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Parte/ 11


Madre de Roció

Don Arturo Murphy está reunido con sus tres hijas en su despacho.

─Tengo en mis manos una invitación para asistir a una fiesta muy importante en el club irlandés, donde se reúne lo mejor de la sociedad, ustedes van asistir a este y a muchos eventos más, creo que ya tienen edad para que tomen responsabilidad de sus actos, van a tener libertad de conocer chicos de su misma edad, tienen permiso de tener novio, sólo una cosa les pido, que el hombre que escojan sea de nuestra misma posición social, si alguna de ustedes viola esta regla, dejará de ser mi hija, voy a hacer inflexible, ya lo saben, pueden retirarse.

El hombre está muy orgulloso de sus raíces irlandesas, su abuelo llegó de Irlanda a USA, fue víctima de discriminación, él tenía lo que a muchos americanos les faltaba, inteligencia para los negocios, algunos años después tenía una fábrica de ropa, después empezó a fabricar sus propias telas, hilos, botones y todo lo que conlleva a la confección de ropa, empezó con una fábrica con el tiempo formo un emporio que heredo a sus hijos, y sus hijos a sus nietos.

Para desarrollarse mejor, los herederos empezaron a emigrar a otros países, el padre de don Arturo escogió México donde no le fue difícil hacer su propio emporio, el que heredo a sus hijos siendo don Arturo uno de ellos.

Las chicas empezaron asistir a fiestas la primera en contraer matrimonio fue Miriam la mayor, ésta se casó con un millonario del medio oriente, después le siguió Aileen, ella se casó con un millonario judío, también tenían dos hermanos que también se casaron con ricas herederas, solo quedaba soltera Darcy, no por falta de pretendientes solo que ella se quería casar por amor, no por interés como lo habían hecho sus demás hermanos.

Pronto encontró el amor, pero no de un rico millonario si no de un simple asistente de su padre, este no la amaba él solo quería utilizar el amor que la chica sentía por él para escalar a lo más alto de la sociedad donde pertenecía la familia, a los pocos meses de tratarla le pidió matrimonio.

─¿Darcy te casarías conmigo? Te amo con toda mi alma no puedo vivir sin ti.

─Yo también te amo de igual manera, pero mi padre nunca permitirá que yo me case contigo, me lo advirtió y va a ser inflexible en esa decisión lo conozco muy bien.

─¿Entonces mi vida que vamos hacer?

─Voy hablar con mi madre quizás ella nos ayude.

─Muy bien mi vida, ¿Cuándo hablaras con ella?

─Esta misma noche

─Mañana te digo el resultado de nuestra conversación.

─Esa misma noche Darcy habló con su madre.

─Mamá ¿puedo hablar contigo?

─Si hija vamos a mi habitación

─Bien aquí estamos ¿de qué quieres hablar?

─Mamá tú te casaste enamorada de mi padre.

─Ay hija que preguntas haces, tu papá y yo éramos buenos amigos y claro que lo quería.

─Pero estabas enamorada.

─Ha pasado tiempo, pero ¿dime a que se debe el interrogatorio.

─Mamá estoy enamorada.

─¡Que buena noticia! ─¿y dime a que familia pertenece lo conocemos?

─Sí, mamá si lo conocen y muy bien.

─Bueno entonces dime de quién se trata.

─Mamá el no pertenece a nuestro círculo social.

─Entonces me vas a decir de una vez de quien se trata.

─Mamá él trabaja con papá

─No, no hija, no por favor, no será lo que estoy pensando, no andarás enredada con un empleadillo de quinta.

─Mamá por favor, Alberto no es un empleadillo de quinta, solo le falta un semestre para que termine su carrera y él y yo...

─No, quiero oír ni una palabra más, que pretendes, que hable con tu padre, para que acabes enredada con un muerto de hambre, eso no va a suceder y ya no quiero hablar más del asunto, y ni te atrevas a hablar con tu padre de este asunto, él es inflexible en estos asuntos.

Su madre salió de la recamara dando un portazo dejando a su hija en un mar de lágrimas, quiso hablar con su esposo esa misma noche del asunto.

─Arturo tengo que hablarte de algo muy grave.

─Ay mujer tu siempre tan dramática te ahogas en un vaso de agua, ahora no me molestes, tengo que revisar este contrato están en juego varios millones de pesos, arregla tú el problema.

La mujer dio un largo suspiro, estaba visto para su marido era más importante acumular más y más dinero a su fortuna, rápidamente se durmió y olvido el asunto de su hija. Al siguiente día Darcy hablo con su novio.

─Alberto hable con mi madre

─¿Y qué paso nos va ayudar?

─Olvídalo ella no va a mover ni un dedo para ayudarnos, creo que lo mejor será que ya no nos veamos más.

─¡¡Pero ¡¡qué dices, yo te amo y tú me amas, eso no cuenta para ti!!

─Sí, sí cuenta, pero mi padre es implacable cuando no se hace su voluntad.

─Darcy dime la verdad, ¿En verdad me amas?

─Pero como puedes dudar de mi amor, te amo con toda mi alma

─Hasta el grado de escapar conmigo.

