Capítulo 2: Niños Muertos
Capítulo 2:
Nos quedamos en silencio por un rato.
¿Cómo voy a saberlo...? No habíamos hablado desde el martes de la semana pasada. No me preocupé. No me puse en contacto con ella porque era seguro que estuviera tan ocupada como yo, siempre ha sido así. Aunque me extrañé que ella no me haya llamado hoy porque había dicho antes de irse que vendría en la noche, o mañana por la mañana. Normalmente me llama cuando ella regresa a Nueva York, pero supuse que tendría la batería del teléfono agotada, cualquier otra cosa menos...lo que sucedió.
-No lo sé...
No tengo nada que decir, me he quedado sin palabras; a excepción de las preguntas que no puedo desechar:
"-Si la televisión no dio la información completa... ¿Entonces cómo te enteraste del resto?" Le pregunté, sin recibir al principio ninguna respuesta.
-Porque después de recibir esa llamada, supuse que tú estarías ya en camino a Oregón; por alguna razón sonaba alarmada -responde con el ceño fruncido -Me pidió que en caso de que hubieras salido a Nueva York, te detuviera, eso fue antes de que colgara, creí que ambas corrían en peligro, había dicho también que olvidaras el asunto que "ambas conocen," algo así, que ella te envió por emails. Todo tenía pinta de que ella había hablado de eso contigo, o ese fue mi parecer. Cuando llegué, descubrí que Anna llegó al sitio acompañada de una compañera de trabajo, Jane W. ella fue quien me contó el resto y, por supuesto, por las cosas que hablaba la gente. ¿Tú sabías que Anna se fue Oregón acompañada de Jane?
Asiento con la cabeza.
-Jane tenía que ir con Anna para que fotografiara unas cosas que debían ir para la portada del periódico -respondo -así mismo, dar testimonio de que la noticia es cierta, pues habían circulado rumores que contradecían muchas cosas la noticia del homicidio: Que el caso era falso, que eso ocurrió en otro lugar, y muchas cosas más. Richard, el Jefe del Departamento, había enviado a Anna y a Jane para que averiguaran si era verdad o no la historia, normalmente el reportero debería ir acompañado de un fotógrafo o camarógrafo en casos de que requieran dar validez la información que hayan hallado...
Hago pausa para beber agua, llevaba rato con sed, pero estoy tan enfrascada en la conversación que no me había fijado en el vaso de agua que estaba sobre la mesa. ¿Estuvo allí todo el tiempo?
- ¿Y...?
-Y, resulta ser que no era falsa, tampoco ocurría en otro sitio: Sino en Oregón... -continuo -así que debían quedarse más tiempo allí para averiguar que trataba el caso y qué había averiguado la policía, también investigar el motivo por el cual el Estado quería mantener el asunto del homicidio en silencio.
- ¿Qué? -Preguntó Cooper - ¿Querían mantener un homicidio en secreto?
Vuelvo a beber agua, dándome cuenta al mirar el cielo que tiene ganas de llover, no puedo quedarme mucho tiempo aquí.
-No lo sé, pero eso parece... -digo, pensativa -Anna duró en Oregón varias semanas, pero ahora tengo dudas porque, si me dices que lleva 3 días desaparecida... ¿Será por el asunto que estaba investigando? Se corre el rumor de que el Estado quería silenciar a los medios para que no se extendiera la noticia.
-Bueno, no creo que Anna haya muerto por eso, y mucho menos cuando se trata de un caso que, tal vez, involucraba al Gobierno, que sé yo, Anna no metería sus narices en ello -comenta mientras consulta el menú -Aunque puede ser mentira, sabes que la gente habla tonterías, y si es cierto, hay muchas cosas que el Gobierno o el Estado se ve involucrado aunque no lo reconozcan, no es la primera vez.
-Pero... ¿Por qué el gobierno estaría involucrado en el asesinato de una niña?
La Sra. Cooper se queda rígida en su asiento, levanta la mirada con expresión perpleja.
- ¿Qué?
Suspiro.
-La víctima del homicidio es una niña -le explico -Llevaba varios días desaparecida y la encontraron muerta en el bosque.
-Dios mío... -murmura, conmovida -Una niña... ¿Qué edad tenia?
Hago memoria.
-8 o 9 años de edad... -respondo al recordar la linda carita de aquella niña que más nunca sonreiría como en esa fotografía que mostraron en televisión -La autopsia que le realizaron mostró señales de que la niña había muerto estrangulada. Desapareció el 7 de abril y la hallaron 3 días después.
-Por Dios... ¿Quién le haría eso a una niña?
Ni idea, también me pregunto lo mismo.
