Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

cap 2: 🦁la revolución de los malvaviscos🦁

Leoncito acababa de despertar, estaba recostado en la cobija que la noche anterior le había puesto Brio, pero él recordaba dormir en el sofá, confundido se levantó y se estiró dando un gran bostezo.

— tengo hambre — dijo Leoncito viendo a su alrededor.

En eso, Zelkos pasó corriendo mientras se ponía su traje junto a una corbata de color azul, se veía desesperado y apurado.

— voy a llegar tarde — decía Zelkos recogiendo su maletín.

Zelkos se acercó a Leoncito y le dio una pequeña caricia en la cabeza despidiéndose de él para después atravesar la puerta y salir de la casa dejando a Leoncito esperando en la entrada.

— ¿a dónde fue? — se preguntó Leoncito.

— va a una entrevista en un nuevo trabajo — dijo Brio sentándose en el sofá y agarrando el control de la televisión.

— ¿qué es una entrevista? — preguntó Leoncito curioso.

— es cuando te hacen varias preguntas para saber cosa de ti — respondió Brio encenciendo la televisión.

— ¿y qué es un trabajo? — preguntó Leoncito.

— donde vas a hacer cosas que ayudan o entretienen a otra gente y a cambio te dan dinero, el cual te sirve para comprar cosas en un intercambio, y esas cosas pueden ser comida o simplemente cosas materiales que te ayudan a vivir — explicó Brio.

— ya veo...hablando de comida, tengo hambre — dijo Leoncito viendo a Brio.

Brio se levantó y fue hacia el refrigerador <es un León, ¿qué puede comer?> se preguntaba Brio buscando algo, al final vio un filete de res que estaba crudo, era el único en la bandeja, lo agarró y lo puso en un plato ondo pra después ponérselo al lado de la cobija de Leoncito.

— come eso, es lo que hay hasta ahora, después veremos qué más te podemos dar — dijo Brio volviendo al sofá.

Leoncito se acercó al plato y empezó a oler la carne, no tan convencido se acercó y empezó a morder el filete hasta arrancarle un pedazo que empezó a masticar, al terminar de pasárselo saboreó su boca sintiendo un hormigueo en la lengua que le gustaba sentirlo.

— esto me gusta — dijo Leoncito.

Leoncito acabó de comerse el filete y fue hacia la puerta del patio, era una puerta desplegable de vidrio de dos partes <¿cómo abro esto?> se preguntaba Leoncito, fue corriendo a donde estaba Brio para pedirle ayuda.

— quiero salir al patio pero no puedo abrir la puerta — dijo Leoncito.

Brio se levantó y abrió la puerta dejándola así para poder volver al sofá. Leoncito salió corriendo hacia el patio y empezó a correr en círculos hasta que paró y vio a Juan en frente de él, Juan solo miraba al León con una mirada fija, no parecía mostrar alguna expresión, Leoncito con miedo fue retrocediendo sin perder de vista a Juan, una vez se sintió lejos de él sé dio la vuelta y siguió su camino por el patio hacia el único árbol que había.

Empezó a olfatear y al momento de estirar la para escuchó una voz.

— ¡oye!

Leoncito confundido empezó a mirar a su alrededor, pero no pudo ver nada, y en eso la voz se volvió a escuchar.

— ¡aquí abajo León!

Leoncito bajó la mirada y pudo ver a un pequeño malvavisco blanco con piernas y brazos muy delgados, también contaba con una cara que parecía adorable pero con toques de querrá y dureza.

— oh...hola, es raro ver que un alimento tenga vida — dijo Leoncito sorprendido.

— mi nombre es Malva, líder de los malvavidianos, estamos en las sombras del reinado humano, nos toman por apetito y nos matan, cada vez crean más para que su destino sea la muerte, yo y mi pueblo exigimos venganza a todos nuestros compañeros caídos, y necesitamos que nos digas la debilidad del ser humano — exigió el malvavisco.

— perdona, pero, ¿dónde está tu pueblo? — preguntó Leoncito curioso.

En eso Malva hizo una señal que hizo que nueve malvaviscos más salieran de sus escondites entre el césped y varias rocas.

— éramos quince, pero solo nosotros díez pudimos escapar de nuestro confinamiento en esa empresa maligna que nos tenía aprisionados — dijo Malva con tono dramático.

— ¿y qué es lo que quieren que haga por ustedes? — preguntó Leoncito curioso y emocionado.

— liberar a todos nuestros hermanos malvaviscos, sabía que en esta casa hay una bolsa entera que encarcela a nuestros compañeros, pero como podrás ver somos muy pequeños y débiles para siquiera poder entrar a esa casa, y más por su perro guardián — dijo Malva señalando a Juan el cual estaba dormido.

— si, a mi también me da miedo Juan, pero yo si puedo entrar a la casa, seguro tienen igual que toda la comida estarán en la cocina — dijo Leoncito emocionado — bien, lo haré

— muchas gracias Guerrero, ¿cuál es tu nombre?

— soy Leoncito, así me llamaron, soy tierno adorable y muy feroz — dijo Leoncito haciendo varias piruetas.

— eres un guerrero honorable Leoncito, tienes mis respetos, ahora, ayúdanos

— cierto, ahorita vengo, voy a la cocina

— ¿cuánto tiempo es "ahorita"? — preguntó Malva curioso.

