Adin

—Las mujeres son seres inferiores, eso deberían saberlo —dice el CEO ajustando su esmoquin. No despega los ojos de la pantalla de su celular, pero sabemos que nos está hablando—. Hasta ahora me pregunto cuantas veces tendría que recordarlas que valen más cuando están sumisas.

—¿Con un cerebro tan grande él piensa tan pequeño? —escucho decir la voz de Tri. Sujeto la mano de Dva para que no haga una tontería, aquí nadie sabe quienes somos en realidad y estamos aquí en misión secreta del coach supremo— Morir es un lujo ante su oferta.

—Jefe, ¿quieres que la tapamos la boca? —No me lo puedo creer, esa voz es la voz del enfermero. ¿Qué diablos está pasando? Dejemos a Tri con Cape, yo no creo que el tipo de aquí es Cape— No para de maldecir como una loca.

—Dale sedante, si ella se enoja puede matarte con solo un dedo ¡idiota! —dice él calmadamente aunque puedo sentir la furia hervir en sus palabras.

Dva se rasca la garganta, en realidad ella no puede soportarlo más. Tal como yo, ella quiere irse y verificar que Tri está bien, pero no podemos dejar el despacho del CEO y tirar la misión a la basura. Hasta la misma Tri no nos hubiera perdonado.

—¡Qué manera tan maleducada de hacer notar su presencia! Creí que ustedes tenían una feminidad ejemplar, tan fina que me dejará fascinado, ¿dónde está? —pregunta poniéndose unos lentes que tenía sobre una mesita— Venid, quiero mostrarles algo.

Dva y yo nos miramos confundidas, ese hombre no me inspira confianza. No parece ser tan malo, si nos fijamos en su apariencia, pero es el diablo personificado.

Es del tipo de hombres que podría atraerme si no fuera tan cerrado mentalmente en lo que concierne a las mujeres o si no tenía un carácter de mil demonios.

Debe medir unos dos metros al igual que Cape, tiene ojos, nariz, orejas, cabello, voz similar a los de Cape. No hay ningún rastro físico diferente, solo el comportamiento.

—¿Estás esperando que yo venga a buscarte? —pregunta mirándome con su rostro inexpresivo— De acuerdo, vendré a buscarte.

Se levanta del sofá, se acerca a mí y me tira del pelo hasta dejarme caer al suelo, cerca de donde él estaba sentado. Le hago señas a Dva para que no haga nada cuando la veo estar a punto de levantarse.

—No me retes, porque a mí me encantan los retos que tienen como objetivo poner a una mujer en su lugar —me dice sin apartar la mirada de su pantalla—. En tal caso, mi felicidad depende de los gritos dolorosos que salen de su garganta. Miren, aquí tengo a una modelo para demostrarles que tan bien puedo domarlas a mi gusto.

Muy rápido me doy cuenta de que el vídeo está transmitiendo en vivo, lo que significa que realmente el tipo tiene a Tri cautiva. Pero tanto Dva como yo ignoramos las razones por que él la cautivó y, sobre todo, del cómo hizo para sacar a Tri sin que los otros chicos no se dieran cuenta de que algo anda mal.

—¿Quién…? ¿Quién es ella? —Se atreve a preguntar Dva tímidamente, o sea, fingiendo ser tímida antes de añadir—: ¿Por… favor?

El CEO sonríe como si eso le hubiera gustado, acaricia el rostro ensangrentado de Tri en la pantalla de su celular antes de depositar un beso.

—Es mi ex —dice sin más.

¿Su ex? Tri nunca nos dijo que tenía un ex que pareciera a Cape. Ella tampoco parecía temerle a Cape, pero sí demuestra de vez en cuando que lo odia. Yo también si fuera ella no hubiera hablado a nadie de un ex que es psicópata.

—¿Qué le hizo su ex para que usted lo trate así? —pregunta Dva con el mismo tono tímido— Quiero decir, para que nosotras como empleadas no lo hagamos también.

—Ustedes no van a salir de aquí vivas muñequitas, por eso les voy a decir lo que significa realmente —contesta cínicamente—. Ella es mi ex, ex de experiencia.

