Infarto
Adin
—Tri por favor, no hagas una tontería —dice el coach de los Lonbraj, mirando a la mujer negra caminando en el techo del estadio de KSCR.
—¡Ten cuidado Cap! —grita Mitexei tendiendo la mano como si de aquí hubiera podido sostener a Cape si este último caía.
Desde que ella entró en Neutre con los chicos, pasa todo el rato alabando que son suyos. En primero se había fijado en Ameth, ósea Tesla, pero cuando Tesla le dijo claramente delante de todos sus amigos que él no tiene ojos que para Dva, empezó a acercarse más a Cape. Hasta le dio el apodo del apodo de un apodo. El momento no es de felicidad, pero me da risa cada vez que la veo llamar Cap tan orgullosamente al Capuccino de Tri.
Hablando de Tri, ella sigue en el techo, caminando como si estuviera cansada, pero que quiere llegar hasta la punta y saltar. Sus manos balancean como si ella fuera una zombi sin control alguno sobre su cuerpo. Acabamos de ganar una batalla gracias a ella, no entiendo el porqué de su repentina tristeza.
Bueno, no debo opinar sobre eso, porque no sé lo que pasa en su cabeza. Es fácil opinar y juzgar a otra persona, pero he vivido la experiencia de ver una sonrisa en mi rostro cuando interiormente estoy en la última escalera de la depresión al abismo.
—Tri por favor haznos caso, ¡baja ya! —se queja Dva poniendo las manos en la cabeza, señal de que está tan desesperada como nosotros— ¡Por las ruedas de una Tesla! Me estoy cagando de miedo.
—¿Cómo ha podido subir allí? —pregunta el coach de los Milèt con las manos en la talla. Algunas de las chicas presentes quedan embobadas mirándolo, él no les hace caso como siempre. No es prohibido tener relaciones entre mayores y menores desde catorce a dieciséis años en Neutre si es consentimiento entre ambas personas, pero el coach es de esos hombres que una solo puede admirar en una vitrina de un museo— No creo que el chico llegará a tiempo, deberíamos ir a buscar la paracaídas.
Cape sigue escalando cuidadosamente el techo del estadio de KSCR para llegar a la punta antes de Tri, pero resbala justamente cuando iba llegando.
—¡Cap! —grita Mitexei haciendo unos pasos adelante.
Dos chicos de los Lonbraj se ponen a subir también para poder ayudar a Cape, ya que este último está pendiendo del techo. Suben más rápido que Cape y en unos minutos ya están llegando cerca de él. Uno de ellos ayuda a Cape a subirse mientras el otro sigue su camino para poder salvar a Tri.
—Definitivamente estos chicos tienen poderes mágicos —dice maravillada una Milèt a mi lado—. ¿Viste como escalaron el techo con facilidad?
—Ya te lo dije, los de Lonbraj tienen un lado oscuro que utilizan cuando están en peligro —contesta un chico a su lado—. Esa de allí arriba, lleva un collar que controla su enojo. Dicen que si la oscuridad de su collar se cambia en luz, pues nada ni nadie puede controlarla.
—A lo que cuentan es lo que pasó, tuvieron que reiniciarla y ahora se cree alfa de una manada —se burla la chica riéndose—. ¡Qué tonta! ¿Acaso cree que somos lobos convertidos en humanos?
—¡Cállate! —grito abofeteando con el dorso de la mano a la chica. Todos me miran sorprendidos, olvidando por unos minutos que Tri está caminando directo hacía su muerte— ¿Acaso ustedes no saben cuando alguien está en peligro? ¿No saben qué doloroso es no poder reconocer a personas que dicen reconocerte? Ustedes no saben que tan duro es ver que la realidad no es como lo piensas, que tu mundo existe solo en tu cabeza.
Presiono el puño para evitar abofetear por una segunda vez a la chica. Es fácil burlarse de la situación de los demás cuando uno no está pasando por lo mismo.
—Que ella sea una Lonbraj, que ella sea fuerte físicamente, que ella luzca sonriente todos los días no significa que esté mentalmente bien. La mayoría de nosotros llevamos una máscara con cara de felicidad de igual manera que la mayoría de nosotros llevamos una máscara de santos, no hay de que burlarse, es así que nos ordena ser la sociedad —digo casi gritando—, ¡Impostores!
—¡Triiiiiiiiiiiiiiii! —el grito de Dva y Cape me hace girar como un torbellino.
Me quedo boquiabierta delante de la escena. Tri hizo el último paso y empezó a girar al otro lado del techo en el que no estaba nadie. Me recuerda la última vez, en la que yo también caí en la pendiente empinada de los Bainet.
—Va a caer en… en… en el pozo de la muerte —dice Dva sosteniéndose a Tesla.
—No… no podemos perder a Tri —digo empezando a correr hacia el otro lado del techo—. Tengo que llegar a tiempo para ayudarla.