-Eso es lo que nadie sabe... -dije para terminar la conversación, porque si seguimos así, vamos a durar todo el día charlando y no habremos almorzado si quiera, ya tengo hambre -La policía no ha podido conseguir pruebas sólidas ni siquiera para levantar cargos contra los sospechosos, y, como te dije, el Estado no está interesado en mantener en público esa noticia, aún y cuando no se sabe quién es el responsable del homicidio; pues la investigación no llega a ningún lado.
-Umm...eso explicaría algunas cosas -comenta la Sra. Cooper, mirando el menú con aversión, seguro hay algo que no le cae bien al estómago -Cuando llegué a Oregón, oí rumores de que por falta de pruebas, la policía pensaba cancelar la investigación de un caso de homicidio; yo creí que se trataba de otra cosa menos...eso. Una niña estrangulada... ¡Dios mío! Supuse que el asesinato ocurrió recientemente por las cosas que hablaba la gente, pero si me estás diciendo que eso fue hace 2 semanas...
- ¿Qué tipo de cosas?
Parece que hace un esfuerzo para recordar.
-No estoy segura, hay muchas cosas que no pude asimilar porque acababa enterarme lo de...Anna -explica -pero me dio la sensación de que, algo malo volvió a suceder en ese sitio. Me imagino que por eso ella no quería que fueras para allá. La gente está visiblemente preocupada, Victoria, y yo creía que se trataba de otra cosa, pues no mencionaron el nombre de ninguna niña, no señor.
- ¿Y qué nombre oíste?
Vuelve a escavar su memoria, sé que no se le hace fácil recordar los nombres.
-David, Nichols David -dijo, volviendo a consultar el menú -muchos decían que era un vagabundo que desapareció el jueves y fue hallado muerto en su habitación, el domingo. Dicen que se suicidó, pues no era la primera vez que lo intentaba, y que tampoco era la primera vez que se escapaba de casa, lo único que no se esperaron es que se suicidara cuando la familia no estaba en el hogar.
Aquello no me lo esperaba. ¿David Nichols se...suicidó? ¿Por qué demonios me dijo Richard que era homicidio...? Espera. ¿Quién decía que era homicidio?
-No entiendo. ¿Se suicidó y la gente ya decía que fue homicidio?
-Eso es lo que no estoy clara, todo es muy confuso para mí; aunque no me explico el motivo por el cual las personas tienen el impulso de suicidarse. Es la cosa más estúpida que alguien podría cometer.
Es obvio que ella no sabe nada, aunque no la culpo.
-Lo que sucede, Sra. Cooper, es que David Nichols era apenas un niño -doy énfasis en la palabra -es verdad que varias veces intentó suicidarse porque no le iba bien en la escuela, pero todos saben que no era posible que un niño de 11 años se suicidara después de que desapareciera y fuera hallado muerto después de las circunstancias presentadas.
La Sra. Cooper me mira tan asombrada y perpleja que, por un momento, me da la impresión que tarde o temprano le va a dar un infarto. Dura varios minutos conmovida.
- ¡¿Qué?! -Logra decir - ¿Y porque un niño se suicidaría?
-No lo sé, pero muchos atestiguan que fue homicidio, por algo es... -murmuro, intentando armar las piezas -podría ser, como le había dicho dadas las circunstancias, que ambos casos estén relacionados: Ambas víctimas fueron niños. Murieron de forma similar, a Emma McCain la estrangularon, y a David lo hallaron ahorcado, aunque bien puede ser que también lo estrangularon y luego lo colgaran para dar ilusión al suicidio ya que...
-...No, no, no... -murmura la Sra. Cooper que niega con la cabeza -No hablemos más de esto, querida. ¿No tienes hambre? Me temo que nos hemos pasado de la hora, aunque, todavía hay tiempo para comer y salir antes de que llueva...
Dice estas últimas palabras mientras mira el cielo, donde la débil luz le ilumina el perfil como si ella fuera una bella estatua griega, y sé que significa para ella la lluvia para lo vea con tanta tirria; me lo había contado Anna...
Ella pide ensalada con zumo de naranja, y yo pido un mousse de chocolate. Ninguna dice nada, pero estoy segura que el nombre de Anna está presente en la mente de ambas. Tomé mi cartera y salí del lugar en compañía de la Sra. Cooper, visiblemente agitada.
- ¿Hay algo que quiere decirme? Le pregunto.
-No, solo estoy pensando en...
- ¿En qué?
Ella lanza un suspiro, mientras mira el cielo nuevamente.
-En ese niño, David -ella me mira, preocupada -Si el murió... ¿Por qué las personas hablaban de él con mucha aversión? No mostraban lástima si quiera, más bien parecía que no les preocupara el hecho de que un niño hiciera algo...así, aunque tampoco sabemos si es verdad, pero me parece extraño que hable mal de un niño y su familia. Por eso pensé que era un joven adulto que haría eso porque, la gente no lo miraba con buenos ojos.
Cruzamos la calle y llegamos a su vehículo, extrañadas.
-Qué raro. ¿Usted no sabe si la investigación sigue en curso? -Le pregunto - ¿Qué cosas ha oído comentar las personas con ese asunto?
-No estoy segura pero... -hace pausa para recordar, abre la portezuela pero no entra -Creo que, lo de la niña se va a cancelar mientras que la del niño...bueno, la verdad es que no oí nada de eso, pero sospecho que no. Creo que se trataba del caso de Emma: Que lamentaban que no fueran a continuar la investigación. Pues sería contradictorio que, en caso de que fuera David, la gente hablara de él de forma repulsiva mientras se lamentan por no averiguar más sobre su muerte; tampoco sé si quiera si le abrieron una investigación...
Se detiene y empieza a observarme fijamente.
- ¿No piensa ir usted a Oregón, verdad?
No supe que decir, no lo había pensado si quiera, así que aquello me toma por sorpresa. ¿Cómo le explico que debo continuar el trabajo que Anna estaba haciendo como <<escritora -reportera>> y, terminar lo que ella no pudo finalizar? ¿Cómo explicarle que, de todos modos, debo ir para escribir el artículo de ambos casos? Porque no es solo la historia que Anna estaba buscando, sino el que me asignó Richard. Ella estaba averiguando el caso de Emma, a mí me toca continuarlo pero, también investigar lo que le pasó a David.
Quiera o no, tengo que ir aunque me duela hacerlo: Está el asunto del cadáver, me extraña que no me hayan llamado si quiera los abogados de Anna para informarme su muerte o, decirme que vaya ir allá y reconocer si es ella... Cosas de ese tipo, aunque desconozca como es el proceso.
-No. ¿Por qué habría de ir?
-Por la cuestión del cadáver, los papeles y el funeral... -me dice -debería encargarme de eso personalmente, si no me falla la memoria: "Usted es pésima en esa clase de asuntos," según Anna.
Me echo a reír. Me acuerdo de la conversación.
-Ok, pero mantenme informada -le pido con una sonrisa -Porque hoy recibí la noticia de la muerte de Anna inesperadamente y, es algo que no quiero revivir.
-De acuerdo -me responde con una sonrisa que, se va convirtiendo en una mueca - ¿Quién le informó lo que le pasó a...?
-Richard.
-Lo que faltaba. Murmura entre dientes, y aquello me hace reír, sé porque razón se indigna: Ambos no se caen bien y, si hablamos de mensajeros de malas noticias, todo el mundo sabe que Richard no es el mejor candidato.
-Descuida.
-Desgraciado... -murmura con aversión, luego se fija en mí y cambia su expresión - ¿Quieres que te lleve a casa?
-No es necesario -respondo antes de mirar el cielo y calcular cuánto tiempo me tomaría por llegar a casa sin que me atrape la lluvia -pero necesito que me haga un favor: averigüe y luego anote el correo electrónico que le envió las fotos.
-De acuerdo, pero insisto en llevarla. Dice, y yo cortésmente rehúso, explicándole que tengo el mío estacionado, al momento que el sonido de un relámpago rasga el cielo, sobresaltándonos a ambas.
-Bueno, hablamos después. Dice finalmente la Sra. Cooper que entra en su vehículo, arranca y avanza sobre la carretera bajo un cielo encapotado. Voy por el mío. Meto la llave y el coche lanza un gruñido exasperado, cuando me dirijo a la calle, un trueno amenazante sacude el firmamento antes de que la lluvia empezara a caer con fuertes ráfagas de viento helado.
***
Después de guardar el coche en el garaje me dirijo a la cocina; arrepentida de no haber seguido comiendo el mousse de chocolate que pedí en el almuerzo porque se me había quitado el apetito, pero ahora tengo hambre. Avanzo con la casa a oscuras por la falla eléctrica...
- ¿Estas bien? Me pregunta Alexandre, que yacía sentado en el sofá con la piel húmeda y el cabello despeinado.
-No te sabría decir...
- ¿Por qué? -Me pregunta con ternura, mientras me arropo en el calor de sus musculosos brazos -Victoria...
- ¿Te acuerdas de Anna, mi tía? Le pregunté sin mirarle. Alexandre se pone tenso, sé lo que piensa:<< ¿Estará bien? Tiene que estarlo...>>
Él asiente con la cabeza, esperando con inquietud la respuesta.
-Bueno, algo malo le pasó. Murmuro sin poder contener el sonido de quebranto en mi voz, mirando por fin sus ojos color café.
***
<<- ¡¿Qué es esto?!
Nadie dice nada.
El hombre mira con desaprobación al cuerpo que yace en la camilla, alejándose, agarrando el brazo del hombre paliducho, con lentes que se le resbalaban de su nariz aguda, pálido, temiendo lo que podría ser capaz de hacerle aquel negro vestido con su uniforme de soldado.
-Ahora dime...Doctor -murmura, conteniendo el impulso de golpearle los ridículos lentes del hombre que le miraba - ¿Qué excusa tienen sus compañeros y usted con la cagada que hicieron? ¿En qué estaban pensando? ¿Saben cuánto esfuerzo realizaron mis compañeros para conseguirles lo que nos pedían para que a la final...No valiera nada?
Antes de que el doctor respondiera, el soldado le golpea su pálido rostro, recorriendo un hilo de sangre sus labios.
-No es culpa mía que no realizaran bien su trabajo -dijo el doctor, recuperando el aliento -les pedí que trajeran un cuerpo de determinada características, pero no, no escucharon...
-Claro que si -le respondió el hombre, a punto de darle otro golpe -averiguamos sus datos y todo, seguimos sus instrucciones, les preguntamos si estaba bien y nos respondieron que sí, que era perfecto, ¿Ahora qué excusa tienes?
El doctor abrió la boca pero la volvió a cerrar.
-Definitivamente debí matarlo cuando tuve la ocasión... -le murmuró -Pero tampoco es demasiado tarde...>>
***
- ¿Es una broma...?
-No, no lo es.
Después de contarle todo a Alexandre, ambos nos quedamos en silencio. Un horrible silencio impregnaba la casa como si el canto de la lluvia, el rugir del viento y los gritos del cielo se quedaran mudos. Era como si el tiempo quedara congelado. Suspendido. Ambos no podíamos asimilar la noticia. Se respiraba la confusión y la perplejidad. ¿Cómo iba a ser todo normal tras estos hechos?
-Esto no tiene sentido. Dijo por fin Alexandre.
-Digo lo mismo... -digo, resbalándome las lágrimas - ¡No puedo creer que esté pasando esto! ¡No hace mucho que hablé con ella y ahora no está!
Sollozo mientras Alexandre deja el chocolate que estaba preparando para consolarme. Siento que algo en mí se rompió cuando supe su muerte, como si hubieran tomado una parte de mí, (tal vez la versiòn optimista de mi misma) y lo hiciera añicos. El olor sabroso del chocolate hirviendo en la tetera que mi pareja prepara inunda mi olfato y envìa una sensaciòn càlida por mis musculos agotados de tanto llorar. Una de las razones que odio de llorar es que me enferma despues. Es algo que me sucede a mí, no preguntes porqué, no tengo idea.
-No lo comprendo... -murmura él, mi lado, tratando de entender la situación - ¿Cuándo murió para que no nos diéramos cuenta?
-No lo sé, no me he puesto a averiguar que sucedió...Espera...Creo que fue hace unos días. Me enteré porque el Sr. Wilson me lo dijo en su oficina al preguntarle, por eso razón me ascendieron, recuerda que Anna era la única Escritora de la Empresa, Alexandre.
-Sí, lo sé, pero...¿Dónde estaba ella?
-En Oregón...
- ¿En Oregón? ¿No es allí donde...?
-Sí, pero para eso me ascendieron también, para que investigue que está sucediendo.
-Tonterías, por lo que he oído es un riesgo que vayas a ese lugar, un pie en esa región y terminas muerta...
-Debo ir Alexandre -digo finalmente ante su mirada perpleja, lo he estado pensando y creo que debo hacerlo -debo averiguar qué pasó con esos niños y porqué ocurrió esas muertes.
- ¿Estás loca...?
-No tengo opción. Si me pongo a esperar que la policía investigue, dudo que encuentren las respuestas, además, creo que ya lo hicieron y ninguna prueba tienen, y las que sí, no tienen sentido.
-No entiendo. ¿A qué te refieres? Pregunta luego de levantarse y servir el chocolate en las tazas.
-Me refiero a que las pistas no llevan a ningún lado, le pregunté a John para saber si encontraron algo y me dijo que la Comisaría había decidido cancelar la investigación debido a la falta de testigos que confirmen dicha teoría. Había muchas cosas que no lograron encajar.
-Lo que faltaba...-murmuraba Alexandre - ¿Y de verdad tienes que ir a Oregón? No creo que debas ir...
-Tengo que ir...
- ¡¡No!! -Exclama para mi sorpresa - ¡¿Y si te pasa algo?! Ya perdí a Anna...No quiero perderte a ti también...
Ambos nos miramos por un largo rato.
- ¿Y porque no vayamos juntos? No es una serie de asesinatos lo que ocurre, solo es de uno o dos casos, así que no hay que exagerar la situación; tampoco vine a decirte esto para que me reprendas... -contesto, mirandole a los ojos-sino para que me apoyes, que necesito tu ayuda...
El silencio se cierna sobre nosotros.
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