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cap 13: 🐱la gata alienígena🐱

Planeta Luna
Centro de mando gatito

La estación era pequeña, pero para el tamaño promedio de un gato era gigantesca, en la Luna vivían una especie extraterrestre los cuales se parecían mucho a los gato terrestres, solo que con unas cuantas variantes, estos eran de distintos colores extravagantes y tenían seis patas, en lugar de vomitar bolas de pelo saltaban ácido, su civilización estaba formada de varias casas que siempre se mantenían ocultas tras un holograma, lo cual explica porqué los astronautas jamás descubrieron la civilización, pero al igual que los humanos, los gatos espaciales tenían la necesidad de conocer el pedazo redondo que era más grande que su planeta, ya que para ellos la Luna contaba como planeta.

En eso se encargaba el centro estatal de exploración espacial, el cual era dirigido por la gata reina, la cual dirigía todas las explotaciones que se hacían a la tierra, siempre se hacían a distancia y analizaban las plantas y frutos que se encontraban sin llamar la atención, pero esta vez querían conocer más del planeta, querían conocer a sus habitantes, solo los tenían como fotos de registros pero querían llevar al menos a un tipo de habitante a su hogar para analizarlo y preguntarle todas las dudas que tenían de su mundo. Y para esa gran misión la reina contactó a su gata espacial más confiable.

— general Camila, ¿está lista? — preguntó la gata reina.

— si mi reina, es un honor hacer está misión posible, será un gran paso para nuestra especie — dijo Camila emocionada.

— recuerde, solo es buscar a un habitante o máximo dos y traerlos aquí, por suerte nosotros podemos respirar de igual forma en la tierra, pero para los visitantes deberá ponerles los cascos de oxígeno que ya se han instalados en su nave, recuerde, que tiene un arma en caso de que uno de los visitantes se ponga hostil, y suerte general — dijo la reina gata haciendo una reverencia.

— wow, la reina se postró ante mi, va a explotar la Luna — dijo Camila jugando.

— si esta misión sale bien, bueno, quizás te vuelvas en reina pronto, has sido mi mejor amiga en toda mi vida, y confío plenamente en ti

— la admiro y la quiero mucho su alteza — dio Cami inclinándose.

— somos amigas, dime por mi nombre normal

— como deseé, reina Clara

Camila se despidió de la reina y se encaminó hacia su nave, entró en ella y se fue al aula de controles, los demás gatos estaban en sus puestos, vigilaban que el despegue ocurriera de forma segura y correcta.

Camila activó los controles y puso sus cuatro patas en varios controles diferentes mientras que con las dos patas traseras se sostenía del asiento.

La nave empezó a despegar y salió de la central de despegue, el holograma fue abierto en una zona para que así la nave pasará y saliera de la zona de la ciudad, así la nave pudo ir camino hacia la tierra.

Ciudad de Goalcity
Casa del León

— me pregunto, qué habrá en las estrellas — dijo Leoncito el cual estaba recostado en el pasto del patio junto a Zelkos viendo el cielo nocturno.

— hay más planetas, soles, y otras cosas que son maravillosas de ver — dijo Zelkos sonriendo.

— ¿y esa esfera blanca y grande? — preguntó Leoncito señalando la Luna.

— esa es nuestra Luna, no es un planeta pero si un tipo planetoide, algo como Plutón, no sabría decirte bien, no sé mucho de astrología y esas cosas universales

— ¿qué es Plutón?

— un planeta extremadamente chiquito qué no es considerado más un planeta, pero es lo último qué han descubierto que hay en nuestro sistema solar

— ¿qué es un sistema solar?

— un sistema conformado de planetas y un sol

— el sol es el que se ve durante el día

— exacto

— me gustaría viajar a la Luna algún día, se ve menos peligrosa que el Sol

— tiene sentido, uno es una bola de fuego ardiendo y el otro solo un pedazo de planeta hecho de piedra única

En eso Juan llega junto a Zelkos y empieza a lamer su cara lo que provoca la risa de Zelkos y que tratara de quitárselo de encima.

— jaja, ¿qué traes muchacho? — preguntó Zelkos acariciando al perro.

— Juan, ven, es hora de comer — dijo Brio saliendo por la puertilla del patio que daba al interior de la casa.

Juan movió la cola de felicidad y fue corriendo hacia Brio.

— ¿y para cuándo nuestra cena mujer? — preguntó Zelkos riendo.

— está esperando en la cama Zelkos, recuerda que tenemos un maratón de la serie que me prometiste ver conmigo — dijo Brio cruzada de brazos.

— ¿la caja de papel o cuál era?

— casa de papel — recalcó Brio.

— ah si...eso, ya voy — dijo Zelkos levantándose.

— ¿y mi comida? — preguntó Leoncito acercándose a Brio.

— la tuya siempre está en tu plato, no te has acabado lo que te puse desde la mañana — dijo Brio molesta.

— no me gusta mucho la res

— es lo que hay y te lo comes, ahorita no estamos para poder complacer gustos — dijo Brio.

— está bien

Leoncito entró a la casa junto a Brio y Zelkos, los cuales subieron a su habitación y se pusieron a ver la Televisión, Leoncito terminó de cenar junto con Juan y ambos volvieron al patio.

Leoncito empezaba a perseguir a un mosquito que lo estaba molestando hasta por fin atraparlo con la boca y comérselo.