Sin decir nada más, toca dos veces en la mesa y dos guardias entran en el despacho y nos arrastran en una pieza donde nos dejan encerradas.

—¿¡En qué líos nos pusimos!? —exclamo.

Antes de que Dva pueda contestar, el olor de gas sube a nuestras narices y nos deja a ambas inconscientes.

***
Me despierto con el contacto de mi cuerpo al agua fría, siento mis pulmones llenarse de líquido y enfriarse. Cuando abro los ojos, veo a Dva recibir el mismo trato que yo, un hombre enmascarado la deja caer en un baño de agua helada tal como me lo hicieron a mí.

Dva patea el agua al sentirse sofocar, el hombre no tarda en sacarla y ponerla de rodillas tal como yo ya estoy. Unos minutos después entran dos mujeres con nuevos vestidos y maquillaje. Una de ellas empieza a desvestirme mientras veo a la otra desvestir a Dva.

No siento mis fuerzas, supongo que son los efectos secundarios de la droga que nos dieron en forma de gas. La cabeza de Dva tambalea, una de las mujeres le da una bofetada, lo que me enfurece. Aquí tendremos que resistir y no responder a los golpes que nos están dando, solo por una maldita misión.

—¿Ya están listas? El jefe ordenó de llevarlas al cuarto negro para los ensayos —dice una chica mirándonos de lado antes de añadir—: No veo lo que A.E.C. encuentra en esas dos.

A.E.C., debe ser el apodo del CEO. Noto un poco de celos en la voz de la chica, en sus ojos el odio es visible. No veo ni un grano de arena de suerte en lo que estamos viviendo Dva y yo, pero para ella estamos viviendo en el lujo de ser elegidas para "los ensayos" en "el cuarto negro". Hasta el nombre del cuarto me da miedo.

Dos hombres enmascarados entran y nos llevan en brazos hasta el cuarto negro, ni uno de los dos parecía esforzarse para llevarnos. Normal, me siento ligera como una pluma en el viento, es como si todos mis órganos se pusieran de acuerdo para facilitar el trabajo a los hombres.

Cuando mis ojos se acostumbran a la luz, me doy cuenta de que no estamos solas en el cuarto, o sea ya no estaban los dos otros hombres, pero había una sombra distinta, una sombra sentada con elegancia en un sofá enfrente de nosotras.

—El negro ha sido un color despreciado en todo el sentido de la palabra —dice el CEO en un susurro casi inaudible—, hasta que se dieron cuenta de cuantos secretos puede esconder.

No entiendo la referencia, mi mente está luchando contra mi cuerpo que no decide actuar para salvarme de aquí y, de paso, salvar a Dva.

—Yo no quiero dañarlas chicas —dice más suavemente—. Sé muy bien quienes son, por eso tuve que fingir delante de las cámaras que las estoy torturando. Aquí podemos hablar con tranquilidad, ya que los otros piensan que estamos teniendo una noche lujuriosa entre los tres.

—¿Qué quieres de nosotras? —pregunto apenas empiezo a recuperar la gestión de mi voz.

—¿De tí? Nada. ¿De tu amiga? Tampoco —contesta haciendo con la mano un gesto de desinterés que no pasa desapercibido—. Quiero que me den la sosie de mi novia, si tengo la sosie podré recuperar a mi dulce melodía.

—¿Sosie? ¿De quién estás hablando? —pregunto— ¿Y por qué diablos torturas a Tri si solo quieres el sosie de tu novia?

Él se queda silencioso durante un minuto que me pareció una eternidad. Escucho el líquido caer en el vaso cuando él se sirve de una bebida.

—Tri… así se hace llamar —lo dice con tanto odio que tengo la impresión de que él podría matarla sin dudarlo solo para obtener lo que quiere—. Ella es la que quiero que me lleven, sin ella no podré recuperar a mi dulce melodía.

—Pero, ya lo tienes secuestrada, no veo lo que puedo hacer —digo.

—Mis hombres la tienen secuestrada, rectificación —dice depositando el vaso—. Ustedes dos les ayudarán a salir de Neutre con ella.