eclipsa la genio
Había una vez un joven llamado Marco que, durante uno de sus habituales paseos, encontró una lámpara antigua en medio de un bosque. Intrigado, frotó la lámpara y, para su sorpresa, salió de ella una genio femenina llamada Eclipsa. Con su cabello verde y un semblante coqueto, Eclipsa ofreció concederle tres deseos, aunque no sin imponer ciertas condiciones peculiares.
Marco, un tanto confundido al principio, no pudo evitar fijarse en el atractivo y llamativo atuendo de Eclipsa, especialmente en su sostén adornado con joyas y detalles dorados. Eclipsa, notando la mirada fija de Marco, esbozó una sonrisa traviesa y decidió aprovechar la situación a su favor.
- **Eclipsa:** "Veo que has encontrado mi lámpara. Soy Eclipsa, la genio que concederá tus deseos. Pero, claro, no sin alguna condición especial," dijo mientras colocaba una mano en su cadera, destacando sus curvas.
- **Marco:** "E-encantado, Eclipsa," respondió Marco, tratando de desviar la mirada de su sostén llamativo. "Entonces, ¿qué tipo de condiciones?"
Eclipsa sonrió pícaramente, disfrutando de la incomodidad evidente de Marco. Dentro de sí, estaba llena de expectativas. Sabía que este joven ingenuo era su boleto a la libertad, debía jugar bien sus cartas.
- **Eclipsa:** "Para cada uno de tus deseos, tendrás que cumplir una pequeña tarea para mí. Nada demasiado difícil... o sí, depende de cómo lo mires." Eclipsa hacía un gesto coqueto, moviendo ligeramente sus caderas y jugando con su cabello. "Sólo un poco más, y te envolveré en mi plan," pensó, imaginando su ansiada liberación.
Marco, emocionalmente dividido entre la curiosidad y la vergüenza, decidió continuar.
**Primer deseo: Dinero para pagar las deudas de juego de sus padres**
- **Marco:** "Está bien. Mi primer deseo es tener suficiente dinero para pagar las deudas de juego que mis padres me dejaron. Han sido una carga todos estos años."
- **Eclipsa:** "Un deseo noble," dijo Eclipsa con una sonrisa. "Pero como dije, hay una condición. Para este deseo, me debes dar una buena nalgada." Mientras hablaba, Eclipsa meneaba su cadera, enfatizando la tarea. "Pobre iluso, tu vergüenza es mi ganancia," pensó.
- **Marco:** "¡¿Qué?! ¿Eso es todo lo que necesitas para conceder mi deseo?" Marco estaba sorprendido y ruborizado.
- **Eclipsa:** "Exactamente. Cumple la condición y tu deseo será realidad," respondió Eclipsa con una sonrisa traviesa y moviendo sus caderas de forma insinuante.
Marco, aunque avergonzado, decidió aceptar. Con un rubor fuerte en las mejillas, Marco cumplió la condición provocando un sonoro gemido de Eclipsa. Al instante, una gran cantidad de dinero apareció ante él, suficiente para saldar todas las deudas de sus padres.
- **Eclipsa:** "No esperaba que tuvieras una mano tan fuerte," respondió Eclipsa sonrojada. "Esto marcha mejor de lo esperado," pensó, saboreando el progreso de su plan.
**Segundo deseo: Recuperar la casa que perdió por las deudas de sus padres**
- **Marco:** "¡Increíble! Ahora, para mi segundo deseo, quiero recuperar la casa que perdimos debido a las deudas de mis padres."
- **Eclipsa:** "Un deseo razonable y sentimental," dijo Eclipsa con una risa suave. "Pero para concederlo, tendrás que darme un masaje en mis enormes senos." Su mente giraba en torno a la anticipación de su libertad. "Cada vez más cerca," se repetía.
Marco, abochornado pero decidido, intentó mantener la compostura.
- **Marco:** "¿En serio? Bueno... si esa es la condición."
- **Eclipsa:** "Así es. No seas tímido," Eclipsa dijo mientras acomodaba sus brazos detrás de su cabeza, resaltando su enorme busto. "Un paso más hacia mi liberación," pensó.
Marco, más ruborizado que nunca, procedió a cumplir la condición, intentando no pensar demasiado en la situación. Tras un momento, Eclipsa sonrió complacida y excitada. Mágicamente, la llave de la casa que había perdido apareció en la mano de Marco. "Listo, dos de tres. Estoy a un paso de ser libre," pensaba Eclipsa, mientras la ansiedad de completar su plan la embargaba.
**Tercer deseo: Un futuro feliz**
- **Marco:** "¡Gracias, Eclipsa! Ahora, para mi tercer deseo, quiero asegurar un futuro feliz para mí y mi familia."
- **Eclipsa:** "Un deseo encantador," Eclipsa murmurulló, su sonrisa tornándose aún más traviesa. "Pero para concederlo, tendrás que cumplir una última condición: un beso apasionado." Sentía el triunfo al alcance de sus manos. "Este beso es la clave. Pronto seré libre."
La solicitud hizo que Marco se sonrojara hasta las orejas, pero decidido a asegurar la felicidad de su familia, aceptó.
- **Marco:** "Está bien, Eclipsa. Haré lo que sea necesario."
Marco se acercó lentamente y la besó. Lo que él no sabía era que Eclipsa había estado preparando ese momento para hechizarlo y hacer que él pidiera casarse con ella, liberándola así de su prisión en la lámpara. "Sólo pide casarte conmigo y seré finalmente libre," pensó Eclipsa, ansiosa por el desenlace.
Sin embargo, algo salió mal. En lugar de pedir un deseo de matrimonio, la magia del beso los atrapó a ambos dentro de la lámpara. Mientras sentía los efectos del hechizo, Marco, impulsado por una intensa lujuria, la atrapó en un abrazo fuerte y comenzó a besarla y tocarla con fervor, poniendo especial atención a sus pechos y su trasero.
Al principio, Eclipsa intentó resistirse, pero poco a poco comenzó a disfrutar de las atenciones de Marco. La pasión los envolvió y, en medio de un abrazo ardiente, hicieron el amor. Después, Eclipsa quedó completamente extasiada, jadeante y con una sonrisa satisfecha en su rostro.
- **Eclipsa:** "Bueno, estar atrapada para la eternidad con alguien tan guapo no está nada mal, sobre todo cuando es tan enérgico," admitió mientras Marco, aún bajo el hechizo, lamía sus senos, llenándola de sensaciones placenteras. Aunque las circunstancias habían salido de manera inesperada, Eclipsa comenzó a aceptar su nuevo destino. "No es la libertad que esperaba, pero quizás esta eternidad juntos no sea tan mala," pensó, encontrando consuelo en la ardiente conexión que ahora los unía.
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