— que asco

Leoncito volteó a todos lados confundido, escuchó la voz pero no podía reconocerla, era grave y algo ronca.

— ¿quién dijo eso? — preguntó Leoncito al aire.

— fui yo León

Leoncito volteó hacia donde se escuchó a la voz y solo vio a Juan mirándolo fijamente, Leoncito se asustó pegando un brinco que lo llevó a una rama alta del árbol.

— jo...digo, diablos, ¿puedes hablar Juan?

— obvio que si

— literalmente de las aproximadas dos semanas que he Estado aquí hasta ahora te atreves a hablar, pensé que eras mudo o simplemente un viejo agrado que no hablaba con jóvenes como yo

— baja de ese árbol, te vas a caer — dijo Juan.

Leoncito dio un brinco y aterrizó en frente de Juan.

— me das más miedo que antes

— solamente quería que supieras que si soy consciente y no solo un objeto de relleno, por ti Zelkos ya me dejó de lado por ti, Brio es la única que se ha preocupado por mi

— eso no es verdad, Zelkos te sigue acariciando, aparte ya estás viejo, yo soy joven y puedo entretener mejor a Zelkos, sin ofender

— si, claro, no me ofendo

Juan se dio la media vuelta dándole la espalda a Leoncito y dirigirse a su casa de patio y quedarse dormido. Leoncito temeroso volvió a subir al árbol y se recostó en una de las ramas gruesas y siguió mirando el cielo, pero su tranquilidad fue interrumpida al ver un destello brillante en el cielo que se dirigía hacia el parque de la ciudad y cayó sin hacer algún ruido.

Leoncito curioso brincó del árbol a la barda de la otra casa y después fue corriendo techo tras techo gata dirigirse al parque, entró entre las rejillas y fue hacia donde había visto caer el objeto, pero al dar una mala vuelta se topa con un gato de pelaje naranja.

— Carlos — dijo Leoncito emocionado.

— ah, hola Leoncito — saludó Carlos sacudiendo su cabeza por el golpe.

— ¿viste lo que aterrizó aquí?

— obviamente, ¿qué crees que hago aquí?, ¿pasear en medio de la noche?

— yo haría eso

— ven, creo que cayó por aquí — dijo Carlos guiando a Leoncito entre los arbustos.

Al salir de los arbustos los dos vieron una nave, la cual era del tamaño de una maleta de viaje, los dos felinos confundidos se acercaron poco a poco pero al momento que la nave hizo un sonido extraño los dos se detuvieron, ambos vieron como de la parte trasera de la nave salía un gato de seis patas de pelaje azulado y toques morados.

Carlos y Leoncito se ocultaron detrás de una piedra y vieron como el gato colorado salía caminando y activaba un pequeño robot el cual con luces investigó todo al rededor.

— ¿qué es eso? — preguntó Carlos confundido.

— parece un gato como tú, pero tiene seis patas y es azul — dijo Leoncito — iré a hablar con él o ella

— o elle

— no digas estupideces y vamos a hablarle

Leoncito y Carlos salieron de la piedra con cautela y se acercaron a la gata azul la cual verlos se emocionó.

— hola, vengo de muy lejos a visitarlos en son de paz, hablen para que su lenguaje quede gravado en mi traductor y pueda hablar con ustedes de mejor forma — dijo Camila hablando lentamente.

— vaya, habla el mismo idioma Español — dijo Leoncito sorprendido.

— oh vaya, pensé que eran de los habitantes con lenguajes extraños — dijo Camila riendo.

— ¿cuál es tú nombre y qué eres? — preguntó Carlos.

— mi nombre es Camila y soy un gata espacial del planeta Luna

— la Luna no es un planeta — dijo Leoncito confundido.

— claro que si lo es, solo qué los humanos se sienten superiores en muchos sentidos — dijo Camila molesta.

— ¿odias a los humanos? — preguntó Carlos.

— no, bueno, no a todos, algunos han sido buenos conmigo — dijo Camila sonriendo.

— ¿has convivido con humanos? — preguntó Leoncito sorprendido.

— si, nuestra avanzada tecnología nos da discos ilusorios qué nos dan otra perspectiva a la vista de los demás, sabemos que aquí los gatos no tienen seis patas jeje

— ¿y qué haces aquí? — cuestionó Carlos.

— vengo en una misión para llevar a máximo dos visitantes al planeta Luna, para que así puedan firmar un tarado de paz entre los dos mundos y vean que no somos malos y somos una civilización formal y educada — explicó Camila.

— claro aceptó ser un visitante, uff, al fin iré a la Luna, es increíble — decía Leoncito brincando de emoción.

— bueno, si el León va, creo que yo igual iré — dijo Carlos nervioso.

— ¡genial!, entren a la nave y nos iremos de inmediato al planeta Luna

Los tres felinos volvieron a la nave, Camila volvió a la Sala de controles mientras Leoncito y Carlos se quedaban en la zona de carga.

— sujetense — dijo Camila activando la nave.

— ¿de dónde? — preguntó Carlos enterrando sus uñas en el asiento del miedo.

— ¡¡wuuujuuu, a la Luna!! — gritó Leoncito emocionado.

La nave empezó a levitar hasta por fin ponerse en curso, Camila activó un interrumpir encendiendo la máxima velocidad, la nave voló rápidamente recorriendo toda la distancia de la tierra hasta llegar al centro de aterrizaje de la Luna.

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