Siento como si yo estaba poseída por el espíritu de los Milèt, tengo la impresión de que miles de caballos me prestaron sus patas para poder correr más rápido, pero aun así mis pies van ralentizando haciéndome correr como los actores en las novelas indias.
—¿Tri? ¿Dónde estás Tri? —grito buscando en todos lados— ¿Tri? Contéstame por favor, ¿dónde estás alfa?
Unos minutos más tarde los otros llegan detrás de mí, sacudo la cabeza para decirles que no encontré a Tri en ningún lado. Empiezan a buscarla, a llamarla, y muy pronto a perder la esperanza, pero yo no.
—Dva, tenemos que encontrar a Tri, no podemos abandonarla —digo sacudiendo a Dva quien parece ser la menos esperanzada—. Tri debe estar viva, no puede desaparecer así de la nada.
Ambas miramos al pozo de la muerte, no es imposible que Tri se haya caído en el pozo. En realidad, el pozo de la muerte era una piscina natural, pero un día pasó un terrible accidente. Ninguna tecnología de Neutre pudo medir la profundidad del pozo, las veinticinco personas que estaban bañándose aquel día no pudieron ser rescatadas y aunque intentaron llenar el pozo o poner algo para cubrir el agujero no pudieron llegar lejos, ya que ese último se abría de vez en cuando.
—Tienes que tener fe en Tri, ¿te imaginas tener a Mitexei como alfa? —pregunto sosteniendo sus mejillas en las palmas de mis manos, a lo que ella sacude negativamente la cabeza— Pues mejor, porque yo tampoco puedo imaginarme seguir las órdenes de ella cuando con Tri todo era natural.
—¡Ottehok! —exclama felizmente el chico de Lonbraj quien había subido con su compañero para ayudar a Cape a salvar a Tri.
Mi corazón da un brinco en mi pecho, siento la presencia de una sonrisa en mi rostro antes de sentir mis labios separarse para dejar a mis dientes saludar al sol. Volteo para mirar a Dva que tiene la misma impresión de felicidad en su rostro.
Ahora que lo miro mejor, este chico es él que desde hace mucho está enamorado de Dva, o solo estaba embobado por ella cuando esta última llevaba su uniforme de KSCR. Él empieza a saltar ágilmente en el techo del estadio, es la primera vez que vemos a un chico Lonbraj tan feliz y puedo decir que es digno de admiración.
Pero no es su baile lo que me hace feliz, tampoco su manera seductora de bajar del techo, menos sus poderosas nalgas que me dan ganas de tocarlas. Lo que me hace feliz es escuchar su voz llamando con tanta felicidad a la única Ottehok, la única sombra de Neutre.
—¡Tri está viva! —grito abrazando a Dva— Viva, está viva Dva…
—Sí… ella está viva —solloza Dva en mis brazos—. Nuestra Tri está viva.
Unos minutos después, Tri viene sujetada por dos hombres, el chico de Lonbraj y, ¿el coach de los Milèt? Dva y yo nos miramos confundidas, ¿cuándo pudo él llegar hasta Tri? Es cierto que era difícil para los superiores de Neutre de poner un coach para los Kenèp, ya que todos que pasaban se enamoraban de los jóvenes cuando ellos hacían sus trucos, necesitaban alguien que no podía caer en sus trampas, en sus encantos, y encontraron al coach, un Lonbraj.
—Ottehok está mejor ahora, ella no quería suicidarse —dice el chico Lonbraj.
Raramente su voz me dice algo, me suena a que ya lo había escuchado en alguna parte. No, no es aquí en el campo, tengo la impresión de conocerlo. Es un chico moreno, con pelos lisos, una gran nariz aplastada, ojos marrones, debe medir casi dos metros.
—Deja, la llevaré yo mismo a la enfermería —dice Cape llegando detrás de nosotros y tomando a Tri en sus brazos. Antes de marcharse, voltea a ver al chico y le dice—: Creo que ya es momento de decírselo.
Después de decir eso, me mira y se va. Al mirar a Dva me doy cuenta de que ella tampoco entiende a lo que se refiere Cape, y de donde diablos conoce al chico.
—¡Por las trenzas de la guerra! No te lo vas a creer Adin —exclama Dva mirando con los ojos desorbitados al chico.
Él levanta la cabeza, me mira en los ojos dejándome estupefacta. En sus manos sostiene unos lentes de contacto, una nariz falsa y una peluca.
¡Hola amilectores! Espero que lo disfrutaron y que están bien.
Y si un día piensas en suicidarte o tienes pensamientos negativos, sepa que aquí estamos los amigos para darte ánimo.
No importa si no nos conocemos, si un día necesitas hablar estoy aquí.
Eres mi lector, mi lectora y me preocupo por tí.
Face/IG: Cesar O' Cesar Escritora
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