— la verdad no lo sé, pero en la televisión Mexicana lo dicen mucho cuando alguien les manda hacer algo, bueno, voy a cumplir mi misión

Leoncito corrió de nuevo para adentro de la casa y fue hacia la cocina, Brio seguía en el sofá viendo la televisión, Leoncito aprovechó y se subió a la barra de la cocina.

— si hay comida dentro del congelador grande, debe haber también comida dentro de estas cajas inmóviles — dijo Leoncito viendo las alacenas encima de los cajones.

Leoncito se acercó a una de las puertillas y mordió la manija y retrocedió abriendo así la puertillas, soltó la manija y miró dentro para ver lo que había, solo pudo ver varias latas apiladas entre sí junto a distintos sobres, pero ningún Malvavisco.

— tal vez estén en el Fondo — dijo Leoncito.

El León empezó a agarrar latas y sobres con sus dientes y las empezó a tirar al suelo, algunas se quedaban intactas, otras se abollaban, y otras se abrían dejando caer su contenido. Así Leoncito siguió abriendo casa puertillas y sacando todo dejando un gran desorden a su alrededor, pero seguía sin encontrar nada.

— estoy empezando a creer que no hay ninguna bolsa de Malvaviscos aquí — dijo Leoncito desanimado.

En eso, escuchó un chirrido, volteó la mirada y pudo ver a una rata con una bolsa de malvaviscos en las manos.

— ¿buscabas esto? — preguntó la rata.

— dame esa bolsa sucia rata — ordenó Leoncito gruñendo.

— abligame

La rata empezó a correr mientras Leoncito la perseguía cerca pero también lejos, la rata subía y escalaba en varias partes de la cocina, mientras detrás suyo Leoncito brindaba y traba de seguir el paso para alcanzarla, pero tirando muchas cosas a su paso. La rata salió de la cocina hacia el patio con Leoncito detrás.

— ¡ja!, ¿de qué te sirve ser un León si ni a gato llegar, jajaja — rió la rata.

Leoncito dio todas sus fuerzas y dio un fuerte brinco que hizo que pudiera alcanzar a la rata, una vez teniendola entre las garras la empujó haciendo que soltara la bolsa de malvaviscos. Leoncito se puso enfrente de la Bolsa y le empezó a gruñir a la rata.

— si te vuelves acercar a esta casa, este gatito no tendrá opción que mandarte a donde sea que vayan las ratas después de morir — amenazó Leoncito.

— nos volveremos a ver León, esto no ha acabado — dijo la rata para después irse corriendo por la cerca y huir de la casa.

— ¡¡eso es!!, muchas gracias guerrero Leoncito — dijo Malva aplaudiendo.

— eso fue fácil, no es para tanto — dijo Leoncito riendo — bien, aquí está la bolsa — dijo mordiendo la Bolsa y tratando de abrirla.

— ¡¡al fin!!, mis hermanos, ¡¡resurjan y sean libres!! — dijo Malva riendo malévolamente.

Leoncito abrió la Bolsa y todos los malvaviscos salieron, solo que había un problema, estos no tenían brazos y piernas, o una cara, no presentaban alguna forma de vida. Malva confundido se acercó y los tocó.

— al parecer no tienen vida...y son muy diferentes a ustedes — dijo Leoncito confundido por la situación.

— esto...es raro — dijo Malva igual de confundido.

— dijiste que viste como creaban los malvaviscos, tal vez los humanos crean sus propios malvaviscos — dijo Leoncito.

— o tal vez la empresa de la que escapamos tenga un secreto que nosotros no sabemos, bien, nueva misión chicos — dijo Malva dirigiéndose a los demás malvaviscos vivientes — vamos a volver a la empresa y averiguar el secreto del porqué tenemos vida, y si alcanzamos, también podremos recuperar a nuestros compañeros que perdimos ahí, ¿están conmigo?

Todos los malvaviscos dieron un grito de emoción y apoyo ante la idea de Malva, Leoncito aprovechó esa distracción y agarró uno de los malvaviscos de la bolsa para poder comerselo.

— bien guerrero Leoncito, gracias por tus servicios de ahora, gracias a ti, sabemos lo que debemos hacer, te debemos una, nos gustaría que nos acompañaras a nuestra nueva aventura — dijo Malva.

— me gustaría, pero tengo que quedarme en casa, igual si ven que necesitan ayuda, aquí estaré — dijo Leoncito emocionado.

— tu valor y astucia serán recordados entre mi gente, muchas gracias, otra vez, Leoncito — dijo Malva dándole palmaditas a Leoncito en una de sus patas.

— fue un honor trabajar con usted — dijo Leoncito haciendo una referencia.

— bien pueblo Malvidiano, ¡aandando!

Leoncito solo se quedó viendo como los malvaviscos marchaban hasta atravesar la cerca por uno de los agujeros que había.

— bien, hora de volver a entrar a casa...

Leoncito estaba a punto de entrar a la casa pero en frente de él estaba Brio, parecía estar desesperada, ansiosa, alterada y nerviosa.

— ¿qué sucede Brio? — preguntó el León.

— ¿entraste a la cocina? — preguntó Brio molesta.

— yo...emmm....¿si?

— ay mi madre...ahora por tú culpa debo ir de compras, y rápido, sino no le tendré nada de comer a Zelkos cuando regrese — dijo Brio preocupada.

— ¿puedo ir contigo de compras? — preguntó Leoncito emocionado.

— está bien...pero te pondré un disfraz

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro