buen acuerdo, siguiendo la razón del buen abogado, es mejor un buen acuerdo que un mal pleito, después de la repartición de bienes y la jugosa pensión que Alexa iba a recibir se despidieron como buenos amigos, acuerdo al que llegaron para no afectar a su querido hijo pepe.

Al parecer Pepe había heredado el físico de su padre un hombre muy bien parecido y varonil no por nada, era tan perseguido por el sexo opuesto, también el niño era muy guapo todas las niñas andaban tras de él, estaba en el mismo salón de las tres amiguitas, se hicieron amigos, aunque él se sintió más atraído hacia Yaretzi, lo que a Pilar no le cayó muy en gracia, ya que ella estaba acostumbrada a llamar la atención de todos.

Las tres amigas eran muy diferentes tanto en su físico como en su carácter, Pilar era muy segura de sí misma, Roció era muy moldeable, siempre hacia todo lo que Pilar decía, siempre quería ser aceptada por ella, Yaretzi tenía la autoestima muy baja debido a su color de piel color canela, siempre era calificada como, negrita, morenita, prietita, oscurita en la primaria Roció y ella sufrieron de bulling, ella por su color y Roció por su peso.

Dicen que todos los complejos que tienes en la vida empiezan en tu hogar el bulling empieza con tu familia directa, tus padres, hermanos primos o abuelos, eso paso en la vida de estas tres criaturas.

Pilar tenía la autoestima muy alta, ella no sufría por eso, pero tenía un defecto muy grande la corroía la envidia aunque sabía disimularlo muy bien, de Yaretzi envidiaba la vida hogareña el amor que en él se respiraba, sus padres se seguían amaban pese a tener varios años de casados bastaba con verlos para darse cuenta de eso, el amor que sentía por sus cuatro hijos, su madre cocinando para recibir a sus hijos, y la dedicación que ponía para ayudarlos con sus tareas escolares, a su padre que era muy ocupado escalando puestos en la compañía, pero que se buscaba el tiempo para estar con sus hijos, siempre los escuchaba y si tenían un problema siempre los ayudaba para resolverlo, ella no tenía nada de eso, sus padres todo lo resolvían con dinero.

A Roció la envidiaba por su autoestima que sentía, por más apodos hirientes que recibía de sus compañeros, gorda, mantecosa, cerda, gordinflona, las más educadas miss pig, ella siempre sonreía y seguía adelante nunca contestaba ningún agravio, un día Yaretzi le pregunto.

─No te da coraje que te digan todas esas cosas.

─Para nada, mi nombre es Roció, a esas que ellas mencionan no soy yo.

Pero si había una persona que la hería enormemente cuando le decía algunos de esos nombres su madre.

Roció era bonita desde que nació, nació sin nada de pelo, cuando le empezó a salir eran tan amarillo como los rayos del sol, ella y su hermano Charly eran gemelos idénticos, cuando dejaron de ser bebes, ya no eran tan parecidos, Charly adelgazo y Roció siguió siendo gordita, por más esfuerzos que su madre hacía, para que comiera menos comida chatarra y más comida saludable, lo malo es que no tenía tacto para decirle las cosas.

─Pero mira nada más ya te estas hartando de puras porquerías, es por eso que estas como barril, aprende a tu hermano, el sí me obedece, él está muy guapo, mírate en el espejo, estas obesa, sacaste los genes de tu padre, porque toda mi familia es delgada.

─Eso dices tú, como yo no conozco a ninguno de mis antepasados – decía Roció entre dientes.

─Ya te estoy escuchando.

Roció cuando oía los insultos de su madre, le daba más ansiedad y comía más y más, eso hacía que ganara cada vez más peso un buen día su madre la llevo con un doctor.

─A ver niña dime ¿Qué te duele?

─Que yo sepa nada.

─Como nada niña, mire doctor quiero que le recete una medicina para que ya no coma tanto, mírela usted como esta de subida de peso.

─Pero señora como se atreve a pedirme eso, esta usted mal su hija es una niña lo más sensato es que usted la lleve con un nutriólogo y lo más importante es que usted vaya con un psicólogo para que la ayude a aceptar a su hija tal como es─. Darcy salió muy enojada del consultorio.

Yaretzi, debía su autoestima baja a su hermana.

Itzamani (itza) era blanca como la nieve, cabello castaño claro casi rubio, ojos color miel, y más alta para su edad, su físico se lo debía a los genes de su bisabuela paterna, según las fotos del árbol familiar, y todas las personas que conocieron a la difunta, es por eso que cuando se peleaban de la boca de Itza, salían los peores calificativos para su hermana menor, pinche prieta, india pata rajada, negra canbuja, chocolate abuelita, y para terminar trompuda, ya que Yaretzi, cuando mudo de dientes y le salieron los nuevos, le salieron algo chuecos y no podía cerrar la boca bien, necesitaba brakes, estaban esperando la edad adecuada para empezar el tratamiento mientras tanto tenía que soportar el calificativo de trompuda.

Itza, era conocida por parientes como güerita, blanquita rubia, era la consentida de su papá, por lo tanto, a Xóchitl la madre de las dos, trataba de subir la autoestima de su hija menor, muchas veces lo conseguía, pero la mayoría de las veces no.

Es por eso que cuando empezó la amistad con el niño más guapo del salón no podía creer que Pepe prefería su compañía a la de sus dos amiguitas concretamente a Pilar, cuando fue el cumpleaños del niño Pilar le pregunto.

─¿Te van a festejar tu cumple?

─No, yo no quiero fiesta ya estoy grande para eso.

─Grande, pero si apenas tienes diez años.

─Las fiestas son para niñitos, no para mí.

─Pero mi mamá me va a llevar a selva mágica, me dijo que podía invitar a un amigo o amiga.

─Las niñas preguntaron al mismo tiempo

─¿Solo a un amigo?

─Sí, dice mi mamá que no puede cuidar a más de dos.

─¿Y ya sabes a quién vas a invitar? Pregunto Pilar, estaba segura que ella iba a ser la elegida.