─No, no me puedes pedir eso, no sabes de lo que es capaz de hacer mi padre, ya me advirtió que, si no me caso con una persona de mí mismo nivel social, me va a desconocer como su hija.

─Eso te dijo, pero un padre no puede hacer eso, ya verás que, con el tiempo, va a terminar otorgando tu perdón.

─Tú crees que eso pase.

Claro que sí, tú lo vas a ver.

Alberto era ambicioso, él estaba seguro que don Arturo iba a perdonar a su hija, su mismo padre decía lo mismo, que si una de sus hijas no salía vestida de blanco de su casa nunca la iba a perdonar, pero cuando su hermana huyo con su novio y no supo por un tiempo de ella, cambio de parecer, en lo único que pensaba era en encontrar a su hija, es por eso que cuando los enamorados aparecieron, no solo los perdono si no que pago los gastos de la boda para restaurar cuanto antes la honra de su familia.

Es por eso que convenció a Darcy de huir con él. Ella si estaba enamorada y huyo esa misma noche del hogar para entregarse a los brazos de su amor.

Al siguiente día, notaron la desaparición de Darcy a la hora del desayuno, su madre le ordeno a una de las empleadas.

─Eustolia por favor dígale a mi hija que baje a desayunar, estamos esperando por ella.

─Si señora.

A los pocos minutos regreso la empleada.

─Señora la señorita Darcy no durmió en la casa.

─Pero ¿Qué dices? Como puedes afirmar eso

─Señora pienso eso porque su cama está hecha y este sobre va dirigido a usted.

─Por ahí hubiera empezado, dame eso

─Mamá espero que me perdones, pero te pedí ayuda y no me la diste, pude escoger entre la riqueza y el amor, yo escogí el amor, espero me perdones.

─¡Imbécil!

─Qué sucede, porque no llega Darcy─ dijo su esposo que en esos momentos llegaba al comedor.

─Arturo esto no te va a gustar

─¿Qué sucede?

─Es Darcy...

─¿Qué sucede Acaso está enferma?

─Ojalá fuera eso, pero no, ella huyo con uno de tus empleados.

─¡¡Qué, pero que estupideces estas diciendo!!

─Ella hablo conmigo me pidió ayuda para convencerte a que aceptaras su relación con tu empleado, le dije que eso no iba a pasar.

─¡¡¿Pero por qué diablos no me lo dijiste antes?!! Yo hubiera arreglado ese asunto antes que fuera demasiado tarde, ahora ya no se puede hacer nada, desde este momento deja de ser mi hija, ya no quiero que su nombre sea nombrado en esta casa.

─Pero que estás diciendo ella es nuestra hija.

─¡¡Era nuestra hija, se lo advertí muy claramente lo que iba a pasar si me desobedecía, y te sugiero que tu hagas lo mismo si me doy cuenta que esa basura entra a esta casa, tú te vas junto con ella, LO OÍSTE!!

─Sí Arturo, pero cálmate te va a hacer daño.

─Ahora dime el nombre del imbécil que enredo a la estúpida.

─No, lo se

─Has memoria mujer, te debió decir algún nombre

─Sí ahora que lo mencionas dijo Alberto

─Ya se de quien se trata.

Don Arturo marco un número de teléfono y ordeno tajantemente a los guardias de seguridad de la mansión.

Por ningún motivo le permitan el acceso a Albero Escamilla y a mi hija Darcy.

Después de decir eso, se sentó en el comedor y se dispuso a desayunar cuando termino le dijo a su mujer.

─Te deshaces de todas las pertenencias de esa mujer, no quiero nada que me la recuerde.

Diciendo eso se dispuso a salir de la casa subió al auto apremió al chofer

─A la oficina por favor, que vamos tarde.

La noche anterior, Darcy se reunía con Alberto en un café donde solían verse, no llevaba nada tal como él le había dicho, no quería levantar sospechas.

─Darcy por fin estas aquí por un momento creí que te habías arrepentido.

─No, claro que no, yo te amo.

─¿Quieres tomar algo?

─No, lo que quiero es alejarme de aquí cuanto antes.

─Está bien vamos a mi departamento

Cuando llegaron al departamento, a Darcy se le hizo muy pequeño ya que estaba acostumbrada a la gran mansión donde vivía con sus padres, pero ciega de amor por Alberto eso no le importo, pasaron su primera noche juntos, desbordando pasión.

─Te juro que en cuanto tu padre nos perdone inmediatamente vamos a contraer matrimonio

─Esa noche durmieron muy juntos, sin imaginarse el infierno que les esperaba.

─Al día siguiente Alberto se levantó como todos los días se bañó y se vistió para ir a trabajar.

─Mi vida puedes ir preparando el desayuno.

Darcy se quedó sin palabras, ella no sabía ni cocer un huevo, todo se lo hacían, hasta ese momento empezó a analizar su nueva situación. Alberto entro a la cocina y vio a Darcy que no sabía qué hacer, riendo le dijo.

─Olvídalo vamos a desayunar cereal. 

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